Por: Jazmín Gómez Fleitas

El español Carlos Ruíz Zafón era uno de los mejores novelistas contemporáneos. Es un día triste para sus lectores, sin embargo, su legado bibliófilo queda: “Cada libro tiene un alma. El alma de la persona que lo escribió y de aquellos que lo leyeron, vivieron y soñaron con él”.

Esta es una de sus frases más amadas, y que mejor describe su pasión por los libros, por la lectura. La saga que arrancó con La Sombra del Viento en el 2001, fue un éxito total que se tradujo a más de 40 idiomas.

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Zafón defendía la complejidad por sobre lo fácil, y ese libró que enamoró a la crítica y al público era el ejemplo claro de ello. No renunció a esas creencias para darle vida sino que mezcló el suspenso, la novela histórica y la comedia de costumbres, todo ello con una trágica historia de amor.

La portada del primer libro de la saga: El Cementerio de los Libros Olvidados. Foto: Archivo.

El primer libro de una saga de 4 tomos presentaba a su protagonista Daniel Sempere en una Barcelona gótica, de la postguerra en 1945. Hijo de un librero, que en un acto de pase a la adultez llega a descubrir un lugar al que sólo los cuidadores de libros pueden ingresar: el cementerio de libros olvidados.

Muy pronto, Daniel se verá en la necesidad de cuidar con su vida el último ejemplar del libro que se le encomendó a su cuidado, ya que se ve acechado por el mismo personaje espectral presente en el libro, y que no descansa en darle caza a él para llegar al libro.

La primera obra de la saga es hasta hoy el libro más vendido en España. Causó tanto furor que sus lectores salieron a buscar los lugares de Barcelona que se mencionan en el libro, y por qué no, buscar también si de casualidad encontraban el cementerio de libros.

Y aunque el rehuía de la fama y del “mundillo literario” como se refería a relacionarse entre los autores y críticos, su obra fue elegida en el 2007 por 81 escritores y críticos latinoamericanos y españoles, como uno de los 100 mejores libros en castellano de los últimos 25 años.

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En sus últimos años luchó contra el cáncer, y aunque había nacido y crecido en Barcelona, siempre estuvo fascinado con los libros y el mundo del cine, por eso, cuando publicó su primera novela, la juvenil El príncipe de la niebla en 1993 que le valió su primer galardón, utilizó esa suma de dinero para mudarse a Los Ángeles, Estados Unidos, en donde falleció a los 55 años de un ataque al corazón a raíz del cáncer.

Algunas reflexiones del autor

“Tenemos los políticos que reflejan los valores reales de la sociedad”

“La novela permite explorar universos, mientras que una película es un flash de noventa minutos”

“Los libros son espejos: uno ve en ellos lo que ya lleva dentro”

“En un universo infinito, muchas cosas escapan de la razón humana”.

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