• Por David Sánchez, desde La Laguna, Tenerife (España), X: @tegustamuchoelc (*).

Los Premios Quirino de la Animación Iberoamericana, celebrados en su octava edición en San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, consolidaron su posición como un epicentro de la animación regional. Del 8 al 10 de mayo, el evento reunió a profesionales de más de 30 países, combinando proyecciones, conferencias y un Foro de Coproducción y Negocio que facilitó más de 1.300 reuniones entre productoras, distribuidoras, canales de televisión y plataformas de streaming, fortaleciendo las redes iberoamericanas.

El director mexicano Mario Muñoz, conocido por su trabajo en live action y publicidad, llegó a los Quirino como finalista con su cortometraje “Tenemos que hablar: Sombra”, una pieza poderosa que aborda el abuso infantil. Acompañado de su serie “Lulia y Gabo” y su colaboración con el Taller del Chucho, Muñoz destacó el potencial de la animación mexicana para narrar historias únicas, mientras reflexionó sobre los retos de encontrar una identidad propia frente a la influencia de Hollywood. Su experiencia en Tenerife no solo celebró su trabajo, sino que reforzó la importancia de la comunidad iberoamericana en la animación global.

Un impacto visceral

Muñoz asistió a los Quirino con “Tenemos que hablar: Sombra”, seleccionado como finalista: “Estoy aquí porque seleccionaron una pieza que dirigí que se llama “Tenemos que hablar: Sombra” y, bueno, pues venimos, quedo finalistas y estamos aquí para ver si ganamos el premio o no”. Encargado por la fundación Ferreidoun, el cortometraje aborda un tema tabú: “Habla acerca de cómo a veces la gente en la que más confiamos y dejamos que se acerque a nuestros hijos es la gente que abusa de ellos”. La metáfora central es contundente: “Se llama Sombra justo porque el abusador es como una sombra que se cuela por toda, por debajo de todas las puertas para poder llegar al niño o a la niña”. Muñoz destacó su impacto: “Es tan, tan, no sé, como que te pone la piel de gallina”.

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La animación permitió tratar el tema con sensibilidad: “Si hiciéramos esto en live action, la gente la quitaría. La animación es esta cosa tan transparente que permite que puedas verla”. La fundación expresó reservas iniciales: “No sabemos si esto nos van a permitir pasarlo de entrada”, pero su selección en los Quirino y en Annecy, el festival de animación más prestigioso, validó su fuerza. Muñoz, quien no suele postular a festivales, agradeció a su colega Karen: “Sentíamos que esta campaña tenía algo, Karen le tenía mucha fe, dijo: ‘Vamos a meterla aquí, aquí, aquí, aquí’. Cuando nos avisaron de Annecy, casi nos desmayamos”.

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Foto: Gentileza

Un puente entre live action y animación

Formado en comunicación con especialidad en cine en la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México, Muñoz no estudió animación: “Estudié comunicación con especialidad en cine, pero no, nada”. Sin embargo, la animación siempre estuvo presente: “Desde mi primera película de live action, ‘Bajo la Sal’, uno de los personajes hacía stop motion”. Su ópera prima contó con René Castillo, quien colaboró en la animación. Muñoz ve los medios como herramientas narrativas: “Soy un director que me gusta expresarme en teatro, en cine, en animación. Son lenguajes para contar historias”.

Su experiencia en live action enriquece la animación: “Hablo con mis equipos sobre dónde debería estar la cámara, la luz, cosas que uno trae del live action”. Esto aporta realismo: “Cómo crear luces basadas en la realidad que a veces los animadores están divorciados de la realidad”. A su vez, la animación le brinda libertad: “Me llevo ideas mucho más libres y metafóricas al mundo del live action. Es un diálogo muy padre”. Este enfoque híbrido define su estilo, visible en Sombra y su serie “Lulia y Gabo”.

“Lulia y Gabo”: educación lúdica

Para GNP Seguros, Muñoz dirige “Lulia y Gabo”, una serie de 23 episodios sobre prevención de accidentes infantiles: “Es una marca de seguros mexicana, la número uno, y ellos querían un contenido para niños”. Los personajes, una niña y un hurón de peluche que cobra vida, son divertidos: “Es como un hermano chiquito”. El episodio más reciente, en stop motion, aborda los riesgos de la plastilina: “Es sobre los peligros de comerse la plastilina y asfixiarse”. Seleccionado en Chilemonos, combina juego y educación: “Estamos impulsando la idea del juego, pero hay riesgos y tienen que estar conscientes”.

Producido con el Taller del Chucho, Muñoz colaboró con René Castillo: “Es un gran animador. Él estuvo en ‘Bajo la Sa’l. Él es mi director de animación y yo soy el director”. El Taller, conocido por “Pinocho” de Guillermo del Toro y Dolores, proporcionó los recursos técnicos, consolidando a Guadalajara como un hub de stop motion.

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La animación mexicana: identidad y desafíos

Muñoz comparó México con Tenerife: “Hay estudios que han sabido aprovechar la necesidad de Hollywood de hacer animación más barata”. Mighty Animation, por ejemplo, ofrece servicios a grandes estudios. Sin embargo, la influencia estadounidense es un reto: “Como decía Porfirio Díaz, ‘estamos tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos’. Uno de los retos es decir: ‘¿Qué es nuestro? ¿Qué podemos narrar desde nosotros que no sea una película gringa?’”. Guadalajara, impulsada por Guillermo del Toro, está liderando este cambio: “Guillermo del Toro ha tenido mucho que ver, empujando a la gente de Guadalajara, que él es de ahí, para que encuentren su propio lenguaje”.

El Taller del Chucho es un ejemplo: “Hay gente excesivamente talentosa”. Muñoz aboga por más apoyo: “Necesita más apoyo actualmente”. Aunque el talento abunda, la dependencia de Hollywood limita narrativas locales. Iniciativas como las de del Toro y el Taller están fomentando una identidad propia.

Un futuro prometedor

Los Quirino sorprendieron a Muñoz: “Estoy muy impresionado. Nunca había venido a un festival de animación”. La comunidad iberoamericana lo marcó: “Me está pareciendo lindísimo conocer a toda la gente de Iberoamérica y esta idea de crear comunidad”. El evento le permitió conectar con profesionales y explorar nuevas posibilidades, reforzando su compromiso con la animación.

Con Sombra en Annecy, Lulia y Gabo en Chilemonos y colaboraciones con el Taller del Chucho, Muñoz está dejando huella. Su enfoque híbrido y su apuesta por historias auténticas posicionan a México como un referente en la animación iberoamericana. Los Premios Quirino 2025 celebraron su talento y subrayaron el potencial de la región para contar historias únicas.

* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.

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