La exposición denominada “La violencia en el espacio. Políticas espaciales y territoriales de la última dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983)” será inaugurada el martes 12 de noviembre, a las 19:00, en el Instituto Cultural Paraguayo Alemán (ICPA)-Goethe Zentrum, ubicado en Juan de Salazar 310 casi avenida Artigas, en Asunción.
“El gobierno autoritario de Alfredo Stroessner tuvo lugar en Paraguay entre 1954 y 1989. Aún queda por explorar en profundidad las transformaciones territoriales y urbanas que se produjeron en aquellos años”, refiere la propuesta que podrá visitarse, con entrada libre y gratuita, hasta el jueves 21 de noviembre, en el horario de 10:00 a 19:00, de lunes a viernes, y de 10:00 a 13:00 para la jornada del sábado.
Lea más: Invitan a una cita con el toro de Pucará
Desde la plataforma “La violencia en el espacio” se busca iniciar un diálogo a partir de la presentación de las transformaciones políticas territoriales y urbanas de la última dictadura cívico-militar en Argentina. Por ello, la inauguración, además contará con un panel junto a los destacados invitados.
Como representante de la plataforma participará Carlos Salamanca Villamizar del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Carol Thiede de Fábrica Memética, Lía Colombino por el Instituto Superior de Arte/ Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte (Fada) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y Dante Leguizamón de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay.
Lea también: Alejandra Mastro expone “El paisaje es el del yo”
Dejanos tu comentario
Cuando el tren se rompió: 40 años de la tragedia que marcó al ferrocarril paraguayo
- Por Sara Valenzuela.
En la noche del miércoles 22 y madrugada del jueves 23 de mayo de 1985, la apacible localidad de Félix Pérez Cardozo (Guairá) era sacudida por uno de los descarrilamientos más graves de la historia del ferrocarril paraguayo. El tren internacional que provenía de Argentina, y que tenía como destino final Asunción, sufrió un desperfecto y se accidentó a pocos kilómetros de la estación guaireña, dejando seis fallecidos y 25 heridos.
A 40 años de este hecho, en la memoria de don Juan Monges, en aquel entonces arrendatario del vagón comedor del tren, el fuerte estruendo y la avalancha de escombros y hierros entre los que decenas de pasajeros quedaron atrapados, continúan intactos en su memoria.
En conversación con La Nación/Nación Media, recordó que aproximadamente a las 0:30 de aquella fatídica fecha se habría dado el primer indicio de lo que sería una madrugada de terror. Cuando el tren alcanzó la estación de Villarrica, el generador se descompuso dejando sin luz los vagones, motivo por el cual solicitó a los pasajeros que estaban cenando y compartiendo bebidas que se retiraran a sus respectivos coches.
Podes leer: Cabichuí, un periódico nacido en las trincheras para acompañar a los soldados paraguayos
El vagón comedor
Pocos minutos después siguió el sonido ensordecedor de los vagones incrustándose unos contra otros, luego de que el perno que unía a la locomotora con el tender, el vagón especial que contiene el agua y el combustible utilizado por las locomotoras a vapor, se desprendiera en una curva, ocasionando un choque de manera consecutiva que terminó en destrozos y el descarrilamiento total.
“El tender empieza a descarrilar y a tumbar los vagones siguientes, y del impulso tan fuerte hace que se rompa el vagón comedor. Si los pasajeros continuaban ahí, como normalmente era, ya que yo les pedí que salgan solo porque se dio el apagón, toda esa gente iba a morir, porque el salón quedó destrozado. Yo, por suerte, estaba en el vagón, pero ya en la caja registradora y, como existen unos tensores de hierro, eso frenó la rotura de la estructura”, recordó Juan Monges.
“Fue un milagro”
Admitió que, analizando en retrospectiva aquella noche, el hecho de que él y su equipo de trabajo hayan sobrevivido fue un milagro, en especial teniendo en cuenta que seis pasajeros perdieron la vida en aquel incidente, entre ellos un niño de solo 7 años que viajaba con sus padres.
Igualmente, 25 personas resultaron heridas. La mayoría de los heridos fueron atendidos en el Hospital de Villarrica, mientras que los más graves fueron trasladados por helicóptero de la Fuerza Aérea hasta Asunción.
