Casi dos años después del éxito de “The Last Dance” sobre los Chicago Bulls de Michael Jordan, es el turno de Los Angeles Lakers de entrar al terreno del streaming: el contraataque empieza con una ficción sobre los gloriosos años de la banda de Magic Johnson.
“Winning Time”, serie de diez episodios que empezará HBO y HBO Max a difundir el domingo, reconstruye la historia de la franquicia californiana a partir de su adquisición, en 1979, por Jerry Buss, excéntrico hombre de negocios encarnado por John C. Reilly, que quiere convertir al básquet en un espectáculo tanto dentro como fuera de la cancha.
¡El Showtime de los Lakers, al que acude todo Hollywood, puede empezar! Conquistará cinco títulos en nueve finales de la NBA disputadas hasta 1991, el año en que Earvin “Magic” Johnson anunció que era seropositivo e interrumpió su carrera.
Con la pasta del director de “Don’t Look Up” Adam McKay, que coproduce la serie, y estrellas como Adrien Brody y jóvenes promesas como Quincy Isaiah y Solomon Hughes para interpretar a Johnson y a Abdul-Jabbar, HBO ha echado el resto para seducir más allá de los aficionados al básquet.
“No solo básquet”
Las secuencias deportivas están reducidas al mínimo y la serie quiere sobre todo reproducir las bambalinas de una transformación, la de un equipo medio en gran máquina del entretenimiento, en la atmósfera del brillo y las lentejuelas de Los Ángeles. “Es la época en la que la NBA se dio cuenta de que vendía más que básquet”, resume a la AFP el periodista Jeff Pearlman, cuyo libro “Showtime” inspiró el proyecto.
Según Pearlman, Michael Jordan, una especie de “continuación”, “tuvo mucha suerte” de llegar en ese momento a los Chicago Bulls, ya que la NBA tenía un “nivel muy diferente”. “Fue gracias a ‘Magic’ en los Lakers, a Larry Bird y los Celtics”.
“Winning Time” se aprovecha de la galería de personajes de la época. Junto al rookie Earvin Johnson, muy desenvuelto en los vestuarios y ávido de aventuras sexuales - rodadas con gran realismo -, está el introvertido Kareem Abdul-Jabbar, musulmán creyente y militante de los derechos civiles. Aunque también Jerry Buss, al mismo tiempo patrón y genio visionario, o el entrenador Jack McKinney, obsesionado por un juego en movimiento perpetuo en la chancha, antes de la llegada de Pat Riley.
Este último, interpretado por Adrien Brody, encarnaba la victoria y su corte de pelo engominado peinado hacia atrás inspiró el corte de pelo de Michael Douglas en “Wall Street”. Tras el éxito planetario, en abril de 2020, con el fondo de la pandemia y los confinamientos, “The Last Dance”, difundido por ESPN y Netflix, los proyectos sobre los Lakers se multiplican.
Competencia
Además de “Winning Time”, para la que se proyecta una continuación, Apple TV difundirá a partir del 22 de abril un documental de cuatro episodios (“They Call Me Magic”), sobre “Magic” Johnson. La plataforma Hulu, filial de Disney, promete una serie de documentales que trazan las cuatro últimas décadas de la franquicia californiana, en asociación con su actual propietaria, la hija de Jerry Buss, Jeanie Buss. Basquét, fórmula 1, fútbol americano, tenis, ciclismo, el deporte anima más que nunca la competencia descarnada que se libran las plataformas de streaming.
“No funciona con todos los equipos”, advierte uno de los expertos de la agencia de análisis TVREV, John Cassillo, que subraya que la NBA, con su “acento en el marketing de los entrenadores y jugadores”, y en particular los Lakers de la época, se prestan perfectamente al ejercicio de “Winning Time”. Pero según él, “el streaming todavía no ha repasado todos los deportes y quizá solo veamos la superficie de lo que puede estar por venir”.
