Publicado en 46 lenguas y en cerca de 60 países, Javier Marías, fallecido este domingo en Madrid a los 70 años, fue uno de los escritores españoles más celebrados de las últimas décadas. Marías, que iba a cumplir 71 años el 20 de septiembre, entregó su vida a la escritura y vendió millones de ejemplares a lo largo de su carrera, en la que cosechó una larga lista de premios. En los últimos años estuvo a menudo en las quinielas del Nobel de Literatura.
La vocación le venía de familia a Javier Marías, autor de 16 novelas centradas en temas amorosos, relatos, ensayos, traducciones y un sinfín de artículos, además de cinéfilo empedernido. Su madre, Dolores Franco, era profesora de Literatura, y su padre, el filósofo Julián Marías, discípulo aventajado de José Ortega y Gasset. Por su compromiso con la II República (1931-1936) fue represaliado por la dictadura franquista y obligado a exiliarse por algunos años en Estados Unidos, donde residió el pequeño Javier Marías.
Tenía apenas 20 años cuando se publicó su primera novela, “Los dominios del lobo”, en 1971. Pero el reconocimiento por su obra novelística no le llegó hasta su quinta publicación, “El hombre sentimental”, premio Herralde 1986. Le seguirían dos destacados títulos, “Todas las almas” (1989), donde ficciona su experiencia como profesor en Oxford, y “Corazón tan blanco” (1992), con el que dio el salto definitivo a la fama. Su última novela fue “Tomás Nevinson”, publicada el año pasado con Alfaguara.
“Corazón tan blanco”, el salto a la fama
“Tenía preocupaciones económicas por entonces. Pero Carmen Balcells (la agente literaria de autores como Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa) hizo traducir al alemán ese libro (”Corazón tan blanco”), y lo colocó en el número 1 de ventas en Alemania”, recuerda el traductor y lingüista Rafael del Moral, que lo conoció muy de cerca.
“Fue su punto culminante” a nivel literario, “por el orden de la argumentación” en torno al tema principal, comenta a AFP Del Moral, quien precisamente le inspiró a Marías el personaje de Víctor Francés, protagonista de su siguiente novela, “Mañana en la batalla piensa en mí”.
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Este título le valió a Javier Marías el prestigioso premio Rómulo Gallegos 1995. Luego publicaría “Tu rostro mañana”, una ambiciosa trilogía, y “Los enamoramientos”. Precisamente esta obra dio lugar a una sonada polémica en España. En 2012, Marías se negó a recibir por ella el Premio Nacional de Narrativa, otorgado por el entonces gobierno del conservador Partido Popular (PP), contra el que arremetió en numerosos artículos publicados en El País.
El autor, miembro de la Real Academia Española de la lengua desde 2008, llevaba años avisando de que no quería premios oficiales, “independientemente de qué partido gobernase”. Y en aquella ocasión cumplió, afirmando que habría sido una “sirvengonzonería” aceptarlo cuando no se lo dieron a su padre o a maestros suyos como los novelistas españoles Juan Benet y Juan García Hortelano.
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Madridista y monarca de Redonda
Como columnista en la revista semanal del diario El País, donde escribió hasta finales de julio, sus opiniones eran afiladas y lejanas de la corrección política. Tampoco le gustaba dar entrevistas. “Si uno a veces no le diría la verdad ni al juez, ¿por qué habría de decírsela al primero que se presentase en su casa con un bolígrafo o un magnetofón?”, escribió en 2021.
Marías, que aseguró en la radio Cadena Ser que sólo escribe para 6 o 7 personas -”cuyo criterio respeto mucho”-, también tradujo a autores como William Faulkner o Joseph Conrad. Notorio aficionado del Real Madrid, reunió sus crónicas sobre fútbol en “Salvajes y sentimentales. Letras de fútbol”.
Menos conocida era su faceta de soberano del ficticio Reino de Redonda, un “título” que debe su nombre a una pequeña isla del Caribe, perteneciente a Antigua y Barbuda. Con ese sello llegó a editar obras fantásticas. Pese a su republicanismo, Marías se tomó muy en serio su dignidad de rey de Redonda, e incluso concedió títulos nobiliarios, como el de “Duque de Trémula” al cineasta Pedro Almodóvar, o el de “Duque de Megalópolis” al “padrino” Francis Ford Coppola.
Fuente: AFP.
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Falleció Alice Munro, Premio Nobel de Literatura en 2013
La escritora canadiense Alice Munro, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2013 y fallecida a los 92 años, se volvió célebre por sus relatos cortos sobre mujeres y basados en la vida rural en Ontario, lo que le valió ser comparada con Chéjov. La Academia de Estocolmo la calificó de “maestra de la narración breve contemporánea” y elogió “su sutil narración, que se caracteriza por la claridad y el realismo psicológico”.
A pesar del éxito y de una cosecha impresionante de premios literarios, la autora de “Lejos de ella” (llevada al cine en 2007 por Sarah Polley con Julie Christie y Michael Murphy) y “Demasiada felicidad” (2009) mantuvo un bajo perfil, a imagen de sus personajes, esencialmente mujeres, en los que jamás puso de relieve la belleza física. Probablemente un reflejo de las influencias puritanas que marcaron su infancia.
