POR CARLOS GIMÉNEZ cultura@gruponacion.com.py

Asistir a un concierto hace feliz, decía un estudio australiano en el 2017. Es cierto. En su tercera edición, Asunciónico se erige como un encuentro festivo de miles de historias, más allá de la lista de canciones: quienes van disfrazados, el grupo que canta “Cumpleaños feliz”, las amigas que corren a abrazarte como si no se hubieran visto en años, que Jorge Drexler interrumpa una canción para atender lo que grita un fan; envolverse en la danza atmosférica de Arctic Monkeys, aunque la canción sea “lenta” o desconocida.

Unas 25 mil personas bordearon los cambios de chips que propuso cada escenario, durante casi 10 horas, el jueves último, en el Espacio Idesa. Tras la apertura de artistas nacionales y propuestas electrónicas, Jorge Drexler vio el rostro de multitud poco antes de las 21:00, saludando con un: “Mba’éichapa Paraguay”. Con banda completa, el uruguayo conquistó con su poesía y carisma; honró a Agustín Barrios “Mangoré” con “Milonga paraguaya”, e hizo sentido su “aguije” con “Pongamos que hablo de Martínez”. “Todo se transforma” o “Me haces bien” coronaron tan balsámico show.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

No queda claro si el efecto de tracking de VHS en las pantallas gigantes estaba pensado para The 1975: Los ingleses desembarcaron sin tanta comunicación, pero fueron seduciendo con su rock alternativo, cargado de guitarras vibrantes e imponente puesta escénica, con hits como “Robbers” o “The sound”.

Seguido, Arctic Monkeys fue un viaje al garaje, con la crudeza punk, hasta baladas hipnóticas, no siempre soportadas por nuevos oyentes. Hacia la 1:00 fue otro festival: Damas Gratis entró a arrasar con su combo de baile y alegría, en esa complicidad de gestos y frases que genera la cumbia villera. Sonó “Soy paraguayo y qué” del cantautor paraguayo Ulises Silva. Antes, Pablito Lescano visitó La Chispa, y luego agitó Kilkenny. El martes sigue la fiesta.

Dejanos tu comentario