Un estudio realizado por la Universidad de Harvard reveló cuál es el momento de la vida en el que se alcanza el punto pleno de felicidad y estabilidad emocional y, por otro lado, la edad en que estos aspectos tan anhelados desaparecen. Según el análisis de la prestigiosa institución, que fue replicado por la prensa internacional, una buena vida está relacionada con la calidad de las relaciones que una persona desarrolla a lo largo de su vida.
Según el estudio, las personas de edad media en el rango de 47 o 48 años son las más infelices. Esto se debe a que se tienen una visión “deformada” de lo que es la vida en términos de responsabilidades y preocupaciones. A esta edad se está más expuesto a factores que alteran el nivel de bienestar como el estrés, problemas de salud, de trabajo, económicos o financieros.
Resulta muy frecuente que dentro de esta franja de edad las personas se sientan más desanimadas, tristes o infelices, ya que se trata de una etapa de la vida difícil, donde hay mayor predominancia de factores que impactan negativamente la vida de las personas.
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Por otra parte, las personas que son más felices rondan los 60 años debido a que a en esta franja etaria se adquiere un mayor sentido y comprensión de la vida. Por esta razón, las personas mayores disfrutan esta etapa de sus vidas sin mayores preocupaciones. A esta edad el cerebro prioriza más a los aspectos positivos o situaciones que brinden felicidad, antes que los aspectos negativos que pueden afectar emocionalmente de manera innecesaria.
El estudio puntualizó que, más allá de factores como la edad, cualquier persona puede ser capaz de cambiar positivamente distintos aspectos en su vida en cualquier momento, siempre y cuando lo desee y tenga la predisposición para hacerlo.
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Embajada de EE. UU. en Paraguay aclara sobre visas para estudiantes extranjeros
La Embajada de Estados Unidos en Paraguay garantiza la continuidad de los trámites de visas para estudiantes, así como la gestión de nuevas solicitudes. Esta aclaración se da ante publicaciones noticiosas que señalan la suspensión de la tramitación, en el marco de la actual situación jurídica entre el gobierno norteamericano y la Universidad de Harvard.
“La Embajada de los EE. UU. está al tanto de los informes de noticias relacionados con la programación de citas de visas de estudiantes. La Administración Trump está enfocada en proteger a nuestra nación y a nuestros ciudadanos manteniendo los más altos estándares de seguridad nacional y pública, a través de nuestro proceso de visas”, refiere el comunicado de la Oficina de Comunicación y Prensa de la representación diplomática.
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“Tenga en cuenta que las citas de visas F, M y J previamente programadas continuarán según lo previsto. Los solicitantes de visas también pueden seguir presentando sus solicitudes. La Embajada compartirá más información sobre la programación de nuevas entrevistas de visado de estudiante en los próximos días”, acota la embajada norteamericana de Asunción.
El presidente estadounidense Donald Trump acusa a Harvard de ser un foco de antisemitismo e ideología liberal progresista y que se negó a someterse a una supervisión de las matrículas y la contratación. La Casa Blanca afirma que el dinero público debería destinarse a “centros y programas de formación profesional y a escuelas estatales donde se promueven los valores estadounidenses”, declaró la portavoz Karoline Leavitt.
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Suspenden tramitación de visas de EE. UU. para estudiantes extranjeros
- Washington, Estados Unidos. AFP.
La administración de Donald Trump, en plena ofensiva contra la universidad estadounidense de Harvard, ordenó suspender la tramitación de visas para estudiantes extranjeros, a los que quiere analizar en las redes sociales, una decisión que China fustigó el miércoles. En su última medida contra la prestigiosa universidad, la Casa Blanca indicó que ahora quiere poner fin a todos sus contratos con Harvard.
Pero la ofensiva de Trump, decidido a imponer su programa nacionalista y conservador en el mundo de la educación, va más allá de esta prestigiosa institución acusada de complacencia antisemita, de tener vínculos con el partido comunista chino y, más ampliamente, de ser un foco de propagación de ideas demasiado radicales. Ahora apunta a los estudiantes extranjeros.
En un documento interno consultado por AFP, el Departamento de Estado solicitó a las embajadas y consulados que no autoricen “citas para nuevas visas de estudiantes o programas de intercambio” mientras esperan la publicación de “directrices sobre el examen exhaustivo de las redes sociales para todas las solicitudes de este tipo”.
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“El objetivo, como han declarado el presidente y el secretario de Estado (Marco) Rubio, es asegurarse de que las personas que están aquí entiendan lo que es la ley, que no tengan intenciones criminales”, justificó la portavoz del jefe de la diplomacia estadounidense, Tammy Bruce.