Candidata al máximo galardón literario durante mucho tiempo, la historia cuenta que aquel año Munro se quedó dormida, olvidando que el premio Nobel iba a ser otorgado al día siguiente. Y la Academia sueca se encontró con la grabación de su contestador telefónico antes de lograr hablar con ella.
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Los temas y el estilo de la autora de “El Progreso del amor” (1986) y “Secretos a voces” (1994), marcado por silencios y por la presencia de un narrador que explica el sentido de los acontecimientos, le valieron ser conocida como la “Chéjov de Canadá”, en referencia al escritor ruso Antón Chéjov.
“No es una escritora mundana, se la ve raramente en público, no asiste a los lanzamientos” de libros, comentó en su momento David Homel, escritor, traductor y crítico literario estadounidense que reside en Montreal. Nacida el 10 de julio de 1931 en Wingham, en el oeste de la provincia de Ontario, conoció de cerca a la sociedad rural. Su padre, Robert Eric Laidlaw, era un criador de zorros y aves de corral y su madre fue maestra de escuela.
Ya en su adolescencia, decidió transformarse en escritora, un camino del que no se desviaría en toda su vida. “No tengo ningún otro talento, no soy una intelectual y me desempeño mal como ama de casa. Nada podría venir a perturbar lo que yo hago”, dijo Munro hace años. Su primera historia, “The Dimensions of Shadow”, se publicó en 1950 mientras estudiaba en la Universidad Western Ontario.
Sin demonizar a los hombres
Fue durante sus estudios cuando conoció a James Munro, con quien se casó en 1951 y se trasladó junto a él a Vancouver (oeste de Canadá). La pareja tuvo cuatro hijos. En 1963, se instalaron no lejos de allí, en Victoria, y abrieron la librería ‘Munro’s Books’, un establecimiento que alcanzó fama en Canadá y Estados Unidos.
Recibió el Premio del Gobernador general por su primera recopilación de cuentos, “Dance of the Happy Shades” (La danza de las sombras), publicada en 1968. Le siguieron otros galardones nacionales, sin contar varias recompensas en el extranjero. Sus cuentos, a menudo basados en la vida simple del condado de Huron, en Ontario, se publicaron en exitosas revistas como The New Yorker y The Atlantic Monthly.
“Ella escribe sobre mujeres y para mujeres, pero no demoniza a los hombres”, precisó David Homel. Tras su divorcio en 1972 se instaló como “escritora residente” en la universidad de Western Ontario. En 1976 se casó nuevamente con Gerald Fremlin, un geógrafo fallecido en abril de 2013 y con quien vivió en su provincia de origen.
Una de sus novelas, que fue adaptada para cine por Sarah Polley en 2007 y tuvo como protagonista a Julie Christie, obtuvo dos nominaciones para los premios Óscar, y fue reeditada con el mismo título que la película: “Away from Her” (Lejos de ella).
En 2009, recibió el prestigioso galardón Man Brooker Internacional Prize antes de revelar que había vencido un cáncer, una enfermedad que afectó a una de sus heroínas en un relato publicado en febrero de 2008 en The New Yorker. Munro sufrió de demencia en los últimos años de su vida y falleció el lunes por la noche en una residencia de cuidados para personas mayores en Ontario, según la prensa canadiense.
Fuente: AFP.
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Una fructífera alianza entre la literatura y el dibujo
En esta edición del programa “Expresso”, transmitido por GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al escritor Javier Viveros (JV) y al dibujante Roberto Goiriz (RG), quienes han sabido unir sus respectivas disciplinas en publicaciones de gran impacto como la serie de cómic histórico “Epopeya”. Viveros y Goiriz reflexionan sobre la naturaleza del arte, así como los grandes desafíos que plantea la era digital y tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial.
- Fotos: Por Pánfilo Leguizamón
–ADS: La palabra “creo” encierra la acción de crear y creer al mismo tiempo. ¿Cómo se juntan la fe y la creatividad o es simple coincidencia?
–JV: Bueno, creo que es una coincidencia nada más, pero está muy bien lo que apuntás, porque hay una gran relación. Creer en una historia para después crearla y compartirla con la gente.
–ADS: ¿Ese creer se da en la realidad y en la ficción?
–JV: Sí, en la realidad encontrás generalmente la semilla que después regás con talento, con creatividad y hacés crecer en la ficción. Es lo que me suele pasar a mí. Como escritor soy curioso. Siempre estoy pendiente de conversaciones, todo lo que ocurre en el entorno, alguna frase que dice alguien, a lo que leo en el diario, que escucho, me puede servir como un disparador para después construir el edificio de la ficción.
–ADS: ¿Cómo construís el edificio creativo cotidiano después de tantos años?
–RG: Para mí la creación se inicia con una compulsión, una cosa física, no es algo intelectual. Desde chico yo sentía la necesidad de dibujar y de crear. Era algo que tenía que hacer, era como una obligación. Más allá de que me diera gusto dibujar o fuera algo aburrido, tenía que hacerlo y entonces para mí nació de eso. La construcción de la forma yo creo nace del caos, de la multitud de cosas que uno tiene en la cabeza, de la multitud de cosas que hay en la vida.
–ADS: ¿Cuánto del proceso creativo es una inspiración que tiene que ver con el vuelo poético y cuánto tiene que ver con el sistema, la disciplina?
