• POR CARLOS GIMÉNEZ
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El 16 de febrero del 2018, “Las herede­ras” se estrenó triun­falmente en la Competencia del 68º Festival Interna­cional de Cine de Berlín, en Alemania, de donde trajo dos Osos de Plata, a mejor actriz (Ana Brun) y el Premio Alfred Bauer, a una película que “abre nuevas perspecti­vas en el arte cinematográ­fico”. A casi un año de aquel histórico momento para el cine paraguayo, la película de Marcelo Martinessi cele­bra hoy su estreno comercial en Estados Unidos, territorio que siempre supone impor­tantes expectativas.

El director del filme, la actriz Ana Brun, los producto­res Sebastián Peña Escobar (Paraguay) y Fernando Eps­tein (Uruguay) acompaña­rán el debut en la prestigiosa sala de cine independiente en Nueva York, Film Forum, inaugurada en 1970 y que hoy tiene cuatro pantallas, casi 500 asientos y hasta 250.000 admi­siones anuales. Este espacio ha puesto en el mapa a muchos directores, como Christopher Nolan (“Batman - El caballero de la noche”).

Tras 40 premios internacio­nales, la distribución comer­cial en 32 territorios, 14.130 espectadores en la cartelera paraguaya, y el Galardón Car­los Saguier “Hito del Cine Paraguayo” de la Academia de Cine de Paraguay; Marti­nessi ofrece un balance sobre lo ocurrido en el año 2018.

–Nos entusiasma mucho lle­gar a Nueva York y estrenar en el icónico Film Forum*. Se trata de un polo vibrante del cine independiente, que está ubicado en Soho, Manhattan. A partir de este estreno, la película empezará un reco­rrido por otras ciudades como Los Ángeles, Chicago, Miami y Washington. Vamos a acompañar el estreno neo­yorquino la actriz Ana Brun, los productores Sebastián Peña Escobar y Fernando Epstein (de Uruguay, tam­bién editor) y yo.

* Film Forum está apadri­nado por figuras relevantes de la cinematografía mundial como el director Joel Cohen y el actor Ethan Hawke. Más información: https://film­forum.org/events/event/qas-with-the-heiresses-film­maker-marcelo-martinessi.

–Mirando un poco más atrás, el proyecto tuvo una buena aceptación en su etapa de desarrollo y de guion. Pero lo clave ha sido armar un equipo interesante de coproducto­res que gestionaron los fon­dos para que la película pueda hacerse con la dedicación y con el presupuesto que se requerían. De todos modos, eso no siempre significa que se logre un buen resultado. Siempre al cerrar el corte final hay una sensación de incertidumbre.

Teníamos el enorme deseo de poder estrenar en un festival importante y nos alegramos de que esto se diera ya en la Berlinale, que fue el primer festival al que aplicamos. Aún así, todos los reconocimien­tos que vinieron luego, a más de las ventas internacionales y la buena aceptación en tan­tos países, de verdad nos sor­prendió a todos.

–Viniendo de un país como el nuestro, con una cinema­tografía emergente y con una ley de cine en tratamiento, me parecía también que la visibilidad internacional de “Las herederas” podía con­tribuir a estos procesos –tan necesarios– de construcción de políticas públicas en nues­tro país. Aparte de acompa­ñar el estreno en Asunción estuve en Argentina, Bra­sil, Perú, Colombia, México, Estados Unidos, España, Francia, Inglaterra, Suecia, Noruega, Eslovenia, Tur­quía, Suiza, Ucrania, Ruma­nia, Egipto, India, Corea y Australia.

–En tu experiencia en festi­vales, particularmente en el rol de jurado, ¿qué pelí­culas te impresionaron, que quieras recomendar?

–Pude ver muchas pelícu­las buenas. Recomiendo las dos que me vienen a la mente ahora y que me afectaron muy fuertemente. Por un lado, lo nuevo de Matteo Garrone, “Dogman”, por su increí­ble retrato muy humano del submundo del microtráfico de drogas en una decadente ciudad de la costa italiana. Por otro lado, me pareció brutal e impresionante “Ray &Liz” (Richard Billingham, Reino Unido), porque siento que con esto él reinventa –con mucha más fuerza– lo que hasta hoy conocíamos como ‘cine social británico’.

Y de esta parte del mundo me impresionaron “Cocote” (Nelson Carlo de los Santos Arias, República Domini­cana), “Baronesa” (Juliana Antúnez, Brasil), “Familia Sumergida” (María Alché, Argentina) y “El silencio es un cuerpo que cae” (Agustina Comedi, Argentina).

–Hacer una película requiere demasiados riesgos, y hacerla desde Paraguay creo que incluso requiere cierta dosis de locura. Por eso, tener esta película terminada ha sido enorme para nosotros. Eso era lo que más queríamos.

