Víctor Morel, baterista y gestor cultural, lleva adelante su proyecto Síncopa Producciones, desde donde busca forjar y capitalizar las oportunidades que la escena presenta para la música del género que él abrazó, el jazz.
Productor y talentoso músico, no tiene la avaricia como fin en el negocio de la música, habla de trabajar desde una economía más solidaria, y de cuidar lo que para él es el centro del negocio y de su vida, la música. La Nación habló con él sobre sus proyectos y su evaluación respecto al 2018.
–Tuvieron importantes experiencias en el 2018, ¿cuál es el balance que realiza?
–Dejamos un 2018 con la satisfacción de haber podido producir y afianzar grandes emprendimientos artísticos que sin duda han podido ser históricas para nuestra escena, hemos podido montar un Festival de jazz (jazzday Asunción) con una programación exclusiva de Big Bands de jazz, algo que hasta a nivel mundial es casi un privilegio. Asimismo, hemos podido trabajar en la producción del concierto de Stefanno Bollani, con su quinteto, el cual por primera vez, tal vez, en la historia de nuestro país, que un músico internacional (y de Jazz) abre su gira internacional en nuestro país. Así como poder traer a un músico con una historia artística y destacada como Jaques Morelenbaum, sin duda han contribuido de alguna forma a que artistas de nivel internacional del jazz tengan puedan presentarse en nuestro país fuera del circuito de festivales.
–Como productor venís en la doble función de trabajar pensando en los gastos, y por otro lado estás tocando. ¿Transforma eso tu visión de las cosas, desde ambos lados?
–Sí, sin duda, desde siempre el factor de gestión influye a la hora de hacer música y viceversa, desde la más insignificante actuación que puede ser en un restó, donde puede que no te escucha nadie hasta en un teatro donde toda la atención está en uno.
Siempre me preocupé por sobre todo a cuidar la música, digamos. Al final es la música lo que me mueve, ya sea tocando o produciendo actividades. Y en cierta medida se tiene como un cierto temor tal vez descuido por parte de los músicos el poder involucrarse a nivel de producción o de gestión, estas cosas creo que siempre fue de manera natural, tal vez algunos ven como una “ventaja’’ no involucrarse, pero siempre fue así.
Y más aún si uno quiere cuidar de la actividad misma de uno. Herbie Hancock creo que fue algo así como uno de los pocos músicos en la época, que pudo negociar, ser dueño de su propio master musical, cuando es era exclusividad de las discográficas.
Así también, mi viejo Toti (Morel) me comentaba que allá por los ‘70, cuando nadie quería abandonar las orquestas donde uno podía tener una suerte de estabilidad laboral, se lanzó a moverse y gestionar actuar de forma independiente. Todo esto está sin duda es el ánimo de hacer y cuidar de la música. Que en definitiva es de lo que vivimos y para lo que vivimos.
–La escena local les pone a prueba con varias y renovadas propuestas, pero vienen construyendo también una agenda regular, como el Jazzday.
–Sin duda la escena no solo está en crecimiento constante, como suelo decir, sino que hay una especie de percepción necesaria de buscar contenidos artísticos enriquecedores que nutran a la misma escena, refiriéndome ya sea tanto a nivel de músicos como de audiencia. Sin duda el Jazzday con un esfuerzo muy grande hemos podido producirlo de forma ininterrumpida, aún así no es el único emprendimiento el cual hubiéramos deseado que sea regular.
–La gestión cultural tiene muchas patas, ahora Joaju trabaja con Planea, que es otra de esas patas. ¿Cuál de esas labores (patas) es la que más énfasis le dan desde Síncopa, y qué está faltando en esa línea productiva?
–Se le da el mayor énfasis a la gestión de la producción para el montaje artístico, ya sea desde conseguir el espacio necesario para el mismo, el trabajo de prensa necesario y en la gestión en la captación de fondos para financiar los proyectos, este último es sin duda es el más costoso, valga la ironía, en una escena donde todavía la calidad artística no es del todo valorada como corresponde, lastimosamente.
–Con Joaju presentarán el concierto de Perico Sambeat. ¿Cómo se da esa vuelta del español?
–La verdad que con la primera visita en el 2017 nos hemos pegado el lujo y placer de tocar con uno de los mejores saxofonistas de jazz de Europa, y desde el primer contacto que tuve con él y de proponerle venir se mostró interesado, ya luego de esa experiencia con un concierto estupendo y una gran energía y conexión entre el cuarteto y él. Creí que sería sumamente valioso que pueda venir de vuelta, para presentar un concierto exclusivo con una temática específica la cual en este caso es la de Flamenco Meets Polka y con la cual podamos nosotros a partir de la misma también generar nuevo contenido, de hecho el trabajo que venimos realizando del último disco que es lo que él interpretó en el primer concierto le dio, todo un nuevo aire e impulso a nuestra música.
–¿Qué otros shows tienen previstos para este año?
–Luego del concierto con Perico, la idea es de hacer un tour de jazz clubs por la ciudad, esperamos poder gestionar una gira por el interior del país, como lo hicimos con el primer disco. Así también tenemos invitaciones a festivales internacionales, los cuales esperamos poder concretarlos. Además están pendientes algunos invitados internacionales a los cuales esperamos poder traerlos desde hace tiempo.