La pintora Françoise Gilot, quien fue pareja de Pablo Picasso de 1946 a 1953, con el que tuvo dos hijos, y luego hizo carrera hasta convertirse en una conocida artista, murió a los 101 años, informó a la AFP el museo Picasso, confirmando una información del New York Times. Según el diario estadounidense, la muerte de Gilot fue confirmada por su hija Aurelia Engel, quien indicó que la artista había padecido recientemente “enfermedades cardíacas y pulmonares.”
Nacida el 26 de noviembre de 1921 en Neuilly-sur-Seine, en los suburbios de París, en el seno de una familia burguesa, Françoise Gilot siguió los pasos de su madre, acuarelista, para orientarse hacia el dibujo y la pintura. Conoció a Picasso en 1943, cuando ella tenía 21 años y el pintor español 61, luego abandonó por su voluntad al malagueño y rehízo su vida sentimental y artística.
Musa de Pablo Picasso durante un tiempo, la artista se impuso como una pintora de renombre tras la separación, y varias de sus obras pertenecen a las prestigiosas colecciones del Museo metropolitano de Nueva York y al MoMA de la misma ciudad.
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En junio de 2021, una de sus pinturas, “Paloma con una Guitarra” (1965), se vendió por 1,3 millones de dólares en subasta de Sotheby’s. Entre sus mentores figura el surrealista Endre Rozsda y su primera exposición se realizó en una galería parisina en 1943, el año en que conoció a Picasso. Tenía unos veinte años y él 61. La pareja tuvo dos hijos, Claude (1947) y Paloma (1949).
En 1964 tuvo gran éxito con la publicación de su libro “Vivir con Picasso”, un texto íntimo sobre su vida con el artista, que fue traducido a 16 lenguas y del que se vendieron más de un millón de ejemplares. En él lo describe como un ser tiránico, supersticioso y egoísta.
“¿Te crees que alguien va a interesarse por ti? Jamás lo harán sólo por ti: incluso las personas que crees que te aprecian, sólo será una especie de curiosidad por una persona cuya vida rozó la mía tan íntimamente”, le dijo el español, según un extracto del libro. Ya convertida en ciudadana estadounidense, no asistió al sepelio de Picasso en 1973. Pasó sus últimos años en Nueva York, y exponía pinturas, dibujos y estampas en muchos museos y colecciones privadas de Europa y Estados Unidos.
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Fuente: AFP/Europa Press.
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Un encuentro íntimo entre el alma del artista y el espectador
- Paulo César López
- paulo.lopez@nacionmedia.com
- Fotos: Néstor Soto
El pasado viernes 5 de setiembre el artista plástico cubista Miguel F. Fernández inauguró su exposición “Mi primera vez”, en la que presentó obras en las que predomina el estilo vanguardista creado por Pablo Picasso y Georges Braque, aunque también otras con matices expresionistas y abstractos. La muestra permanecerá abierta durante las próximas tres semanas en Más Decor - Galería de Arte (Malutín 610, Villa Morra). Además de retratos no figurativos, hay otros lienzos en los que se puede apreciar un diálogo entre personajes. En este intercambio con La Nación/Nación Media, Fernández adelanta lo que será su primera muestra artística de envergadura y reflexiona sobre el sentido del arte en nuestros días.
Las vanguardias europeas irrumpieron en las primeras décadas del siglo pasado trastocando para siempre el sentido del arte. Lo figurativo y la perfección formal dejaron de ser las máximas aspiraciones abriendo un mundo de relaciones no directas entre el objeto y la representación. Así, la fragmentación y la distorsión pasaron a suplir los contornos definidos de las técnicas realistas.
Estos movimientos tuvieron una intensa actividad especialmente a través de grandilocuentes manifiestos en los que declaraban una ruptura con la tradición. Sin embargo, visto en perspectiva, cabría afirmar que estas corrientes no rompieron con ella, sino que pasaron a enriquecerla.
