Es la fruta ácida por excelencia pero a la vez una de las más versátiles, el limón de alguna manera aparece en nuestra alimentación para marcar presencia con su intenso sabor.
El limón no solo tiene muchas propiedades y beneficios para la salud, sino que también es útil para cosas que no tienen que ver con la nutrición del cuerpo: como aromatizante para la casa; desinfectante, insecticida natural, entre otras cosas.
Además, es una fruta accesible para todos, no solo por su precio, sino por su disponibilidad durante todo el año y su adaptación a cualquier clima.
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Este cítrico no es agradable al paladar de todo el mundo, pero nadie puede negar lo beneficioso que es para el correcto funcionamiento del organismo: favorece la digestión; ayuda a prevenir la anemia, los resfriados y el cansancio; protege el hígado; reduce el colesterol en sangre y los triglicéridos gracias a su contenido reducido en calorías y grasas, y también metaboliza más rápido la grasa.
Es rico en vitaminas B y C, las cuales ayudan al correcto funcionamiento del sistema nervioso, y también en minerales como el potasio, calcio, selenio, hierro y magnesio, que permiten el fortalecimiento de los huesos. Asimismo, en antioxidantes que evitan la intoxicación del organismo.
Y a vos, ¿en qué preparación te gusta incluirlo?
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Una mayor biodiversidad alimentaria es clave para una mejor longevidad
La biodiversidad alimentaria, entendida como la variedad de especies diferentes que forman parte de la dieta, podría jugar un papel clave en la prevención de enfermedades crónicas y una mejor longevidad, según muestra un estudio liderado por investigadores de la Universidad Rovira i Virgili (URV) y el Instituto de Investigación Sanitaria Pere i Virgili (IISPV).
El trabajo, publicado en ‘Science of the Total Environment’, ha analizado los hábitos alimentarios y los datos de salud de más de 7.200 personas mayores, con edades comprendidas entre los 60 y 80 años, con alto riesgo cardiovascular, a quienes se ha realizado un seguimiento durante una media de seis años.
A través de cuestionarios alimentarios validados y herramientas estadísticas avanzadas, el equipo investigador evaluó el número de especies distintas consumidas mediante un indicador novedoso denominado Riqueza de Especies Dietéticas (DSR), que estima el número de especies animales y vegetales diferentes consumidas en la dieta habitual. Posteriormente, el grupo de investigación evaluó el riesgo de mortalidad en función de este indicador.
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Independientemente de la calidad general de la dieta, los investigadores observaron que las personas que consumían una mayor diversidad de especies presentaban un riesgo significativamente menor de morir por cualquier causa. En concreto, por cada especie adicional consumida de forma regular, el riesgo de mortalidad general se redujo en un nueve por ciento, el de enfermedad cardiovascular en un siete por ciento y el de cáncer en un ocho por ciento.
Según la autora principal del estudio, Sangeetha Shyam, investigadora Miguel Servet del IISPV, “se demuestra que no solo es importante el tipo de alimentos que comemos, sino también el número de especies distintas que incluimos en nuestra dieta. Una alimentación más biodiversa se asocia con una mejor salud y mayor longevidad”.
El equipo investigador observó que esta asociación entre biodiversidad de la dieta y mortalidad era independiente de la calidad de la dieta consumida. Por ejemplo, no todos los participantes que tenían una buena adherencia a la dieta mediterránea consumían una dieta altamente diversa, y viceversa.
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Los autores apuntan que no se conocen muy bien los mecanismos que pueden explicar estas asociaciones. Según detallan, las dietas altamente ricas es especies animales y/o vegetales pueden contener una gama más amplia de nutrientes y compuestos beneficiosos, además de favorecer una microbiota intestinal más saludable.
Los resultados del estudio se deben a la colaboración de múltiples instituciones y personal investigador del consorcio PREDIMED. El estudio ha sido liderado por el grupo de investigación ‘Alimentació, Nutrició, Desenvolupament i Salut Mental ANUT-DSM’, reconocido por el IISPV, la URV y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN).
Fuente: Europa Press.
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La “piedra angular” para prevenir enfermedades cardiovasculares
El estilo de vida y la dieta son la “piedra angular” para prevenir las enfermedades cardiovasculares y reducir sus factores de riesgo, siendo necesarios no solo los avances científicos y tecnológicos, sino que se debe tener como base la intervención individual y comunitaria, tal y como se desprende de un documento presentado ayer jueves por la Sociedad Española de Asteriosclerosis (SEA).
