Después de 15 meses muy duros, el final del túnel de la pandemia se vislumbra en Estados Unidos y son muchos los que quieren perder “el sobrepeso COVID” que acumularon durante el confinamiento, pero sin ponerse demasiada presión: en general, el objetivo es ganar en salud.

Angela Thuman había logrado perder casi 15 kg al final del invierno boreal de 2020 cuando el coronavirus golpeó a Estados Unidos y se decretó un confinamiento. Volvió a ganar todo lo que había perdido. “Fue súper duro”, recuerda hoy esta madre trabajadora de Maryland de 42 años. “Me deprimió. Ya no tenía ninguna fuerza de voluntad”.

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Durante la pandemia se separó de su marido. Pero lejos de hundirse, el divorcio le volvió a dar “un poco de motivación” para cambiar sus hábitos por otros más sanos, cuenta con una risa nerviosa. Caminatas, grupos de apoyo en Facebook, un poco de cardio, un nuevo régimen de alimentación basado en el programa Whole30, y Angie volvió a perder 10 kg.

Sus hijos recomenzaron las clases presenciales y aunque aún debe hacer malabarismos entre sus dos trabajos, uno en un banco y el otro como auxiliar legal, dice sentirse “100% mejor”. “Ya no me acuesto en la cama cuando llego a casa”.

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Benny Maidenbaum viene de una familia de deportistas y siempre fue “muy activo”. Sus visitas como agente inmobiliario, que le obligaban a caminar de un lado a otro incansablemente, y sus dos sesiones de básquetbol semanales le mantenían en forma todo el año. Pero “todo se detuvo” en marzo de 2020. “Estaba en casa, sin hacer nada. Engordé entre siete y nueve kilos. Llaman a eso los kilos COVID”, dice.

Según un sondeo realizado en febrero de 2021 por la firma Harris para la Asociación estadounidense de Psicología, un 42% de los adultos dicen haber “engordado más de lo que anticipaban” desde el comienzo de la pandemia, en promedio 13 kg. “Es difícil cuando pasas a alimentarte solo con comida basura y solo tienes ganas de comer cosas que no son sanas”, explica el neoyorquino de 30 años. “Es como si estuvieras en un pozo. No hay salida”.

“Sano de alma”

Terminó inscribiéndose en el pequeño gimnasio TS Fitness, en el barrio del Upper East Side, para ayudarse a “romper el ciclo”. Con la esperanza y el optimismo que suscitó la campaña de vacunación masiva, “hay un creciente apetito por las interacciones y una mayor atención a la salud y al bienestar”, dijo a inicios de mayo Mindy Grossman, presidenta de la asociación WW, antiguamente conocida como Weight Watchers (Gordos Anónimos).

Las personas “saben que se acerca el verano, y saben que no van a entrar más en su ropa”, dice Noam Tamir, fundador de TS Fitness, cuya clientela aumentó sensiblemente en las últimas semanas. TS Fitness propone cursos vía Zoom desde el inicio de la pandemia, pero “somos seres humanos, lo que necesitamos es el contacto humano”, dice Tamir.

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“Hay más gente ahora” en Central Park, observa Khristel Rhoades, mientras avanza por el círculo pavimentado que recorre el pulmón de Manhattan. “Las personas se sienten más cómodas” con la idea de hacer deporte en un lugar público. Rhoades, un ama de casa de 40 años, asegura que el ejercicio físico le ayudó a superar los 15 meses difíciles. “Me permitió permanecer sana de alma”, afirma.

Muchos expertos advierten contra la estigmatización de la subida de peso cuando parte de la población está fragilizada psicológicamente por la crisis sanitaria y sus efectos. “La última cosa que precisamos es una dieta”, alertó Virginia Sole-Smith en su blog “Burnt Toast” (Tostada quemada).

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“Es tanto más importante tener compasión por todo lo que tu cuerpo ha atravesado desde hace un año”, insiste esta periodista y escritora que reflexiona sobre la alimentación y la percepción de uno mismo. “Y quizás incluso orgullo, por todo lo que tu cuerpo ha superado”.

Como muchos, Maidenbaum se niega a fijarse un objetivo. “Si te fijas un plazo (...) te pones demasiada presión”, comentó. Dijo querer recuperar una higiene de vida, no un peso determinado.

Y sobre la presión exterior, dice no creer “en presionar a las personas a hacer lo que no tienen ganas de hacer”. “Debe venir de ti mismo. Y pienso que la mayoría de las personas tienen ganas de gozar de buena salud y hacer ejercicio, pero es realmente difícil empezar”.

Fuente: AFP.

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