Disputar los Juegos Olímpicos en Japón supone un símbolo importante para una generación de deportistas que ha crecido influenciada en mayor o menor medida por el manga, el universo japonés del cómic, que en muchos casos está estrechamente ligado con sus disciplinas por los valores de los personajes.

Ya sea en su versión en papel o como serie animada, los deportistas que eran niños en los años 1990, o incluso más adelante, han podido crecer con los mangas, que con internet experimentaron una amplitud todavía más importante, como le ocurrió a “One Piece”, que desde 1997 vendió más de 480 millones de ejemplares a través del mundo, según la web especializada mangazenkan.com. Numerosos deportistas que participan en Tokio del 23 de julio al 8 de agosto, no solamente japoneses, son grandes fans del género.

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“One Piece es la historia más increíble. Ha cambiado mi vida. Leo todas las semanas el nuevo capítulo”, asegura el francés Pierre-Ambroise Bosse, campeón mundial en 2017 en los 800 metros, que llama regularmente a sus compatriotas Jimmy Vicaut (co-plusmarquista europeo de 100 metros) y Dimitri Bascou (bronce olímpico de 110 metros vallas) para debatir sobre su lectura semanal.

La estrella estadounidense Noah Lyles, campeón mundial de 200 metros, es otro apasionado del manga: en 2019, durante los clasificatorios de su país para el Mundial de Doha se tiñó el cabello en homenaje a Goku, el héroe del gran clásico “Dragon Ball”. “Me quedaba despierto por la noche para leer de 21:00 a 3:00 de la mañana cuando estaba en la escuela”, contó en un live de Instagram en compañía de la nadadora Katie Ledecky.

“El poder interno”

El interés del manga por el deporte parece recíproco. Los dos universos se nutren uno del otro, especialmente en el subgénero del “shonen”, el más extendido. “Shonen Jump (revista de referencia) se vende en varios millones de ejemplares por semana. Su lema ha sido durante mucho tiempo ‘amistad, victoria y perseverancia’”, explica Julien Bouvard, especialista en este campo y profesor de la Universidad de Lyon (Francia).

“En los años 1990 sobre todo, el esquema clásico es un héroe o una heroína en los que se ve la evolución desde su infancia hasta la edad adulta, para seguir la evolución de los lectores. Se entrena para ser más fuerte y combatir a enemigos que van a ser gradualmente más fuertes también. En comparación con la vida de un deportista, tiene sentido”, subraya. “Crecí en el universo de los shonen”, explica el atleta francés Bosse. “Un héroe que progresa poco a poco antes de hacerse respetar, es la evolución del personaje que me gustaba”, explica.

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“El poder interior es más fuerte que todo, es como el atletismo. Hay que buscar en uno mismo, varias veces me sentí así en el entrenamiento. Los héroes luchan antes de vencer. Es parecido en el atletismo (...) Lo importante es nunca rendirse. Ganar cuando nadie te espera es algo que los mangas me han aportado”, añadió en un guiño a su título mundial por sorpresa en 2017.

Luffy de One Piece o Naruto, de la obra del mismo nombre, son dos héroes de relato de aventura, auténticos apóstoles de la perseverancia y por lo tanto un espejo evidente para deportistas de alto nivel. “Los mangas son agradables de leer porque los héroes tienen una apreciación del dolor relativa, llegan a hacerse daño, a superar sus límites. Encuentro ejemplos ahí”, apunta el plusmarquista mundial de decatlón, el también francés Kevin Mayer, otro fan de los tebeos japoneses.

Enfrentamientos entre países

Los mangas de contenido deportivo también tienen una larga tradición, desde antes de la Segunda Guerra Mundial, pero su explosión se dio en los años 1950 con mangas de béisbol, básquet y artes marciales. Esos últimos estaban antes prohibidos por el GHQ (la ocupación estadounidense)”, detalla Bouvard.

“En los años 1960 se constituye el género del Supokon, series en las que jóvenes deportistas demuestran una enorme determinación, hasta el punto de dejarse la salud o a veces hasta la vida, con combates que se convierten en casi existenciales. Los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964 actuaron como amplificadores del género”, analiza.

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“En algunos mangas asistimos a enfrentamientos entre países, en lo que el summum son los Juegos Olímpicos, el enfrentamiento con Estados Unidos (...) como profunda revancha por la humillación de la ocupación estadounidense”, explica.

Según subraya, “en Japón el entrenamiento no es un medio racional de mejorarse físicamente sino de fortalecer la mentalidad, una especie de meditación, que permite batir a un adversario más fuerte gracias a tu espíritu”. Valores a utilizar sin duda por los 11.000 deportistas, ‘héroes’ reales, que se esperan en Tokio.

Fuente: AFP.

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