La segunda temporada de la serie brasileña de Netflix “El ADN del Delito” cuenta con la participación de las actrices paraguayas Belén Fretes y Antonella Zaldívar, quienes desplegaron su talento en escenas intensas en un contexto criminal implacable. Su aparición en la serie suma la representación del talento nacional en una de las plataformas más importantes del mundo.
La primera entrega del 2023 ya tuvo a Nico García, Éver Enciso, Víctor Sosa y Luis Gutiérrez, quienes regresan (excepto Sosa) en el nuevo combo de 8 capítulos lanzados el pasado 4 de junio. Las actrices se enteraron casi por casualidad del casting, pero sin saber para qué producción. Jamás se imaginaron que serían seleccionadas y mucho menos que viajarían a São Paulo (Brasil) para integrar este elenco.
“Es mi primera vez en una serie para plataforma de streaming de producción internacional. Vengo del mundo del teatro, que es muy distinto al cine. Es anecdótico, porque tuve apenas unas horas para grabar el video para el casting y enviar, siendo que ese mismo día me enteré. En un principio me eligieron para una participación menor, un papel sin mucha carga emocional”, reveló Zaldívar. “Pero cuando llegué a Ciudad del Este me ofrecieron hacer una prueba para el papel de Yolanda. Finalmente, después de un par de horas me confirmaron el papel, una prostituta que es víctima de agresión. Es una escena intensa que disfruté muchísimo hacer, mi compañero fue sumamente generoso conmigo. Fue fácil reaccionar a lo que proponía”.
Por su parte, Belén Fretes sintió la presión y el desafío de actuar en un set donde solo se hablaba portugués, un idioma que no domina; sin embargo, subrayó la satisfacción de sentirse respaldada en cada toma. “Tuve como cuatro o cinco cambios de vestuario con prendas muy exuberantes, por lo que la asistente me tapaba todo el tiempo para que me sintiera tranquila. Tuvieron mucho cuidado con nosotras”, comentó.
Las artistas coincidieron en que el proceso de selección fue exigente, con escenas de alta intensidad emocional que resultaron determinantes para que lograran sus papeles. Antonella Zaldívar interpreta a Yolanda, una mujer atrapada en una historia de violencia y supervivencia, mientras que Belén Fretes da vida a Jannette, la encargada de recibir a las personas que llegan a un prostíbulo. Las escenas se grabaron en un burdel brasileño real, que según el guion es frecuentado por narcotraficantes y criminales.
Tratadas como estrellas de cine, las dos afirman que lo más llamativo de la experiencia durante el rodaje fue el cuidado que tuvieron con ellas en todo momento. Resaltaron el excelente trato profesional, desde el acompañamiento sicológico hasta aspectos logísticos, como transporte, vestuario y alimentación. Antonella agregó: “Teníamos una persona responsable que se encarga de cada detalle y de que estuviéramos bien, incluso de tomarnos de la mano para cruzar la calle”, relató desde Buenos Aires, ciudad que adoptó para perfilar su carrera actoral.
Antonella Zaldívar es actriz y productora paraguaya. Inició su formación actoral en “El Estudio”, bajo la dirección de Agustín Núñez, en Asunción. Su ciudadanía italiana la llevó a perfeccionarse en la escuela “ACT Multimedia” en Cinecittà, Roma (Italia), y más adelante completó su capacitación en el Lee Strasberg Theater and Film Institute de Nueva York (EE. UU.), donde cursó los dos años académicos completos.
Inició su carrera teatral con “Delivery (Pizza Man)” y se destacó en obras como “Anna Cappelli”, “Nerium Park” y “Bajo terapia”, mostrando gran versatilidad y compromiso artístico. Fue nominada dos veces a los Premios Edda como mejor actriz principal. En audiovisual participó en series y películas como “González vs. Bonetti”, “Las herederas”, “Leal 2” y “Desintoxicación amorosa”.
Belén Fretes
Es una destacada actriz, vestuarista y profesora superior de danza clásica y danza paraguaya. Estudió en TIA (promoción 2014) y siguió su preparación con talleres y cursos de actuación y creación de personajes en Paraguay y Buenos Aires. Además, participó en series y películas, tanto nacionales como internacionales. En 2024 participó en “Orsai: la serie” (2022), dirigida por Emiliano Gómez, donde encarnó a Patito, rol que le valió una prenominación a los Premios Platino como mejor actriz de reparto en miniserie.
