“El proyecto nace como iniciativa de los estudiantes. Ellos empezaron una donación de libros que en principio debían ser repartidos a escuelas de la zona. Como no podíamos recorrer escuela por escuela decidimos encontrarnos en un punto medio y colocarlos en la parada que se encuentra frente al colegio, de manera a que cada madre o padre pueda llevar libros para sus hijo, o incluso llevar un libro para sí mismo”, comentó Lorena Riquelme, directora del Departamento de Comunicación del Colegio Aula Viva, que recientemente inauguró su Biblioviva, en frente a las institución educativa (Avda. Sacramento casi Dr. Víctor Boettner).

Se trata de una biblioteca abierta a la la ciudadanía montada en la parada de un colectivo, que permite a los usuarios del servicio de transporte público contar con un texto para leer mientras aguardan sus buses, o llevarlos a su casa.

“El objetivo del proyecto es promover la lectura, acercando libros de todo tipo, en varios idiomas y sin ningún costo a los usuarios de la parada. La temática es que cada persona pueda retirar un libro, leerlo durante el viaje o en casa y luego devolverlo o cambiarlo por otro. La idea central es que se pueda compartir la lectura con las personas de la comunidad”, agregó.

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Para el desarrollo de este proyecto, los estudiantes analizaron tanto el problema de déficit de lectura que padece el país, y la dificultad que representa entre los ciudadanos el hecho de confiar en dejar bienes para el uso colectivo, en este caso, los libros.

“El nombre Biblioviva va asociado al nombre del colegio que es Aula Viva. La idea es que los usuarios puedan ‘vivir’ cada palabra que leen, que en esta parada encuentren además de un medio de transporte físico, un medio de transporte mágico que los lleve a descubrir un sinfín de tesoros, de lugares asombrosos y a experimentar las aventuras más inesperadas”, explicó.

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