El espíritu ochentoso se apoderará el próximo jueves del Jockey Club con la primera presentación en Paraguay de la leyenda del rock Billy Idol, con un show donde no faltarán sus más grandes éxitos como “Dancing With Myself”, “White Wedding”, “Mony Mony”, “Rebel Yell” o “Eyes Without a Face”.
Una de las figuras más icónicas del rock de los 80′s, el músico londinense William Michael Albert Broad (su nombre real), de 66 años, llega nuestro país junto al guitarrista estadounidense Steve Stevens, uno de sus principales colaboradores presente en su carrera desde su disco debut “Billy Idol” (1982), quien ya estuvo en el Jockey en noviembre de 2013, cuando acompañó a la súper banda de estrellas rockeras Kings of Chaos.
Steve Stevens es el autor de la guitarra que suena en el tema principal de la película “Top Gun” de 1986, con su compositor Harold Faltermeyer al piano. Este instrumental de rock suena en los créditos finales del film que impulsó la carrera de Tom Cruise; además, le dio al guitarrista un premio Grammy a la mejor interpretación instrumental pop. También tocó con Michael Jackson, Ric Ocasek, Robert Palmer, Vince Neil, Sebastian Bach y David Hasselhoff.
Nuevas canciones
Durante cuarenta y cinco años, Billy Idol ha sido una de las caras y voces del rock & roll. Primero como líder de la banda punk Generation X (luego Gen X), entre 1977 y 1981, con la que firmó su primer gran éxito “Dancing with Myself” en 1980, y que relanzó con su versión de “Mony Mony” (1968) de Tommy James and the Shondells; Idol emergió con tres álbumes que hicieron de la positividad, la profundidad emocional y el alto pop sinónimos del punk rock.
En 1982, Idol se embarcó en una notable carrera en solitario transatlántica/transgénero que integró el latido del corazón de las discotecas, la profundidad y el drama de la pantalla grande, la desesperación del rockabilly, las líneas audaces y simples del punk y la decadencia del rock & roll. Su primer disco solista aportó “White Wedding” y “Hot in the City”; mientras que su siguiente placa contenía “Rebel Yell”, “Eyes Without a Face” y “Flesh for Fantasy”.
El repertorio de esta gira incluye “Cage”, una nueva canción lanzada en agosto pasado, y “Runnin’ From the Ghost”, que anticipan su EP “The Cage”, con cuatro canciones, previsto para el próximo 23 de setiembre a través de Dark Horse Records, el sello creado por George Harrison (Beatles) y que hoy maneja su hijo Dhani Harrison. El material se grabó con las contribuciones del productor Tommy English, Zakk Cervini (Blink 182, Machine Gun Kelly) y Butch Walker (Green Day, Weezer).
De su anterior EP “The Roadside” (2021), en esta gira presenta su tema “Bitter Taste”, con que marcó su vuelta a estudios desde su octavo álbum, titulado “Kings & Queens of the Underground”, que publicó en octubre de 2014. Sus discos anteriores fueron: “Billy Idol” (1982), “Rebel Yell” (1983), “Whiplash Smile” (1986), “Charmed Life” (1990), “Cyberpunk” (1993), “Devil’s Playground” (2005) y “Happy Holidays” (2006).
Las entradas para The Roadside Tour en Paraguay se encuentran en preventa y continuan disponibles en todos los puntos de Ticketea y desde www.ticketea.com.py con costos de: Gs. 680.000 (Campo Vip), Gs. 255.000 (Generales) y Gs. 1.275.000 (Vip Lounge). Una vez agotado el lote habilitado en preventa se pasará a precio final: Gs. 800.000 (Campo Vip), Gs. 300.000 (Generales) y Gs. 1.500.000 (Vip Lounge).
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El Festival Mundial del Arpa abre convocatoria para proyectos
El Festival Mundial del Arpa llama a todos los interesados a presentar sus proyectos musicales que serán elegidos para la programación del XVIII Festival Mundial del Arpa que se realizará en el mes de octubre de 2025. La convocatoria está abierta a arpistas mayores de 15 años que lideren o integren grupos de un mínimo de tres integrantes. Los interesados en participar pueden presentar sus propuestas desde el 29 de julio hasta el próximo 26 de agosto. Los resultados serán comunicados el 9 de septiembre.