En los últimos seis años se han publicado más de 8.200 trabajos sobre dieta mediterránea, lo que ha permitido “perder el mito” de que solo las dietas bajas en grasa son buenas, tras lo que el presidente de la SEA, Carlos Guijarro, ha resaltado que España cuenta con el “privilegio de la cultura” de la dieta mediterránea, que sí es rica en grasas, y que es el “patrón idóneo” para prevenir las enfermedades cardiovasculares.
El médico de familia y miembro de la SEA Carlos Pascual ha resaltado que el aceite de oliva virgen extra es la grasa “más saludable” por sus beneficios a nivel cardiovascular, mientras que ha recomendado no usar los aceites de girasol, maíz o soja. Según el texto presentado, es aconsejable consumir cinco raciones al día de frutas y verduras, siendo preferible su variedad y que sean tanto de temporada como de proximidad, de forma que se reduzca su huella de carbono.
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En cuanto a las patatas, deben servirse en platos mixtos con verduras, carnes o pescado hasta tres veces por semana; los cereales refinados, como el pan o el arroz blanco, han tenido controversia por aumentar el índice glucémico, pero, si se combina con otros alimentos, esto no ocurre por producirse una más lenta absorción, por lo que es “absolutamente recomendable” tomarlos acompañados.
Los frutos secos deben consumirse a diario o, al menos, tres veces por semana por una cantidad de 30 gramos o “lo que quepa en tu puño”, aunque siempre crudos y sin sal, pues permiten reducir el riesgo cardiovascular y son una fuente de proteínas y grasas saludables. El consumo de pescados y mariscos, por ser “muy ricos” en ácidos grasos y otros nutrientes, pueden ser consumidos hasta tres veces por semana, siendo recomendable que dos de estas raciones sean pescado azul, y en sustitución a la carne.
La guía también recoge la recomendación de dos raciones diarias de lácteos, tanto desnatados como enteros, y evitando los azúcares añadidos. A pesar de que los zumos de fruta sin azúcares añadidos gozaban de “mala” fama, ahora se ha demostrado que no son nocivos. En cuanto al cacao, es importante fijarse en que tenga una presencia de al menos un 70 por ciento, recomendando hasta 30 gramos diarios del mismo; los especialistas han considerado igualmente beneficioso tomar hasta cinco tazas de café al día, sin azúcar añadido.
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A pesar de las grandes controversias que ha provocado el consumo de huevos en los estudios, cocinarlo con aceite no se relaciona con un mayor riesgo cardiovascular y, si bien la yema tiene mucho colesterol, “no es tan nocivo como se pensaba”, y se trata de una fuente de proteína y de otros nutrientes de “primera calidad”. Legumbres como las alubias, los garbanzos o las lentejas, que son alimentos tradicionales en la cocina española, aportan beneficios a la salud cardiovascular si se consumen entre dos y tres veces por semana.
En el caso de las carnes, estas pueden consumirse hasta cuatro veces por semana, aunque han recalcado que es preferible la carne blanca a la roja, y retirando “toda la grasa que se pueda”. Además, han desaconsejado el consumo de embutidos y otros productos ultraprocesados. Del mismo modo, las nuevas carnes vegetales siguen siendo alimentos procesados, por lo que no están recomendados y “de momento no están considerados saludables”.
Esta recomendación se relaciona con la sal, que es uno de los alimentos que más influyen de forma negativa en la salud cardiovascular, razón por la que han aconsejado limitar su uso a cinco gramos diarios, además de promover alternativas como el zumo de limón, hierbas aromáticas, especias o ajo.
Si bien han desaconsejado el consumo de las bebidas alcohólicas por ser perjudiciales, sí han señalado que bebidas fermentadas como la cerveza o el vino son los menos dañinos para el organismo, siempre en consumo moderado y recalcando que el mejor consumo “es cero”.
El documento también deja “malparadas” a las bebidas azucaradas, pues incrementan el riesgo de obesidad, diabetes y de las enfermedades cardiovasculares; sustituir estas bebidas por aquellas con cero azúcar en favor de edulcorantes tampoco es beneficioso, destacando que también aumentan el riesgo de diabetes y de enfermedades cardiovasculares.
Huella de carbono
Por su parte, el investigador emérito IDIBAPS Emilio Ros ha reseñado que “seguir una dieta vegetariana o de base vegetariana, como la mediterránea, puede reducir la huella de carbono en un 10 por ciento”, además de permitir alimentar “a mucha más gente” con las mismas superficies de cultivo. Ros ha citado un estudio de ‘Lancet’ que coloca a España como el país con mayor protección de esperanza de vida para 2040, algo que ha relacionado con el seguimiento de la dieta mediterránea.
