La limpieza del baño es extremadamente importante, ya que en este lugar pueden haber muchas bacterias que afecten a nuestro organismo. Por eso, mantenerlo limpio es necesario para el cuidado de la salud, pero ¿cada cuánto debemos hacerlo?
Un baño limpio y libre de olores genera un ambiente agradable, incluso algunos estudios confirman que un espacio en óptimas condiciones pueden reducir significativamente los niveles de cortisol, por consiguiente el estrés. Aunque también es cierto que los hábitos de limpieza dependen mucho de la educación de las personas, así como de sus costumbres, recursos y disponibilidad de tiempo.
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Se dieron a conocer que ciertas situaciones que se generan en el baño pueden ocasionar enfermedades infecciosas como el norovirus, el covid-19 y la influenza. La revista científica Nature informó que cada vez que se realiza una descarga de inodoro se elevan aerosoles con una altísima carga de microorganismos patógenos, ya que las heces y la orina son las que los contiene.
¿Cuántas veces es lo recomendable?
De acuerdo a esta investigación, lo recomendable es lavar el baño al menos una vez a la semana para asegurar que los microorganismos que podrían generar enfermedades a través de bacterias, hongos y virus, no proliferen de forma dañina para la salud. Es importante que el aseo sea profundo, limpiando superficies como el piso, las paredes, el lavamanos, la tapa del inodoro y otras superficies que se ensucien con facilidad, como los espejos.
Esta científicamente demostrado que el plazo de tiempo que toman las bacterias y suciedad para acumularse y suponer una amenaza para la salud son de una a dos semanas, aunque depende del caso. Por ello, sugieren lavar el retrete y lavamanos una vez a la semana, la ducha una vez cada dos semanas, las cortinas desinfectar semanalmente, cambiar de toalla a diario y las esponjas que se pasan por el cuerpo introducirlas en agua hirviendo durante dos minutos a diario.
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Este error al trasplantar hace que las plantas mueran
- Madrid. Europa Press.
Trasplantar una planta puede parecer una tarea sencilla, pero el más mínimo error puede debilitarla e incluso poner en riesgo su supervivencia. Aunque muchas personas optan por realizar esta tarea en primavera, los expertos en jardinería coinciden en que febrero y marzo son los meses ideales para hacerlo. Sin embargo, advierten de un error común que muchos cometen después del trasplante y que puede hacer la planta muera.
Según el experto en plantas Ángel Illescas Nombela, aunque el trasplante puede realizarse en cualquier época del año, los meses de setiembre y octubre (equivalente a la primavera europea) son los más recomendables. “Le vamos a ganar tiempo a la planta en el enraizamiento”, explica en un vídeo compartido en TikTok, señalando que, cuando llegue la primavera, la planta ya estará bien asentada en su nuevo sustrato y podrá crecer con mayor vigor.
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El especialista detalla dos métodos para realizar el trasplante. Si se quiere cambiar una planta de una maceta pequeña a otra más grande, el procedimiento puede realizarse en cualquier momento del año.
Sin embargo, si el objetivo es mantener la misma maceta y renovar completamente el sustrato, es fundamental hacerlo antes de la llegada de la primavera. “Cuando vamos a destruir mucha tierra y mucha raíz hay que hacerlo en febrero”, destaca Illescas Nombela.
Para ello, recomienda retirar las malas hierbas, eliminar parte del sustrato viejo y cortar ligeramente las raíces para estimular su crecimiento. Posteriormente, se debe añadir tierra nueva y asegurarse de que la planta tenga un buen sustrato para nutrirse adecuadamente.
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El trasplante
Una vez realizada la tarea, el riego es un punto clave, y es aquí donde muchos se equivocan. Álvaro Pedrera, conocido en redes sociales como @ypikue, advierte que regar en exceso tras el trasplante puede ser perjudicial. “Si después de trasplantarse te ponen mal las plantas, estás cometiendo un error”, señala en su vídeo.
El problema surge porque cada sustrato tiene una capacidad de retención de agua diferente. Si el nuevo sustrato retiene más humedad que el anterior y se riega como siempre, las raíces pueden estar expuestas a un exceso de agua, provocando que las hojas se tornen amarillas y la planta enferme. Para evitarlo, Pedrera recomienda regar con moderación tras el trasplante. “Riega, pero no empapes la planta. Mejor ve poco a poco y riega como si quisieras llenar un cuarto del volumen de la maceta. Después, quita el exceso de agua”, aconseja.