–JV: Es una combinación creo yo. Hay una frase muy linda del escritor mexicano Sergio Pitol, que dice que la creatividad es el fruto más delicado de la memoria. La creatividad es entonces la memoria de lo vivido, la memoria de lo leído. Todo eso genera como un magma para después con disciplina parir una historia. Como dice Roberto, puede ser un caos, pero también hay herramientas que te permiten desentrañar ese caos, darle forma. Eso es lo que te da la teoría literaria, te da como herramientas para poner bajo un microscopio un texto, analizarlo, desensamblarlo, ver su trama, estos son los personajes, sucede de esta forma.
EL CAOS
–ADS: ¿Cuándo un proceso creativo es pulsión y en qué momento se perfecciona hacia una forma de relación social, de comunicación con las personas?
–RG: Yo creo que viene con la madurez eso. En mi caso particular, la carrera en publicidad de casi 40 años me enseñó muchas cosas con relación a tratar de ponerme en la piel de la persona que está al otro lado, de entender un poco su pensamiento, sus expectativas, hacia dónde quisieran ver cosas mías o no. Eso hay que combinar con lo que uno quiere hacer. Hay que combinarlo y de ahí surge algo. También tengo que decir que el sistema de trabajo que yo tengo, la carrera publicitaria también me ayudó mucho a perfeccionar un sistema, a ser un poco ordenado porque, como te dije, vengo del caos, ese es mi sistema de trabajo. Porque yo nunca tuve una educación académica, yo soy lo que llaman autodidacta muy a pesar mío. Entonces tengo esa tendencia a tener una formulación muy caótica inicial, pero después me ha ayudado el sistema que he encontrado en estas profesiones.
–ADS: ¿Cómo se combina lo que uno quiere con lo que el mercado impone en materia cultural?
–JV: Me acuerdo que (Ricardo) Piglia había dicho que (Ígor) Stravinsky componía mucho por encargo. Y alguien le preguntó “¿por qué haces estas cosas por encargo?”. Entonces dijo él que cuando le piden un vals tiene unos límites dentro de los cuales moverme porque cada género tiene sus límites, sus reglas, sus preceptos. Pero “si yo no tengo eso, la música me somete a un universo tan infinito de posibilidades que me siento abrumado”. Entonces, llevando esto al tema del mercado, una vez me dijeron “necesitamos una serie de biografías”. Yo preferiría escribir ficción, pero igual tengo la capacidad de tomar un libro o varios libros de la biografía de algunos autores o de algunos paraguayos importantes como fue este caso y escribir. O sea, en este caso el mercado te dice “necesito esto”, pero digamos que en mi caso pasó una vez. O sea, siempre escribo lo que yo quiero contar, siempre escribo lo que me gusta.
–RG: En mi caso en particular yo estoy acostumbrado a lidiar con esto. En el ambiente publicitario para mí conciliar estas cuestiones fue relativamente fácil porque aprendí a hacerlo. Actualmente me siento más libre porque cuando estuve trabajando en la industria del cómic, que yo conocí cuando fui a trabajar a Sao Paulo en los años 80, hay una ruta que seguir y vos tenés que entrar dentro de eso. Y a mí me pedían específicamente ciertas cosas dentro de lo que yo hago. Por ejemplo, me pedían páginas a lápiz. Antes venía el guion, después venía el lápiz, después venía la tinta, que era otra persona; después la letra, el color, etc. Toda una maquinaria. Entonces, cuando uno entra en un proceso industrial tenés que crear lo mejor dentro de esa ruta. Actualmente yo me siento bastante libre para crear mis propios cómics dentro de lo que me gusta a mí.
–ADS: ¿Te referís a todo el proceso creativo?
–RG: Sí, yo ahora actualmente estoy haciendo guion, dibujo, color, edición, etc. Y después me preocupo con quién voy a editar o cómo lo voy a hacer exactamente, busco alianzas si es necesario en la parte editorial o en la parte institucional. Es una libertad que me permitió quizá el proceso profesional que tuve. Yo entiendo por ejemplo que lo que a mí me gusta tiene menos consumo, que es la ciencia ficción o la fantasía en general, y entiendo que las historietas de tipo histórico como “1811″, “Paraguay retã rekove” son más populares, la gente busca más ese tipo de lecturas, incluso por motivos didácticos. Así que voy tratando de congeniar porque ambas cosas me gustan.
–ADS: ¿Cómo se te ocurre que escribir es un camino?
–JV: Se fue dando. Yo tuve el ejemplo de mi padre. Yo lo veía de niño, lo veía siempre en un sofá leyendo. Desde que aprendí a leer y me acerqué a esos libros nunca más los solté. Y llega un momento en el que uno también quiere contar sus historias. Después de haber leído tantas historias, vos decís “yo también puedo o quiero contar”. Y los que dan el paso a la escritura y luego a la publicación son a los que finalmente nos llaman escritores. En mi caso se dio por la cantidad de lecturas que tenía. Todos tenemos vivencias, todo hombre es una historia, entonces algunos queremos compartir esas historias, no siempre es la de uno.
DIGITALIZACIÓN
–ADS: ¿Qué esperan que suceda con el soporte papel en vuestras obras, para los cómics y para los libros?
–RG: Ha resistido al papel bastante bien. Hoy podemos decir que si bien las ediciones de libros han reducido sus tiradas, se han multiplicado la variedad de títulos. Hay muchos más libros, cómics y todo tipo de material impreso que en otras épocas. Yo no le huyo a ningún soporte en el que se pueda reproducir una obra artística o una obra intelectual. Sin embargo, la relación que yo tengo con el papel es íntima. A mí me gusta tocar, oler, mirar, detenerme. No es una cuestión meramente utilitaria.
