El 70% de los perros que hay en el mundo vive en la calle, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recogidos por la Real Sociedad Canina de España (RSCE). Así, de los 800 millones de canes que se calculan, son unos 500 millones que viven abandonados y sin un hogar. Tan solo en España, cada año se abandonan 138 mil canes, según la Fundación Affinity.

Pese a dicha situación, el perro es considerado como el “mejor amigo del hombre” y cuenta no solo con una celebración, sino con media docena de fechas, incluyendo el Día Mundial del Perro, que se conmemora cada 21 de julio. Sin embargo, el origen y motivo de esta fecha se desconoce.

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No así con el Día Nacional del Perro que en Estados Unidos se celebra anualmente el 26 de agosto y fue fundado en 2004 por la experta en estilo de vida de mascotas y defensora del rescate de animales Colleen Paige, también fundadora de muchas otras fiestas como el Día Nacional del Cachorro, del Gato, o de la Vida Silvestre.

A menudo, el 26 de agosto se considera también como el Día Internacional del Perro, por ser adoptada esta fecha por otros países, como Guatemala o Colombia. La fecha del 26 de agosto es significativa, ya que es la fecha en que la familia de Colleen adoptó a su primer perro “Sheltie” del refugio de animales local, cuando Colleen tenía 10 años; describe el portal oficial dedicado al Día Nacional del Perro.

Otras fechas perrunas

- 28 de mayo: Día del perro sin raza. Busca homenajear a todos los perros, especialmente aquellos que no tienen una raza definida, recordando su originalidad y destacando que no son mejores ni peores que aquellos de raza definida.

- 21 de junio: Día de llevar al Perro a la oficina. Es una iniciativa que surgió en Reino Unido durante 1996 y que se ha extendido por el mundo para promover la adopción de animales en asociaciones y la creación de grupos de rescate.

- 27 de julio: Día Internacional del perro callejero. Esta efeméride se estableció en 2008 y busca recordar el gran número de perros que vagan por las calles en busca de alimento, cobijo y afecto.

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- 23 de septiembre: Día del perro adoptado. El objetivo principal de esta fecha es también fomentar la adopción en refugios y perreras, que están repletas en muchos países, con lo que tienen que llevar a cabo la eutanasia, incluso en perros sanos o muy jóvenes.

- 6 de diciembre: Día del perro de trabajo. Se trata de una importante fecha para rememorar a estos valientes ejemplares que trabajan para ayudar a las personas, como perros policía, perros de rescate, perros detectores de sustancias, perros de terapia.

Socialización con humanos

Es bien conocida la gran capacidad de los perros para interactuar con gestos humanos sutiles, como seguir señales con las manos o reconocer inmediatamente cuando alguien les está hablando. Pero si nacieron con estos talentos sociales o si los aprenden con el tiempo por ensayo y error sigue siendo un área difusa entre los científicos.

Un nuevo estudio publicado en Current Biology encontró que la genética juega un papel enorme en las habilidades interactivas de los caninos con las personas, y algunos comienzan la vida en una etapa más avanzada que otros. Emily Bray, investigadora de la Universidad de Arizona y autora principal del artículo, dijo a la AFP que una prueba clave que usan los científicos es ver qué tan bien los animales comprenden los gestos humanos de señalar con el dedo.

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Estudios anteriores han demostrado que los perros los entienden mucho mejor que los chimpancés, nuestros parientes más cercanos en el reino animal. Algunos argumentaron que estos rasgos surgieron como resultado de la domesticación, mientras que otros sostenían que, dado que los perros viven en estrecho contacto con los humanos, “tienen un lugar en primera fila para todas nuestras interacciones”, dijo Bray.

Para resolver esta pregunta, Bray y sus colegas se dieron cuenta de que necesitaban observar a los cachorros, que han estado mucho menos expuestos a las personas que los perros adultos. Se asociaron con Canine Companions, una organización de perros de servicio que les proporcionó 375 ejemplares de goldador, labrador y golden retriever.

“Sabíamos cómo estaban relacionados entre sí, así que eso nos permitió mirar esa pieza genética”, dijo Bray. En el transcurso de varios años, el equipo realizó una serie de pruebas estandarizadas en los cachorros cuando tenían solo ocho semanas y aún vivían con sus compañeros de camada en lugar de humanos.

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En una, un cachorro ingresaba a un área de experimento donde había un premio disponible en un vaso boca abajo pero no en el otro. Bray comenzaba la prueba diciendo “¡Cachorro, mira!” mientras hacía contacto visual y señalaba con el dedo el vaso que ocultaba la golosina. Los cachorros eligieron el vaso correcto el 67% de las veces, muy por encima del 50% esperado si no entendieran.

En otra prueba, Bray colocaba una pequeña caja al lado del recipiente con la golosina, y los cachorros lograron comprender la pista el 72% de las veces. El rendimiento de los cachorros no aumentó significativamente al repetir los experimentos, lo que refuerza la idea de que las habilidades son más innatas que aprendidas.

Factores genéticos

Para excluir la posibilidad de que los cachorros se estuvieran dejando llevar por su sentido del olfato, el equipo realizó un experimento en el que Bray permanecía inmóvil y se dejaba a los cachorros buscar por sí mismos. En esta prueba, solo tuvieron éxito la mitad de las veces, lo que responde al azar.

El equipo también llevó a cabo las llamadas pruebas de “interés humano” en los cachorros, para ver cómo se relacionaban con una persona en su primer contacto prolongado. Los cachorros se emocionaban y se acercaban a Bray cuando ella usaba una voz aguda que imitaba el tono que una madre adopta con un niño pequeño mientras leía un guión estándar que comenzaba: “¡Hola cachorro! ¿Eres un buen cachorro? Sí, lo eres”.

No todos los cachorros eran igual de hábiles. Un análisis estadístico mostró que los factores genéticos representaron el 43% de la variación en la capacidad entre los cachorros, comparable a la base genética de la inteligencia en los humanos.

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Bray dijo que los hallazgos ayudaron a arrojar luz sobre el pasado de los perros, ya que fueron domesticados por los lobos hace decenas de miles de años. Pero aún no está claro si nuestros antepasados criaron perros por sus habilidades específicas, o si simplemente criaron perros que eran amigables y estos individuos estaban más inclinados a seguir nuestro ejemplo.

Investigaciones futuras para determinar qué marcadores genéticos corresponden a habilidades sociales superiores también pueden tener aplicaciones prácticas, agregó la experta. “Estos perros crecen y tienen un trabajo en el que pueden o no tener éxito, por lo que podemos comenzar a hacer preguntas sobre qué hace que un perro de servicio sea exitoso o que un perro de trabajo sea exitoso”, agregó.

Con información de AFP.

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