Cómo cuidar la planta
Para garantizar que la planta se adapte correctamente a su nueva maceta, los expertos sugieren seguir estos consejos:
Elegir el momento adecuado: agosto y setiembre son los mejores meses para realizar el trasplante y favorecer el crecimiento de las raíces antes de la llegada de la primavera.
Renovar el sustrato: es fundamental utilizar un sustrato de calidad que proporcione los nutrientes necesarios para el desarrollo de la planta.
No excederse con el riego: regar con moderación tras el trasplante para evitar que el sustrato retenga demasiada agua.
Ubicación y temperatura: colocar la planta en un lugar adecuado según sus necesidades de luz y temperatura para favorecer su adaptación.
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Carnicero revela cómo evitar que la carne suelte agua al cocinarse
- Madrid. Europa Press.
Cocinar un filete a la plancha y ver cómo empieza a soltar agua es un problema habitual en muchas cocinas. Esto suele generar la idea de que la carne es de mala calidad o ha sido inyectada con agua, pero, según los expertos, hay otros factores que explican este fenómeno.
En este sentido, Alberto Salto, carnicero con más de 32 años de experiencia y conocido en TikTok como @el_as_carnicero, ha explicado en un vídeo los principales motivos por los que la carne libera jugos al cocinarse y qué se puede hacer para evitarlo.
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Por qué suelta agua
Según Salto, hay tres razones principales que explican por qué la carne suelta agua en la sartén o la plancha:
Carne demasiado fría: pasar la carne directamente de la nevera a la plancha provoca un cambio brusco de temperatura que hace que los jugos se liberen. Solución: “atempera la carne, déjala al menos 30 minutos fuera de la nevera antes de cocinarla”, recomienda el experto.
Plancha poco caliente: un error común es cocinar la carne en una plancha que no ha alcanzado la temperatura adecuada. “Si la plancha no está bien caliente, en vez de sellarse, la carne se cuece y pierde sus jugos”, advierte Salto. Para evitarlo, aconseja asegurarse de que la superficie esté bien caliente antes de colocar el filete.
Exceso de humedad en la superficie: la carne suele retener humedad, sobre todo cuando se saca del envase o del papel en el que ha sido envuelta. Según el carnicero, “si está mojada, al ponerla en la plancha, lo primero que hará es liberar ese líquido”. Para evitarlo, recomienda secar la pieza con papel de cocina antes de cocinarla.
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El sellado rápido
Más allá de estos factores, Salto comparte un consejo clave que aplican los expertos en cocina: sellar la pieza rápidamente para mantener los jugos en su interior. “El tip de un buen profesional y un buen carnicero es un buen sellado rápido”, asegura.
Esto se logra cocinando la carne a fuego alto durante unos segundos por cada lado, creando una costra que impide que los jugos se escapen. De esta manera, se consigue un filete más jugoso y sabroso.
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Cómo cortar un sándwich para repartir mayor cantidad
- Madrid. Europa Press.
A la hora de repartir un sándwich, especialmente entre hermanos o amigos, surge un dilema que ha dado pie a más de un debate en redes sociales: ¿es mejor cortarlo en diagonal o en vertical para obtener una mayor cantidad? Aunque la lógica dice que el resultado debería ser el mismo, la percepción visual puede llevar a pensar lo contrario, generando dudas sobre cuál es la mejor opción.
Este es precisamente el planteamiento que ha analizado Laura, una profesora de matemáticas de secundaria, en un vídeo en TikTok (@laurimathteacher), en el que desglosa con rigor matemático si existe realmente una forma que permita obtener más cantidad al partir un sándwich o si, en realidad, todo es una cuestión de perspectiva.
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¿Un corte vertical o diagonal?
Para demostrar matemáticamente si el corte influye en la cantidad de sándwich repartida, la profesora utiliza un modelo geométrico basado en un cuadrado. Explica que, si el sándwich tiene forma cuadrada, todos sus lados serán iguales y los denomina como “A”. A partir de ahí, calcula las áreas resultantes según la forma del corte.
Si el sándwich se corta en diagonal, el resultado son dos triángulos. La fórmula para calcular el área de un triángulo es (base X altura) / 2. En este caso, la base y la altura coinciden con los lados del cuadrado, es decir, “A”. Aplicando la fórmula, el área de cada triángulo es (A X A) / 2, lo que equivale a A (cuadrado) / 2.
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Por otro lado, si el sándwich se corta en vertical, se obtienen dos rectángulos. En este caso, la base sigue siendo “A”, pero la altura es la mitad del cuadrado, es decir, A/2. Aplicando la fórmula del área de un rectángulo (base X altura), el cálculo sería A X (A/2) = A (cuadrado) / 2.
