“Más que un simple recurso pedagógico, se convierte en una experiencia formativa y emocional”, señala el profesor Ever Zaracho, creador del método Arpa de Papel, sobre esta iniciativa que está formando a nuevos talentos desde los tres años de edad.

De acuerdo a Zaracho, el método permite que niñas y niños armen y personalicen su propio instrumento hecho de cartón industrial, con cuerdas diseñadas por un luthier especializado.

Cada chico libera su imaginación, algunos decoran con motivos patrióticos, otros con paisajes o personajes populares como el capibara. Así el instrumento se vuelve parte de ellos”, explica a Tribuna de Paraguay TV.

Además del carácter lúdico y participativo, el método está pensado para acompañar el desarrollo físico y musical de los alumnos. “Los más pequeños tocan parados; a medida que crecen, se sientan y adoptan nuevas posturas. Adaptamos el tamaño del instrumento según la altura del niño”, indica.

Actualmente, se manejan dos tamaños del arpa de papel, uno estándar y otro ligeramente más grande.

Desde su implementación hace cinco años, el impacto es notable. “Empezamos con 10 alumnos en el Conservatorio Nacional de Música. Hoy, de manera privada, tengo 20 alumnos activos, con deserción cero. Es algo que no me esperaba”, reconoce el docente.

El compromiso de los niños, las familias y el entorno es clave para el éxito del método. “El acompañamiento de los padres es fundamental. Ellos practican en casa, estudian con sus hijos y forman parte del proceso junto al docente”, destaca.

El método Arpa de Papel se inspira en enfoques reconocidos internacionalmente, como el método Suzuki, que plantea que todos los niños pueden aprender si se les proporciona el ambiente y las herramientas adecuadas.

“La música se enseña a través del juego, con mucho dinamismo. No se trata de sentarse y repetir ejercicios, sino de disfrutar el proceso”, explicó Zaracho.

Actualmente, se manejan dos tamaños del arpa de papel, uno estándar y otro ligeramente más grande. Foto: Gentileza

Accesibilidad

Más allá de la innovación pedagógica, también hubo un gran logro en términos de accesibilidad. Gracias a la alianza con la empresa Embaco, especializada en cartón, se logró industrializar la producción del arpa de papel.

“Ellos apostaron al proyecto sin entender del todo hacia dónde iba. Fue un compromiso patriótico y social. Diseñaron un prototipo, hicimos ajustes y hoy tenemos un instrumento accesible y funcional", celebra el creador.

El costo también fue una barrera superada. “Un arpa tradicional es cara. Quise achicarla para reducir costos, pero me dijeron que hacerla más pequeña no abarata. Solo al cambiar el material —de madera a cartón— pudimos realmente hacerlo accesible", relata.

Actualmente, el arpa de papel representa solo un 20% o 30% del costo de un instrumento tradicional. Este factor hace que incluso jóvenes y adultos comiencen con el arpa de papel como opción inicial antes de pasar a un instrumento profesional.

Semillero

Además de facilitar el acceso, el proyecto también está sembrando futuro. “Esto se convierte en un semillero. Paraguay siempre ha tenido arpistas virtuosos. Antes, tal vez destacaban dos o tres artistas por década. Hoy, si este método se expande, podríamos duplicar o triplicar ese número, porque ahora hay más acceso, más cercanía con el instrumento”, afirma Zaracho.

Y si bien el enfoque está centrado en la infancia, la innovación beneficia a todas las edades. “Alumnos grandes también compran el arpa de papel como instrumento de inicio. Eso no lo planificamos, pero resultó ser una excelente alternativa de estudio accesible”, señala.

El arpa paraguaya es un instrumento único, sostiene y cuenta que cuando llegó de Europa se transformó en manos guaraníes: se adaptó la madera, se modificó la ubicación de las cuerdas y se amplió el número de cuerdas.

“Pero, lo más importante, fue el repertorio virtuoso desarrollado por Félix Pérez Cardozo, que posicionó al arpa paraguaya como solista, y no solo como acompañante. Ahí comenzó a destacar a nivel mundial”, precisa.

Con pasión, visión y compromiso, Ever Zaracho y su Arpa de Papel están ampliando el acceso a la música en Paraguay y sembrando una nueva generación de arpistas. “Estamos hablando de chicos que estudian desde los tres años, de una investigación de cuatro años, y de una verdadera innovación paraguaya al servicio de la cultura. Ojalá que este método se expanda a todo el país y, por qué no, al mundo”, concluye.

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