–ADS: ¿Con relación a las historietas qué sentís al respecto del formato digital?
–RG: Actualmente estoy publicando en Inglaterra en formato digital con David Lloyd, que es el coautor de “V de venganza”. No le tengo miedo al formato, me sirve, funciona bien. Por supuesto que es otro tipo de lectura, no es la que quizá yo elegiría, pero es la que tengo en este momento.
–ADS: ¿Y en materia de literatura cómo ves esa tensión entre libro digital y libro papel?
–JV: Hay que apostar por los formatos que puedan permitirnos llegar a más público. En el caso del libro digital, yo tengo mis publicaciones en varias de las grandes plataformas del libro electrónico porque dinamitan las fronteras. Yo puedo llegar a públicos que normalmente no alcanzaría. Hace poco me pasó que las ventas de mis libros en digital superaron a las de papel. Pero si me dan a elegir yo me quedo con el papel como lector.
–ADS: ¿Y cómo ves el mundo de la publicidad a partir de estos cambios tan radicales?
–RG: La verdad que los cambios son dramáticos y en ese contexto yo creo que estamos reaprendiendo todo. No me atrevo todavía a formular una teoría sobre el tema, pero realmente ignorar lo digital, lo múltiple de los espacios que tenemos actualmente, la inmediatez, las tecnologías que van a ir irrumpiendo como la inteligencia artificial, que es todo un tema dentro de estas tecnologías nuevas. Yo creo que han cambiado dramáticamente el negocio y lo van a continuar haciendo. Así que yo me inscribo en la parte del alumnaje, estoy aprendiendo, estoy mirando. Como buen inmigrante digital no nos queda otra que aprender.
–ADS: ¿Cómo se llevan con la inteligencia artificial? A mí no me gusta su poesía.
–RG: Es una criatura la inteligencia artificial, como un bebé que está creciendo. Realmente no sabemos muy bien cómo va a desarrollarse. Yo por obligación profesional empecé a experimentar con el ChatGPT, con todas estas cosas que aparecen en forma gratuita y es sorprendente. Tiene sus limitaciones, por supuesto, pero es necesario conocer al aliado o enemigo, hay que entender cómo funciona y qué puede hacer, qué no puede hacer. En el mundo de la ilustración es un enemigo porque los ilustradores se quedan sin trabajo. Esto está pasando en todo el mundo. Yo lo veo como un proceso que lamentablemente es inevitable. Yo veo que cada vez se va a usar más ese tema y tenemos que aprender a convivir y a combatir si fuera necesario.
–JV: Yo veo su éxito sobre todo en la ilustración. Son alucinantes las imágenes que uno puede crear aprendiendo a formular los prompts. Yo por ejemplo agarré una imagen de Juan Moreno, del legendario dibujante, subí a una plataforma un taguá detective que se llama Lito, de mi serie de libros infantiles, y le dije “proyectá esto en entornos posapocalípticos” y me saca el dibujo con esos cascos, unos uniformes, una locura. Realmente veo un avance muy grande allí en cuanto a la ilustración. Es un peligro, por supuesto, para los dibujantes. Yo probé también ChatGPT para inventar historias y ahí no me convenció. Así como probaste como poeta, se muere de hambre.
NUEVA GENERACIÓN
–ADS: ¿En el mundo del escribir cómo estás viendo a la nueva generación?
–JV: Tenemos una generación estupenda de narradores ahora en Paraguay, narradores jóvenes que están demostrando mucha calidad. Estoy muy esperanzado con esta nueva camada de autores que tengo la suerte de que a varios de ellos estoy publicando.
–ADS: ¿Y en el caso de los cómics?
–RG: Hay una base muy interesante de gente que nos sigue y hay nuevos autores muy talentosos que están surgiendo y afortunadamente no solamente en el marco de la solución que todos esperamos, sino que hay uno que está en Ciudad del Este, hay otro que está en Encarnación, van surgiendo talentos en forma múltiple en varias partes del país.
–ADS: ¿Qué otras tendencias temáticas existen además de la historia?
–RG: En la historieta paraguaya surge en gran parte el humor, la sátira. Hay una convivencia de autores de humor gráfico con la historieta como el caso de Nico, por ejemplo, y otros. Y esa es una de las temáticas. Después hay autores que toman la ciencia ficción como uno de los estandartes de la historieta paraguaya, además de la historia, el tema del humor, el tema de la fantasía, pero con las mezclas necesarias en relacionar lo que pasa acá en Paraguay. Hay escenarios paraguayos en un mundo posapocalíptico.
–ADS: ¿A quiénes admirás en el mundo del cómic?
–RG: Yo tendría que comenzar con Juan Moreno ahora, que es nuestro compatriota dibujante. Es un ilustrador excepcional. Después yo diría que a mí me gusta mucho la obra de Moebius, Jean Giraud, un francés que ha desarrollado una imaginería espectacular a lo largo de un montón de historias de diferentes tipos. Ha hecho historias de vaqueros hasta ciencia ficción, de todo un poco. En Estados Unidos hasta hoy me gusta la obra de los pioneros como Hal Foster.