Como en ediciones anteriores el festival quiere dar a conocer propuestas innovadoras que contribuyan a desarrollar el repertorio arpístico, así como dar espacio a la tradición y expresiones arpísticas de todo el mundo. Esta será la tercera convocatoria para proyectos musicales donde lo principal es la creatividad y las propuestas novedosas y que sea una plataforma para dar a conocer a jóvenes artistas.
Un jurado calificado será el que establecerá los cinco proyectos, a cada uno de los cuales se le asignará la participación en una de las noches del festival, con un caché de G. 3.300.000. (tres millones trescientos mil guaraníes). Las bases y condiciones pueden obtenerse a través de la cuenta de Instagram del festival: @festivaldelarpa, así como en el enlace: https://bit.ly/46nKlDB.
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“Lo que tenemos para dar al universo es nuestra identidad”
La banda publicó hace unas semanas “Todo el mundo está kaliente”, una apuesta musical que se zambulle en su historia sonora, con una madurez reflexiva y desafiante.
- Por Jimmy Peralta
- Fotos Gentileza Kchiporros
Los Kchiporros, la banda más internacional de la escena local, presentó a finales de junio a “Todo el mundo está kaliente”, su último álbum de estudio, producido por Toy Selectah, compuesto de manera colaborativa con varios artistas locales y extranjeros. En 11 canciones la agrupación profundiza su apuesta, tanto en sonido como en letra y, buscando liberarse del prejuicio que podrían cargar sobre sus hombros, apuesta al baile y al mismo tiempo a la reflexión, una irreverencia en estos tiempos.
Roberto “Chirola” Ruiz Díaz habló con La Nación sobre el presente del proyecto, la inspiración temática y musical del disco, el momento de maduración del grupo, y cómo la profundidad y hacer bailar al público son misiones que buscan amalgamar en “Todo el mundo está kaliente”.
–¿Qué es lo nuevo en este disco y qué cosas de la identidad de la banda se reafirman en él?
–Para nosotros “Todo el mundo está kaliente” es un álbum superfresco, sin dejar de tener una mirada retrospectiva de toda nuestra carrera. Estamos cerca de cumplir 19 años de banda, camino a los 20, y lo que pasa es que todavía sentimos muchas ganas, mucha chispa, hay mucha creatividad. Teníamos ganas de hacer un disco potente, un disco que vuelva a bailar como varios de nuestros álbumes, pero revisando un poco todo lo que nos gustó de lo que hicimos, también revisar lo que ya no teníamos ganas de hacer esta vuelta. Siento que hubo un periodo largo donde hicimos mucho el trabajo de alguna manera de buscar validación, ya sea de nuestra carrera, de nuestros pares, de la industria. Y en este disco decidimos relajarnos mucho más y volver un poco a la esencia, digamos, a ese superpoder que significa hacer bailar a la gente. Obviamente, con una mirada mucho más madura y con una cancha y una cultura general mucho más amplia, adquirida en los últimos años.
El trabajo de búsqueda de canciones fue sumamente intenso. Los equipos de composición y de preproducción fueron importantes y todo liderado finalmente por la producción de Toy Selectah como productor general del álbum que fue como el curador final de todas estas ideas que necesitaban encontrar una especie de cohesión y encontrar sobre todo un concepto, una línea artística que creo que lo logramos mucho más allá de nuestras expectativas en este caso.
–¿Cómo se hace eso de apostar a la frescura y al mismo tiempo trabajar dentro del rigor profesional?
–Sin duda alguna, algo que es clave para la construcción de un proyecto es seguir jugando, jugando a la música, seguir haciendo divertido, no recurrir a fórmulas o, por ejemplo, a ejercicios que ya funcionaron en el pasado, sino volver a sentir curiosidad, volver a experimentar y tener miedo al riesgo y, de todas maneras, ir para adelante, animarse a cambiar, a volver a buscar lo que sea que hace que dé ganas todavía justamente. Yo creo que esta banda es una banda sobre todo viajera y experimental. Estos viajes por Paraguay y por Latinoamérica nos ayudaron a abrir la cabeza, a descubrir y a redescubrirnos como artistas, como seres humanos, como paraguayos.