Al comparar ambos resultados, la profesora concluye que, independientemente de cómo se corte, la cantidad de sándwich repartida es exactamente la misma. “Así que da igual cómo lo cortes”, afirma, aunque reconoce que, en lo personal, prefiere hacerlo en diagonal.
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¿Una selfi para precisar el tratamiento del cáncer?
- Washington, Estados Unidos. AFP.
Los médicos suelen empezar sus exámenes con la “prueba ocular”, un juicio rápido sobre si el paciente parece mayor o menor de su edad, que puede influir en decisiones médicas. Este diagnóstico intuitivo podría mejorarse pronto con inteligencia artificial (IA).
Un algoritmo de aprendizaje profundo figuró ayer jueves en la revista The Lancet Digital Health: FaceAge, que convierte un simple primer plano fotográfico en un número que refleja con mayor precisión la edad biológica de una persona, en lugar de la fecha de nacimiento en su historial médico. Entrenado con decenas de miles de fotografías, determinó que los pacientes con cáncer eran, en promedio, cinco años mayores biológicamente que sus compañeros sanos.
Los autores del estudio afirman que esto podría ayudar a los médicos a decidir quién puede tolerar con seguridad tratamientos severos y a quién le iría mejor con uno más suave. “Nuestra hipótesis es que FaceAge puede ser usado como un biomarcador en la atención oncológica para medir la edad biológica del paciente y ayudar al doctor a tomar estas difíciles decisiones”, dijo Raymond Mak, coautor del estudio y oncólogo de Mass Brigham Health, un sistema de salud de Boston afiliado a Harvard.
En el caso hipotético de dos pacientes, uno que a sus 75 años es ágil y presenta una edad biológica de 65, y otro más frágil, de 60 años, pero cuya edad biológica sube a 70, una radioterapia agresiva puede ser más apropiada para el primero, pero riesgosa para el segundo. La misma lógica puede aplicarse en decisiones relacionadas con operaciones de corazón, reemplazo de caderas o cuidados paliativos.
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Mayor precisión
Cada vez hay más evidencia de que los humanos envejecen a ritmos diferentes, según su genética, estrés, ejercicio y hábitos, como fumar o tomar alcohol. Aunque costosas pruebas genéticas pueden revelar cómo se degrada el ADN con el tiempo, FaceAge promete adentrarse al organismo con tan solo una selfi.
El modelo se entrenó con 58.851 retratos de adultos presumiblemente sanos por encima de 60 años, extraídos de bases de datos públicas. Se probó luego en 6.196 pacientes que recibían tratamiento en Estados Unidos y Países Bajos con fotos tomadas antes de su radioterapia. Pacientes con tumores malignos parecían en promedio 4,79 años mayores biológicamente que sus edades cronológicas.
Entre los pacientes con cáncer, una puntuación más alta en FaceAge predecía una peor supervivencia, incluso después de introducir edad, sexo y tipo de tumor. Las chances caían dramáticamente para quienes su edad biológica pasaba de 85. FaceAge determina los signos de envejecimiento diferente a cómo en general lo hacen las personas. Por ejemplo, las canas y la calvicie importan menos que los cambios sutiles en la musculatura facial.
Se les pidió a seis doctores examinar fotografías de los rostros de pacientes con cáncer terminal y determinar cuáles de ellos perecerían en los seis meses siguientes. Con la información de FaceAge en mano, sus predicciones mejoraron notablemente. El modelo además afirmó un meme ya famoso en internet, cuando estimó que la edad biológica del jovial actor estadounidense Paul Rudd era de 43 años en una foto tomada cuando tenía 50.
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Sesgos y dilemas éticos
Las herramientas de IA han sido objeto de escrutinio por no prestar suficiente atención a personas no blancas. Mak dijo que comprobaciones preliminares no revelaron sesgos raciales significativos en las predicciones de FaceAge; no obstante, el grupo entrena un modelo de segunda generación con 20.000 pacientes.
También ponen a prueba cómo factores como maquillaje, cirugías estéticas y la variación en la iluminación pueden engañar al sistema. Debates éticos saltan a la vista: una IA que puede leer la edad biológica a partir de un selfi puede ser una ayuda para médicos, pero también una tentación para las aseguradoras de vida o empresas que buscan medir el riesgo.
Saber que el cuerpo es biológicamente mayor de lo que se pensaba puede motivar cambios positivos en la salud o sembrar ansiedad, otro dilema sobre la mesa. Los investigadores tienen previsto abrir un portal FaceAge de acceso público donde las personas puedan subir sus retratos para participar en un estudio de investigación para validar el algoritmo. Las versiones comerciales para médicos le seguirán, pero solo después de más validación.