El estadio de La Nueva Olla con 50.000 personas para escuchar y ver a Bad Bunny el viernes, y tres noches de rock y música electrónica que totalizó con varias decenas de miles de fans también en el Jockey Club Paraguay, dieron la nota en los últimos días en la escena musical capitalina, que desde el inicio de la pandemia (2020) no había tenido un fin de semana con tantos shows con tanta concurrencia.

Sin dudas, la música urbana tiene cada vez más llegada al público paraguayo e internacional, y eso lo demostró el show del reguetonero puertorriqueño Bad Bunny, quien se presentó en la cancha de Cerro Porteño con entradas agotadas y un importante grupo de fans que llegaron a Paraguay desde países como Argentina, Bolivia, Chile y Brasil.

En tanto que en el Jockey el rock y el pop convocaron a los fanáticos de siempre, que pudieron ver durante dos días del Kilkfest a figuras internacionales como Liam Gallagher, Interpol y Arctic Monkeys.

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El Kilkfest cerró ayer la celebración con su tercer día de eventos, dos de ellos de rock y una velada dedicada exclusivamente a la música electrónica, que contó con la participación de Djs internacionales de relevancia mundial. La previa de los conciertos marcó también el clima de festividad que aporta la música y el contacto de los fans con sus ídolos. Filas largas, el tráfico alterado, gente vestida con atuendos y banderas propios para homenajear a sus artistas favoritos.

La gente vibró con el Bad Bunny. (foto: Jorge Jara)
Música y baile complementaron la lluvia de éxitos del cantante puertorriqueño. (foto: Jorge Jara)
Kuña Street llegó con el ritmo del hiphop a la tarde de ayer. (foto: BARRACO FILMS)
La banda nacional Cabo Maya fue de las primeras en subir a escena ayer en el Kilkfest. (foto: ALIVE COVERAGE)

El rock brilló en la primera noche del Kilkfest

Por Roque Martínez

La lluvia nuevamente quiso ser protagonista de la primera jornada del Kilkfest 2022, pero, por fortuna, solo marcó presencia durante el final de la tarde e inicio de la noche mientras miles de personas llegaban al Jockey Club.

Las primeras bandas en subir a escena fueron las locales El Culto Casero, The Crayolas, Los Ollies, Sobre Ondas y Cassette, junto con Kuelgue y Kevin Kaarl, que campearon las condiciones climáticas mientras la audiencia se acomodaba como podía.

Interpol llegó por tercera vez al país en 7 años, esta vez para presentar nuevas canciones, pero también ofreciendo un destaque para sus ya clásicos, especialmente del disco “Turn on the bright lights”, tanto que el show inició con “Untitled” para luego pegarle quizás su canción más conocida y aclamada, “Evil”. “Buenas noches, somos Interpol, muchas gracias”, se le escuchó a Paul Banks en su castellano con acento mexicano.

El frontman de la banda tiene una presencia única sobre el escenario, donde no parece el mismo que horas antes visitó un gimnasio en Fernando de la Mora, para estar en plena forma durante el show. “Obstacle 1″ y “Leif Erikson” sorprendieron, mientras que “Rest my chemistry” y “All the rage back home”, ambas de “El pintor” se convirtieron en otros grandes momentos dentro del set que todavía guardaba clásicos como “The New”, “Narc”, “PDA” y la despedida fue con “Slow hands”, todas canciones de la primera gran época de la banda que suma más público en cada llegada al Paraguay.

No pasaron ni dos minutos del final de Interpol cuando en el segundo escenario El Mató a un Policía Motorizado finalmente tocaba por primera vez en un festival en Paraguay, luego de cuatro shows en solitario y como uno de los números principales de la velada. Para colmo iniciaron su presentación con “El magnetismo”, esta corta canción que se robó el corazón de miles de personas con una letra muy sentida de parte de Santi Motorizado, su bajista y cantante y principal compositor.

“La cobra” y “La noche eterna” continuaron el embrujo de los muchachos de la ciudad de La Plata, Argentina, fanáticos del chipa guasu y la cerveza local, disfrutan aún más de cada show que hacen desde aquellos primeros tres conciertos de la banda en el país cuando sus propios seguidores gestionaban sus visitas.

Ya pasadas las 23:00, sin lluvia de por medio, llegaba el turno de la banda más esperada de la noche, Arctic Monkeys subió por segunda vez a un escenario en Paraguay luego de tres años, con “The car”, un disco recién estrenado bajo el brazo, ya bastante distanciadas de esa banda de guitarras que supo ser desde la primera década del 2000. “Sculpture of anything goes” con su oscura intro desde su nuevo álbum fue la elegida para arrancar la noche para luego dar pie a una catarata de cinco clásicos de los Monos con “Brianstorm”, “Snap out of it”, “Crying lightnig”, “Don’t sit down cause i move your chair” y “Why call me when you’re high” ya se colocaron al público en el bolsillo.

Alex Turner se paseaba como un gentleman sobre el escenario cautivando a propios y extraños. Durante buena parte del set dejó de un lado la guitarra y se dedicó solamente a cantar aquellos estribillos que demandan una perfecta entonación de su música. Después de “Tranquility base hotel + casino” se guardaron una puñado de canciones de su época más “guitarrera” y distorsionada con “Teddy pickers”, “Pretty visitors” y “505″, además de su primer hit “I bet you look good on the dancefloor” y el coreado “R U mine?”.

El mexicano Kevin Kaarl aportó su dosis justa de pop rock en la primera noche del Kilkfest. (foto: Cristóbal Núñez)
Arctic Monkeys dejó lo mejor de su música en el Jockey. (foto: Cristóbal Núñez)

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