El guitarrista nacional Dani Cortaza, que se encuentra radicado en Washington, Estados Unidos, hace ya casi 20 años, lanzó en los últimos días el primer corte promocional de su próximo trabajo. Se trata del tema “Aquel ayer”, una bellísima guarania compuesta por el ya desaparecido autor Neneco Norton. Dani, un embajador de la guitarra paraguaya contemporánea en Norteamérica, habló con La Nación sobre su nuevo material, la apuesta y el sonido que busca, y se refirió al trabajo que viene realizado con la música del Paraguay desde la distancia.

– ¿Cuál es la ida musical y la intención que encarna este nuevo trabajo?

– Estoy preparando un nuevo material. Este es un proyecto que tiene como 3 años. El productor musical es Willy Suchar. Ahora grabamos un primer corte del disco que es “Aquel ayer”, con la participación de muchos músicos que se prestaron a grabar incondicionalmente, lo hicimos un poco a pulmón, pero el resultado es excelente. El disco está direccionado a la música regional. El tema principal va a ser la música paraguaya, pero tendrá un poco de música del litoral y música del Brasil. En la parte de Matto Grosso do Sur tocan bastante la guarania y la polca. Willy tiene buenísimos músicos que pueden colaborar con el proyecto y también vamos a trabajar con músicos locales.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

– ¿Qué novedades o propuestas trae consigo el próximo disco?

– Esto va a ser música paraguaya fusionada con un poquitito de jazz, poniendo algunos ingredientes para salir un poco de lo tradicional.

– ¿Vamos a sentir en este disco el sonido de tu guitarra jazzera?

– Vamos a usar la guitarra de jazz, pero también voy a usar una guitarra clásica que me la hicieron ahora y la voy a retirar de Buenos Aires, con un luthier que es uno de los mejores que conocí en mi vida, Esteban González. Él es el que me fabrica mis guitarras, todas a medida.

– ¿Cómo se vive ese vínculo con la música paraguaya desde lejos y cómo es el mercado internacional ante la oferta de este tipo?

– Venimos hace 20 a 30 años tratando de meter la música en el mercado jazzístico. Yo logré hacerlo aquí en Washington, logré que músicos increíbles de jazz toquen música paraguaya. Normalmente nosotros hacemos al revés, tocamos música foránea en ritmos de la música paraguaya. En este caso, mi trabajo siempre fue tratar de hacerle tocar a ellos para ver qué tipos de elementos pueden aportar en nuestra música paraguaya. El problema mayor de la música paraguaya es la parte rítmica como la batería y la percusión. Es un trabajo muy difícil para fusionar la música paraguaya con otras músicas. Es un trabajo que venimos haciendo con muchos músicos. Con mi último disco llegué a pisar los grandes escenarios de jazz, estoy abriendo una puerta para la música paraguaya. Estamos haciendo un trabajo de hormiga, pero ya estamos adentro.

– ¿Cómo describirías este tramo de dos décadas haciendo música como paraguayo desde el país cuna del jazz?

– Yo sigo trabajando. Voy tratando poniéndole cabeza, insistiendo con la música paraguaya, porque creo que sería ridículo tratar de promocionarme con la música de aquí, que es el jazz. Aquí hay muchísimos músicos de jazz, y no es que no tenga oportunidad, pero creo que es mejor trabajar con mi propia música, que es la música paraguaya, y tratar de abrir un campo para los chicos que vengan.

– ¿Cómo y dónde es tu carrera en los próximos años?

– Yo seguiré en Estados Unidos proyectándome, yo tengo un estudio de grabación muy grande aquí y tengo una productora. Siempre les digo a todos los músicos si pueden venir, los invito a producir, a tratar de aportar a nuestra música y a la cultura paraguaya, esa es la idea central mía. También trataré de hacer un puente para que los chicos jóvenes puedan tener acceso a universidades, a músicos, a profesores de acá. Cuando me jubile, volveré a Paraguay para enseñar mis vivencias, mis experiencias.

Dejanos tu comentario