También actuó en el largometraje “Charlotte” (2019), de Simón Franco, con la destacada actriz Ángela Molina, y en “Lima 331” (2020) y “Felices los que lloran” (2015), ambas dirigidas por Marcelo Torcida. Su trabajo en cortometrajes incluye “Pasadas por agua” (2019), dirigido por Rodrigo Gastiaburu, “Cigarrillos por manzanas”, dirigida por Diego Quiñones, y “Dulce oscuridad” (2021), dirigido por Juan Robledo.
Escuelas francesas usarán serie “Adolescencia” como material didáctico
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París, Francia. AFP.
La serie británica “Adolescencia”, que aborda los estragos que causan en los jóvenes los contenidos masculinistas de las redes sociales, se ofrecerá como material didáctico a partir de la secundaria en Francia, anunció el domingo la ministra de Educación. El productor de la serie, difundida en Netflix, “nos dio los derechos”, afirmó la ministra Elisabeth Borne en la cadena LCI. El ministerio, añadió, propondrá “cinco sesiones pedagógicas a los jóvenes basada en esta serie” a partir de la secundaria.
Estos extractos de la miniserie, que ya se proyectaron en los institutos británicos, son “muy representativos de la violencia que puede existir entre los jóvenes”, afirmó Borne. Reino Unido informó a finales de marzo que la serie sería proyectada en los colegios británicos para crear debates y tratar de “evitar que los jóvenes se vean arrastrados a una vorágine de odio y misoginia”.
La ministra francesa explicó que, con los extractos de la serie, se buscará sensibilizar los alumnos al problema de la “sobreexposición a las pantallas y la banalización de la violencia en estas redes sociales”. Pero también a la difusión de las llamadas teorías masculinistas, ámbitos misóginos que propugnan la violencia contra las mujeres.
“Adolescencia” cuenta la historia de un adolescente británico de 13 años que es detenido en una pequeña ciudad inglesa, acusado de matar a puñaladas a una de sus amigas. Desde los interrogatorios en comisaría hasta las intensas sesiones con un psicólogo, los episodios de la serie exploran la inmersión de los investigadores en esta ideología masculinista y el modo en que puede haber influido en el joven Jamie.
Éxitos españoles atraen inversión de USD 1.114 millones de Netlix
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Madrid, España. AFP.
El gigante del streaming Netflix anunció el martes que invertirá en los próximos cuatro años 1.000 millones de euros (1.114 millones de dólares) en producciones en España, país que se ha vuelto uno de los principales centros de creación audivisual en Europa.
"Durante los próximos cuatro años, planeamos invertir más de 1.000 millones de euros en España", indicó Ted Sarandos, codirector de Netflix, durante un evento organizado en los estudios españoles de la empresa estadounidense, cerca de Madrid, con motivo de sus diez años en el país.
“Con esta inversión, vamos a apoyar aún más la economía española y contar más grandes historias realizadas en España”, agregó Sarandos, quien habló en el evento al que asistió el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
La empresa de streaming, llegada a España en 2015, inauguró sus primeros estudios fuera de Estados Unidos en abril de 2019 en Tres Cantos, en las afueras de Madrid, poco después de haber tenido su primer éxito mundial en un idioma distinto al inglés con la serie “La Casa de papel”.
Actualmente, estos estudios de 22.000 metros cuadrados son uno de sus principales sitios de creación audiovisual en la Unión Europea. “Solo el año pasado, nuestros títulos españoles generaron más de 6.000 millones de horas de visionado”, insistió Sarandos.
En total, casi mil películas y series han sido producidas en ciudades españolas por la plataforma desde 2017, incluyendo “La sociedad de la nieve”, “Bienvenidos a Edén”, “Élite”, “La chica de nieve” y “Valeria”. Estas producciones han permitido sostener más de 20.000 empleos en el sector audiovisual español, según la empresa.