Más de un siglo después, estas pinturas forman parte del acervo pictórico de la humanidad y ocupan grandes espacios en los museos más prestigiosos del mundo con cotizaciones en millones de dólares. Es decir, han resignado forzosamente su voluntad de marginalidad y pasaron a integrar la esfera canónica.
No obstante ello, no han perdido su carácter contestatario, ya que aún encarnan ideales de emancipación y siguen denunciando flagelos como la guerra, el hambre y otras formas del dolor humano.
REMINISCENCIAS
Al observar la creación de Miguel F. Fernández, las reminiscencias a las obras de Pablo Piccaso y Vincent Van Gogh son inmediatas, así como el carácter deconstructivo de mitos fundacionales de la cultura occidental. En este diálogo con el estilo de otros artistas, Fernández bebe de sus influencias, pero aportando a su vez una mirada propia sobre episodios bíblicos y figuras de la literatura universal como el Quijote de la Mancha, reinterpretando estos símbolos muy arraigados en nuestra cultura.
“En el Quijote no veo un loco, sino un soñador que se resiste al pragmatismo del mundo. En los episodios bíblicos busco la dimensión humana como el pecado, dudas, los miedos, las decisiones. No es religión, es humanidad. El arte cuestiona, revela lo que la historia oficial no dice. En mi caso, la fragmentación invita al espectador a recomponer su propia versión de los hechos”, comenta.
Sobre las posibilidades de expresión que encontró en el cubismo, señaló que este le permite desarmar la realidad y reconstruirla desde múltiples perspectivas: “Es mi manera de mostrar que no hay una sola verdad, sino fragmentos que se entrelazan. Para mí la fragmentación y superposición de formas refleja la idea de que la vida es compleja, hecha de capas y contradicciones. Ninguno de nosotros es lineal y mis obras intentan reflejar esa condición”.
PRIMER ENCUENTRO
Con relación al nombre de la muestra, “Mi primera vez”, explica que “simboliza no solo mi primera gran exposición, sino también el primer encuentro del público con mi obra. Alude tanto a mi debut expositivo como al primer contacto del espectador con mi propuesta. Quiero que cada visitante lo viva como una experiencia única. Por eso, me interesa que quienes la visiten vuelvan más de una vez, porque cada cuadro guarda lecturas distintas”.
Consultado sobre qué opina del prejuicio hacia el arte producido en masa, responde que para él se trata de “elitismo innecesario. Ya lo dijo otro gran ídolo e innovador, Andy Warhol, que popularizó su arte en serigrafía. El arte no pierde valor por difundirse en distintos soportes; al contrario, llega a más corazones y multiplica su alcance”.
En lo tocante a la técnica en la que se siente más cómodo, indica que el acrílico sobre lienzo le da dinamismo, aunque también recurre al óleo y a técnicas mixtas cuando la obra así lo exige. En su carácter de comunicador, habiendo ejercido el oficio durante más de 40 años, Fernández asevera que en todo este tiempo aprendió que todo mensaje requiere un receptor, por lo que sus cuadros también buscan eso: “Abrir un diálogo, despertar preguntas y generar reflexión”.
MERCADO DEL ARTE
Apelando grosso modo a la teoría del sociólogo francés Pierre Bourdieu, la adquisición de obras de arte guarda relación con una búsqueda de distinción social y de acumulación de capital cultural. En nuestro caso, ante la falta o escasez de una burguesía ilustrada, el mercado del arte es por definición pequeño, por lo que la mayoría de nuestros pintores no lo pueden ser a tiempo completo, debiendo alternar esta vocación con otras actividades que cubran las necesidades materiales de la existencia. “Nuestro mercado es pequeño y en desarrollo, pero cuenta con gran potencial y con talento de sobra a pesar de la falta de apoyo institucional y la escasez de espacios de exhibición”, define Fernández. Teniendo en cuenta esta necesidad, el día de la inauguración de la exposición y durante las próximas tres semanas, las obras podrán ser adquiridas en la ya mencionada galería a precios que oscilan entre los 500 y 1.000 dólares, dependiendo del formato y la técnica.
