Las parejas que se hacen bromas son más felices y sólidas, afirma un estudio
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Las risas y tomarse el pelo o burlarse uno del otro hace que las parejas tiendan a ser más felices y duraderas, también les ayuda a enfrentar mejor sus diferencias, sobrellevar problemas de la cotidianeidad, ser más cómplices y compartir una vida juntos, según una reciente investigación.
Las parejas van construyendo su relación a través de las alegrías, penas, oportunidades, ilusiones y desesperanzas que se van presentando en el camino, además del amor que se tienen. Sin embargo, es igual de esencial compartir un buen sentido del humor, aunque pareciera un aspecto menor, la ciencia confirma que es más necesario de lo que se cree porque ayuda a tomarse las cosas con relajo y menos presión.
Hay muchas parejas que alimentan el sentido del humor haciéndose constantes bromas entre sí, y según un estudio de la Appalachian State University de Estados Unidos, el hecho de buscar la risa y promover los buenos momentos, hace que los enamorados construyan una relación más fuerte que les prepara para enfrentar las adversidades de la vida.
Es importante que las bromas no sean consideradas como ofensivas, hirientes o defensivas. Foto: Pexels
El poder de las bromas
De acuerdo al informe de los investigadores, las parejas con tendencia a las bromas se declaran satisfechas con su relación, datos con base en entrevistas en línea a 154 parejas heterosexuales a las que preguntaron por sus niveles de felicidad en la relación y por cómo afrontaban que se rieran de ellos, así como cuánto les gustaban reírse de los demás.
Los expertos descubrieron que a menudo las parejas tenían las mismas actitudes hacia las bromas y, cuando era así, se sentían más cómodas en su relación. Por eso, no solo tiene que haber una conexión de personalidades entre ambas partes, sino que también un sentido del humor necesario para que las bromas no sean consideradas como ofensivas, hirientes o defensivas.
Además, es muy importante que las bromas solo sean eso, inocentes, porque en el momento en que los sentimientos y quejas reales entran en juego, se corre el riesgo de herir a la otra persona. La habilidad de las parejas de reírse juntos genera mucha seguridad entre ellos, ya que se demuestran de ambas partes cuánto se conocen por dentro y por fuera, y esto ayuda a establecer una buena base para la relación.
La Biblia nos dice que Jesús, a más de salvarnos, nos vino a mostrar quién es el Padre: “…¡Los que me han visto a mí han visto al Padre! Entonces, ¿cómo me pides que les muestre al Padre?... Las palabras que yo digo no son mías, sino que mi Padre, quien vive en mí, hace su obra por medio de mí” (Jn. 14.7-10). Conocemos quién es realmente Dios al conocer a Cristo.
Muchas de las parábolas que Jesús enseñó tenían como fin mostrarnos el carácter del Padre. Una de las más famosas, la del Hijo pródigo, nos habla de un Padre cobertor, respetuoso de nuestras decisiones, proveedor, reconciliador, pero, a más de esto, misericordioso y lleno de gracia.
Quien no conoce a Dios como Padre, aún no lo conoce en esencia. Digo esto porque muchos ven a Dios más como juez, jefe, inalcanzable, y hasta tirano, pero Él es, básicamente, un Padre.
Esta parábola, la del Hijo pródigo, está precedida por dos anteriores que nos hablan de la “oveja perdida” (capítulo 15.1-7 de Lucas ) y la “moneda perdida” (Lc.15.8-10), para luego concluir con la del “Hijo pródigo”. Están relatadas a los publicanos y pecadores, personas despreciadas por los religiosos como los fariseos y escribas, que se creían mejores que los demás y juzgaban a Jesús como un hombre que se juntaba con la escoria de la sociedad. Estaban llenos de autosuficiencia y falsa moral, propias de los que profesan una religión sin realmente practicarla ni conocer a Dios.
Jesús, al relatar estas parábolas, estaba diciéndole, por un lado, a los pecadores, que, si se arrepienten y regresan a Dios, este les recibiría con los brazos abiertos y les perdonaría y restauraría y, por otro lado, a los fariseos, que les mostraría la verdadera actitud de un cristiano y la de Dios Padre, que es la de ser perdonador y amoroso, dispuesto a recibir al pecador arrepentido y tener compasión de Él.
Jesús relata en estas tres parábolas que, cuando uno se arrepiente, Dios no le recibe con una lista de reclamos sino que le perdona y hay “gran gozo” en encontrar al perdido.
En la parábola del “Hijo pródigo” nos habla de un hijo rebelde que dejó la casa del Padre para vivir como a Él se le antojaba. Por supuesto que eso obedecía a una profunda rebeldía e ingratitud hacia su amoroso y protector padre. Pero como casi siempre ocurre, una vez que ese hijo rebelde empieza a ver los efectos de su pecado y a pagar las consecuencias, “vuelve en sí” y regresa al lugar de donde nunca debió haber salido, a la casa del Padre.
