El gastroenterólogo Elías Morán alertó que la causa principal de la gastritis es la bacteria Helicobacter pylori. Dijo que en el 95 % de los casos de esta enfermedad crónica se debe a este germen. No son disparadores de esta patología el estrés, el café y la mala alimentación, aunque sí son factores que pueden exacerbar los síntomas, según manifestó el médico.
“Al igual que los parásitos, estas bacterias viven en los alimentos que están mal manipulados, en el agua que está contaminada, o sea, está por todos lados esa bacteria, cuesta mucho, pero dentro de todas las medidas hay que mantener un estilo de vida saludable”, indicó.
El doctor Morán comentó que los pacientes usualmente relacionan la gastritis con el consumo excesivo de café, el estrés y la mala alimentación. “El 95 % de la gastritis es por esta bacteria”, remarcó.
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Cuidar la salud digestiva
Como medida preventiva recomendó consumir agua potable, principalmente las embotelladas o las purificadas. Así también tener una buena higiene de los alimentos y “no tener miedo para consultar”.
“Te vas con un profesional a contar tus síntomas y de acuerdo a tus síntomas te hacen los estudios que se requieren”, subrayó.
Para cuidar la salud digestiva aconsejó masticar bien los alimentos, no espaciar las comidas y no hablar mucho a la hora de comer, así como también evitar comer apurado, porque si se ingiere aire, empeora la hinchazón abdominal. Recomendó beber dos litros de agua por día como mínimo, no cenar tarde y liberarse del estrés y la ansiedad.
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Instan a atender las espinas del pira caldo, en auge por el frío
Más allá de su sabor y de cómo sea cocinado, comer pescado entero comúnmente representa un riesgo para las personas ya que este alimento posee una gran cantidad de espinas que, de no ser retiradas correctamente y ser consumidas por accidente, podrían poner en peligro alguna zona del recorrido digestivo, desde la garganta hasta el ano.
El Instituto de Previsión Social (IPS) publicó una nota para advertir sobre la necesidad de tomar los cuidados necesarios, ya que las espinas afiladas pueden perforar el esófago, el estómago o el intestino, permitiendo que bacterias y otros contenidos del tracto digestivo se filtren al espacio circundante, causando infecciones graves. En algunos casos, una espina grande puede causar obstrucción del tracto digestivo, dificultando la alimentación o la respiración.
El doctor Félix Ibieta, experto en endoscopia digestiva, describió un caso complejo de un paciente de 70 años que llegó al Hospital IPS Ingavi con un diagnóstico de ingesta de cuerpo extraño. El paciente había comido un caldo de pescado y sintió que una espina se le había quedado atascada en la garganta, lo que le causaba mucho dolor y dificultad para tragar incluso líquidos, lo que le producía mucha incomodidad.
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La situación requirió que se le practicara una endoscopia digestiva alta para extracción del cuerpo extraño. El equipo quirúrgico fue conformado por la médica residente de quinto año, Leticia Álvarez; la anestesióloga Liz Carreras Candia; el médico de endoscopia, Félix Ibieta Galarza; las licenciadas María Deidamia Villalba Martínez y María Graciela Torres, así como la licenciada Liz Ferreira, circulante de quirófano.
Actualmente el paciente se encuentra estable en sala con cuidados de antibiótico para el alta en las próximas horas. El doctor Ibieta manifestó que en este tipo de situación la atención médica oportuna y adecuada es fundamental en casos de ingesta de cuerpo extraño, ya que puede prevenir complicaciones graves.
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Destacan rol de Superintendencia de Salud en el control del sistema sanitario
La tarea ejercida por organismos de control en el sistema sanitario de un país es fundamental a la hora de una entrega de calidad de los servicios médicos que reciben los pacientes.
Por ello, es crucial entender el rol de la Superintendencia de Salud, organismo responsable del control y regulación de todo el sistema sanitario nacional, ya sea público, privado o mixto.
En efecto, el superintendente de Salud, Dr. Roberto Carlos Melgarejo Palacios, explicó que la institución supervisa desde clínicas, sanatorios y centros especializados, hasta empresas de medicina prepaga, más conocidas como seguros médicos.
