Ignacio Martínez, periodista y escritor, presentó el último viernes su nueva publicación editorial, se trata del libro “Una mirada latinoamericana sobre el Sahara marroquí”, una mirada personal respecto al país africano con la que busca compartir su comprensión sobre esa situación de Marruecos. La publicación se suma a la biblioteca de producción local referente a la diplomacia. Martínez habló con La Nación con relación a este nuevo trabajo.

¿Cómo surge la idea y la necesidad de escribir este nuevo libro?

–La idea viene de años. Me interesaba Marruecos como país africano, pero llamativamente con números de desarrollo de primer mundo. Fue así que profundicé en el Sahara marroquí, porque es una bandera legítima que tiene ese país pero que desde hace tiempo sufre el acoso y la violencia de los llamados Polisarios, cuya dirigencia es manipulada por Argelia, un país vecino que en su momento fue rico por el petróleo que tenía.

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¿Cómo se da tu experiencia en suelo Marroquí?

–Mi presencia en el suelo marroquí fue por invitación para estar en una de las actividades culturales más grande del mundo, según las Naciones Unidas, en Tan Tan. Allí aproveché para recorrer la zona; hablar con oficialistas y opositores, y saber sobre el Sahara marroquí.

¿Utilizás paralelismos entre Paraguay y Marruecos para acercar el análisis y la compresión al lector local?

–Hago un paralelismo con Paraguay. Es que ambos países sufrieron las secuelas por la presencia de violentos colonizadores. Ambas naciones sufrieron todo tipo de ultraje, pero ninguna de esas agresiones de dolor y sangre fueron iniciadas por paraguayos y marroquíes. Toda crueldad llegaron de afuera. Y en medio de tantas muertes y ultrajes ambas naciones nunca renunciaron a la negociación y a la paz. Hablamos de sociedades pacíficas.

¿Qué elemento de la realidad que viviste allá te fueron significativos y cómo están presentes éstos en el libro?

–Vi un pueblo igual al pueblo guaraní. Mucho amor a la tradición, a la cultura, el deseo de un mejor vivir, la sujeción a las normas democráticas y, sobre todo, las ganas de superación. Por allí Marruecos tiene una mejor conducción de Estado, que sigue siendo el déficit en nuestro país.

¿Cómo se dio el proceso de producción del libro?

–Llevó mucho tiempo. Ya sabía algo de Marruecos, pero desde que empecé a escribir llevo algo así como cuatro años. Es entre escribir, borrar, corregir, actualizar y buscar nuevos datos. Debo decir que la presencia de la Embajada de Marruecos en Asunción hace aproximadamente tres años me ayudó mucho a obtener más información. Hoy la magia de internet también ayuda mucho al curioso. Todo es cuestión de sano interés y de discernimiento.

¿En qué sentido la mirada de una realidad foránea te ayuda a vos y ayudaría al lector a comprender nuestra realidad local?

–Sin decirlo directamente, aunque en parte lo digo, la moraleja que puede instalarse es que Paraguay tiene todo para que su gente viva mejor. Cuando hablamos de Marruecos como país que está en África más de uno tendrá un prejuicio de una sociedad bien atrasada. No es así. Ellos tienen claridad en sus objetivos y en medio hasta de estados fallidos y grupos terrorista es una nación con alta seguridad y que apuesta a la calidad de vida de su población.

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