Un punto de encuentro entre dos espiritualidades sonoras
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Jimmi Peralta
Fotos: Gentileza
Envueltos de espiritualidad, admiración mutua y prestigio, la guitarrista paraguaya Berta Rojas y el músico argentino Gustavo Santaolalla grabaron una versión de “The Last of Us”, la música del popular videojuego y serie televisiva. Rojas habló con El Gran Domingo de La Nación sobre esta nueva colaboración, su búsqueda compartida con el argentino, su experiencia con el trabajo en equipo y más.
Los caminos que se trazan en las búsquedas de la identidad son finitos, como finito es el número que da cifra a la especie. El decir lo que se es, el nombrarse es una parada más de un viaje sin final. Estos caminos y estos decires no dibujan en el suelo líneas paralelas de un ejército guiado por su estrella polar, sino que, por su condición de esquivos, se trazan con garabatos, que al tiempo de buscar el destino lo crean andando para heredar nuevos surcos para los que vendrán, no sin antes cruzarse en el hacer.
La guitarrista paraguaya Berta Rojas, y el músico y productor argentino Gustavo Santaolalla lanzaron recientemente su último trabajo, “The last of us”, interpretado a dúo de guitarra y ronroco, que fue grabado en Los Ángeles, Estados Unidos.
Dos ávidos buscadores de la identidad de la música y el sonido de Latinoamérica a través de la creación y la interpretación se encontraron por primera vez para versionar la popular obra Santaolalla, con arreglos y producción de Sebastián Henriquez y Popi Spatocco.
El ronroco es el instrumento de cuerdas que Santaolalla rescató de la tradición del sur del continente y al cual hizo familiar al mundo a través de obras que llegaron al cine y al mundo de los videojuegos.
IDENTIDAD
Gustavo y Berta se interceptan en una búsqueda de ambos: tratar de nombrar a través de su sonido la identidad y, al mismo tiempo, recrearla en procura de nombrarse y de conectar con el continente.
Santaolalla es una figura fundacional del rock en Argentina y durante décadas fue productor de las bandas y los solistas más importantes de la música en habla hispana, persiguiendo el acento latinoamericano en cada proyecto.
Por su parte, Rojas, quien viene de presentar “Legado” en 2022 y de ganar con él su primer Latin Grammy para Paraguay, es emblema de la guitarra clásica paraguaya.
Aunque su travesía profesional en un primer momento la tuvo embanderada con la puesta en valor de la obra de Agustín Barrios, su obra es transversal al sonido del continente, con discos que rescatan obras guitarrísticas con ritmos del Brasil, Perú, Argentina, Centroamérica y el Paraguay. En este derrotero trabajó en colaboraciones inolvidables junto a grandes como Paquito D’Rivera, Juan Cancio Barreto y la Camerata Bariloche.
La grabación “The last of us” es el punto de encuentro entre dos espiritualidades que trazan una búsqueda en la metáfora del sonido, en el diálogo entre pueblos hermanos y vinculados por un mundo cultural como hogar común.
–¿Cuál fue el flujo de trabajo que abordaron con Gustavo respecto a los arreglos, ensayos, el tiempo de interacción para la grabación y qué sensibilidades los conectaron en el estudio, ya sea desde lo humano, lo profesional y sonoro?
–Trabajar con Gustavo fue un placer, ya que cuenta con una calidad humana notable. Nada más verlo llegar al estudio con flores acompañado de su esposa fue un gesto tan cariñoso como inesperado. Trabajamos en una jornada de grabación en Westlake Studios en Los Ángeles el pasado diciembre. Popi Spatocco y Sebas Henriquez estuvieron a cargo de los arreglos, nosotros teníamos un plan de acción muy bien trazado para optimizar nuestro tiempo en la sesión de grabación.
BÚSQUEDA
–¿Qué preguntas, inquietudes o certezas te deambulan actualmente?, ¿qué provocan, inspiran y/o acompañan estos nuevos trabajos?
