Por sus múltiples beneficios, el té de manzanilla es frecuentemente utilizado como un agente paliativo de diferentes malestares atendiendo a sus propiedades descongestivas y antiinflamatorias. Según importantes estudios, el consumo de esta infusión en determinados horarios, principalmente después de comer, puede resultar sumamente beneficioso para el organismo.

El té de manzanilla es un gran aliado para la salud por sus múltiples usos medicinales. Debido a sus propiedades antiinflamatorias, digestivas y antiespasmódicas, la infusión ayuda a disminuir los síntomas de náuseas, vómitos y gases, además de prevenir problemas gastrointestinales como la gastritis y las úlceras gástricas, según importantes estudios médicos, que fueron difundidos por la prensa internacional.

Investigaciones científicas indican igualmente que debido a que es rica en apigenina, un compuesto natural de efecto ansiolítico, la manzanilla actúa sobre el sistema nervioso central, combatiendo el estrés y la ansiedad.

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El mejor horario para disfrutar del té de manzanilla sería después de cada comida, teniendo en cuenta que la planta aporta quercetina, un pigmento vegetal que controla el azúcar en la sangre luego de ingerir alimentos. De esta forma, el ingrediente natural permite que el organismo metabolice de manera más adecuada los alimentos, ayudando también a reducir las digestiones pesadas.

Más allá de sus propiedades digestivas como antiinflamatorias, sumadas a su efecto para combatir el estrés, el té de manzanilla sería además una bebida ideal para complementar el tratamiento contra el insomnio. Beber la infusión por la noche, poco antes de irse a dormir, también podría contribuir a un mejor descanso.

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