–ADS: ¿Y en tu caso podrías hacer un énfasis en gente de letras en este mundo de los guionistas?
–JV: Creo que es inevitable mencionar a Robin (Wood), que es un fuera de serie. Es una maravilla. Yo que estoy metido con la narrativa, me quedo deslumbrado cómo tiene esa capacidad de en un par de viñetas definir la psicología de un personaje, cómo construye las tramas, cómo crea los diálogos. O sea, fue un verdadero genio Robin. Como dibujantes es inevitable mencionar a Juan Moreno, Roberto Goiriz, Kike Olmedo, Adam. Tenemos aquí en Paraguay dibujantes de un talento extraordinario.
–RG: Quiero refrendar lo de Robin porque tuve la suerte de trabajar con él durante más de 10 años haciendo diferentes cosas. Enseguida nos pusimos de acuerdo porque él tenía un don que era ver qué dibujaba mejor el dibujante y con base en eso él creaba la historia. Él decía “a usted le sale mejor esto, yo voy a hacer esto”. Hicimos “1811″, hicimos lo de “Warrior M”, que es una historieta de ciencia ficción y el público era de Italia. Hicimos “Hiras, el hijo de Nippur”, que también se publicó ahí y varias cosas.
PROMOCIÓN DE LA LECTURA
–ADS: ¿Qué hay que ajustar para que el amor a los libros un día realmente surja?
–JV: Yo le tengo mucha fe a este nuevo programa del MEC, Ñe’êry, que está ahora y se hizo un llamado para que las editoriales presenten todos sus materiales. Creo que el error se dio históricamente con la selección de los textos. Tal vez elegían textos que no dialogaban con las nuevas generaciones. Yo creo que con este paso que está dando ahora el Ministerio de Educación eso se va a subsanar. Van a tener un comité técnico que va a seleccionar las obras y ojalá lo hagan bien, de manera que puedan conectar con los alumnos, contarles las historias que quieren oír, porque todos queremos oír buenas historias.
–RG: Hay ciertas bases más o menos seguras con relación al tema de la lectura, por lo menos en el campo de los cómics. Por ejemplo, tenemos el caso de Robin Wood, está más que comprobado que la lectura de las historietas causa mucho placer a la gente. Tiene seguidores en todo el mundo.
–ADS: ¿Cómo están las juveniles en Paraguay en materia de producción de historietas?
–RG: Me parece que hay mucho entusiasmo y este era un tema que nos preocupaba hace algunos años, 10 o 20 años atrás. No sabíamos si iba a surgir una renovación de esta generación que ya dimos mucho y la respuesta fue una andanada de autores que empezaron a publicar. Entonces, nos encontramos hoy con una variedad de personas, mujeres, hombres que están trabajando desde sus posibilidades, por supuesto, y de las posibilidades de nuestro mercado en presentar lo suyo. Y son cosas muy interesantes.
RIQUEZA LINGÜÍSTICA
–ADS: ¿Cómo estás llevando y qué se está construyendo desde la responsabilidad que tenés como ministro de la Secretaría de Políticas Lingüísticas?
–JV: Tiene una misión realmente grande. Tenemos un acervo cultural enorme en Paraguay, una gran riqueza. Generalmente el paraguayo de a pie si ve a un indígena le habla en guaraní, piensa que sí o sí tiene que saber guaraní. Pero en realidad el guaraní es nada más que una de las cinco familias lingüísticas que tenemos aquí en Paraguay. La Secretaría tiene bajo su cuidado el bilingüismo oficial, nuestras dos lenguas oficiales. Tenemos también la lengua de señas. La Ley 6530 nos nombra autoridad de aplicación de esa ley. Y tenemos 19 lenguas indígenas. Son 19 lenguas indoamericanas, son 19 formas de mirar el mundo, de entender la realidad. Y es riquísimo. Nuestra misión es muy grande porque hay lenguas que están desapareciendo. La lengua guaná, por ejemplo, tiene solamente tres hablantes, tres abuelitas.
–ADS: ¿Solo tres hablantes?
–JV: Sí. La otra vez estuve en la comunidad Río Apa, en Concepción, y tuve el gusto de conocerlas, ña Modesta, ña Azucena y ña Vicenta. Y hay pocas cosas más tristes que la pérdida de una lengua, la desaparición de una lengua. Por suerte se pudo hacer un diccionario de la lengua, un alfabeto. Tenemos registros audiovisuales para saber cómo suena. Y en ese contexto la SPL construyó lo que se llama el nicho lingüístico. En este caso concreto son dos aulas donde ellos se reúnen los fines de semana y ahí las personas que conocen la lengua tratan de pasarla a las nuevas generaciones, lo que se llama la revitalización, pasar esa antorcha, porque si no, está destinada a desaparecer. Es una lucha realmente. Ellos tienen que contar con materiales para poder pasar la lengua. El problema grande que se da es lo que se llama el corte generacional. El abuelo o el papá ya no quieren hablarle al nieto o al hijo en su lengua porque dicen “mejor aprendé castellano, mejor aprender guaraní” para poder entrar a la escuela, conseguir trabajo.
–ADS: Como si no se pudieran aprender varios idiomas al mismo tiempo.
–JV: Hay que internalizar. Cuantas más lenguas habla una persona, tanto mejor.
–ADS: Y este proceso debe ser un proceso muy difícil, ¿no?