RECEPCIÓN Y CONSUMO
Muchas veces los trabajos sobre arte se centran excesivamente en la producción y características inmanentes de las obras, pero muy poco en su recepción. Es decir, en cómo son consumidas e interpretadas por el público; cómo se convierten en hechos sociales, además de puramente artísticos.
Una vez hechas, por qué el espectador o el marchante deciden comprar una pintura y otorgarle un lugar privilegiado en sus hogares y galerías, además de qué es lo que supone este hecho socialmente. “Adquirir arte es también llevarse un fragmento de la mirada del artista. Cada uno adquiere una obra porque encuentra un espejo en ella. No es solo una adquisición material: es un encuentro íntimo entre el alma del artista y la del espectador”, asevera.
A más de los cuadros en formato tradicional, también habrá reproducciones más económicas de láminas en canvas, porcelanas y otros objetos de uso cotidiano para que todo el público pueda llevarse consigo un pedazo de arte y que la experiencia perdure a través de un recuerdo. En este sentido, el artista se declara un convencido de la democratización del arte, pues aunque el original tiene un valor único, las reproducciones permiten que más personas se acerquen y se lleven algo consigo.
TECNOLOGÍA DISRUPTIVA
Los artistas y los creadores de productos culturales se han pronunciado mayoritariamente en contra del uso de la inteligencia artificial en sus respectivos campos, alertando sobre los peligros en materia de derecho de autor y mercado de trabajo.
En cambio, el alarmismo ha cedido lugar a un irremediable pragmatismo, pues prescindir de estas tecnologías sería condenarse al ostracismo.
Por ello, la muestra incluye códigos QR pegados a un lado de los cuadros a través de los cuales se podrá contemplar la misma pintura, pero animada en inteligencia artificial, una nueva forma de ver y vivir la obra de arte.
Por último, en cuanto a qué le diría a un potencial público no especializado que quiere pero no se atreve a acudir a los centros de exposición, concluyó señalando que “invito a la gente a acercarse al arte sin miedo. No hace falta entenderlo todo: basta con sentirlo y dejarse interpelar. El arte es presencia, es diálogo y es memoria”.
TEMPRANA FASCINACIÓN
Sobre sus inicios en el mundo del arte, Fernández relata que “desde niño sentí fascinación por los colores y las formas. Empecé dibujando en cuadernos escolares y copiando escenas cotidianas.
A los 17 años descubrí a Van Gogh y Picasso en exposiciones en Copenhague y Suecia.
Estos pintores marcaron mi rumbo. Van Gogh, por la intensidad emocional, Picasso por la libertad formal y Andy Warhol por su compromiso en popularizar el arte. Mi formación fue en gran parte autodidacta, pero siempre en diálogo con otros artistas. Hoy mi trabajo es la síntesis de esa curiosidad inicial y de una búsqueda constante por expresar mi visión del mundo”.
Además de artista plástico, Fernández es actor y comunicador con más de 45 años de experiencia en medios de comunicación. Ha explorado diversas técnicas y formatos a lo largo de su carrera en la que fue atravesando diferentes etapas. Actualmente incorpora nuevas tecnologías y perspectivas que enriquecen y popularizan sus creaciones.
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El arte del ñandutí: un puente cultural entre Paraguay y Japón
El jueves 4 de septiembre se llevó a cabo el lanzamiento oficial de un libro único que rinde homenaje al ñandutí, una de las expresiones más representativas del arte y la cultura paraguaya. El evento fue realizado en el salón auditorio del edificio corporativo del Grupo Toyotoshi.