Todo lo que vino después en cuanto a recorrido y pre­mios lo disfrutamos, muy conscientes de que nada de eso ya dependía de noso­tros. Si pasaron cosas bue­nas siempre las celebramos y si no pasaron es porque no tenía que ser. La impertur­babilidad es una virtud que tenemos que aprender quie­nes estamos todo el tiempo expuestos a decisiones que pueden responder a gus­tos particulares e incluso a modas de momento. Lo esencial es que esas modas o decisiones ajenas no afec­ten nuestros procesos que son al final de cuentas muy personales.

–Todos los reconocimientos son relevantes en algún u otro sentido. Netflix es una marca muy fuerte y me sorprendió la atención mediática que tiene este premio. Entiendo que la distribución en una plata­forma como esta, a nivel mun­dial, requiere acuerdos con los dueños de los derechos en más de 30 territorios donde la película ya ha sido vendida. Supe que hay conversacio­nes para que esto sea posible, pero no sé el estado en que se encuentran.

–Uno de los problemas más evidentes que ha tenido el cine en Paraguay del siglo pasado es la discontinuidad. Por un lado, porque no había voluntad política, y por el otro, porque tampoco había una estructura real que faci­lite la producción.

Me entusiasma que ahora, bajo el nombre de Carlos Saguier –que conoce muy bien estas dificultades– se puedan aunar esfuerzos. Y más allá de los premios que llevan su nombre, que ese evento sea un espacio de encuentro para fortalecer a una generación decidida a que las cosas cambien. Esta­mos camino a lograr que el hacer cine en Paraguay deje de ser algo milagroso. Y en ese sentido, estar juntos es vital.

–El cine solo es posible allí donde hay una apuesta verdadera del Estado en las áreas de capacitación, producción y distribución. No creo que sea posible de otra forma. Entiendo que ya hay una propuesta de reglamen­tación para nuestra ley, pero no pude participar de cerca de este proceso.

–Me parece una cifra cohe­rente con el tipo de película que hicimos, que no se carac­teriza por convocar a grandes masas. Es un cine que exige también del espectador, y en un país donde la mayoría prefiere entrar a la sala para divertirse, de forma pasiva (aclaro que no tengo nada contra eso), llegar a 13 o 14 mil personas está muy bien.

–Me cuesta mucho pensar en dirigirfuera de Paraguay, porque me siento muy anu­dado a nuestra formade ver el mundo. He tenido algunas conversaciones informa­les sobre posibles proyectos fuera, pero debería ser algo que me atraiga demasiado para animarme a hacerlo.

–Realmente no siento pre­sión. Más bien me siento muy afortunado de que esta pelí­cula –que es para mí un pri­mer largo– haya podido reci­bir tanta atención. En esta primera parte del 2019 pre­fiero terminar elrecorrido con la película y ponerme algunas metas de escritura para un siguiente proyecto, todavía nada muy serio, ape­nas unos esbozos.

–Comentaste en varias notas que el cine latinoamericano es una profesión de burgue­ses, y que muchas veces la visión del cine se limita a la mirada desde las clases pri­vilegiadas, ¿cómo se puede revertir eso?

–Una ley que contemple la creaciónde una escuela pública de cine, a más de fon­dos concursables, sería un buen comienzo.

–Tras el estreno en EEUU, ¿qué otras etapas están confirmadas para “Las herederas”?

–Después de Estados Unidos vamos a concentrar ener­gías en el estreno en salas de España, donde “Las herede­ras” arranca el 5 de marzo, en Madrid. Por otro lado, ese mismo mes, Ana Brun va a acompañar el recorrido de la película en una serie de pro­yecciones que se harán en Toulouse y otras ciudades del sur de Francia. Hay ade­más algunas premiaciones, sesiones especiales y charlas vinculadas a la película a lo largo del año, pero es bastante menos demandante de lo que ha sido el 2018.

La ópera prima de Marcelo Martinessi, producida por La Babosa Cine (www.lababosacine.com), en coproducción con Pandora Film Produktion (Alemania), Mutante Cine (Uruguay), Esquina Filmes (Brasil), Norsk Filmproduksjon (Noruega), La Fábrica Nocturna (Francia); obtuvo 41 premios en diversos festivales en el 2018, desde los históricos dos Osos de Plata logrados en el Festival de Berlín, en febrero pasado.

“Las here­deras” se vendió para distribución en salas de cine comercia­les, a los siguientes territorios: Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Croacia, China, Dinamarca, Escocia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Holanda, Inglaterra, Irlanda, Israel, Italia, Luxemburgo, México, Noruega, Polonia, Portugal, Serbia, Suecia, Suiza, Turquía, Uruguay. Distribución en salas no comerciales: Bolivia, Perú. Distribución exclusiva en VOD: China.