"Un riesgo por lo que plan­tea este cule­brón melodramático que este muy ajustado y pasado y exa­cerbado y pretencioso rol en sí mismo, entonces es algo límite, pero me pareció un salto que vale la pena hacer, era hora", describió el actor rosarino Juan Sorini, sobre su primer protagónico con "Desearás al hombre de tu hermana", estrenada hace dos semanas en Argentina, y desde el jueves último en Paraguay, gracias a la produc­ción asociada de HEi Films con Aleph Media, de Fer­nando Sokolowicz.

"No todo el tiempo llegan papeles tan jugosos y tan divertidos de hacer. Cuando lo hacía, alguien vino y dijo: 'Atente a las consecuencias cuando salga esto, porque lo que están haciendo es una locura'", agregó quien interpreta a Juan Rojo, en el drama erótico que com­parte con Andrea Frigerio, Carolina "Pampita"Ardo­hain, Mónica Antonópulos y el brasileño Guilherme Winter, bajo la dirección de Diego Kaplan.

"Es muy divertido, pero hay que ver quién está prepa­rado. Entonces me parece que está bueno. Me agarra en un momento justo, con las cosas alineadas, con la formación, creo yo, correspondiente en tanto a oficio como a estudio.

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Igualmente esto sigue, y yo hace diez años que estoy estu­diando y actuando, así que me queda mucho para llegar a eso que yo creo que quiero llegar, que llegará después de muchí­simas películas más. Es una excelencia que no para la de ser actor, busca crecer y crece en relación a lo que hace, y las decisiones que toma.

LA ESTÉTICA

"Primero, creo que en tanto a mi curiosidad que tuve en una época muy obsesiva por los años 70 y el resurgimiento de las organizaciones armadas, en Uruguay, en Argentina, en toda Latinoamérica; creo que no tiene nada que ver, la película es mucho más ale­gre, en ese sentido, y el otro día le escuchada al director, que le preguntaban en qué año hubiese sido; yo creo que también hubiese sido antes de la época más complicada de Argentina de los 70, por­que plantea otra cosa, otro juego, es muy lúdica la pelí­cula, entonces no le pegaría a esa época", comentó Sorini.

"Sí está todo muy exacerbado lo que son los colores de esa época, las maneras, las for­mas, sobretodo los personajes de Ofelia, Lucía y Juan Rojo. Todo eso está muy exagerado para contar un cuento, que respira con los personajes de la madre y del otro marido, y le aportan mucha comedia, mucho humor.

Más allá de que también entre los tres hay cosas realmente muy extremas, y causan mucha gracia, y también cau­san mucho rechazo. Yo leí el otro día: 'Son inentendibles'.

Lo que pasan es que son tan entendibles, que uno dice 'es mucho'. Pero es esa decisión. No ha sido nada involunta­rio, es una construcción entre todos, yo desde lo actoral, y la cabeza, Diego Kaplan, y nos divertimos mucho, y eso se va ver", agregó.

EL EROTISMO

"Diego Kaplan y Erika Hal­vorsen (autora del guión y de la novela) laburaron juntos, hasta Erika estuvo en el set. Así que, en ese sentido, para articular esta mujer deseante y el hombre objeto, lo tenía muy claro qué hacer y cómo. Ya después Diego se ocupó sobretodo de contar este este­reotipo de hombre con una exacerbación extrema, para iluminar esto que todavía ahora pasa: la mujer depen­diente generalmente del hombre equivocado; y para eso está dibujado Rojo de una manera casi pasada, para con­tar un poco eso, y que también causa humor, causa también rechazo, porque es inenten­dible, porque también cae la hermana y desea a éste tipo que hace unas cosas que son muy cursis, muy grasa, muy extremo en todo. Entonces, Diego en eso, creo que fue muy claro, sobretodo en este tridente que es muy empala­goso", explicó.

"Me acuerdo que yo llegué el día a filmar el casamiento, y vi lo que era el altar, entonces lo llamé a Diego y le dije: 'No es subestimar, pero qué buena la gente de arte'. Porque el casamiento lo hace Juan Rojo, y es un tipo que es un exceso permanente. Ustedes no se ima­ginan la cantidad de flores que había. Entonces dije: 'Está bien, estamos en la misma, entendimos que es mucho'.

El casamiento es coreográ­fico, él debe haber pedido. Es una locura construida con mucho entendimiento, que va causar eso, o risa… La gente me parece, que lo que está pasando, no sabe si reírse a veces. Ríanse, porque el tema del sexo es cuando uno se pone incómodo. No se puede entender que haya tantas cosas graciosas y el sexo mez­clado. La risa y el sexo gene­ralmente uno no los asocia tanto, ¿no? Y acá es impresio­nante la cantidad de humor y sexo que hay, aparte de todo lo que ya la película trae, de la historia de las dos herma­nas, de la mujer, y de la mirada esta femenina que la autora ya plantea en la novela".

Consultado sobre cómo vive este momento, res­pondió: "Son sensaciones raras, encontradas a veces. Yo estoy bastante al mar­gen de eso, no sé muy bien cuántos espec­tadores hay o no. Me parece que va muy bien la peli, en tanto sea una película pro­hibida para menores de 18, lo cual de inmediato acota mucho el número en el ya. Pero ese tema ya está, me parece que se cerró. Y el tema de las críti­cas, tam­poco leo mucho. Estoy contento, orgulloso por el enten­dimiento que hubo de todos y por cómo lo hici­mos y lo llevamos a cabo, y cuando lo vi, es lo que quisimos hacer. Me parece que a la larga, o a la corta, es muy entrete­nida, y el impacto vale la pena, porque está bus­cado y está bien hecho".

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