Sabíamos que queríamos tener un álbum con muchísima identidad local, pero que hable ya en “latinoamericano” en ese sentido, con nuestra idiosincrasia, pero con la lengua que une al resto de las culturas, y mostrando de esa manera a Paraguay de una manera tan particular, que no significa salir a decir que está todo bien, sino conectar con el lado del latino que es común, donde es bello, donde es cálido, pero al mismo tiempo también hay cuestiones de las que hablar. También hay corrupción, también hay contrabando, también está roto. Y, de alguna manera eso, meter en la conversación y proyectar un Paraguay casi mágico, en ese sentido.
–Además de lo mágico, hablaste de una realidad a la que no quieren escapar.
–No queremos pintar un escenario donde todo está bien y es el mejor país del mundo, porque sabemos que estamos en el epicentro de uno de los países más calientes del mundo, y no lo digo solamente de lo climático, sino también de lo geográfico. Entonces, el nombre del disco empieza a agarrar otro valor y otro alcance. Decir todo el mundo está caliente puede tener varias lecturas a pesar de las noticias o de las sensaciones que tenemos en el ambiente sobre el clima, sobre la polarización. Yo creo que este álbum se refiere a otro tipo de calor. Creo que Paraguay integra ya una conversación mundial donde, si sentimos que todo el mundo está caliente, también es, al ser parte del mundo, parte del problema y parte de la solución. Si hay un problema climático y si el mundo nos necesita, ya nos sentimos parte de la conversación, de la radicalización de la idea, de la ansiedad que puede generar el miedo a la guerra.
Entonces, a nosotros lo que nos queda es, como decimos, resistir con identidad, con arte, con canciones, sublimar eso con baile, y nos damos cuenta de que, al ser ya un proyecto internacional, realmente podemos mostrar a nuestra cultura desde el lugar que podemos también porque si bien no somos folclóricos, que es de alguna manera lo que más exportó musicalmente el Paraguay, creo que mostramos otra versatilidad, otra cara y abrimos también lugar.
PROCESO DE BÚSQUEDA
–¿Qué ideas o qué búsquedas individuales o colectivas se procesan durante la producción de este disco?
–Mira, lo que tenemos para dar al universo es nuestra identidad, lo que descubrimos que nos hace especiales. Es ir para adentro, ir profundo y encontrar las similitudes y las diferencias, celebrarlas y abrazarlas. Creo que este es un proceso de búsqueda que ya viene de muchísimos años atrás. Si miramos en retrospectiva, te das cuenta de que, sin querer, esos primeros álbumes que eran de la etapa más fiestera de la banda, de alguna manera ya estaban flirteando con una mezcla de lenguaje y de idiosincrasia autóctona, desde el primer álbum que se llamó “Guaraní Cool”, ahí, sin tanta conciencia. Pero ya empezó a agarrar un poco más de carácter, creo yo, a partir del álbum “Señor Pombero”. Es la primera mirada nuestra de viajar y volver, y decir: bueno quizá no tenemos mares, quizá no tenemos montañas, quizá no tenemos nieve, pero tenemos cerros, tenemos arroyos, tenemos cascadas, tenemos esta tierra colorada, tierra roja. Tenemos esta mitología guaraní que nos inunda, esta síncopa de nuestro lenguaje, esta forma particular de acentuar las palabras que tiene que ver con el mestizaje, esas cosas que hoy en día parecen más obvias, en aquel momento y con la juventud todavía se empezaron a construir.
–Entonces, ¿en aquel disco encontrás el antecedente de esta búsqueda?
–“Señor Pombero” está plagado de esos paisajes y esos mensajes y es un proyecto en construcción. De ahí va a los “Ojos rojos” que habla de Asunción, del sauce, del centro, y va evolucionando hacia una especie de búsqueda de poética personal y de identidad. Creo que es algo que no acaba nunca, porque la revisión es histórica. De hecho, cuando llega este álbum, ya empieza a usar otras frases, como por ejemplo “revisión histórica”. La revisión histórica es mucho más profunda que solamente revisar los últimos discos. Es una revisión histórica de nuestra herencia, de nuestra historia, que puede ir desde lo cultural hasta lo político, depende de la amplitud que uno le dé. La razón por la cual “La hora paraguaya” llega un poco más tarde, pero llega con esta potencia. Ahora, no se puede desconocer los factores culturales y hasta políticos que hacen que en nuestra escena haya tardado en manifestarse un poco más que el resto.