“Cuando me incorporé tras el impacto, lo primero que hice fue ir corriendo hasta el pueblo de Félix Pérez, hasta una telefonía. Ahí empecé a llamar a todas las autoridades locales y regionales para informar lo que había pasado. También llamé a la azucarera para que envíen hombres con herramientas y sopletes para cortar los hierros, porque muchas personas estaban atrapadas”, relató Monges.
Rescate comunitario
Gracias a que era habitante de la localidad, tenía familiares, amigos y conocidos en la zona, a quienes despertó en medio de la madrugada para ayudar en el siniestro, rescatando y asistiendo a los pasajeros, llevándolos en camiones y carretas hasta los centros asistenciales.
“La verdad es que en los 30 años que trabajé en el ferrocarril, no recuerdo un incidente de esta magnitud. Era impresionante ver los vagones destruidos, incrustados unos con otros. Si existieron muchos descarrilamientos en diferentes zonas del trayecto, ya que era un tren que hacía un viaje de más de 300 kilómetros, pero nunca se dio un incidente como éste”, puntualizó Monges.
Cuando el ferrocarril paró
En 1861, el ferrocarril paraguayo inauguró su tramo entre Asunción y la ciudad de Paraguarí, que se mantuvo activo uniendo diversas ciudades y realizando tramos claves hasta 1999. Las ciudades por las que atravesaba el servicio ferroviario se veían estrechamente beneficiadas, ya que la economía local se activaba gracias a la conectividad que daba a los pobladores.
Las estaciones habilitadas inicialmente eran las de Asunción, Trinidad, Luque, Areguá, Patiño y Pirayú, pero, posteriormente, viéndose la alta demanda del servicio, fueron habilitadas paradas en Sapucai, Caballero, Yvytymi, Tebicuary y Félix Pérez Cardozo. El ferrocarril llegaba a unir ciudades como Asunción, Villarrica y Encarnación.
Beneficiaba el desarrollo
Juan Monges recordó que, durante su actividad, el ferrocarril era un medio clave de transporte, ya que, más allá de transportar una importante cantidad de pasajeros a un precio accesible, el vehículo también era utilizado para mover grandes cantidades de productos hasta diferentes puertos para su posterior importación, y lo mismo ocurría con las cargas exportadas.
“La verdad es que el ferrocarril movía a muchísima gente y simplificaba la vida no solo de los pasajeros, sino también de los productores, que ahorraban un importante costo en el traslado de sus productos. Cuando paró, muchas cosas cambiaron, en especial en las ciudades por las que atravesaba; la gente se quedó sin un medio de transporte accesible, rápido y, sobre todo, económico”, finalizó Juan Monges.
Lea también:Paraguay-Uruguay: a 142 años del Tratado de paz, amistad y renuncia de pagos de deuda
Dejanos tu comentario
A 40 años del accidente que marcó la historia ferroviaria del Paraguay
- Sara Valenzuela
En la noche del 22 y madrugada del 23 de mayo de 1985, la apacible localidad de Félix Pérez Cardozo era sacudida por uno de los descarrilamientos más graves de la historia del ferrocarril en nuestro país. El tren internacional que provenía de Argentina y tenía como destino final Asunción, sufrió un desperfecto y terminó descarrilando a pocos kilómetros de la estación de Félix Pérez Cardozo.
A 40 años de este hecho, sigue en la memoria de Juan Monges, en aquel entonces arrendatario del vagón comedor del tren, el fuerte estruendo y la avalancha de escombros y hierros entre los que decenas de pasajeros quedaron atrapados.
En conversación con La Nación/Nación Media recordó que aproximadamente a las 00:30 de la madrugada se habría dado el primer indicio de lo que serían esas horas de terror. Cuando el tren alcanzó la estación de Villarrica, el generador se descompuso dejando sin luz los vagones, motivo por el cual solicitó a los pasajeros que estaban cenando y compartiendo bebidas que se retiraran a sus respectivos coches.
Minutos más tarde, el sonido ensordecedor de los vagones incrustándose unos contra otros, luego de que el perno que unía a la locomotora con el tender, el vagón especial que contiene el agua y el combustible utilizado por las locomotoras a vapor, se desprendiera en una curva, ocasionando un choque de manera consecutiva que terminó en destrozos y el descarrilamiento total.
