- Por David Sánchez, desde Toulouse (Francia), X: @tegustamuchoelc (*).
Jerry Bruckheimer, el legendario productor de éxitos como Top Gun, Pirates of the Caribbean y Bad Boys, se adentra en un nuevo territorio con su última producción: F1, una película sobre la Fórmula 1 protagonizada por Brad Pitt y dirigida por Joseph Kosinski (Top Gun: Maverick). En una conversación exclusiva para La Nación, Bruckheimer revela los secretos detrás del proyecto, la colaboración con Lewis Hamilton y los desafíos de llevar a la gran pantalla uno de los deportes más sofisticados y competitivos del mundo.
El atractivo de la Fórmula 1
“Lo primero que me fascinó es que la Fórmula 1 es el único deporte en el mundo donde tu compañero de equipo también es tu competidor”, comenta Bruckheimer. “Cada piloto quiere ser el número uno dentro del mismo equipo, y eso genera una tensión única. Incluso pueden llegar a chocar entre ellos para demostrar quién es el mejor”.
Esa dinámica humana —más allá de la velocidad o los motores— fue la chispa que encendió el proyecto. La idea nació del propio Kosinski, inspirado por la serie Drive to Survive. “Joe me dijo que lo más interesante de esa serie era cómo mostraba a los equipos que están en la parte baja de la tabla, los que luchan por sobrevivir. Así que decidimos construir una historia en torno a eso”.
Una producción sin trucos digitales
Cuando Kosinski propuso el proyecto a Brad Pitt, el actor puso una sola condición: todo debía ser real. “Brad dijo: ‘Nada de pantallas azules ni ventiladores que simulen el viento. Quiero conducir de verdad’. Y Joe respondió: ‘Perfecto, es la única forma en la que yo también quiero hacerlo’. Así fue como lo hicimos en Top Gun: Maverick, y así debía ser en esta película”, recuerda el productor.
Apple Studios finalmente apostó por el proyecto, convencido por la visión de autenticidad de sus creadores. Pero antes, Bruckheimer y Kosinski tuvieron que ganarse la confianza de la propia Fórmula 1. “Nadie en F1 tenía razón para recibirnos, hasta que dijimos: ‘Llevemos a Brad’. Nadie le dice que no a una reunión con Brad Pitt”, bromea Bruckheimer.
Tras mostrar a Stefano Domenicali (CEO de F1) cómo habían filmado Top Gun: Maverick —usando jets reales maquillados digitalmente como F-14— y un montaje de prueba con un coche de F1 “reemplazado” por el del film, obtuvieron el visto bueno.
Lewis Hamilton: autenticidad sobre ruedas
La implicación de Lewis Hamilton, siete veces campeón mundial, fue decisiva. “Lewis no solo es productor, también revisó el guion línea por línea con nosotros, Brad y Joe”, explica Bruckheimer. “Pasamos ocho horas un fin de semana entero asegurándonos de que cada detalle fuera auténtico. Desde cómo se siente un piloto cuando se funde con el coche, hasta las supersticiones más pequeñas, como los calcetines de distinto color que un corredor sigue usando porque ganó su primera carrera así”.
El resultado, según Bruckheimer, es una película que combina precisión técnica y emoción pura. “Más allá de los coches y las carreras, es una historia de redención. Todos queremos segundas oportunidades, y eso es lo que hace que la gente conecte con la película”.
De la pista al corazón del público
El impacto ha sido inmediato, especialmente en Estados Unidos, donde el interés por la Fórmula 1 se ha disparado. “La participación y el entusiasmo del público han crecido muchísimo gracias a la película. Y será aún mayor cuando llegue al streaming el 12 de diciembre”, anticipa el productor.
Incluso los escépticos han terminado rendidos. “En Londres hicimos varias proyecciones y el 80% del público no tenía ningún interés en las carreras. Pero una vez la vieron, se enamoraron. Los que ya la habían visto, volvieron tres o cuatro veces. Es un viaje emocional”.
Javier Bardem y la humanidad detrás del volante
Entre los nombres del reparto destaca Javier Bardem, quien interpreta al dueño de un equipo de Fórmula 1. “Javier es increíble. Se transforma en el personaje, lo vive. Puede ser villano o héroe, pero siempre resulta humano. En esta película encarna perfectamente a ese jefe de equipo que sufre cada fin de semana”, comenta Bruckheimer.
¿Habrá secuela?
Sobre una posible continuación, el productor es cauteloso. “Estamos hablando de ello, sí. Lewis tiene ideas sobre cómo podría expandirse este universo, pero todavía no hay nada confirmado”, admite con una sonrisa.
Un nuevo clásico del motor
Con esta película, Jerry Bruckheimer vuelve a demostrar por qué su nombre es sinónimo de espectáculo cinematográfico. Pero esta vez, detrás de la velocidad y el rugido de los motores, late una historia profundamente humana. “Las carreras son el escenario”, concluye. “Pero lo que realmente hace vibrar al público son las emociones. Eso es lo que siempre busco en mis películas”.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.