–Este es un momento de mucha búsqueda en la bajada a tierra de un nuevo disco que vengo soñando desde hace tiempo y que cuenta muchas historias nuevas. En este momento estoy en plena tarea de estudio y descubrimiento, de muchas y extenuantes jornadas y de ese cansancio feliz que te da la satisfacción del trabajo bien hecho.
–Cuando hablamos de identidad muchas veces intentamos rastrear en el pasado un origen “puro”, que finalmente se diluye en mezclas anteriores.
–Somos los nativos americanos mezclados con los africanos esclavizados y los europeos que vinieron a hacerse también de un sueño en nuestras tierras. Somos todas esas mezclas y a su vez los europeos también cuentan con sus propios orígenes y ascendencias tan variadas que es imposible distinguirlas con precisión. Los latinoamericanos somos fusión de tantas culturas e identidades que han forjado lo que somos. La pureza no existe y es con el tiempo que estas fusiones van formando nuestra propia identidad.
–¿Qué tan conciente sos de que tu producción también forma parte de la identidad de la guitarra paraguaya y que sos un espejo para otros guitarristas de nuestro país?
–Nuestros orígenes son difusos y está bueno recordarlo, porque es así que podemos abrazar al hermano que llega buscando el amparo que como nación podamos ofrecerle, como también nuestros compatriotas van por el mundo buscando ser cobijados por otras culturas. Bien lo dice Jorge Drexler en una de sus canciones: “De ningún lado del todo y de todos lados un poco”. Y así vamos en un constante migrar hasta que finalmente en algún lugar nuestras almas quizá encuentren un hogar y un descanso. Si estas preguntas que me hago sirven para que otros jóvenes también se las hagan, siento que sí está bueno invitar a la reflexión. Hasta ahí el aporte que puedo hacer. Las respuestas que lleguen después son personales, como el arte mismo que hacemos. Ojalá, como decía el gran Agustín Barrios, “esté preñado de sinceridad”.
CONEXIÓN
–El trabajo de una instrumentista solista es un repetido ejercicio de esfuerzo individual. A contramano de eso, tu hacer lo venís desarrollando en equipo, pensando con otros y tocando con otros… ¿Qué relevancia tiene para vos esa interacción?
–Ese es el aprendizaje más lindo; el hacer música con otros, conectar con el otro a través del lenguaje de la música. Se abre un espacio de resonancia con el otro que de alguna manera te permite poner en ejercicio la empatía, tan necesaria en el mundo que vivimos hoy.
–La guitarra de Berta dialoga desde hace años con la música del continente. ¿Qué trascendencia tiene para vos que se “hermanen” las músicas y los sonidos de nuestro pueblo?
–Los latinoamericanos tenemos que transitar orgullosamente la música de nuestras tierras, porque allí es donde radica el sentido de pertenencia, ese algo tan fresco y estimulante intrínsecamente relacionado con lo que hablábamos antes sobre nuestra esencia, nuestras raíces (todas ellas), nuestras identidades. Hay una suerte de certeza cuando dialogamos con la música tan cargada de la identidad que hemos ido forjando con el tiempo. En ese espacio de encuentro con Gustavo a través de esa chacarera hay un 6/8 y un 3/4, compases que son afines a nuestra música paraguaya, pese a las diferencias en cuanto a las articulaciones que son muy particulares de esa forma. El 3 contra 2 resultante es la matriz de mucha música producida en nuestro continente. Gustavo dice con mucha sabiduría que “tenemos que tocar con nuestro acento”. La chacarera y la polca se encuentran con esa raíz común y así con tantas otras músicas de nuestra América Latina.
–Sé que del nuevo disco no se puede decir mucho aún, pero igual pregunto si se puede tener algún adelanto, ¿fecha?, ¿nombre?
–Muero de ganas de contarte sobre el disco, pero iremos de a poco, como quien va abriendo sin apuro un presente. Fue hermoso para mí compartir la grabación con Santaolalla, un moño hermoso de un paquete que poquito a poco lo iremos mostrando con el cariño que merece el oyente, que es el primer y gran receptor de lo que ya empezamos a soltar al viento.