COMENTARIO
POR ROQUE MARTÍNEZ, periodista
Paulo Londra representa a la generación de cantantes del género trap que caen bien entre niños, adolescentes y adultos. Lo demostró el pasado sábado, en el Arena de la Secretaría Nacional de Deportes, donde convocó a familias, parejas y solitarios que estallaron en cantos, bailes y aplausos para el joven artista argentino de 21 años que realizó su segunda presentación en el país.
Sus letras con nulo contenido sobre violencia, alcohol o drogas lo convirtieron en un cantante apto para todo público, lo que lo diferencia en tiempos donde cuanto más ofensivas las letras, más populares parecieran volverse los cantantes del reguetón o trap, cuyos ejemplos sobran, pero Londra eligió ir en la dirección contraria.
Apenas acompañado de un DJ, el músico subió pasadas las 21:00 al escenario ante la ovación de su público, que ya pedía a gritos la presencia del cantante. De look deportivo, hizo su aparición ante la atenta mirada de la gente que cantaba a la par que Londra.
Inmediatamente después del primer tema, Londra se colocó una bandera paraguaya al cuello que no se sacó hasta el final del concierto y además subió a un fanático para desafiarlo a encestar un balón en el aro de básquet. El lugar resultó perfecto para los asistentes que cómodamente se ubicaron y disfrutaron del concierto. Sin embargo, el sonido no se escuchó en su plenitud, lo que para nada incidió en el disfrute desde abajo con “Chica paranormal”, “Forever alone” y “Tal vez”, quizás la canción más esperada.
Con el característico acento cordobés, Londra mostraba al final de cada canción lo agradecido que se siente ante la respuesta de la audiencia. El show continuó con “Cuando te besé”, “Cámara lenta” y “So fresh” con acompañamiento de luces y fuego desde ambos costados del escenario además de la pantalla ubicada al fondo del escenario. Londra empezó a despedirse luego de una hora de concierto, donde presentó las canciones que lo llevaron a convertirse en un artista que rompe récords en redes sociales y liderar rankings. Una lluvia de papeles, pirotecnia y luces marcaron el final de un show que será recordado por los asistentes.