La caída de cabello no distingue edades ni sexos, por lo que puede presentarse en cualquier momento, tanto en mujeres como en hombres. Se trata de una condición muy común y se da como resultado de múltiples causas o factores: desde un déficit nutricional o estrés hasta alguna enfermedad de base.

La ausencia de minerales como el hierro, el zinc o el magnesio está relacionada con la pérdida del pelo, además del déficit de algunas vitaminas como la C, B, A, E y D, que favorecen la elasticidad del pelo y estimulan su crecimiento, beneficiando la salud capilar. Estos nutrientes se pueden obtener principalmente a través de una alimentación balanceada y saludable que incluya proteínas, carbohidratos, grasas, frutas y verduras.

Resulta fundamental evitar igualmente el consumo de azúcar, sal, embutidos o alimentos con alto contenido de grasa, pescados que contienen alto índice de mercurio y alcohol. Todos repercuten negativamente en la salud capilar.

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Ante los primeros signos de una caída irregular de cabello, se recomienda acudir en primer lugar junto a un especialista en dermatología para conocer las razones de esta afección y descartar ciertas condiciones como la alopecia, una condición caracterizada por la pérdida anormal del cabello.

Paralelamente, para evitar la caída de cabello es fundamental tratar el cabello con suavidad y utilizar productos de calidad que cuiden el cuero cabelludo. También es importante realizar masajes en el cuero cabelludo para estimular los folículos pilosos. Reducir el nivel de estrés y tomar suficiente sol constituyen otras medidas cruciales para cuidar la salud capilar.

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