–JV: Nuestro presupuesto es limitado comparando con la misión que tenemos, porque estas lenguas están en riesgo de desaparición. Son seis lenguas que están en riesgo de desaparición. Para nosotros el logro sería que cada una de estas lenguas por lo menos deje su alfabeto, su diccionario, su gramática y un registro audiovisual de cómo suenan o cómo sonaban. Es una manera de dejar la huella, por lo menos se hizo esto y por supuesto también revitalizarla en la medida de lo posible, revitalizarla de manera que pueda pasar a las nuevas generaciones.
“Tenemos un acervo cultural enorme en Paraguay, una gran riqueza. La Secretaría tiene bajo su cuidado el bilingüismo oficial, nuestras dos lenguas oficiales. (...) Y tenemos 19 lenguas indígenas. Son 19 lenguas indoamericanas, son 19 formas de mirar el mundo, de entender la realidad. Y es riquísimo. Nuestra misión es muy grande porque hay lenguas que están desapareciendo. La lengua guaná, por ejemplo, tiene solamente tres hablantes”.
“Para mí la creación se inicia con una compulsión, una cosa física, no es algo intelectual. Desde chico yo sentía la necesidad de dibujar y de crear. Era algo que tenía que hacer, era como una obligación. Más allá de que me diera gusto dibujar o fuera algo aburrido, tenía que hacerlo y entonces para mí nació de eso. La construcción de la forma yo creo nace del caos, de la multitud de cosas que uno tiene en la cabeza, de la multitud de cosas que hay en la vida”.
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“En Paraguay hablamos una lengua que no escribimos y escribimos una lengua que no hablamos”
El filólogo, escritor y periodista Domingo Aguilera comparte en este diálogo unas reflexiones sobre la realidad lingüística de nuestro país, signada por la convivencia por ya casi 500 años del español y el guaraní en una relación de recíproca influencia no exenta de conflictos y violencia.
- Por Paulo César López
- paulo.lopez@nacionmedia.com
- Fotos Archivo / Gentileza
El próximo 23 de abril se conmemora el Día del Idioma Español en las Naciones Unidas, una fecha instituida con el fin de “concienciar al personal de la Organización, y al mundo en general, acerca de la historia, la cultura y el uso del español como idioma oficial”. La efeméride fue establecida como recordación al aniversario de la muerte del más grande exponente de las letras españolas, Miguel de Cervantes, acaecida en 1616.
Tomando la conmemoración casi como un pretexto, abordamos con Aguilera algunos aspectos sociolingüísticos del Paraguay, los usos del idioma español y su relación con el guaraní, que configura una de las principales características de la sociedad paraguaya: un bilingüismo asimétrico en el que existe una lengua escrita de prestigio y otra oral de uso popular de tal suerte que se piensa y se habla con una de ellas, pero se escribe con la otra.
–¿Cómo nota usted que afecta el uso de la lengua la masificación de las plataformas virtuales?
–Para empezar, y en general, yo creo que es importante señalar que nadie habla bien o habla mal una lengua si no es en comparación con una variedad prestigiosa, culta, de la misma. O sea que si alguien dice de otra persona “qué bien habla” o “qué mal habla” la está juzgando desde el conocimiento de esa variedad de prestigio, que es la que tan trabajosamente nuestros profesores han tratado de inculcarnos en el colegio y la universidad. Esta variedad estandarizada precisamente tiene el prestigio ganado porque posee un lenguaje más elaborado, más rico en matices, etcétera. Se suele decir que las redes sociales no multiplican nada, solo hacen más visible lo que antes no se podía ver por falta de difusión. Y esto alcanza a la gente más necesitada de comunicarse que por escribir de acuerdo a las reglas. En las plataformas virtuales yo creo que hay muchos factores a considerar como, por ejemplo, la rapidez con que la gente se comunica, donde lo más importante es que le entiendan a uno y no tanto la corrección con que ha de escribir, aun sabiendo escribir bien. Por ese lado, hay un retorno a la oralidad en nuestra época, donde los gestos, los emojis y otros signos vuelven a estar de moda, como ya lo estuvieron en las cavernas hace unos 36.000 años, según algunos estudios arqueológicos.
–¿Cómo evalúa el rol de los medios de comunicación en cuanto a las prácticas lingüísticas?
–Los medios de comunicación siempre han utilizado la forma estándar de la lengua, es decir, la de prestigio, tratando de evitar incluso los localismos (palabras que solo se entienden en un lugar) en la comunicación con la gente. Por ese lado, la función didáctica y de difusión del “buen hablar” es innegable en los medios de comunicación, aunque en los últimos años las redes sociales les hacen una fuerte competencia. Los medios digitales creo que tienen sus pros y contras, porque a veces dejan pasar cosas que nos hacen pensar que no pasaron por un corrector, como en los viejos tiempos. El dominio de una lengua, en sus posibilidades más completas, lastimosamente es producto de un esfuerzo personal y constante, y no se puede transferir o heredar a otro.
BILINGÜISMO
–¿Cuáles le parece que son las principales particularidades del castellano paraguayo respecto a otras variantes americanas y la peninsular?