Cada país tiene un timing cultural y creo que las circunstancias de Paraguay hacen que esta construcción haya tardado un poco más, y que realmente somos parte de una escena que espera su hora hace mucho tiempo. Esa canción nos parece que es para revisar, es un guiño irónico, le da la vuelta a esa frase despectiva de decir “¿a qué hora llegamos?, ¿la hora europea o la hora paraguaya?”. Entonces, ahí hay algo también, ahí es donde nos ponemos un poco más observadores de la circunstancia del porqué.
LÍNEA GRÁFICA
–¿Qué aporta el audiovisual a esta búsqueda?
–Con la ayuda de los audiovisuales creo que el disco agarra otro carácter, porque siento que es mucho más que una suma de canciones y melodías. Hay poesía, hay un fuerte grado emotivo, y también es una obra colaborativa, ya porque tiene visuales, tiene línea gráfica. Creo que pudimos reunir a lo mejor de lo mejor que tenemos en la escena para que todo el mundo se sienta parte de un álbum que ya empieza a sentirse como una obra colectiva, donde yo simplemente soy una parte, una parte importante, pero siempre parte de un colectivo. Cuando se logra eso, creo que tiene mucho más impacto, mucha más fuerza. Realmente estamos mostrando lo que está pasando acá en Paraguay y, específicamente, también en Asunción, porque también hay una representación del lugar geográfico de donde nacimos, que me parece que le hace mucho más potente al álbum, al mensaje y al concepto.
–¿Este disco también marca como un nuevo momento del grupo?
–Yo quería que este álbum sea impactante y que realmente remueva un poco el avispero de la escena local y que también nos proyecte mucho más allá. Recordá que también es el primer álbum que sacamos con PopArt, que es un sello discográfico que, aparte de que tiene años también en la escena latinoamericana, finalmente es un equipazo, es una oportunidad de llegar mucho más lejos. Entonces, yo sentía que contábamos con una oportunidad, una plataforma muy grande que no queríamos desaprovechar. Creo que toda esa mezcla de incertidumbre, de ideas, de colaboraciones, de procesos, construyó este álbum. No es un álbum que tuvo una línea homogénea de construcción, sino que fueron varios capítulos y un montón de canciones para llegar hasta once. Energéticamente, superdemandante; creativamente muy rico, y siento que es como una obra, de alguna manera, que cierra un hito nuevo, cierra una etapa y abre otra, porque es la revisión total de los últimos casi 20 años.
COLABORACIONES
–¿Cómo vivís la dinámica colaborativa en lo creativo? ¿Qué es lo apasionante y qué temores te despierta?
–Temores: cero. Al contrario, vamos comprendiendo de que realmente lo que se necesita, ya sea en la industria local o en la escena local, es colaboración. Ese dicho que dice que entre muchos llegamos más lento, pero llegamos más lejos. En ese sentido, pudimos cultivar un montón de artistas, amigos y amigas del continente y otros lugares que la verdad que nos influencian y nos inspiran un montón. En mi caso, un buen número de cantautores, compositores con los que me es un placer juntarme a componer canciones y cambiar ideas. Si bien todavía me gusta en lo personal agarrar la guitarrita y componer con un cuaderno así solo, que puede ser intenso también y hasta psicológico, colaborar, me parece que es una manera realmente de ampliar el alcance de una canción. Este álbum está lleno de eso. Cuando empezamos a buscar canciones, que fue una búsqueda de casi 2 años, se armaron tipo islas o campamentos de composición en diferentes grupos que me tocó curar, donde en algunos casos yo viajaba a Ciudad de México a componer con un chileno, con un sinaloense, con un chilango de Ciudad de México, con un costarricense, en Monterrey en el estudio, luego acá en Paraguay con El Chávez, con Mauri, en diferentes equipos. Realmente tratamos de abrir el espectro lo máximo posible para encontrar cuál era el manojo de canciones que realmente representen a este álbum, yo estoy seguro que también, además de ganas de jugar, no hay que descartar la ambición, que esto ya es una cruzada, es una misión casi.
–¿Puedes nombrar las tres a cuatro decisiones más difíciles a la hora de armar el disco?
