Según la historia, Halloween comenzó a celebrarse en Irlanda, hacia el año 100 D.C. En esa época era una celebración pagana creada por los celtas con el nombre de Samhain que significa “el final de la cosecha” o fin del verano”. La palabra Halloween nace de la contracción de All Hallow’s Eve (víspera de todos los santos) y también es conocida como Noche de Brujas, que se celebra el 31 de octubre de cada año.

Este día se festeja realizando diversas actividades entre ellas la más conocida como “trick or treat” o el juego del dulce o truco. También están las fiestas de disfraces y luego tallar calabazas, juegos de adivinación, visitar lugares “embrujados”, reunirse para contar historias de miedo u organizar una maratónica noche de películas de terror.

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Esta festividad tan peculiar tiene sus símbolos y colores propios y que lo caracterizan como por ejemplo: fantasmas, calaveras, zombies, búhos, vampiros, sapos, gatos, etc. Así como también personajes que se hicieron conocidos por sus históricos actos sangrientos. Mientras que sus colores son el naranja, negro y violeta; y la comida más conocida es candy apple (manzana de caramelo), también llamada toffee apple.

Halloween trasciende fronteras en el año 1840, con su llegada a los Estados Unidos y Canadá, hasta donde fueron los inmigrantes irlandeses y transmitieron la costumbre de tallar los jack-o'-lantern (calabaza gigante hueca con una vela dentro) inspirada en la leyenda de «Jack el Tacaño».

Luego a finales de los años 1970 y principios de los 1980, se internacionalizó haciéndose mundial gracias al cine y a las series de televisión. En el año 1979, se estrenaba en Estados Unidos y en el mundo entero Halloween, de John Carpenter, una película ambientada en la víspera de Todos los Santos.

Para conocer el origen de la calabaza o “pumpkin” como elemento simbólico de la noche de las brujas y su empleo como candil terrorífico, te contamos un viejo relato popular irlandés, la leyenda de Jack o de Jack-o-lantern.

La calabaza es el símbolo, para imitar con su color las ascuas del infierno, para alumbrar el camino a los difuntos en Halloween, y también para evitar “que Jack llamara a la puerta de las casas y proponer dulces o travesuras”. Foto Gentileza.

Cuentan acerca de Jack, un irlandés tacaño, pendenciero y con fama de borracho. El diablo se enteró sobre su existencia y acudió a comprobar si era real, ya que tenía el alma negra. Disfrazado como un hombre normal, fue hasta el pueblo de Jack y bebió con él durante horas, dándose cuenta que efectivamente era como lo habían dicho.

Cuando Lucifer le dijo que venía a llevárselo para hacerle pagar por sus pecados, Jack le pidió que bebieran juntos una ronda más, como última voluntad. El diablo se lo concedió, pero al ir a pagar ninguno de los dos tenía dinero, así que Jack retó a Lucifer a convertirse en una moneda para demostrar sus poderes.

Satanás lo hizo, pero en lugar de pagar con la moneda, Jack la metió en su bolsillo, donde llevaba un crucifijo de plata. Incapaz de salir de allí, el diablo ordenó al granjero que le dejara libre, pero Jack respondió que no lo haría a menos que prometiera volver al infierno para no molestarle durante diez años.

Al pasar el tiempo, el diablo apareció nuevamente en la casa de Jack para llevárselo, pero de nuevo Jack pidió un último deseo, que el amo de las tinieblas cogiera una manzana situada en lo alto de un árbol para así tener una última comida antes de su tormento eterno.

Lucifer accedió, pero cuando estaba trepado el árbol, Jack talló una cruz en su tronco para que no pudiera escapar. En esta ocasión pidió no ser molestado en diez años, además de otra condición: que nunca pudiera el diablo reclamar su alma para el inframundo. Satanás accedió y Jack se vio libre de su amenaza.

Su destino no fue mejor, luego de morir, Jack se aprestó a ir al cielo, pero fue detenido en las puertas de San Pedro, y se le impidió el paso, pues no podían aceptarle por su mala vida pasada, siendo enviado al infierno. Allí tampoco lo aceptaron, a consecuencia del trato que había realizado con el diablo, quien lo expulsó de su reino y lo arrojó a Jack unas ascuas ardientes, las cuales el granjero atrapó con un nabo hueco, mientras burlonamente agradecía la improvisada linterna que así obtuvo.

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Condenado a deambular por los caminos, anduvo sin más luz que la ya dicha linterna en su eterno vagar entre los reinos del bien y del mal. Y así fue como Jack el Tacaño fue conocido como Jack el de la Linterna o «Jack of the Lantern», nombre que se abrevió al definitivo «Jack O’Lantern». El nabo fue cambiado por la calabaza, a raíz de que este era más difícil de tallar.


En los últimos años, el maquillaje también se ha vuelto una manera de formar parte de esta fecha. Foto: Gentileza.


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