–El bilingüismo en Paraguay tiene características muy particulares. El padre Bartomeu Melià escribía que el guaraní fue la lengua española de Paraguay en tiempos de la Colonia. De entrada parece un sarcasmo, pero históricamente, no tanto. Aplicando a la realidad de entonces, quiere decir que los colonos españoles absorbieron la lengua guaraní y la hablaron junto con sus descendientes, hispanizándola aceleradamente, tanto en su base cultural como en lo lingüístico, como efectivamente ocurrió. Mientras que la lengua española se reducía a la forma escrita, a cuestiones de la administración pública, una educación de élite y los negocios formales. La exposición a la forma hablada del español era muy difícil para la gente, la práctica oral, en un entorno donde todo el mundo hablaba guaraní y no existían los medios de comunicación. Es lo que técnicamente se llama hoy día la diglosia. El bilingüismo paraguayo nació diglósico por esta realidad del uso dispar de los dos idiomas. De ahí que se ha señalado en el castellano paraguayo su marcado conservadurismo, es decir, algunos vocablos y giros se siguen usando aquí, mientras que, en otros lugares, ya no.
–¿A qué se debe esto?
–Para esto juega mucho también el papel del guaraní, que conserva muchas formas antiguas del español y los hablantes bilingües las volvemos a usar hablando en castellano, completando un círculo donde se conservan esas formas antiguas. Hace poco escuché decir a un joven hablando en castellano, en un medio de comunicación, que él “no le debe fineza a nadie”, pero “fineza” es una reacuñación del guaraní, porque en el castellano ya está en desuso en este sentido. En España, un profesor de la universidad donde yo estudiaba se maravillaba de que en Paraguay (y en algunos otros lugares de América) se siga usando la palabra “predio”, por ejemplo, ya que, por lo que él manifestaba, en España hace mucho tiempo dejó de usarse.
INFLUENCIA RECÍPROCA
–¿Cómo calificaría la interferencia del guaraní en el español paraguayo?
–El contacto entre el castellano y el guaraní ha sido intenso y extenso en el tiempo, pues ya llevamos cinco siglos conviviendo entre ambas lenguas. Entre nuestros dos idiomas ha habido una influencia recíproca en todos los aspectos lingüísticos, es decir, el guaraní ha entrado en el español y viceversa. En el léxico, el sonido y la estructura del castellano paraguayo hay huellas del guaraní en todos los niveles sociales de uso. Es decir, prácticamente los hablantes de todas las clases sociales utilizamos algo de guaraní hablando en castellano, pero la mayoría no nos damos cuenta. Y el guaraní fue alterado en gran medida por el castellano, fonológica y gramaticalmente, pero sobre todo en la base cultural de la lengua es donde la influencia del castellano ha sido mucho mayor. Prácticamente, desde el primer momento de la colonia española el guaraní precolonial fue vaciado de los significados que tenían las palabras en el contexto indígena y se fue “recargando” de la nueva cultura colonial, completamente hispánica. Las palabras guaraníes quedan, pero el contenido ya es otro.
–¿Español paraguayo y yopará pueden tomarse como términos equivalentes o son dos cosas distintas?
–Primero tendríamos que objetivar un poco a qué llamamos yopará y para eso no hay nada mejor que recurrir a la fuente o el significado más antiguo que tiene la palabra. El yopará es una comida típica paraguaya en la que se mezclan el locro, el poroto (o el poroto-manteca), las verduras (a veces lleva también carne) y, casi siempre, queso. Lo que podemos rescatar del significado de la comida en el campo lingüístico es que los elementos son distintos, diferenciables en el todo, y juntos hacen el yopará. En principio y en general, todas las lenguas son un yopará en el sentido señalado. Cada lengua se compone de capas (algunos comparan la lengua con la cebolla) y depende de los acontecimientos de su historia para incorporar los cambios. Por ejemplo, en este sentido, un país conquistado por una potencia extranjera que habla otra lengua, de seguro que la lengua local acusará ese evento, incorporando nuevas palabras, nuevos giros, nuevas modas, hasta incluso puede desaparecer (como efectivamente lo hicieron las lenguas europeas que antecedieron al latín).
–¿Cuál es el peso y aporte de América en la evolución y reconocimiento mundial del idioma español?
–La yoparización de las lenguas depende en gran medida de su extensión o hegemonía. No hay yopará más grande que una lengua hegemónica, como el español o el inglés, porque no solo las lenguas de los conquistados reciben influencias, sino que las de los conquistadores hacen lo mismo que las de los conquistados y su lengua termina enormemente enriquecida por efecto de la colonización. En este sentido, el español ha recibido las “capas” de las lenguas indígenas, en su léxico sobre todo, tras su largo periodo de conquista y colonización de América. Algunos hablan de unas 7.000 palabras nuevas que entraron de las lenguas indígenas al español.
ORALIDAD Y ESCRITURA
–Haciendo un balance entre lo normativo y la pragmática, ¿le parece que los paraguayos hablamos mal y escribimos peor?
–En Paraguay, sobre todo desde nuestra independencia de la corona española, nunca se asumió el bilingüismo paraguayo o, más exactamente, nunca se asumió la existencia del guaraní desde la sociedad civil y el Estado, a los efectos educativos, de la comunicación y, sobre todo, como factor de desarrollo humano. Yo suelo decir –y parece un trabalenguas– que en Paraguay siempre hemos hablado una lengua que no escribimos y escribimos una lengua que no hablamos. Y en esta situación, obviamente, no podemos escribir bien o hablar bien ninguna de las dos lenguas. Históricamente, el guaraní es la lengua en la que casi todos los paraguayos nos comunicamos por más tiempo a lo largo de nuestras vidas, es la lengua del entorno familiar (razón por la que no ha desaparecido). Y justamente en esta lengua de mayor significación para la construcción de la personalidad, de la identidad personal y social, en esta lengua somos analfabetos. Es decir, Paraguay es un país analfabeto en su lengua propia, lo cual no se puede revertir solo por pasar a la otra lengua.
