Los psicólogos recomiendan que dentro de nuestra rutina diaria, le dediquemos intencionalmente una vez al día a las preocupaciones, para no alimentarlos constantemente a lo largo de todo el día y que nos roben la tranquilidad para desarrollar todo lo demás. Te contamos cómo.

Por: Jazmín Gómez Fleitas


¿Te pasa que te llegan pensamientos unos tras otros? Esta técnica cognitiva conductual se usa en su mayoría para el trastorno de ansiedad, pero ahora muchos profesionales de la salud la están poniendo en práctica para ponerle un alto a la preocupación que genera la incertidumbre actual, se tenga o no tendencia a la ansiedad, porque todos nos preocupamos alguna -o muchas- veces a lo largo de estos días.

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“Es algo sumamente válido de usar en este período en el que las preocupaciones nos afectan a todos, de hecho, yo misma lo empleo, me digo a mí misma ‘voy a darle este tiempo a ver las noticias y preocuparme ahora del tema’. Es una manera de postergar la preocupación y realmente funciona. La mejor manera es establecer una hora por día para poder preocuparnos e informarnos y tener noticias sobre lo que está pasando”, recomienda la psicóloga Olivia Gamarra.

¿Cómo funciona?

La psicóloga Fátima López Moreira señala que dedicarle una parte del día a observar y entender un poco nuestras preocupaciones tiene que ver también con buscar información que sea fidedigna, lo más objetiva posible porque nos ayuda ver estrategias para lo que necesitemos resolver, de manera racional.

¿Por qué se pide que se vea un momento en el día para resolver estas preocupaciones? “Como estamos en una situación de incertidumbre, el ser humano tiene la falsa creencia de que cuanto más informado está, tiene más control sobre la situación y esto en realidad es al contrario. Mucha información puede impactar directamente aumentando la ansiedad, la angustia, el estrés, puede precipitar trastornos de ansiedad, también del estado de ánimo como la depresión”.

Una rutina flexible

Debido a ello, López Moreira puntualiza que los profesionales de la salud están proponiendo como salud mental que la rutina “sea flexible, lógica, no tiene que ser una rutina muy dura, tiene que cuidar el sueño, hacer ejercicio, alimentarse bien, hacer actividades de ocio, actividades intelectuales, y un tiempo para observar estas preocupaciones, para informarse, para establecer objetivos realistas”, puntualiza.

Y agrega: “Si yo me mantengo tranquilo voy a poder tener reacciones mucho más racionales con respecto a mis preocupaciones. Si yo estoy todo el día dedicándole tiempo a estas preocupaciones, puedo estar alimentando los pensamientos catastróficos que, en su mayoría, pueden no ser reales y esto puede impactar de manera terrible en la salud mental de la persona, e inclusive, puede hacer que reaccione de una manera impulsiva, exponiéndose a situaciones de peligro”.

A la cama, sin las preocupaciones

Dentro de esa rutina, recomienda que ese ‘worry time’ o tiempo dedicado a lo que nos preocupa no esté muy cerca del horario de sueño. “En estas situaciones de confinamiento actuales, el ser humano puede llevar estas preocupaciones al dormir y es a ahí donde se van alimentando estos pensamientos de preocupación, un pensamiento lleva a otro, y es ahí cuando una persona empieza a no dormir bien. La calidad e higiene del sueño es muy importante para poder transitar este tiempo de la mejor manera posible. Es importante que este espacio donde veo cuáles son mis preocupaciones, me informo y veo cuáles serán las estrategias a tomar, estén alejadas del horario del sueño”, enfatiza.

El equilibrio diario para sentirnos bien

Con ese tiempo específico dentro de la rutina flexible que cada uno organice se busca el equilibrio. “Que ahí esté ese tiempo para observar los pensamientos que preocupan así como buscar estrategias pero no obstante, dedicarnos también a todas las demás actividades: sociales, dentro de lo que se puede usando los dispositivos electrónicos porque somos seres sociales que necesitamos ese contacto emocional; también la actividad física para no solo tener esa sensación de felicidad y bienestar, sino que sobre todo para llegar al horario nocturno con sueño y que sea reparador”, explica la especialista.

Aclara que ninguna de las actividades se recomienda en exceso porque “tenemos que evitar todos los comportamientos compulsivos que derivan en tóxicos. Tenemos que buscar el equilibrio en este momento, si bien es difícil, hacer el esfuerzo, tener actividades en familia, un tiempo para estar a solas, e ir día a día”.

Lo más importante: “Entender que esto es un momento para ir sorteando lo que nos va ocurriendo día a día. No proponernos metas muy lejanas porque en este momento eso ahora no es posible y puede generarnos mucha angustia, mucha ansiedad. Fijarnos objetivos reales, objetivos cortos, ir transitando día a día, cuidar mucho la higiene del sueño y evitar alimentar en demasía esos pensamientos catastróficos, negativos, mantenernos equilibrados es posible”, alienta.

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