La Fundación Texo para el Arte Contemporáneo llevó a cabo la cuarta entrevista de su programa “Contar el Arte”, con la participación de Jazmín Ruiz Díaz, investigadora, comunicadora y candidata a doctora en Cultura, Medios e Industrias Creativas en King’s College London, Reino Unido.
Jazmín es cofundadora de la plataforma Moda en Teoría (@modaenteoria en Instagram y TikTok), creada con el fin de divulgar los Estudios Críticos de Moda en español y desde una mirada cultural, feminista e interseccional. Cuenta con más de quince años de experiencia como periodista y editora de medios de Paraguay (Revista VOS, Ella, Vida y Vanidades, entre otras publicaciones). Su tesis doctoral explora la co-creación entre artesanía y diseño desde una mirada decolonial.
La entrevista se desarrolló en el contexto de búsqueda de una identidad cultural más cercana a nuestra realidad latinoamericana. Además de profundizar en la sostenibilidad y feminismo de la moda como una herramienta política y no sólo meramente estética. Se exploró la cultura como un puente entre el diseño y la artesanía, como plataforma que facilite mayores oportunidades en un mercado que demanda constante innovación.
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Sobre Contar el Arte
Se trata de un programa que incluye entrevistas abiertas de puesta en valor de actores culturales. Estas entrevistas, filmadas y abiertas al público, ofrecen una mirada profunda a la vida y obra de figuras clave del panorama cultural paraguayo, quienes comparten su visión, sus inspiraciones y su perspectiva sobre la escena actual.
A través de estos espacios, la Fundación Texo reafirma su compromiso con la promoción y difusión del arte y la arquitectura paraguaya, destacando su relevancia y su aporte innovador hacia una mejor calidad de vida.
Las inscripciones para asistir al evento son gratuitas y estarán disponibles a través de los enlaces en las redes sociales de la Fundación Texo (https://www.instagram.com/fundaciontexo). Este programa es presentado por Sanycer Boutique y sus marcas DECA, CEUSA y PORTINARI, y la Fundación Itaú; con el apoyo de Texo.
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Qué son los muñecos Labubu y por qué son furor
Los muñecos Labubu, con su estética traviesa y su aire de cuento oscuro, han irrumpido con fuerza en el universo del coleccionismo. Los juguetes ya no son solo cosa de niños: esta nueva fiebre viene de la mano de la Generación Z y se mueve entre el diseño artístico, la cultura pop y el fenómeno viral en redes.
El trono del juguete más deseado tiene ahora un nuevo ocupante: Labubu, una criatura peluda, de orejas puntiagudas, grandes ojos y una sonrisa afilada que mezcla lo adorable con lo inquietante. La estética de estos muñecos, nacidos en Asia y viralizados en Occidente, parece haber conectado mejor con los gustos de una generación que busca lo raro, lo visual y lo personalizable.
Más de 300 versiones para coleccionar
Labubu no es solo un muñeco, sino todo un universo. La criatura fue creada en 2015 por el artista hongkonés Kasing Lung como parte de su serie ilustrada The Monsters, inspirada en la mitología nórdica y los cuentos europeos. En 2019, la empresa china Pop Mart dio el salto al formato físico con figuras de vinilo y peluche, apostando por el exitoso modelo de cajas sorpresa (blind box).
Desde entonces, se han lanzado más de 25 series diferentes y 300 variaciones, que van desde ediciones temáticas -como circo, bosque, Halloween o Navidad- hasta colaboraciones especiales. Además de los muñecos, hay Labubus convertidos en llaveros, adornos de bolso e incluso vestidos con ropa intercambiable.
Un fenómeno de redes (y celebridades)
El auténtico estallido viral de Labubu llegó en 2024, impulsado por su presencia en redes sociales como TikTok e Instagram, y por el respaldo de celebridades como Lisa de Blackpink, quien mostró su colección en stories, según la revista Elle India. Desde entonces, el interés se ha multiplicado en todo el mundo.
Con su mirada traviesa y sus dientes afilados, las muñecas Labubu de la marca china Pop Mart triunfan por todo el planeta, desde las tiendas neoyorquinas a las bolsas de Rihanna y Dua Lipa, un gran éxito de la diplomacia blanda de Pekín. Con sede en Pekín, esta cadena de tiendas, conocida por las figuras coleccionables de distintos personajes que vende, se inscribe en la creciente gama de productos culturales chinos con éxito más allá de sus fronteras.
Las muñecas son “un poco raras, feas, pero muy inclusivas porque la gente se identifica” con ellas, afirma a AFP Lucy Shitova, una interiorista en una tienda Pop Mart de Londres. Por temor a la aglomeración de clientes frente a sus tiendas, ahora las Labubu se venden únicamente en línea.