Él ya no se creía digno de ser llamado hijo, pero el padre, con su gran amor, no vio las cosas así sino que lo recibió en amor y lo restauró a lo que era, un hijo. Le dio un anillo, símbolo de autoridad, una túnica, símbolo de cobertura, una sandalia, símbolo de testimonio y mató un cordero para festejar con él haciendo fiesta. El cordero simboliza a Cristo, quien pagó por nuestros pecados como el mayor símbolo de amor y restauración de Dios hacia un mundo rebelde (Juan 3.16).
Esta parábola no es más que la historia de todos los seres humanos que se han alejado de Dios, pero que siempre tendrán un Padre amoroso esperándoles para restaurarlos, si se acercan a Él arrepentidos, a través de su único mediador, Jesucristo: “Jesús le contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí. (Juan 14.6).
Viral: el motivo detrás de la atracción por los glúteos, según la IA
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La usuaria de X @narcol3psia abrió el debate sobre el exagerado interés de los hombres por los glúteos de la mujer. La consulta de la internauta se viralizó al punto que Grok, la inteligencia artificial (IA) de X, se sumó al debate, revelando el motivo del gusto de los hombres hacia las nalgas de una mujer.
“¿Por qué a los tíos os gustan tanto los culos si de ahí sale caca?”, reza el escrito de @narcol3psia, que ya suma más de 996.000 vistas. En respuesta, un usuario preguntó a Grok cuál era su opinión respecto a la atracción de los hombres por los glúteos del sexo opuesto.
“La atracción por los glúteos tiene raíces biológicas y culturales. Desde la evolución indican salud y fertilidad (almacenamiento de grasa para reproducción). La cultura las resalta en medios y en la moda, y lo psicológico, como el tabú, añade intriga. Aunque tengan una función biológica, la mezcla de estos factores los hace atractivos. Curioso: ¡varía mucho entre culturas!”, respondió la IA de X.
Además de la respuesta de la IA, otros usuarios respondieron a la pregunta de la joven.“Es un instinto, las caderas anchas en las mujeres son consideradas como fertilidad, o algo así leí por allí”, “Por eso mismo paula, por la caca. Un placer haber aclarado tu duda. Un saludo”, “Porque es la única forma de sentir algo cuando os la metemos”, “Las tetas son mejores y vengan de a uno”, “Porque está más apretado y porque es una nueva experiencia”, entre otras.
En horas de la madrugada de este martes, los efectivos policiales intervinientes lograron la detención del joven, y la incautación de la camioneta. Foto: Gentileza
Una fuerte escena de violencia y prepotencia fue grabada por transeúntes que presenciaron cómo un joven intentó atropellar a su expareja con su camioneta en plena vía pública sobre la Avenida Osvaldo Tishler del distrito de Hohenau, en el departamento de Itapúa.
Según el informe policial, el joven identificado como Vinucius Muller, de 19 años, se encontraba siguiendo al vehículo en el cual su expareja y unos amigos se encontraban transitando, cuando los ocupantes del automóvil se percataron de que eran perseguidos por el joven los mismos intentaron huir y terminaron refugiándose en un comercio donde se encontraban más personas.
La intención de los jóvenes era evitar cualquier confrontación con el conductor de la camioneta, pero esto no evitó que este último decidiera cruzar de contramano, subir al paseo central e ir hasta el lugar para pelear con la mujer.
En las imágenes se puede observar cómo el conductor de la camioneta empieza a agredir verbalmente a su expareja y a sus amigos, intentando inclusive golpearlos con lo que sería un bate de béisbol que tenía en su poder. Luego de que la mujer a los gritos y empujones lograra ahuyentarlo con la amenaza de llamar a la policía, el joven sube a su camioneta e intenta atropellar a su exnovia antes de darse a la fuga.
“La mujer fue auxiliada por los efectivos intervinientes y derivada hasta el Hospital de Hohenau, donde los médicos refirieron que se encontraba fuera de peligro, ya que las heridas no revistieron mayor gravedad”, indicó el Suboficial primero Derlis Venialgo en conversación con la corresponsal de Nación Media, Rocío Gómez.
Finalmente, en horas de la madrugada de este martes, los efectivos policiales intervinientes lograron la detención del joven, y la incautación de la camioneta, mientras que el detenido fue puesto a disposición del Ministerio Público y sería imputado por violencia intrafamiliar.
El vertiginoso ritmo de vida actual erosiona nuestra capacidad de amar y desear de manera auténtica porque estamos más enfocados en la gratificación instantánea, lo que nos hace descuidar otros aspectos igual de importantes para la experiencia humana. La proliferación de la pornografía no solo refleja, sino que también refuerza, una cultura narcisista en la que ya no se cultiva la conexión genuina con el otro.
