Dibujante genial, el francés Albert Uderzo falleció ayer a los 92 años con la certeza de que Astérix y sus turbulentos amigos galos que inventó en 1959 junto a René Goscinny, sobrevivirán mucho tiempo.

“No me reconocen por la calle. Los personajes pueden convertirse en mitos pero no nosotros, sus padres”, afirmaba el cocreador del rival mundial de Tintín y de Mickey.

Uderzo llevaba el peso de los años con prestancia y un desapego alegre. Era un hombre poco conocido, de carácter reservado y sereno, que siempre prefirió hablar más de su trabajo que de su persona.

Apasionado de los Ferrari, con una veintena de autos que transitaron por su garaje, este hijo de inmigrantes italianos residía en una pequeña mansión de Neuilly-sur-Seine, a las afueras de París.

La muerte en 1977, a los 51 años, del gran guionista René Goscinny durante una prueba de esfuerzo efectuada en un chequeo médico, lo afectó mucho. Juntos publicaron 24 álbumes. Gracias a su trabajo, el cómic conquistó al gran público.

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