- POR CARLOS GIMÉNEZ
- Periodista
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“Ustedes no se imaginan lo que nos pasa por el alma”, expresó Mike Cardozo, al reunirse luego de 7 años con sus compañeros del grupo La Secreta, en uno de los horarios estelares del Cosquín Rock, y que fue ovacionado por la multitud que acudió el sábado pasado al Jockey Club, en el impresionante despliegue de la segunda edición de este festival en Paraguay.
Una banda necesaria, que sintetizó la identidad paraguaya en una fusión musical y lírica sin perder vigencia, volvió con 7 miembros y gran fuerza escénica. “Soldado del divague”, “Mirando el río” o “Jodete” elevaron coros masivos, en un show de casi 40 minutos, desde las 20:10.
Otro momento poderoso en los dos escenarios principales fue para Carajo, la banda argentina sembró el mejor pogo y convidó a Walter Cabrera de Flou a protagonizar “Sacate la mierda”. Tanto Flou como Paiko también tuvieron un exitoso paso en esas tarimas. En total participaron 23 bandas.
Sin embargo, un festival aparte surgió en el tercer escenario, alternativo, ubicado a un costado del sector Fanatic. Primero Usted Señalemelo, luego El Kuelgue, de Argentina, formaron su propia fiesta con sonidos experimentales. Más tarde, Cuatro Pesos de Propina (Uruguay) sacudió el reducido escenario en su debut, ante un puñado de seguidores; mientras el grueso se conformaba con Babasónicos, que pese a los hits, a ratos se volvía un show muy estático.
Frente a la garantía de No Te Va Gustar, la novedad de Miss Bolivia encendió el espacio alternativo y armó el bailongo, con contenido feminista. “Che rete che mba’e” (mi cuerpo es mío), dijo la argentina en guaraní, al introducir “Paren de matarnos”. El ritmo tropical y la diversión se mantuvieron con el cierre a cargo de Sonido Chuli, mientras que el broche de oro quedó para Molotov, que esparció potencia con sus éxitos más conocidos, aunque no conectó del todo con el público, ya agotado para la medianoche.