–Aunque no parezca, el último que salió y lo más difícil fue encontrarle el nombre al álbum. Fue lo último y la cumbre. La pregunta era cómo nombramos, contamos un álbum con algo que tenga esta picardía, que tenga este picante, que tenga este calor, que tenga todo esto en una sola frase. Queríamos que sea una frase memorable, que sea una frase, no solamente tipo una palabra. Le estuvimos dando mucha vuelta. Siento que en el inconsciente colectivo general también había una revisión de lo que era Paraguay y otros proyectos globales que de alguna manera también se empezaron a acercar mucho más a su identidad, nos dieron confianza. Cuando salió “Todo el mundo está kaliente”, como que fue el hilo conductor de cómo armar justamente la tracklist y el color de las visuales también. Otra decisión muy complicada era haber sido cómo llegar a estas once canciones porque hay un montón de canciones que fueron afuera que tenían que ver incluso con el álbum, pero queríamos resumir de una manera de sentir que no tenía rellenos. Incluso hay una canción acabada que ya quedó para una segunda etapa, una colaboración con Tierra Adentro, un supertema que quedó afuera para una segunda edición, o para un single posterior, ya que no queríamos que justamente pase desapercibida, entonces fueron decisiones, así como estéticas también. Y luego creo que fue muy fluido. Tenemos la suerte de tener un equipazo con la dirección de arte de Lucas We, que en realidad facilitó muchísimo la confianza en que la mirada audiovisual iba a ser precisa. Creo que algo se va construyendo también. Ocupar los roles de cada uno y confiar sobre todo en que cada uno debe su óptica y su arte va a dar lo mejor.
Y la última decisión difícil habrá sido seguramente decir que está terminado, porque, qué sé yo, es un proceso que podríamos seguir. Me quedo con la frase tipo bueno es mejor que perfecto, prefiero que sea que se sienta bien que se escuche que la gente le llega, a decir tipo no hay ninguna coma o detalles de imperfección que quedaron. Siento que tiene también eso, un poco de salvaje y de artesanal en su construcción.
DESDE AFUERA
–¿Cómo transformó la mirada de ustedes sobre lo que somos nosotros como país, como mercado, como cultura, el hecho de salir afuera y mirarlo desde allá y ver qué posibilidades hay de fascinar al mundo con algo de nuestra identidad que no la terminamos de conocer a veces?
–Por un lado está esta visión de que Paraguay es esta isla rodeada de tierra, tan, también, históricamente influenciada y a veces aplastada por nuestros vecinos, todo eso, toda esa sensación, esa herencia es algo que con lo que crecimos, y por otro lado, salir y mirar a Paraguay desde lejos y mirarnos desde lejos y también escuchar lo que se dice de nosotros, lo que se piensa de nosotros, es algo que construye y empuja también a romper con esos paradigmas, con esas muletillas que se tienen también de Paraguay.
–En esto de la identidad y el arte, hay algo en este proceso que parece más colectivo, esto de hablar en paraguayo en el arte, en la música, en el cine, como en “7 Cajas”, por ejemplo, que despertó también algo en la gente.
–Fundamental, un momento histórico que lo cambió todo, “7 Cajas”, que es del año 2013. Si pensás, también es de la época de “Señor Pombero” y de la época de… podría poner “Hemisferios” y otros álbumes más de la escena, que realmente empezaron a hacer esa mirada un poco más particular del orgullo de lo nuestro, no solamente ese orgullo, el orgullo de ser paraguayo, sino revisar un poco más. Eso me parece que ofrecen todos esos proyectos y nos traen hasta acá simplemente tratando de seguir construyendo escena. No sé, si “7 Cajas” fuera un hecho aislado o “Señor Pombero” no hubiese tenido otra ola, me parece que se queda chico. Lo que está bueno es de lo que viene pasando y construyéndose es que eso abre en otros proyectos, y anima a las nuevas generaciones a seguir indagando un poco por ahí. Los “Kchis” ya es un proyecto que, si bien está cada vez más grande, también tiene ya esa misión. Nosotros nos sentimos parte de una cruzada, y la cruzada es allanar el camino para las nuevas generaciones. Y eso es muy real y muy consciente dentro de nuestro crecimiento. Sabemos que, mientras más crecemos más gente viene detrás.
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La Vela Puerca celebra en el Puerto sus 30 años
La agrupación uruguaya de rock La Vela Puerca tendrá esta noche un nuevo encuentro con su público paraguayo con un gran recital que se desarrollará en el Puerto de Asunción, en el marco de una gira que celebra sus 30 años de trayectoria.
Las entradas están disponibles en los puntos de venta de Ticketea y también pueden ser adquiridas vía online en www.ticketea.com.py.
Liderada por Sebastián Teysera, esta banda es reconocida en América y Europa por su lírica y calidad musical, y actualmente emprende un recorrido que incluye Argentina, México, Chile, Colombia, España y Alemania.