“El tender empieza a descarrilar y a tumbar los vagones siguientes y del impulso tan fuerte hace que se rompa el vagón comedor. Si los pasajeros continuaban ahí, como normalmente era, ya que yo les pedí que salgan solo porque se dio el apagón, toda esa gente iba a morir, porque el salón quedó destrozado. Yo, por suerte, estaba en el vagón, pero ya en la caja registradora y, como existen unos tensores de hierro, eso frenó la rotura de la estructura”, recordó Juan Monges.
UN MILAGRO
Analizando en retrospectiva aquella noche, el hecho de que él y su equipo de trabajo hayan sobrevivido para él fue un milagro, en especial teniendo en cuenta que 6 pasajeros perdieron la vida, entre ellos, un niño de solo 7 años que viajaba con sus padres. Igualmente, 25 personas resultaron heridas. La mayoría de los heridos fueron atendidos en el Hospital de Villarrica, mientras que los más graves fueron trasladados por helicóptero de la Fuerza Aérea hasta Asunción.
“Cuando me incorporé tras el impacto, lo primero que hice fue ir corriendo hasta el pueblo de Félix Pérez, hasta una telefonía. Ahí empecé a llamar a todas las autoridades locales y regionales para informar lo que había pasado. También llamé a la azucarera para que envíen hombres con herramientas y sopletes para cortar los hierros, porque muchas personas estaban atrapadas”, relató Monges.
Gracias a que era habitante de la localidad, tenía familiares, amigos y conocidos en la zona, a quienes despertó en medio de la madrugada para ayudar en el siniestro, rescatando y asistiendo a los pasajeros, llevándolos en camiones y carretas hasta los centros asistenciales.
“La verdad es que en los 30 años que trabajé en el ferrocarril, no recuerdo un incidente de esta magnitud. Era impresionante ver los vagones destruidos, incrustados unos con otros. Si existieron muchos descarrilamientos en diferentes zonas del trayecto, ya que era un tren que hacía un viaje de más de 300 kilómetros, pero nunca se dio un incidente como este”, recalcó Juan Monges.
CUANDO EL TREN PARÓ
En 1861, el ferrocarril paraguayo inauguró su tramo entre Asunción y la ciudad de Paraguarí y se mantuvo activo uniendo diversas ciudades y realizando tramos claves hasta 1999.
Las ciudades por las que atravesaba el servicio ferroviario se veían estrechamente beneficiadas, ya que la economía local se activaba gracias a la conectividad que daba a los pobladores.
Las estaciones habilitadas inicialmente eran las de Asunción, Trinidad, Luque, Areguá, Patiño y Pirayú, pero posteriormente, viéndose la alta demanda del servicio, fueron habilitadas paradas en Sapucai, Caballero, Yvytymi, Tebicuary y Félix Pérez Cardozo. El ferrocarril llegaba a unir ciudades como Asunción, Villarrica y Encarnación.
“La verdad es que el ferrocarril movía a muchísima gente y simplificaba la vida no solo de los pasajeros, sino también de los productores, que ahorraban un importante costo en el traslado de sus productos. Cuando paró, muchas cosas cambiaron, en especial en las ciudades por las que atravesaba; la gente se quedó sin un medio de transporte accesible, rápido y, sobre todo, económico”, finalizó Juan Monges.
Dejanos tu comentario
Distinguen a Claudia Casarino por “La faena de habitar un contorno”
La Asociación Internacional de Críticos de Arte Capítulo Paraguay decidió otorgar el Premio AICA Paraguay 2024 a la exposición “La faena de habitar un contorno”, de la artista Claudia Casarino, realizada en el Centro Cultural de la Ciudad Carlos Colombino-Manzana de la Rivera, con curaduría de Adriana Almada. La ceremonia de premiación se llevará a cabo el jueves 22 de mayo a las 19:00 horas en la Manzana de la Rivera (Ayolas 129), con un conversatorio entre la artista, la curadora y el crítico de arte Albán Martínez Gueyraud.