Contrariamente a Japón y Corea del Sur, reconocidos en el mundo por su cine, su moda y su música, China apenas exporta sus productos culturales, a menudo frenada por la censura impuesta por el Partido Comunista. Tampoco las empresas de moda consiguen colocar sus marcas en el mercado de alta gama, lastradas por el prejuicio de mala calidad asociado al “made in China”.
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El efecto TikTok
Pop Mart consiguió vencer los estereotipos y ahora es incluso víctima de falsificaciones. También en los últimos años, marcas de alta gama como Shushu/Tong de “prêt-a-porter” o Songmont de bolsos se hicieron hueco en el mercado internacional.
“Es difícil para los consumidores del mundo percibir china como una nación creadora de marcas”, señala Fan Yang, profesora de la Universidad de Maryland en Estados Unidos. “Es solo cuestión de tiempo antes que otras marcas chinas sean reconocibles a escala mundial”, agrega.
Gracias a éxitos virales como el de las Labubu, “los productos y la imagen (de China) ganan atractivo entre los jóvenes occidentales”, estima Allison Malmsten, analista del gabinete Daxue Consulting. Si las redes sociales ayudan, la imagen del gigante chino podría evolucionar positivamente como ocurrió con “Japón entre los años 1980 y 2010 con los Pokémon y las Nintendo”, augura.
Antes que Labubu, la aplicación TikTok, concebida por la firma china ByteDance, había abierto el camino al convertirse en el primer producto chino casi indispensable para la juventud mundial. La plataforma “probablemente contribuyó a cambiar la percepción de los consumidores hacia China”, afirma Joshua Kurlantzick, experto del centro de reflexión estadounidense Council on Foreign Relations.
Labubumanía
En TikTok existen más de 1,7 millones de videos sobre las muñecas Labubu. Esta red se ha convertido en un vector importante de difusión de las tendencias provenientes de China. Todos estos productos culturales pueden “mejorar la imagen de China como país capaz de producir bienes y servicios atractivos a escala mundial”, declara Kurlantzick.
En paralelo, el desgaste de la imagen de Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump puede estar beneficiando también al gigante asiático, estima Fan Yang. “El vínculo que muchos establecen entre el aparente declive del poder blanco estadounidense y la mejora de imagen de China refleja hasta qué punto están entrelazados en la mente de la gente”, apunta.
En el caso de las Labubu, su éxito está despertando un interés creciente por China entre los más jóvenes. En un pequeño parque de atracciones de Pop Mart en Pekín, una catarí de 11 años, Maryam Hammadi, posaba con su familia esta semana ante una estatua de estas muñecas. “En mi país, todo el mundo adora a las Labubu”, aseguró a AFP.
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¿Puedo dar a mi hijo un muñeco Labubu?
El pediatra paraguayo Robert Núñez abordó este fenómeno en su cuenta en la red social X ante las constantes consultas de los padres acerca de si estos muñecos son aptos para niños: “Desde el punto de vista pediátrico, el valor de un juguete no está solo en su apariencia, sino en lo que aporta al desarrollo del niño. Labubu no tiene un componente lúdico claro ni fomenta el juego simbólico, el lenguaje o la motricidad. Además, su aspecto puede no ser comprendido por todos los niños pequeños, generando miedo o confusión”.
El doctor puntualizó los aspectos que deben tener en cuenta las familias, como: “Es una moda viral, sin un contenido educativo asociado. No todos los juguetes que circulan en redes están pensados para la infancia. Lo importante es que el juguete sea seguro, acorde a la edad, y promueva el juego saludable. Siempre que se ofrezca algo nuevo, es fundamental acompañar y observar la reacción del niño”.
“Como cuidadores de la infancia, recomendamos priorizar juguetes que estimulen el desarrollo cognitivo, emocional y social. Si tu hijo te pide un Labubu, es una oportunidad para conversar con él, entender lo que le gusta, y decidir juntos desde el criterio y no desde la presión social”, explicó Núñez. “Usar estas modas como oportunidad para conversar y compartir con nuestros hijos, no solo para comprar. Porque más allá de las tendencias, el mejor regalo para un niño es nuestro tiempo y acompañamiento”.
Fuente: Europa Press/AFP
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La alta costura parisina viste el invierno con sofisticación
- Fotos AFP – Balenciaga - Schiaparelli
La ausencia de emblemáticas casas como Dior, Jean-Paul Gaultier, Fendi o Valentino no opacó la icónica Semana de la Alta Costura de París desde donde nos llegan los códigos del vestir para la temporada invernal en lo que a diseños para grandes ocasiones se refiere.
Como cada julio, en la capital francesa se presentaron piezas elegantes y únicas para los días de frío, diseños materializados artesanalmente, pensados especialmente para las alfombras rojas, grandes eventos de la jet set y galas.
