Durante 10 días, hasta el 10 de septiembre, desfilarán por el legendario Lido veneciano autores veteranos como el mexicano Alejandro González Iñárritu y el estadounidense Darren Aronofsky, al lado de jóvenes casi desconocidos que debutan en las distintas secciones.

El festival de cine de Venecia abrió con el filme “White Noise” (”Ruido de fondo) del reconocido director y guionista Noah Baumbach, basado en la novela del célebre escritor estadounidense Don DeLillo.

La película, producida por Netflix --presente con cuatro filmes y una serie--, protagonizada por Greta Gerwig y Adam Driver, aspira al máximo galardón, que será otorgado por un jurado encabezado por la actriz Julianne Moore. En total 23 filmes han sido seleccionados para competir por el prestigioso León de Oro, entre ellos cinco italianos y cinco franceses, dirigidos por reconocidos cineastas.

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México y Argentina en concurso

El aclamado y premiado mexicano Alejandro González Iñárritu, autor de “Birdman”, “Amores perros” y “21 gramos”, compite con uno de sus filmes más personales, “Bardo (o falsa crónica de unas cuantas verdades)”, rodado íntegramente en México.

Por su parte el argentino Santiago Mitre concursa con “Argentina, 1985″, sobre el fallo histórico en contra de las tres primeras juntas militares de la dictadura (1976-1983) con los actores Ricardo Darín y Peter Lanzani en el papel de los fiscales Julio Strassera y Luis Moreno Ocampo.

El director del festival, Alberto Barbera, quien ha condenado la detención de importantes cineastas en Irán, invitó también para la sección oficial a Jafar Panahi, quien cumple condena a seis años de cárcel por “propaganda contra el régimen” iraní, por lo que no podrá estar presente. El reconocido cineasta compite con “Kherst Nist” (“Los osos no existen”).

El certamen dedicará una jornada a Ucrania, como gesto de solidaridad y protesta contra la invasión rusa, durante la cual se proyectará el documental “Freedom on Fire”, de Evgeny Afineevsky, fuera de concurso. También fuera de competición participa el cineasta italiano Paolo Virzi quien presenta “Sequía” con Monica Bellucci en el reparto.

Fiestas y homenajes

No faltará tampoco el desfile de estrellas por el tapete rojo del Lido: Penélope Cruz, protagonista del filme del italiano Emanuele Crialese “L’immensitá”, encabeza la lista, así como la australiana Cate Blanchett, quien encarna a una directora de orquesta en “Tár”, de Todd Field.

El festival marca el regreso tras años de ausencia de Darren Aronofsky con “The whale” (“La ballena”), que se inspira en una obra de teatro y fue realizada en pleno aislamiento por el covid en una misma habitación. Se espera la llegada de la británica Tilda Swinton para lanzar el filme “La hija eterna” de Joanna Hogg, mientras que Colin Farrell será el protagonista de “The banshees of Inisherin”, de Martin McDonagh.

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La película “Blonde” de Andew Dominik, que cuenta la extravagante vida de Marilyn Monroe, con la cubano-española Ana de Armas en el papel principal, será unas de las grandes atracciones. La argentina Laura Citarella y el chileno Fernando Guzzoni competirán en la sección Horizontes, entre las más innovadoras del certamen, mientras el mexicano Carlos Eichelmann Kaiser en Horizontes Extra.

Han sido organizadas varias exposiciones, fiestas y homenajes, entre ellos la entrega de los Leones de Oro a la carrera para Paul Schrader y Catherine Deneuve, mientras vuelven las secciones paralelas como Venezia Classici. Como un homenaje al admirado coreano Kim Ki-Duk, fallecido por coronavirus, Venecia proyectará “Call of God”, su película póstuma.

Homenaje íntimo a México

El mexicano Alejandro González Iñárritu, uno de los autores más talentosos de cine, compitió este jueves por el León de Oro de Venecia con “Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades”, un homenaje íntimo a su país. Aplaudida en su primer pase a la prensa, la película, de tres horas de duración, narra con imágenes deslumbrantes el viaje a México para retirar un premio de un exitoso periodista y documentalista mexicano, interpretado magistralmente por el actor Daniel Giménez Cacho.