Presentada en el marco de PintaSudASU 2024, la exposición reunió instalaciones y dibujos de Casarino, relacionados con una sostenida investigación de la artista en torno a la semántica del vestir. Instalaciones de gran formato exploraron usos, memorias y poéticas vinculadas con los modos en que bolsillos, mangas y botones se relacionan con historias de subordinación y resistencia de mujeres en contextos de cuidado, de portación de bienes o de significación de clase. Por su parte, los dibujos a carbonilla sobre tela de Casarino representan instancias de integración y desintegración, ocultamiento y revelación que participan del proceso del vestir; mientras que una instalación interactiva evoca anecdotarios macabros relacionados con el vestido y las mujeres.
Lia Colombino observa que en esta exposición “Casarino retoma sus preocupaciones referidas al lugar de las mujeres en la sociedad paraguaya y su historia”. Colombino subraya la cualidad de los materiales abordados de forma recurrente por la artista, tales como el tul: “La elocuencia de los materiales que utiliza siempre ha sido su sello y en esta muestra además se suman dispositivos de interacción que aportan movimiento a las obras”. La exposición se realizó en la Casa Castelvi de la Manzana de la Rivera, lo que implicó desafíos por tratarse de una edificación patrimonial y que, a su vez, supuso la oportunidad de resemantizar el espacio mediante las intervenciones instalativas de Casarino. “La puesta en el espacio hace dialogar las obras entre ellas, así como el propio espacio de la Manzana”, afirma Colombino.
Lea más: Editoriales independientes confirman participación en la FIL
Por su parte, Damián Cabrera categoriza algunas de las principales preocupaciones que Claudia Casarino ha desarrollado en su obra. Según Cabrera, la artista aborda “memorias semánticas que operan desde el vestir y su naturaleza replicante en procesos transgeneracionales o la amplificación de la funcionalidad o la anulación de funciones en el vestido y las potencialidades enunciativas implicadas en dichos gestos”.
Asimismo, Cabrera reflexiona acerca de las operaciones poéticas que ejecuta la artista en sus distintas piezas: “a través de series de deformaciones funcionales, transgresiones en el uso de ciertos materiales o disposiciones espaciales inmersivas, interactivas y espectrales, Casarino compone series instalativas poéticas que justifican un espesor estético en el abordaje de realidades de una violencia obscena”, sostiene.
Acerca de la artista
Claudia Casarino nació en Asunción en 1974. Estudió en el Instituto Superior de Arte Dra. Olga Blinder de la Universidad Nacional de Asunción y cursó estudios en las ciudades de Nueva York y Londres. Casarino expone regularmente desde 1998. Ha participado de la Bienal del Mercosur, Bienal de la Habana, BienalSur, y en las bienales de Busán, Cuenca, Curitiba, Argelia y Venecia, así como las trienales de Santiago, Tijuana y Puerto Rico.
Ha participado de decenas de exposiciones en museos, galerías y centros culturales de Asunción, Santiago, San Pablo, Bogotá, Madrid, Barcelona, Milán, Amman, Shanghai, Washington y Londres. Sus obras se encuentran en colecciones públicas como las del Museo Victoria & Albert de Londres, Spencer Museum de Kansas, Casa de América y Museo Wilfredo Lam de La Habana, Centro Atlántico de Arte Moderno de Las Palmas de Gran Canaria, y el Museo del Barro y la Fundación Migliorisi de Asunción.
Lea también: Enrique Espínola expone “Pretérito imperfecto, futuro perfecto”
Acerca de la curadora
Adriana Almada es crítica de arte, curadora y editora. Nacida en Salta, Argentina, reside desde hace décadas en Paraguay donde tiene una activa participación en la vida artística y cultural del país. Ha curado decenas de exposiciones a nivel nacional e internacional. Actualmente es directora de la sección de cultura del periódico El Nacional.
Premio AICA Paraguay
El Premio AICA Paraguay es un reconocimiento a una exposición de arte, otorgado desde 2015. Esta es la novena edición del premio. Anteriormente fueron premiados: Ruth Estigarribia por su intervención urbana “Teleprompter” (2015), Bernardo Kraniansky por sus exposiciones “Historias de corte y montaje” (CAV/Museo del Barro & Fundación Texo, 2016) y “50/75. Obra reciente y de archivo” (Fundación Migliorisi/Colecciones de Arte, 2016).