Fueron un total de 27 las marcas que se sumaron a esta tradicional cita, llena de lujo y sofisticación, organizada por la Federación de la Alta Costura y Moda, evento que no debe confundirse con la Semana de la Moda de París donde se presentan colecciones prêt-à-porter casi exclusivamente. Esta edición de la Semana de la Alta Costura de París tuvo lugar en un particular contexto de transiciones dentro de las casas de moda.
El diseñador georgiano Demna Gvasalia, llamado para liderar la nueva etapa de Gucci, ofreció su último desfile para Balenciaga, donde será sustituido por el italiano Pierpaolo Piccioli. Por su parte, la razón por la que Dior no estuvo presente esta vez se debe a que Jonathan Anderson, nombrado a principios de junio al frente de las colecciones femeninas y de alta costura, reserva su primera colección haute couture para enero de 2026, según se pudo saber.
En este espacio de La Nación del Finde te mostramos algunas de las piezas más destacadas de las colecciones de Armani, Balenciaga, Schiaparelli, Iris van Herpen, Georges Hobeika, Chanel, Stéphane Rolland, Franck Sorbier, Elie Saab y Zuhair Murad.
DESPEDIDA EN BALENCIAGA
El diseñador Demna le dijo adiós a Balenciaga con un homenaje a los patrones clásicos del legendario modisto español, una colección de líneas simples donde no faltó, sin embargo, la conocida irreverencia del diseñador georgiano, con trajes sobredimensionados, botas y gafas oscuras.
Hubo abundancia de negro y estrellas en la pasarela. Isabelle Huppert, Naomi Campbell, Kim Kardashian y Eva Herzigova desfilaron para la casa.
LAS MEDUSAS DE IRIS VAN HERPEN
Iris Van Herpen propuso un descenso a las profundidades marinas en la Semana de la Alta Costura parisina. La medusa es un tema central del desfile, bautizado “Sympoiesis”. Conocida por su fusión de alta tecnología y moda, la diseñadora holandesa presentó vestidos que imitaban escamas o algas, en tonos verdáceos, azules marino, pero también negro y plata, así como nude y blanco.
SCHIAPARELLI REGRESA AL FUTURO
Schiaparelli propuso un “Regreso al futuro” con largos y escultóricos trajes de noche, casi demasiado sobrios, todo en tonos blancos, negros y plateados, con algunos toques de rojo brillante.
Celebrado en el Petit Palais, este desfile reunió a varias estrellas como la rapera estadounidense Cardi B, la cantante británica Dua Lipa y las actrices francesas Philippine Leroy-Beaulieu y Joséphine Japy.
EL ROJO DE STÉPHANE ROLLAND
El francés Stéphane Rolland dio protagonismo al rojo en su colección de alta costura para el invierno 2025. Presentó modelos inspirados en las obras del compositor Maurice Ravel, arquitecto del ritmo abstracto, y la bailarina Ida Rubinstein, famosa en los ballets rusos y un ícono en la belle epoque.
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Para qué sirve el bolsillo pequeño de los vaqueros
A simple vista, parece un detalle decorativo más, pero lo cierto es que ese pequeño bolsillo cosido justo encima del principal en los vaqueros tiene una función original muy concreta. Aunque hoy pocos lo usan y muchos ni se plantean para qué sirve realmente, este pequeño compartimento ha acompañado a los jeans desde sus orígenes, y su propósito inicial no tenía nada que ver con el diseño o la moda. Para entenderlo, hay que remontarse al nacimiento de los pantalones vaqueros tal y como los conocemos hoy.
Los pantalones vaqueros, una prenda imprescindible en el armario de millones de personas alrededor del mundo, tienen una historia que data del siglo XIX. En sus primeros días, su función no era estética, sino práctica, dirigida a los trabajadores de sectores como la minería, el campo y el ferrocarril, quienes necesitaban ropa resistente para enfrentar largas jornadas laborales.
Esta necesidad dio lugar a la creación de los primeros vaqueros, diseñados por Levi Strauss, un inmigrante judío de Alemania, y el sastre Jacob Davis en 1873. Juntos utilizaron tela de lona fuerte y remaches de cobre para reforzar los puntos de mayor tensión, dando vida a una prenda que, con el paso del tiempo, trascendería su uso inicial para convertirse en una pieza clave de la moda.
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El propósito original
Con el tiempo, los pantalones vaqueros dejaron de ser exclusivos de los obreros para convertirse en una prenda común en la vestimenta de todos, adaptándose a las modas de cada época. A pesar de las variaciones en los diseños a lo largo de los años, hay un elemento que ha permanecido constante: el pequeño bolsillo que aparece dentro de uno de los bolsillos delanteros grandes. Un detalle que, si bien a menudo es ignorado, guarda una historia interesante sobre su origen.
