Tras Capital Cities e Icona Pop en el 2014, Kaiser Chiefs y The Ocean Blue en el 2016, entre otros; Kilkfest salió del Casco Antiguo, y le puso techo de cielo a su tercera edición, el sábado pasado, volviendo a la carga del rock, más en el sentido de, por ejemplo, “Asunciónico” de G5pro. Unas 14 mil personas vibraron en el Espacio Idesa, según reportó la citada productora; en una velada donde se aplaudió la puntualidad del programa.
Tras la prolífica apertura a cargo de los nacionales: Nine Bits, La Siega Roots, Ripe Banana Skins y Villagrán Bolaños; uno de los esperados internacionales, Molotov reapareció en su versión más punk y desprolija. Lejos quedó la última imagen de los mexicanos, de 2013, en una comunión más intimista y compacta en el polideportivo del Sol de América.
Con un show menos dinámico, fue el Molotov más ruidoso y salvaje, incluyendo cinco covers, y en especial una tanda frenética, de la cumbia al punk de “Marciano” (original de Misfits). El auténtico pogo fue reprimido por las filmaciones de los teléfonos, pero sobresalieron “Gimme tha power”, “Frijolero” y, el cierre, “Puto”. Y parecía que podía sumarse otro bis.
“Mba'eichapa?” (cómo están), saludó Alex Kapranos, de Franz Ferdinand, hacia medianoche, y enseguida arremetió “Glimpse of Love”, de su quinto disco lanzado en febrero último, “Always Ascending”. “Rohayhu” (les quiero) y “aguyje” (gracias) fueron otras expresiones en guaraní del vocalista. A ocho años de su primera visita, la banda escocesa conectó con un sonido nítido y melódico; e hizo vibrar a la multitud con infaltables hits como “Do you want to”, “Walk away” y “Take me out”. Para muchos, el festival terminó ahí.
Sin embargo, quedaba The Chainsmokers para agitar la madrugada con sonido electrónico, baile y un despliegue escénico cargado de imágenes y humo. Un show aparte.