Así también, Sara Leoz por su exposición “Ahora!” (Galería Fábrica, 2017), Ricardo Migliorisi por su obra “El gran manto” (2018), Osvaldo Salerno por su exposición “Caja de Herramientas” (Galería Fábrica, 2019), la exposición “Feliciano”, con obra de Feliciano Centurión (Fundación Texo, 2020), la exposición colectiva “Colmar de Memoria el olvido” (Centro Cultural de España Juan de Salazar, 2021), la exposición “Ahora o nunca” de Bettina Brizuela (Fundación Texo, 2022), y la exposición “Cuadernos de campo” de Fidel Fernández (Galería Arte Actual, 2023).
Dejanos tu comentario
Sube “El lago de los cisnes” en el Teatro Municipal
El jueves 22 de mayo, a las 20:00, el emblemático ballet “El lago de los cisnes” sube en preestreno al escenario del Teatro Municipal de Asunción “Ignacio A. Pane” (Presidente Franco entre Chile y Alberdi), a cargo del Ballet Clásico y Moderno Municipal de Asunción, bajo la dirección de Miguel Bonnin. Su estreno oficial será este viernes 23, y las funciones seguirán los días 24, 25, 30 31 de mayo, 1 y 8 de junio.
“Es un clásico y siempre logra despertar una gran efervescencia del público”, expresó Bonnin, al iniciar la temporada del elenco municipal con esta puesta, que cuenta con la coreografía de Mario Galizzi, basada en las originales de Marius Petipa y Lev Ivanov, con la reposición de Ángel Ovelar, Mary Carmen Aquino, Teresa Cassanello. La música de Piotr Ilich Chaikovski y la escenografía a cargo de Tessy Vasconsellos y vestuario de Ricardo Migliorisi.
El mal y el bien, presentes en la temática de la obra, conforman la dualidad de la naturaleza humana y el drama coreográfico, poético musical de “El lago de los cisnes” sucede en el interior de nosotros mismos. Tchaikovsky comprendió la fuerza de esta Compañía, entendiendo a la obra de arte como recurso expresivo de conflictos íntimos.
Lea más: Editoriales independientes confirman participación en la FIL
En los roles protagónicos alternan como Alejandra Acosta, Cristina Báez, Valentina López Moreira; Pamela Giménez; Macarena Vallejo, Gianinna Fernández, Sofía Schittner, Abel Rivarola, Juan José Núñez, Federico Fleitas, Ricardo Riveros y la participación especial de la bailarina Mel Oliveira primera figura del Ballet del Sodre (Servicio Oficial de Difusión, Representaciones y Espectáculos) de Uruguay.
También participan Luján Cantero, Celina Martínez, Elías Giménez, Lucas Zárate, Edgar Torres, Rodrigo Delgado, Víctor Brítez, Hernán Correa, Nicolás Leguizamón, María Fernanda Perelló, Fiorella Virgili, Diana Arce, Paola González, Camila Benítez, Fátima Miranda, Gabriela Rolón, Johanna Cristaldo, Magalí Miranda, Nayme Paredes, Rocío Alcaraz, Thalía Rivarola, Aline Araujo, Marian Melot, Alex Gómez, Johann Larreinegabe, José Godoy, Karina Zarza.
Los bailarines aspirantes y extras son: Camila Franco, Adriana Martínez, Emily Lezcano, Jazmín Causarano, Gabriela Cabañas, Nicole Vallejo, Sofía Pérez, Yamila González, Ariel Páez, Mathias Duarte, Sofía de Domenico, María Gracia, Valentina Gamgeni, Noa Arcos, Ana Basualdo, Arturo Gómez, Ezequiel Bogado, Guillermo Colmán, Octavio Tandi, Nadine Brítez, Ana Basualdo, Gustavo Mendoza y otros.
“El lago de los cisnes” forma parte del repertorio del Ballet Municipal de ASunción desde el 2005, con reposiciones realizadas en varias oportunidades con gran éxito. La compañía es dependiente de la Dirección General de Cultura de la Municipalidad de Asunción, con la producción general de la Asociación de Amigos del Ballet Municipal. Informes sobre entradas en Tuti y a los teléfonos 0975 555-209 y 0981 449-480.
Lea también: Enrique Espínola expone “Pretérito imperfecto, futuro perfecto”