Las emisiones en redes sociales son una constante desde el inicio de la pandemia del covid-19. Los artistas encontraron un espacio para presentar sus trabajos, pero también lo aprovechan para reflexionar y aprender. El guitarrista paraguayo Pedro Martínez arrancó semanas atrás una serie de vivos a través de los cuales abonó la difusión de los trabajos de sus colegas y permitió un espacio pedagógico informal sobre la música paraguaya.
Formado en el Brasil y con una visión crítica sobre la realidad nacional, Pedro habló con La Nación sobre sus trabajos, sus proyectos y lo que requiere el músico y la ciudadanía toda hoy del Estado.
–¿Cómo surgió la idea de los vivos en Instagram y cuál fue la propuesta que englobó esa iniciativa?
–Se vino la cuarentena y vi que se estaban haciendo transmisiones en vivo; pensé en hacer entrevistas, durante ese proceso Paula Rodríguez me invita para una entrevista que ella estaba iniciando también por Instagram, y esa entrevista fue muy interesante, hablamos mucho y entonces después de eso decidí arrancar cuanto antes. Todas las entrevistas que estoy haciendo tienen una relación con la música paraguaya, hablando de manera amplia. En la primera tanda de entrevistas el foco fue la guitarra paraguaya y fueron entrevistados guitarristas paraguayos tanto del folclore, de la música popular o la guitarra clásica. Fueron 5 entrevistas, ahora quiero hacer otra tanda con otros asuntos.
–¿Cómo te reconfigura la carrera este contexto de pandemia por ahora?
–Y básicamente tuve que acelerar ciertos procesos en formato online, que ya lo venía pensando o haciendo ciertas cosas. Por ejemplo, dar clases online me hizo probar y aprender la gran parte de las plataformas de videoconferencias, y ahora estoy aprendiendo sobre plataformas de streaming. Por otro lado, estoy montando mi home studio.
–¿Qué planes se te truncaron con esta pandemia?
–El más importante fue la gira a Europa que tenía armada para la mitad de este 2020, estaba con fechas en Austria, España y Portugal.
–¿Estás grabando, estás produciendo?
–Sí. En realidad vengo trabajando más como arreglador y sesionando. Estuve realizando trabajos para grabaciones de Villagrán Bolaños y otros artistas, además de hacer arreglos. Con quien sí estoy trabajando como productor es con Edu Martínez, guitarrista y compositor en Antenna y guitarrista en Nestorlo y Los Caminantes.
–¿Cómo ves accionar y reaccionar a tus colegas en este contexto?
–Y mirá, hay diferentes reacciones. Hay colegas a quienes les afectó esta situación desde la primera semana. Por otro lado, estamos los que conseguimos llevar mejor, debido a que podemos articularnos mejor laboralmente; que nos golpea igual, pero conseguimos estirar más los procesos de crisis. Con varios colegas hablamos y vimos la manera de activar instancias que en teoría deberían poder auxiliar a los colegas pero no obtuvimos buenos resultados. Esto también nos hizo reflexionar sobre la falta de conciencia como clase artística y trabajadora de parte de nuestro sector, y de la urgencia de agremiaciones.
–¿Lo virtual podrá ser más rentable a corto plazo?
–No sé la respuesta, depende de demasiadas cosas y el área en la que encarás. Creo que es una pregunta que solo de aquí a un año podríamos discutirla.
–¿Qué proyectos personales estás trabajando actualmente?
–Me puse como meta terminar las composiciones inconclusas que tengo, hasta final de año tengo que terminar eso. Espero lograrlo. Además de eso, seguir con los trabajos que tengo como arreglador, cesionista y profesor, que es parte del día a día.
–¿Considerás que el Estado o las organizaciones de gestión deben intervenir en la situación?
–El Estado sin duda alguna tiene que intervenir. Esta situación nos hace reflexionar en varios aspectos como sociedad, y para mí aquel discurso de dejar de lado al Estado, para que no regule nada, que el mercado se regule solo, controlar el supuesto exceso asistencial del Estado a los ciudadanos, etc. cayó por el piso. Hoy los empresarios son los primeros que salen a pedir asistencia al Estado. La poca o mala inversión en necesidades básicas como salud y educación pública de calidad y gratuita nos está pasando la factura, a nivel país y a nivel mundial.