Este martes 12 de agosto, a las 20:00, en el Ateneo Paraguayo se realizará un concierto por la conmemoración de los 60 años de la instauración del concepto de “música antigua” y su práctica en el Paraguay moderno. Al recital se suma una muestra de documentos vinculados al curso que dictó el brasileño Heitor Alimonda en 1965: fotografías, programas, recibos y otros documentos que dieron origen a lo que actualmente conocemos como “música antigua”.

En homenaje al concierto celebrado el 12 de agosto de 1965 se incluirá en el programa una de las obras interpretadas en aquella ocasión: “Trío Sonata No. 5 en La menor” de Georg Philipp Telemann, con la participación de Rocío Cáceres (flauta), Carlos Tomás González (violín) y Stefano Pavetti (clavecín). También interpretrán “Sonata in Re maggiore” (Leonardo Vinci), “Sonata II “Le Vibray” (Michel Blavet) y “Concierto en Sol Mayor” (G. P. Telemann), con Dulce Acosta (viola). El acceso es libre y gratuito.

El 12 de agosto de 1965, en el marco de los tradicionales encuentros semanales denominados “los jueves del Ateneo”, se llevó a cabo el concierto clausura de un curso de música de cámara dictado por el pianista y compositor fluminense Heitor Alimonda (Río de Janeiro, 1922-2002).

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Curso que dictó el brasileño Heitor Alimonda en el Ateneo Paraguayo, en 1965. Foto: Gentileza

Antecedente histórico

El curso de Alimonda se realizó en el Ateneo durante una semana, y fue auspiciado por la Embajada de Brasil en Paraguay. Durante la década de 1960, más allá de las desavenencias diplomáticas en torno a la posesión de los Saltos del Guairá, el Brasil aparecía como el gran aliado del Paraguay en el contexto de la “marcha hacia el Este”.

La “marcha hacia el Este” fue una estrategia geopolítica y económica impulsada por el régimen estronista. Consistió en un desplazamiento del eje de integración regional desde Argentina hacia Brasil, con profundas implicancias para el desarrollo territorial, la infraestructura, y las alianzas internacionales, pero también para la cultura paraguaya.

Clavecín del Ateneo Paraguayo. Foto: Gentileza

Alimonda abordó el tema de la música de cámara como aquella que convoca a poca cantidad de intérpretes, y que puede ser interpretada en salas pequeñas, como la del Ateneo. De esta forma, se trabajó el piano a 4 manos, el canto con acompañamiento de piano, los dúos de violín con piano, los tríos, y una categoría particularmente destacada: la música barroca.

La deconstrucción del barroco permitió, al mismo tiempo, revisar dos estilos anteriores que no se encontraban en los programas de los paraguayos: el Renacimiento y la Edad Media. De esta forma, se instaura la práctica de lo que desde entonces comenzó a denominarse “música antigua”, es decir, aquella hecha por ensambles cuyo repertorio incluía música medieval, renacentista y barroca.

Del curso de Alimonda participaron cantantes, flautistas, y pianistas como Lilian Díez Serrano de Sandoval, Gloria Cresta, María Elena Boungermini Genovese, Natalia Buzarquis de Miranda, Nelly Jiménez, entre otros; así como los violinistas Lilian S. D´Amore y Jorge Báez Roa.

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Nelly Jiménez tocando la flauta en el Ateneo Paraguayo. Foto: Gentileza

Influencia local

El encuentro con Alimonda influyó principalmente en Nelly Jiménez, que al poco tiempo se dedica a la interpretación de música medieval, renacentista y barroca, principalmente con ensambles de flauta dulce. Nelly Jiménez viajó en varias ocasiones al Brasil, y a fines de la década de 1960 e inicios de la de 1970, a Santiago de Chile, donde fue discípula del compositor Juan Amenábar (Santiago, 1922-1999).

Desde este curso en el Ateneo, Nelly Jiménez abandona la carrera de pianista clásica, y transita dos aspectos inexplorados de la música paraguaya de entonces: la música antigua, y la música vanguardista. Jiménez es la primera compositora paraguaya de música electroacústica. El “Ensamble asunceno de música de cámara”, dirigido por Nelly Jiménez, fue la primera agrupación de música barroca que conoció el Paraguay moderno. El concepto y la práctica de los ensambles, es uno de los grandes aportes de la música académica brasileña a la música paraguaya.

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