–¿Por qué nos cuesta tanto el español al punto de que en los exámenes de ingreso a las universidades es considerada la materia “colador”?
–En parte por lo dicho precedentemente, aunque actualmente haya una masiva exposición al español a través de los medios de comunicación y las redes sociales, el guaraní sigue siendo la matriz de nuestra comunicación diaria, aun hablando en castellano. El aprendizaje comparado de nuestras dos lenguas sería un método bastante más ameno para aprender el castellano o también el guaraní. Hace algunos años, un alumno mío de la cátedra de guaraní en una universidad privada me dijo que por fin a través del guaraní aprendió, habiendo pasado la primaria y la secundaria sin haberlo logrado, qué significan los verbos transitivos e intransitivos.
–¿Qué se podría o se debería hacer para mejorar la enseñanza y el aprendizaje del español en la escuela y colegios?
–La naturalidad es la mejor maestra del aprendizaje de cualquier idioma. Hasta ahora la ciencia no puede dar con todos los factores que hacen, por ejemplo, que el aprendizaje de la lengua materna sea tan perfecto por parte de todos nosotros. Nadie tiene error en el aprendizaje de la primera lengua, que se da en el entorno más natural que tenemos los humanos, la familia. Así que el aprendizaje de cualquier lengua debería imitar este entorno. Eso sí está probado científicamente.
PERFIL
Domingo Adolfo Aguilera Jiménez (José Fassardi, Paraguay, 1967). Investigador lingüístico y cultural independiente, periodista, escritor y docente. Sus trabajos se centran en el bilingüismo paraguayo y el mestizaje cultural guaraní-castellano, las lenguas de inmigración de Paraguay, las lenguas y culturas tupí-guaraníes, entre otros temas.
Publica regularmente artículos científicos en revistas especializadas de distintos países; es autor de unos cuarenta títulos, publicados en los últimos 25 años, que abarcan recopilaciones en lengua guaraní, poemas, una novela, un ensayo, traducciones y materiales didácticos.
Entre 2008 y 2013 obtuvo los títulos de máster y doctor en Filología Hispánica en la Universidad de Valencia, España. Asimismo, es graduado en Lengua Guaraní y Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Asunción (1989-1995).
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Libro con diamantes de “Desayuno en Tiffany’s” cuesta USD 1,5 millones
Una edición del libro “Desayuno en Tiffany’s” cubierta con un millar de diamantes está a la venta en Nueva York por 1,5 millones de dólares para marcar el centenario del nacimiento de su autor, Truman Capote. El ejemplar está expuesto en la Feria Internacional del Libro Antiguo de Nueva York, en el corazón de Manhattan.
“Las calles de Londres están pavimentadas de oro, las de Nueva York están pavimentadas de platino y diamantes”, dijo a la AFP Kate Holland, artista británica que ha encuadernado en cuero y recubierto con 1.035 diamantes y un zafiro el único ejemplar autografiado por Capote de su célebre novela “Breakfast at Tiffany’s” (1958).
Holland realizó el trabajo durante tres años junto a los joyeros británicos Bentley & Skinner para un librero de lujo estadounidense, Lux Mentis. Presentada en una jaula de ébano, la obra de Capote (1924-1984) se ofrece por 1,5 millones de dólares sin subastas ni negociaciones.
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La alineación de diamantes representa una parte del mapa de Manhattan, la gran isla de Nueva York. Y el zafiro está colocado en la esquina de la Quinta Avenida y la calle 57, donde se encuentra la legendaria tienda de la joyería estadounidense Tiffany, que reabrió sus puertas en 2023 bajo el control del gigante mundial francés de lujo LVMH.
Emblema del lujo neoyorquino desde 1940, Tiffany quedó inmortalizada por la película “Brekfast at Tiffany’s” (1961), adaptada del libro homónimo, dirigida por Blake Edwards y protagonizada por Audrey Hepburn y George Peppard (“Desayuno con diamantes” en España y “Diamantes para el desayuno” en América Latina).
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La comedia romántica y el libro, más oscuro, cuentan la vida de Holly Golightly, una joven mundana y caprichosa que vive de sus encantos en Nueva York y sueña con casarse con un multimillonario que la cubra de joyas. Para Kate Holland, la novela es una “historia de amor con Nueva York”, centro global de las artes, el lujo y las finanzas.
Y aunque la artista admite no sentirse “cómoda” con el millón y medio de dólares solicitado, cree que el libro puede ser un “objeto de arte” para exponer, en lugar de permanecer “guardado en una caja o colocado en un estante”.
La obra y la vida de Capote, tan famoso por sus escándalos como por sus escritos, han sido adaptadas a la pantalla desde su muerte el 25 de agosto de 1984 en Los Ángeles, un mes antes de cumplir los 60 años. La última de estas versiones es una serie de 2024, “Feud: The Betrayals of Truman Capote”, de Gus Van Sant, con Tom Hollander, Naomi Watts, Diane Lane y Demi Moore.
Fuente: AFP.