- Por Óscar Gómez
Olimpia superó el obstáculo más difícil en lo que va del campeonato. Contra todos los pronósticos, ese obstáculo fue Santaní. Era el momento ideal para que el Franjeado se recuperara luego del empate en el Este, pero el rival tenía otros planes y no se lo iba a dejar tan fácil.
Y al poder salir vivo y con un triunfo de esta batalla, Olimpia deja la sensación de que ya camina incondicionalmente rumbo al título. Claro, todavía queda esperar a ver qué pasa en el superclásico del sábado, también ante Libertad en la fecha 20 o ante Nacional en la 22, que son los partidos más fuertes que le quedan (y probablemente a este último ya llegue como campeón), pero este equipo decano parece a prueba de balas. Nunca pierde la paciencia y quizás esa sea su mayor virtud extrafutbolística.
Y así como cuando parecía todo perdido en aquel partido ante Sol de América en el Bosque, apareció Jorge Ortega para anotar dos goles y por lo menos rescatar un punto. Ayer, otra vez Ortega fue el salvador que le dio la victoria más trabajada y sufrida al Decano.
Santaní planteó un partido perfecto de acuerdo al plantel que tiene. Anotó en el primer contragolpe que tuvo, pero aguantó hasta donde pudo. Olimpia lo desgastó moviendo el balón y los espacios aparecieron con el tiempo. Otálvaro ganó la línea de fondo y puso la pelota al medio para que Miranda, sin querer lo empujó contra su arco. Corría ya el minuto 70. Diez minutos más tarde, un centro de Fernández fue hasta la posición de Ortega, que la empujó con suspenso y desató la locura en el Bosque.