Según el mismo texto, el factor dietético con mayor responsabilidad de fallecimiento por cualquier causa a nivel mundial es la ingesta excesiva de sal (tres millones), seguida de la baja ingesta de cereales integrales (tres millones), la baja ingesta de fruta (2,5 millones), una dieta baja en frutos secos y semillas (2 millones), una dieta baja en verduras (1,5 millones) y un bajo consumo de pescado (1,5 millones).
Por último, ha aseverado que la Inteligencia Artificial puede “revolucionar” las ciencias de la nutrición, y es que el desarrollo de aplicaciones de reconocimiento visual podría detectar de forma “inmediata, precisa y completa” de todos los alimentos y nutrientes de la dieta, incluso en platos combinados.
Fuente: Europa Press.
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“La obesidad es un problema que afecta a 7 de cada 10 paraguayos”
Un factor que incide en la obesidad en algunos casos es la genética, si uno de los padres presenta obesidad hay un riesgo del 40 % a 50 % de que el escolar o adolescente también presente sobrepeso u obesidad, si ambos presentan obesidad ya estamos hablando de un 60 % a 80 %, clar ame n t e esto tiene que ver con la genética, pero mucho más con los hábitos que adquirimos en la casa, explica la licenciada en Nutrición Lorena Benítez. Agrega que la mala alimentación, la vida sedentaria y el estrés son factores que contribuyen a aumentar el número de personas afectadas.
En nuestro país, las estadísticas señalan que la obesidad afecta a siete de cada diez paraguayos. “Es fundamental concientizar sobre el impacto de la obesidad en la salud, no solo se trata de un problema de peso, sino también es el antecedente más importante de otros problemas de salud como la diabetes, la hipertensión arterial, problemas con el colesterol y enfermedades cardiovasculares que hoy por hoy representan una enorme carga para los servicios de salud y la mayor causa de mortalidad en nuestro país y en el mundo”, afirma.
NO SOLO EN LO FÍSICO
La profesional subraya que la obesidad no solo impacta en la salud física, sino también en la mental, las personas con obesidad tienen mayor riesgo de padecer depresión, ansiedad y estrés, además de trastornos del sueño. “La prevención es clave para combatir esta enfermedad, las principales recomendaciones incluyen mantener una alimentación saludable y equilibrada, con frutas, verduras, carnes magras y reducción de azúcares y grasas saturadas; realizar actividad física regularmente (al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado); controlar la calidad del sueño, entre otras”, explica.
Sin embargo, una vez que la obesidad se ha instalado, el enfoque multidisciplinario es la estrategia más efectiva para su tratamiento. Este incluye el apoyo de especialistas en nutrición, psicología, medicina y actividad física, combinando estrategias médicas y conductuales.
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Senave capacitará a productores para mejorar negociaciones de exportación
Pastor Soria, presidente del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), comentó que la producción frutihortícola está creciendo y, por ende, aumenta la exportación, por lo que trabajarán para que los productores puedan vender mejor.
“Estamos aumentando la producción de productos frutihortícolas. Tenemos una altísima calidad en todos nuestros productos y lo que vamos a hacer es capacitar a los productores para que puedan ser mejores negociadores”, manifestó Soria a la 920 AM.
Precisó que iniciaron el año de forma exitosa con la exportación de limón tahití y ahora están trabajando para exportar mango y aguacate. Según Soria, la clave está en identificar mercados y ofrecer productos de calidad. Una marca tiene más facilidad para ingresar a un mercado si el consumidor la prefiere, resaltó.
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“Desde Senave enfatizamos la calidad porque en el aspecto sanitario ya contamos con un alto nivel de armonización. Paraguay tiene un estatus sanitario sólido, pero debemos mejorar en calidad para garantizar acceso a más mercados. Para lograrlo, trabajamos en mejorar las condiciones del suelo, la nutrición, la genética y la tecnología, en coordinación con el Ministerio de Agricultura y sus dependencias”, expresó.
Expuso que la banana es un rubro clave con alto potencial de crecimiento en superficie y rendimiento. Por eso, buscan optimizar su producción con tecnología en riego, fertilización y sanidad. También prevén importar genética de banana de Costa Rica y Ecuador para mejorar calidad y reducir el tiempo de producción de 8 a 6-7 meses, aumentando así la rentabilidad.
El titular del Senave afirmó que Paraguay tiene recursos naturales excepcionales, pero que se deben aprovechar mejor. La variabilidad climática exige un plan nacional de riego para fortalecer la agricultura familiar. Actualmente, el MAG gestiona financiamiento para llevar agua a los productores a bajo costo.