“Este es el eje de la Superintendencia”, afirmó, destacando la importancia del registro y la fiscalización como herramientas clave para asegurar servicios médicos seguros y profesionales habilitados.
Según el procedimiento establecido por ley, toda institución de salud debe ser primero habilitada por el Ministerio de Salud Pública, como dicta el Código Sanitario y, posteriormente, registrada ante la Superintendencia.
Este registro incluye información sobre el establecimiento y el plantel médico, permitiendo verificar si los profesionales están realmente habilitados para ejercer.
“Así podemos saber quién es el regente y si el sanatorio o clínica cumple con las condiciones y quiénes son los médicos que van a atender allí”, explicó Melgarejo.
El funcionario explicó que la labor no se detiene ahí. Luego del registro, la Superintendencia realiza un proceso de categorización, que define el nivel de complejidad de cada institución en función de su infraestructura y la experiencia de su personal. “No es lo mismo una clínica pequeña que un centro especializado. Para eso contamos con equipos fiscalizadores que aplican los manuales vigentes para determinar su categoría”, añadió el superintendente.
El tercer y más ambicioso paso es la acreditación, un proceso que evalúa la calidad del servicio médico, tanto en términos de infraestructura como de atención al paciente.
“La Superintendencia tiene 25 años de funcionamiento, y en todos estos años, no se realizó nunca un proceso de acreditación, no tenemos registrado ninguna acreditación aún en el Paraguay. Estamos terminando un proceso largo de elaboración de un nuevo manual de acreditación, también de categorización, pero la acreditación lo queremos realizar y terminar por primera vez en la historia, por lo menos a fin de año, y acreditar unas 10 a 50 instituciones”, refirió el superintendente.
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La entidad de control tiene la facultad de realizar auditorías médicas, contables y jurídicas, ya sea de oficio o a partir de denuncias. Estas auditorías se realizan en instituciones públicas y privadas para asegurar que se cumplan las normativas y estándares establecidos.
Policía sanitaria es inviable
Mientras se discuten nuevas propuestas legislativas sobre la creación de una “policía sanitaria”, el superintendente de Salud, Dr. Roberto Melgarejo, advierte sobre los riesgos de duplicar funciones y crear estructuras estatales paralelas que podrían resultar inviables y costosas para el país.
“Yo estuve leyendo el proyecto de ley presentado, y hay una superposición de funciones no solo con la Superintendencia, sino también con otras instituciones como el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación, el CONES, e incluso con atribuciones que corresponden a la Contraloría General de la República, para mi es inviable”, señaló Melgarejo. Desde su experiencia, considera que antes de agrandar el Estado, deberíamos fortalecer las instituciones ya existentes, como la Superintendencia.
“La ciudadanía se queja de que el Estado no funciona, entonces, ¿por qué crear otra institución? Fortalezcamos la que tenemos. No creamos un Ministerio Público paralelo porque el actual tenga deficiencias”, sostuvo el profesional.
El Dr. Melgarejo reconoce que la Superintendencia no está exenta de limitaciones importantes, tanto presupuestarias como de recursos humanos. “Tenemos una gran falencia en personal. Actualmente, más del 20 % de nuestra capacidad está desplegada en Misiones e Itapúa para fiscalizar establecimientos de salud. Eso representa un gran esfuerzo para nuestro pequeño equipo”.
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La “piedra angular” para prevenir enfermedades cardiovasculares
El estilo de vida y la dieta son la “piedra angular” para prevenir las enfermedades cardiovasculares y reducir sus factores de riesgo, siendo necesarios no solo los avances científicos y tecnológicos, sino que se debe tener como base la intervención individual y comunitaria, tal y como se desprende de un documento presentado ayer jueves por la Sociedad Española de Asteriosclerosis (SEA).
En los últimos seis años se han publicado más de 8.200 trabajos sobre dieta mediterránea, lo que ha permitido “perder el mito” de que solo las dietas bajas en grasa son buenas, tras lo que el presidente de la SEA, Carlos Guijarro, ha resaltado que España cuenta con el “privilegio de la cultura” de la dieta mediterránea, que sí es rica en grasas, y que es el “patrón idóneo” para prevenir las enfermedades cardiovasculares.
