Luego de ocho años, la selección de Serbia retorna al Mundial, con la idea de comenzar a escribir su propia historia. La FIFA reconoció oficialmente a la selección de Yugoslavia como la predecesora de los serbios, por lo que la historia grande de Yugoslavia, queda grande para Serbia, que ahora debe trabajar el doble para alcanzar lo que hizo la selección que la precedió.
Como Yugoslavia, la selección alcanzó dos semifinales. Una de ellas en el primer mundial de la historia, jugado en Uruguay en 1930. La otra fue en Chile 1962. En la semifinal cayó 3-1 ante Checoslovaquia y en el partido por el cuarto puesto fue derrotado 1-0 ante Chile.
En el Mundial de Rusia, los serbios ocupan un grupo complicado. Comparten con Brasil, candidato principal a quedarse con el título, Suiza, de gran campaña clasificatoria y Costa Rica, que viene de jugar los cuartos de final del Mundial pasado y con la misión de repetir la hazaña. Precisamente, es ante Costa Rica el debut de los serbios, en el Arena Samara de esa ciudad.
Serbia consiguió su boleto a su segundo mundial con esta denominación (la decimosegunda de toda la historia), tras haber ganado el grupo D en las eliminatorias europeas, dejando atrás a Irlanda, Gales y Austria.
Aleksandar Mitrović es uno de los jugadores más importantes que tiene la selección de Serbia, especialmente si de goles se habla. Pero no está él solo, ya que Aleksandar Kolarov, ex Manchester City y actual Roma, Nemanja Matić, del Manchester United, y Matija Nastasić, del Schalke 04, también enarbolan la bandera de líderes en el equipo que dirige Mladen Krstajić.