La obra, primera en su tipo de carácter didáctico, no solo documenta y enseña la técnica ancestral del ñandutí de manera accesible, sino que también expone su valor como símbolo de unión cultural entre Paraguay y Japón. A través de sus páginas, artesanos y artistas de ambos países encuentran un espacio de transmisión, aprendizaje e innovación que permite mantener viva esta tradición y proyectarla hacia el futuro.
Este proyecto fue posible gracias a la dedicación de su autora, Mie Elena Iwatani, quien desde Japón trabajó incansablemente para dar a conocer y fortalecer el aprecio por el ñandutí. Su visión trascendió fronteras, inspirando a nuevas generaciones y consolidando más de 105 años de intercambio cultural entre ambos países.
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La edición se realizó gracias a la colaboración del Grupo Toyotoshi, que hizo posible la donación de 500 ejemplares impresos, reafirmando su compromiso con el arte, la cultura y la identidad paraguaya.
El evento contó con invitados especiales y la presencia del Sr. Mario Toyotoshi, embajador de la República del Paraguay en Japón; Andrea Vázquez, presidenta del Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) y otras autoridades que acompañaron este importante lanzamiento.
“Con esta publicación, el ñandutí se proyecta como mucho más que un encaje: es una obra de arte, un legado de belleza, inspiración y unión entre naciones”, resaltaron.
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Marcos Benítez, en la Feria Arteba de Buenos Aires
El artista visual paraguayo Marcos Benítez participó por primera vez de la prestigiosa Feria Arteba, celebrada en el Centro Costa Salguero de Buenos Aires, Argentina. Lo hizo como parte de la Galería Herlitzka junto a renombrados artistas como Marta Minujin, que trabaja el arte pop con performances e instalaciones que se ganaron renombre mundial por su estilo único.
La feria de arte más importante de Latinoamérica presentó una cuidada selección de 66 galerías que exhibieron obras de más de 400 artistas de Argentina y del mundo, en un recorrido de 11.000 m² donde convergen las producciones más relevantes del arte moderno y contemporáneo.
En este contexto, Marcos Benítez presentó sus textiles “AO / Proyecto Herbolario 2021”. Se trata de impresión vegetal sobre textil paraguayo aopo’i, donde el artista deja huella de la flora autóctona conectando con la memoria ancestral de su tierra.
La colección está conformada por piezas realizadas en tejidos de fibra y pigmentos naturales, creando paños donde aborda temas como deforestación, territorio y productividad de forma más puntual, según explicó el artista que tiene más de 30 años de trayectoria, y cuya impronta se sitúa en el cruce entre las tradiciones del arte moderno paraguayo y las expresiones populares contemporáneas.
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Sebastián Boesmi inauguró “Orden en el caos”
En Matices Art Gallery (Cruz del Defensor 241, Villa Morra) está abierta la recientemente inaugurada exposición del artista plástico paraguayo Sebastián Boesmi. La muestra, denominada “Orden en el caos”, se compone de escultura, pintura y videoarte, destacándose como estrella de la exhibición la escultura Piano Bull de 117 cm de alto por 130 cm de largo y 80 cm de ancho que llegó especialmente desde Madrid (España), ciudad donde reside el artista.
“Se trata de una pieza única, de bioplástico y cerámica, recubierta con fibra de vidrio, pintada y lacada a mano, con lo cual se logra que tenga brillo y un efecto espejado”, explicó Boesmi.
La muestra estará abierta hasta el sábado 20 de setiembre con una invitación especial para personas con discapacidad visual quienes, a través de códigos Navi Lens, podrán acceder al texto curatorial y comentarios para entender y explorar las obras. Boesmi decidió hacer que esta muestra sea inclusiva, inspirado en una persona con discapacidad visual que visitó su última muestra en Paraguay, cuyo acompañante le explicaba cada pieza con palabras, Por otro lado, siguiendo con su proyecto de talleres experimentales el artista dará talleres sin costo para estudiantes de arte y personas con un proyecto en artes plásticas.