La Vela nace 1995 en un barrio de Montevideo, y desde sus inicios logró recoger la aceptación del público. Su primer disco, “Deskarado”, surgió en 1998, y para el 2001 ya darían uno de sus golpes más certeros, “De bichos a flores”, producido por Gustavo Santaolalla, y con la participación de León Gieco.
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La Vela Puerca: “Paraguay es el único país donde la gente nos recibe en el aeropuerto”
Nadia Denis (nadia.denis@nacionmedia.com)
Desde Uruguay, La Vela Puerca aterrizó una vez más a suelo paraguayo y directamente al corazón de sus fans, con quienes a lo largo de estos 30 años de vigencia de la banda, han conectado de una forma única, atravesando generaciones y demostrando que el rock no ha perdido vigencia.
“Paraguay es el único país del mundo que nos va a recibir la gente al aeropuerto, no me preguntes por qué”, relató a La Nación/Nación Media Sebastián “Cebolla” Cebreiro, una de las voces de la banda. Un grupo de 50 personas aguardó la llegada a Asunción en el aeropuerto Silvio Pettirossi de sus músicos favoritos, entre ellos estaban adolescentes e incluso niños de entre 5 y 6 años.
“Las culpables son las canciones, nosotros somos esclavos de ellas que vamos detrás defendiéndolas, ellas son más atrevidas que nosotros, porque entran a la casa de la gente sin pedir permiso. Nosotros venimos atrás, a tratar de hacernos cargo de lo que un día compusimos en alguna parte de nuestras vidas, ese gesto es increíble”, expresó.
La conexión entre la banda y el país es algo sólido, Paraguay “su segunda casa”, como dijo Cebolla, es uno de los lugares que han escogido para esta gira donde celebran los 30 años de La Vela Puerca. El público es diverso, hay adultos, personas que rondan los 60 años, pero así también hay jóvenes, niños que heredan, quizás de sus padres, la devoción hacia la banda uruguaya.
“Quiere decir que las canciones perduran, que las letras llegan, estamos contentos de que nos pase también eso acá. Para nosotros venir acá a Asunción, habernos ganado el cariño de tanta gente, que nos esperen en el aeropuerto, es un cariño muy interesante. Estamos contentos de seguir viniendo, queremos venir siempre, porque esto es para años, cada vez que venimos hacemos dos o tres amigos más”, dijo Santiago Butler, guitarrista.
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El show
El Puerto de Asunción es el escenario de este espectáculo previsto para la noche de este sábado 2 de agosto, de la mano de G5 Pro. El setlist busca representar la esencia de la banda a lo largo de estos 30 años de historia, y hay por lo menos, una canción de cada álbum, adelantó Cebolla respecto a lo que será el show.
“Tratamos un poco de aunar sin ser egoístas ni complacientes, una parte de cada presente que vivió La Vela en su historia”, detalló. La banda cuenta con canciones que a esta altura son consideradas como himnos del rock y se han inmortalizado en el tiempo.
“Zafar”, “Llenos de Magia”, “Va a escampar”, “El Viejo” y otras más, no conocen el paso del tiempo, mientras que “Tormenta”, del álbum Discopático (2022) demostró que la banda sigue siendo una hacedora de éxitos.
“Nunca tuvimos miedo a innovar, el último disco, Discopático empezó totalmente a la inversa en la composición histórica de La Vela Puerca. Si una banda de 30 años no se anima a patear su propio tablero es una desgracia, como nosotros no somos una banda de ningún estilo musical, somos una banda de canciones, nunca hemos tenido problema con eso”, dijo con seguridad Cebreiro.
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Las nuevas generaciones
Con una trayectoria innegable, y luego de compartir escenarios con otros gigantes del rock Latinoamericano, La Vela Puerca observa lo que trae el nuevo colectivo de artistas y especialmente Cebolla, valora el trabajo que viene haciendo el artista argentino Wos, quien será parte de quienes “estiren el carro” para las nuevas generaciones.
“Tiene letras muy rockeras, tiene una actitud muy rockera, y a mí me encanta la gente que tiene voz propia, para mí hay que acompañarlo, arroparlo, más allá de que él ya tiene su personalidad, viene de familia de artistas, me parece que los artistas veteranos como nosotros tenemos que arropar a la gente así”, afirmó.