Para disfrutar de una buena taza de café no solo es importante cuidar el modo de preparación, sino también de conservación. Almacenar los granos en la heladera no siempre es la mejor opción. Conocé cuáles son los riesgos de conservar el café a temperaturas muy bajas.

Entre los mayores enemigos del café se encuentran el exceso de temperatura, la humedad y el contacto con el oxígeno, según apuntan los principales productores del grano. Por este motivo, resulta fundamental mantener el producto en un lugar fresco, con temperatura de entre 15 °C a 25 °C. De ahí que la heladera no es el mejor lugar atendiendo a que puede generar humedad en el paquete o recipiente.

Siempre es mejor optar por un lugar seco, donde se pueda evitar la oxidación de los granos por efecto del ambiente. Conforme se consuma, mantener aislado el café dentro de su empaque, correctamente sellado, también es importante para conservarlo correctamente. Con estos cuidados se logrará mantener el aroma y el sabor característicos de esta deliciosa bebida.

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El consumo de cafeína, dentro de los límites saludables, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares debido a su riqueza en polifenoles antioxidantes. Unas pocas tazas de café al día también pueden disminuir el riesgo de diabetes tipo 2, además de ayudar a controlar el peso y alargar la calidad de vida.

Esta bebida estimula el sistema nervioso central, favoreciendo la concentración y memoria, así como el rendimiento físico. El estímulo que produce la cafeína sobre el sistema nervioso central contribuye a reducir la fatiga e incrementa el rendimiento tanto en actividades mentales como deportivas.

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