Desde el regreso del republicano Trump a la Casa Blanca, cientos de estudiantes extranjeros ya han visto sus visas canceladas y estudiantes en situación legal en territorio estadounidense que participaron en manifestaciones propalestinas fueron arrestados y amenazados con la expulsión.
El presidente estadounidense quiere prohibir además a Harvard que reciba estudiantes extranjeros, que representan el 27% del total de su alumnado. Un juez emitió una orden de suspensión de la orden de Trump a la espera de una audiencia sobre el asunto el jueves.
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“Amenazados de expulsión”
Estudiantes estadounidenses y extranjeros expresaron su preocupación el martes durante una manifestación en Harvard, donde pidieron que se “permita quedarse” a quienes vienen a estudiar desde otros países.
“Todos mis amigos y compañeros internacionales, profesores e investigadores están en peligro y amenazados de expulsión, o su alternativa es cambiar” de universidad, afirma Alice Goyer, vestida con toga negra.
Los estudiantes extranjeros “que están aquí no saben a qué atenerse, y aquellos que están fuera no saben si podrán regresar... No sé si haría un doctorado aquí, seis años es mucho tiempo”, afirma Jack, un estudiante británico que solo da su nombre de pila.
Como reacción, Hong Kong y Japón ya expresaron su disposición a abrir las puertas de sus universidades a estudiantes extranjeros que se vean obligados a renunciar a Harvard.
“Hemos pedido a las universidades (japonesas) que consideren posibles medidas de apoyo, como la acogida de estudiantes extranjeros inscritos en universidades estadounidenses”, declaró la ministra japonesa de Educación, Toshiko Abe. Las universidades de Tokio y Kioto ya indicaron que están considerando acoger a algunos.
“Menos graduados LGBT+”
La administración Trump acusa a esa universidad, ubicada en la localidad de Cambridge, en el estado de Massachusetts, de permitir que prospere el antisemitimos y de propagar ideologías progresistas “woke”, un término peyorativo para referirse a la investigación sobre género, derechos humanos, discriminación racial y políticas de diversidad.
El gobierno estadounidense también acusa a Harvard de tener vínculos con el Partido Comunista Chino.
“Instamos a Estados Unidos a garantizar concretamente los derechos e intereses legítimos de los estudiantes internacionales, incluidos los estudiantes chinos”, afirmó el miércoles en rueda de prensa en Pekín Mao Ning, una portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.
El gobierno federal estadounidense ya ha eliminado más de 2.000 millones de dólares en subsidios para la universidad, lo que ha frenado algunos programas de investigación. Según los medios estadounidenses, los contratos firmados por el ejecutivo con Harvard, que ahora la Casa Blanca quiere cesar, representan 100 millones de dólares.
“El presidente está más interesado en la idea de dar el dinero del contribuyente a escuelas y programas de comercio, así como a escuelas públicas que promuevan los valores estadounidenses, pero sobre todo eduquen a la próxima generación en base a las competencias que necesitamos en nuestra economía y sociedad”, declaró su portavoz, Karoline Leavitt, en el canal Fox News el martes por la noche. “Necesitamos más de estas cosas y menos graduados LGBT+ de Harvard”, subrayó.
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Harvard: bloquean el veto a inscripción de extranjeros
- Nueva York, Estados Unidos. AFP.
Una jueza estadounidense bloqueó el viernes pasado de manera temporal la decisión del gobierno de Donald Trump de impedir que la Universidad de Harvard matricule y acoja a estudiantes extranjeros, por considerar la medida inconstitucional. El jueves, la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, revocó la potestad de Harvard para matricular a extranjeros, amenazando el futuro de miles de estudiantes y los valiosos recursos que inyectan a la institución.
Pero Harvard presentó una demanda en contra de la medida y la jueza Allison Burroughs, del tribunal federal de Massachusetts, prohibió el viernes “a la administración Trump implementar (...) la revocación de la certificación SEVIS (Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio)”. La decisión gubernamental ha quedado suspendida hasta una audiencia judicial preliminar el 29 de mayo.
Más de un cuarto de los alumnos de Harvard son extranjeros. Trump está furioso con Harvard, de donde han salido 162 premios Nobel, por rechazar su exigencia de que se someta a supervisión en materia de admisiones y contrataciones. Para el mandatario, la universidad es un foco de antisemitismo e ideología liberal progresista.
Su gobierno ya amenazó con revisar 9.000 millones de dólares de financiación gubernamental a Harvard, congeló una primera partida de 2.200 millones de dólares en subvenciones y 60 millones de dólares en contratos oficiales, y deportó a una investigadora de la Facultad de Medicina de esa universidad.