Muchos creen que el propósito de este diminuto bolsillo era el de almacenar monedas, como es comúnmente asociado con él. Sin embargo, la verdadera razón detrás de su existencia es diferente. En sus inicios, este pequeño compartimento tenía un propósito específico: guardar los relojes de bolsillo, un objeto esencial de la época. El diseño de los vaqueros permitía que estos relojes, de gran valor para sus dueños, se guardaran en un lugar seguro, evitando que se rompieran o se golpearan con otros objetos.
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Este detalle práctico y funcional fue uno de los primeros usos de ese pequeño bolsillo, que ofrecía protección a los relojes y garantizaba su durabilidad. Con la llegada y la popularización de los relojes de pulsera, el uso de los relojes de bolsillo empezó a declinar, y con ello, también el propósito original de este bolsillo. Fue entonces cuando otro objeto se apoderó de este espacio: el mechero Zippo. Estos mecheros, que se mantenían en posición vertical para evitar el derrame de gasolina, encontraron en el pequeño bolsillo de los vaqueros el lugar ideal para ser guardados de manera segura.
Así, lo que comenzó como una solución para los trabajadores se fue transformando a lo largo de los años en un elemento que continúa siendo parte de los pantalones vaqueros modernos. Aunque hoy en día el bolsillo pequeño tiene poco uso en términos de funcionalidad, su presencia sigue siendo un recordatorio de los orígenes humildes de una prenda que, con su evolución, ha sido adoptada por generaciones y generaciones en todo el mundo.
Fuente: Europa Press.
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Kuña Guapa: desfile de la colección artesanal que cautivó en Japón
De la mano de la Oficina de la Primera Dama de la Nación, en el Espacio Cultural Staudt de la Secretaría de Cultura, tuvo lugar un elegante evento de moda del que participaron distinguidos y selectos invitados. Se trató del desfile de la microcolección de diseños artesanales denominada “Kuña Guapa: Legado de Fortaleza y Reconstrucción”, la misma que cautivó en su reciente presentación en Japón.
Estas prendas, que encierran un mensaje profundo sobre la resiliencia y la valentía de la mujer paraguaya, fueron exhibidas como parte de los eventos especiales del Día Nacional de Paraguay, en el marco de la Exposición Mundial de Osaka 2025.
“Hoy revivimos en casa esa emoción que nos llenó de orgullo en Osaka. Me llena de felicidad haber encabezado este proyecto que llevó el alma del Paraguay al mundo”, expresó la primera dama Leticia Ocampos. “Este evento fue concebido con un objetivo muy claro: rendir homenaje a la mujer paraguaya. A esa mujer que, tras la devastadora Guerra de la Triple Alianza, tuvo el coraje de levantar al Paraguay desde las cenizas. Hoy, esa misma fortaleza sigue viva en cada mujer que trabaja, que estudia y que transforma su realidad día a día”, señaló.
De la reunión tomaron parte ministras del Poder Ejecutivo, representantes del cuerpo diplomático y consular así como de organismos internacionales, y mujeres líderes de distintos sectores. Igualmente, se destacó la participación especial del embajador del Japón, Katsumi Itagaki. El desfile fue acompañado por el Ensamble de Mujeres de la Orquesta Sinfónica Nacional del Paraguay, bajo la dirección de María Victoria Sosa y María de la Paz Díez Pérez, con una suite musical especialmente preparada para la oportunidad, que combinó guaranias y ritmos tradicionales del acervo paraguayo.
LOS DISEÑOS
La colección apreciada en la ocasión estuvo conformada por siete vestidos de exquisita factura, realizados con tejidos y bordados artesanales, creaciones de las reconocidas diseñadoras nacionales Cecilia Fadul, Ofelia Aquino, Beverly Kuhl, María Sonia Gauto, Emma Viedma y Victoria Maluff. A ellas se sumaron las mujeres en situación de vulnerabilidad de la Fundación Princesa Diana que presentaron una elegante propuesta.
La confección de las indumentarias contaron con la valiosa colaboración de reconocidas artesanas de Pirayú, Itauguá y Asunción como Irma Salinas y Norma Martínez, guardianas del ñandutí, el encaje ju y otras técnicas tradicionales. Cada atuendo se vio realzado con refinados accesorios de filigrana como aros, gargantillas, pulseras y esclavas, anillos, diademas y complementos para el pelo, especialmente creados por la diseñadora de joyas Antonella Scavone para su marca Toni Gie.
“Kuña guapa” busca enaltecer “El poder de la mujer paraguaya”, inspirándose en Las Residentas, como símbolo de fortaleza y patriotismo. Ellas también fueron protagonistas de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), pues no solo acompañaron al ejército paraguayo, sino que también fueron imprescindibles para la reconstrucción del país. Es por ello que cada diseño de este proyecto “es un acto de memoria, arte y amor por lo nuestro. Una muestra de que la moda también puede contar historias profundas”.