A medida que se envejece, se puede experimentar progresivamente el deterioro cognitivo, que incluye signos como la pérdida de la memoria, la dificultad para concentrarse y solucionar problemas. A la par, el riesgo de sufrir demencia también aumenta. La alimentación juega un rol fundamental para prevenir estas alteraciones y cuidar la salud cognitiva.

Según investigaciones de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, el exceso de harinas refinadas, azúcar, alimentos ultraprocesados y carnes procesadas promueven la inflamación del cuerpo. Un cerebro inflamado es más proclive a desarrollar dificultades cognitivas, que pueden incluir la pérdida progresiva de la conciencia.

De ahí que para disminuir el riesgo de desarrollar cualquier tipo de alteraciones neurodegenerativas, la nutrición es una aliada, especialmente, cuando se incluyen alimentos antiinflamatorios en la dieta diaria.

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Para cuidar la salud cognitiva, es necesario priorizar el consumo de los “flavonoides”, que son compuestos químicos antioxidantes, que se encuentran en diversos alimentos y que poseen propiedades biológicas antiinflamatorias. Las frutas, verduras, legumbres y el té verde son algunos de los alimentos que se destacan por su riqueza en “flavonoides”.

Estos cuatro grupos de alimentos antiinflamatorios también ayudan a prevenir la demencia, según se destaca en un estudio publicado en el medio especializado “Neurology”, la revista de la Academia Americana de Neurología (AAN). Más allá de las recomendaciones, a la hora de elaborar un plan de alimentación, siempre es importante recurrir a un profesional médico o de la nutrición.

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