Este es “el último acto del gobierno en clara represalia por el ejercicio de los derechos de Harvard, amparados por la Primera Enmienda, al rechazar las exigencias del gobierno para controlar la gobernanza, el currículo y la ‘ideología’ de su profesorado y estudiantes”, afirmó la universidad en su demanda.
Harvard pedía a la justicia “detener la acción arbitraria, caprichosa, ilegal e inconstitucional del gobierno”. La pérdida de estudiantes extranjeros podría resultar costosa para Harvard, que cobra decenas de miles de dólares anuales de matrícula.
“Jueza comunista”
El subdirector de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, cuestionó la decisión de la jueza federal. Al conceder una pausa temporal, “una jueza comunista ha creado un derecho constitucional para que extranjeros (...) sean admitidos en universidades estadounidenses financiadas con dólares de los impuestos estadounidenses”.
El veto se dio mediante la revocación a Harvard de la certificación del programa SEVIS, que permite a los estudiantes extranjeros estudiar en Estados Unidos. La revocación impediría a la universidad recibir a estudiantes internacionales con visados de no inmigrante F o J para el curso académico 2025-2026.
El presidente de Harvard, Alan Garber, condenó el viernes la “acción ilegal e injustificada” del gobierno de Trump. “Pone en peligro el futuro de miles de estudiantes y académicos de Harvard y funciona como advertencia para innumerables personas de universidades de todo el país que han venido a Estados Unidos para continuar su educación y cumplir sus sueños”, señaló.
Estudiantes chinos
La secretaria de Seguridad Interior de Trump dijo el jueves que el gobierno “responsabiliza a Harvard por fomentar la violencia, el antisemitismo y la coordinación con el Partido Comunista Chino en su campus”. Los estudiantes chinos representan más de una quinta parte de la matrícula internacional de Harvard, según cifras de la universidad, y Pekín afirmó que la decisión “solo dañará la imagen y la posición internacional de Estados Unidos”.
“La parte china se ha opuesto sistemáticamente a la politización de la cooperación educativa”, declaró la portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning. Karl Molden, un austríaco que estudia en Harvard, afirmó haber solicitado su traslado a Oxford, en Reino Unido, por temor a las medidas del gobierno estadounidense.
“Da miedo y es triste”, declaró a la AFP el jueves este estudiante de 21 años de literatura clásica, quien calificó su admisión en Harvard como el “mayor privilegio” de su vida. Los líderes de la sección de Harvard de la Asociación de Profesores Universitarios calificaron la decisión de Trump como “la última de una serie de medidas abiertamente autoritarias y de represalias contra la institución de educación superior más antigua de Estados Unidos”.
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Harvard: estudiantes extranjeros ya no serán matriculados
En una nueva escalada de las tensiones con Harvard, la administración de Donald Trump retiró el derecho a la prestigiosa universidad a matricular estudiantes extranjeros.
En una carta dirigida al presidente de Harvard, Alan Garber, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, le anunció la “revocación”, con “efecto inmediato”, de la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVIS), que permite a los estudiantes extranjeros estudiar en Estados Unidos.
“Harvard tuvo muchas oportunidades de hacer lo correcto. Se negó. Han perdido su certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio como resultado de su incumplimiento de la ley”, escribió Noem en la red social X.
“Que esto sirva de advertencia a todas las universidades e instituciones académicas del país”, agregó. Noem acusa a la universidad de “fomentar la violencia, el antisemitismo y coordinarse con el Partido Comunista Chino en su campus”.
“La acción del Gobierno es ilegal. Estamos plenamente comprometidos a mantener la capacidad de Harvard para acoger a nuestros estudiantes y académicos internacionales, que proceden de más de 140 países y enriquecen a la Universidad –y a esta nación– de manera inconmensurable”, reaccionó la universidad en un comunicado enviado a la AFP.
“Esta acción de represalia amenaza con perjudicar gravemente a la comunidad de Harvard y a nuestro país, y socava la misión académica y de investigación de Harvard”, agrega el comunicado.
En el curso académico 2024-2025, el 27,2 % de los estudiantes, casi 6.800 de los 30.000 alumnos de Harvard son extranjeros, según la página web ShunStudents.
La nueva medida se inscribe en la lucha sin cuartel del gobierno de Trump contra las universidades del país, a las que acusa de permitir el antisemitismo en los campus a raíz de las manifestaciones propalestinas del año pasado.
A diferencia de universidades como Columbia, que han aceptado acatar las nueva política de la administración republicana, Harvard demandó en Justicia a la administración hace un mes por el intento de imponer cambios en su plan de estudios, sus políticas de admisión y sus prácticas de contratación.