La egocéntrica sociedad contemporánea promueve la búsqueda constante de nuevas y más variadas experiencias, lo que desalienta la paciencia para desarrollar relaciones significativas. Los supuestos del capitalismo neoliberal, sumados a la cultura del consumo y lo que emana de ella, atentan contra la dimensión trascendental del eros.
El eros es un concepto con significados que evolucionaron a lo largo de la historia de la filosofía, la literatura y la cultura. En esencia, es el impulso que lleva a los humanos hacia la unión, el amor y la belleza, que tiende a manifestarse a través del deseo sexual, pero también como una aspiración hacia la verdad absoluta y/o la cohesión espiritual.
Por ejemplo, Sigmund Freud utilizó el término eros para referirse a las fuerzas de vida o a los impulsos sexuales que buscan la preservación y la creación de vida. Eros, en la teoría freudiana, se opone a tánatos (el impulso de muerte).
Eros
FUERZA CREADORA
Eros fue entendido tanto como una fuerza creadora y constructiva como una experiencia compleja y a veces dolorosa, que refleja la profundidad y magnitud de las relaciones humanas.
En “El simposio”, de Platón, eros no es solo el amor erótico (o sexual), sino una fuerza que dirige a los humanos hacia la belleza, la sabiduría y, en última instancia, hacia lo divino.
Para los clásicos griegos, eros es visto como un deseo de unión con lo que es bello y bueno, una aspiración hacia lo sublime: comienza con la atracción física, pero trasciende hacia un amor que busca el conocimiento.
En la filosofía contemporánea, el concepto de eros ha sido reinterpretado en diversos contextos, como en la obra de Byung-Chul Han “La agonía del eros (2012)”, en la que explora las formas en que las fuerzas que hacen a la dinámica de la sexualidad y el deseo se han visto alteradas porque, a su entender, el amor que “requiere tiempo, paciencia y vulnerabilidad” se convierte “en algo obsoleto” entre individuos más interesados en la inmediatez (reacios a forjar vínculos).
ALTERIDAD
Para Han, “el eros no tiene lugar en la sociedad moderna, que tiende a trivializar, mecanizar y reducir las relaciones humanas a transacciones o formas de consumo”. Consecuentemente, la necesidad de estar siempre ocupado (produciendo) sofoca lo necesario para que el amor florezca.
La verdadera intimidad y el encuentro con el otro fueron reemplazados por la autogratificación en un mundo donde las personas restan valor a un compromiso real y afectivo con el otro, dado a que “están constantemente autoexigiéndose” en otros aspectos (generalmente en el laboral y académico).
Una parte crucial del amor, según el filósofo surcoreano, es la “capacidad de abrirse al otro y al misterio de la alteridad”. Sin embargo, en la cultura contemporánea “lo que se busca es la eliminación de la alteridad”. Es decir, cualquier cosa que sea diferente o incómoda o que interfiera con el deseo superficial simplemente es desechada o ignorada. Esto destruye la esencia del eros, “que tiene su origen y razón de ser en la tensión entre el yo y el otro”.
“SEXUALIDAD SIN RIESGO”
En lugar del amor, lo que prevalece es una forma descompuesta de deseo, centrada en el consumo rápido de experiencias y cuerpos. En este punto, la proliferación de la pornografía es asumida como un “síntoma” de la muerte del eros, ya que se trata de “sexualidad sin riesgo, sin el otro, una sexualidad que es puramente narcisista”. Y hablamos del narcisismo prevalente en la cultura contemporánea.
Es decir, al cosificar a las personas y reducirlas a meros objetos para la satisfacción, eliminamos la alteridad al despojar a la sexualidad de su profundidad, convirtiéndola en “un intercambio más que en un encuentro significativo entre personas (no hay espacio para la sorpresa, la incertidumbre o el descubrimiento, que son fundamentales en el deseo erótico)”.
El narcisismo está profundamente ligado a la protección del ego. Las personas narcisistas suelen evitar situaciones que puedan hacerlas sentir vulnerables o que pongan en riesgo su autoimagen. Sin embargo, el eros requiere vulnerabilidad, la disposición a exponerse, a ser herido y a entregarse al otro. El narcisista no puede entregarse completamente porque está a la defensiva de su propia autoafirmación y control.
El eros requiere profundidad, lo cual es opuesto a la superficialidad fomentada por el narcisismo. Aunque el entorno puede ser hostil, sobreviviría en una sociedad de una naturaleza distorsionada si se cultivan prácticas que valoren la autenticidad y la vulnerabilidad y la empatía para con el otro.
Han insiste en que el compromiso es otro antídoto contra el narcisismo, pues en un mundo que sobrevalora lo efímero optar por relaciones duraderas permite que el amor y el deseo se profundicen con el tiempo.
En última instancia, “resistir las tendencias narcisistas y buscar una forma de vida más conectada y humana es clave para que el amor y el deseo puedan prosperar en la modernidad”, afirma Han.