El médico de familia y miembro de la SEA Carlos Pascual ha resaltado que el aceite de oliva virgen extra es la grasa “más saludable” por sus beneficios a nivel cardiovascular, mientras que ha recomendado no usar los aceites de girasol, maíz o soja. Según el texto presentado, es aconsejable consumir cinco raciones al día de frutas y verduras, siendo preferible su variedad y que sean tanto de temporada como de proximidad, de forma que se reduzca su huella de carbono.
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En cuanto a las patatas, deben servirse en platos mixtos con verduras, carnes o pescado hasta tres veces por semana; los cereales refinados, como el pan o el arroz blanco, han tenido controversia por aumentar el índice glucémico, pero, si se combina con otros alimentos, esto no ocurre por producirse una más lenta absorción, por lo que es “absolutamente recomendable” tomarlos acompañados.
Los frutos secos deben consumirse a diario o, al menos, tres veces por semana por una cantidad de 30 gramos o “lo que quepa en tu puño”, aunque siempre crudos y sin sal, pues permiten reducir el riesgo cardiovascular y son una fuente de proteínas y grasas saludables. El consumo de pescados y mariscos, por ser “muy ricos” en ácidos grasos y otros nutrientes, pueden ser consumidos hasta tres veces por semana, siendo recomendable que dos de estas raciones sean pescado azul, y en sustitución a la carne.
La guía también recoge la recomendación de dos raciones diarias de lácteos, tanto desnatados como enteros, y evitando los azúcares añadidos. A pesar de que los zumos de fruta sin azúcares añadidos gozaban de “mala” fama, ahora se ha demostrado que no son nocivos. En cuanto al cacao, es importante fijarse en que tenga una presencia de al menos un 70 por ciento, recomendando hasta 30 gramos diarios del mismo; los especialistas han considerado igualmente beneficioso tomar hasta cinco tazas de café al día, sin azúcar añadido.
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A pesar de las grandes controversias que ha provocado el consumo de huevos en los estudios, cocinarlo con aceite no se relaciona con un mayor riesgo cardiovascular y, si bien la yema tiene mucho colesterol, “no es tan nocivo como se pensaba”, y se trata de una fuente de proteína y de otros nutrientes de “primera calidad”. Legumbres como las alubias, los garbanzos o las lentejas, que son alimentos tradicionales en la cocina española, aportan beneficios a la salud cardiovascular si se consumen entre dos y tres veces por semana.
En el caso de las carnes, estas pueden consumirse hasta cuatro veces por semana, aunque han recalcado que es preferible la carne blanca a la roja, y retirando “toda la grasa que se pueda”. Además, han desaconsejado el consumo de embutidos y otros productos ultraprocesados. Del mismo modo, las nuevas carnes vegetales siguen siendo alimentos procesados, por lo que no están recomendados y “de momento no están considerados saludables”.
Esta recomendación se relaciona con la sal, que es uno de los alimentos que más influyen de forma negativa en la salud cardiovascular, razón por la que han aconsejado limitar su uso a cinco gramos diarios, además de promover alternativas como el zumo de limón, hierbas aromáticas, especias o ajo.
Si bien han desaconsejado el consumo de las bebidas alcohólicas por ser perjudiciales, sí han señalado que bebidas fermentadas como la cerveza o el vino son los menos dañinos para el organismo, siempre en consumo moderado y recalcando que el mejor consumo “es cero”.
El documento también deja “malparadas” a las bebidas azucaradas, pues incrementan el riesgo de obesidad, diabetes y de las enfermedades cardiovasculares; sustituir estas bebidas por aquellas con cero azúcar en favor de edulcorantes tampoco es beneficioso, destacando que también aumentan el riesgo de diabetes y de enfermedades cardiovasculares.
Huella de carbono
Por su parte, el investigador emérito IDIBAPS Emilio Ros ha reseñado que “seguir una dieta vegetariana o de base vegetariana, como la mediterránea, puede reducir la huella de carbono en un 10 por ciento”, además de permitir alimentar “a mucha más gente” con las mismas superficies de cultivo. Ros ha citado un estudio de ‘Lancet’ que coloca a España como el país con mayor protección de esperanza de vida para 2040, algo que ha relacionado con el seguimiento de la dieta mediterránea.
Según el mismo texto, el factor dietético con mayor responsabilidad de fallecimiento por cualquier causa a nivel mundial es la ingesta excesiva de sal (tres millones), seguida de la baja ingesta de cereales integrales (tres millones), la baja ingesta de fruta (2,5 millones), una dieta baja en frutos secos y semillas (2 millones), una dieta baja en verduras (1,5 millones) y un bajo consumo de pescado (1,5 millones).
Por último, ha aseverado que la Inteligencia Artificial puede “revolucionar” las ciencias de la nutrición, y es que el desarrollo de aplicaciones de reconocimiento visual podría detectar de forma “inmediata, precisa y completa” de todos los alimentos y nutrientes de la dieta, incluso en platos combinados.
Fuente: Europa Press.
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El dato que muchos desconocen: qué pasa con la grasa cuando se adelgaza
Una de las consecuencias más evidentes de perder peso en la báscula es la reducción de grasa corporal. Pero ¿qué ocurre exactamente con esa grasa? ¿A dónde va? ¿Se transforma en energía? ¿Se elimina por el sudor o la orina? Aunque existen muchos mitos al respecto, la ciencia lo tiene claro: gran parte de la grasa que perdemos la acabamos exhalando al respirar.
La bióloga y divulgadora en redes sociales Mafer (@virtualdiva en TikTok) ha explicado este proceso en un vídeo con tono claro y didáctico. Y aunque parezca sorprendente, su explicación tiene todo el respaldo de la bioquímica: cuando perdemos grasa, la mayor parte se transforma en dióxido de carbono (CO2) que eliminamos a través de los pulmones.
En condiciones normales, el cuerpo utiliza la glucosa como principal fuente de energía. Pero cuando entramos en déficit calórico -es decir, cuando consumimos menos calorías de las que gastamos-, el organismo empieza a tirar de sus reservas. Y esas reservas, explica Mafer, son principalmente grasa acumulada en el tejido adiposo.
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Ahí es donde comienza el cambio metabólico: las moléculas de grasa (triglicéridos) se descomponen en componentes más simples, como glicerol y ácidos grasos, que viajan por la sangre hasta las células que necesitan energía. Es entonces cuando se inicia un proceso complejo de reacciones químicas conocido como betaoxidación, que culmina en la producción de tres cosas:
CO* (dióxido de carbono), que se elimina al respirar
H*O (agua), que se elimina por la orina, el sudor o incluso la respiración
ATP, la molécula energética que permite que el cuerpo funcione
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¿Por qué creemos que sudamos la grasa?
Mafer pone un ejemplo muy gráfico: una sola molécula de grasa con 16 átomos de carbono puede generar hasta 106 moléculas de ATP, 16 de CO* y 46 de agua. Es decir, la grasa no “desaparece” ni se convierte en músculo, sino que se transforma en energía y subproductos que el cuerpo elimina.
El dióxido de carbono, que se genera como parte del proceso, pasa a la sangre, llega a los pulmones y se expulsa al exhalar. Así que, cuando haces ejercicio o estás en déficit calórico, una parte de la grasa que pierdes literalmente la estás “respirando” fuera de tu cuerpo.
Uno de los mitos más extendidos es que la grasa se pierde a través del sudor, cuando en realidad el sudor solo refleja la pérdida de agua para regular la temperatura corporal. Aunque parte del agua generada al metabolizar la grasa sí puede salir por el sudor, la verdadera vía mayoritaria es la respiración, como explica un estudio publicado en 2014 en la revista médica The British Medical Journal, por los investigadores Ruben Meerman y Andrew Brown, que calcularon que más del 80% de la grasa perdida se exhala en forma de dióxido de carbono.
Fuente: Europa Press.