“Filmar la película fue como un espejo. Es la reinterpretación emocional de una memoria”, confesó el aclamado cineasta, de 59 años, en la rueda de prensa de presentación. El autor de “Birdman”, “Amores perros” y “21 gramos”, volvió a rodar en su país tras más de 20 años para contar justamente su ausencia, lo que ha significado haberse ido y ser un emigrante de lujo.

“México es un estado mental para mí, cada país es un estado mental”, sostiene el cineasta, que interpreta mitos, se enfrenta a la historia nacional y personal y a la nueva realidad tras su partida. El viaje del periodista sirve de pretexto a Iñárritu para sumergir al espectador en sus recuerdos, en sus miedos, en su pasado, pero también en su presente, con su violencia, sus discriminaciones, sus asesinatos de mujeres.

Imágenes deslumbrantes, sueños reveladores

Con escenas oníricas, entre sueño y realidad, se entra en el laberinto de su memoria, donde afloran dolores, como el regreso al vientre de la madre del hijo que no quiso vivir en este mundo, una imagen más que sorprendente. “No es un filme autobiográfico”, sostiene el director, pese a que reconoció en la rueda de prensa que este jueves resultaba una fecha especial para su familia.

“El 1 de septiembre de 2001 dejamos México y nos fuimos a vivir a Los Ángeles, con gran ilusión. Nos fuimos por un año y ya han pasado 21″, confesó al hablar del tema que inspira todo el filme. “Esta película, a diferencia de las otras, no la hice con la cabeza, la hice con el corazón y por ello el parto es más sensible pero también muy liberador”, reconoció G. Iñárritu.

Producida por Netflix --presente con cuatro filmes y una serie--, el filme aspira al máximo galardón, que será otorgado el 10 de septiembre por un jurado encabezado por la actriz Julianne Moore. “Agradezco el apoyo y la libertad absoluta que me han concedido”, afirmó el cineasta, quien llevaba siete años sin filmar un largometraje.

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“Cada vez me interesa menos la realidad en el cine (...) La realidad es el limbo”, asegura tras rendir homenaje a los maestros del cine que lo han inspirado: Luis Buñuel, Federico Fellini, Alejandro Jodorowski, Roy Anderson. “Son maestros que nos han enseñado a usar los recursos del cine como algo liberador”, confesó al hablar de los sueños, que si bien aparecen en forma caótica son en la película fruto de una puesta en escena precisa. “Todo estaba muy claro. No había nada improvisado”, contó.

La película compite junto con otros 22 filmes entre ellos 5 italianos y 5 franceses, dirigidos por reconocidos cineastas. Otro latinoamericano, el argentino Santiago Mitre, compite el sábado con la película “Argentina, 1985″, sobre el fallo histórico en contra de las tres primeras juntas militares de la dictadura (1976-1983).

Las revueltas en Francia

Con un filme político y a la vez espectacular, el francés Romain Gavras aspira este viernes al León de Oro de Venecia con “Athena”, sobre la revuelta de los jóvenes de las periferias de París narrado como una tragedia griega.

Con el tono y la fuerza del padre -- el legendario cineasta político griego Costa-Gavras --, Romain Gavras, de 41 años, describe con un ritmo intenso la espiral de violencia imparable que se desata en esos barrios marcados por la marginalidad, la emigración, el racismo y el conflicto social.

El destino de tres hermanos se cruza tras la muerte del hermano menor, aparentemente víctima de abusos de la policía, en una suerte de tragedia moderna, dominada por los sentimientos de odio, horror y también compasión.

En una ciudad al borde de estallar, con cientos de jóvenes negros y magrebíes de las ‘banlieues’ en pie de guerra, Abdel (Dali Benssalah), miembro del ejército, intenta calmar a la gente y apelar a la justicia, mientras que el mayor Moktar (Ouassini Embarek), traficante de drogas, busca salvar su negocio y el más joven, Karim (Sami Slimane) lidera la revuelta como un moderno Espartaco de cabellos largos.

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“La idea no es mostrar a los malos y a los buenos. Al contrario, es mostrar que el asunto es más complejo de lo que parece”, explicó el director a la AFP. La película, rodada en los suburbios de París, no quiere tomar partido y ha sido filmada como si se tratara de una guerra.

Algunas secuencias son notables, como la defensa del barrio-castillo, el ataque de la policía, el desalojo de los habitantes y el enfrentamiento entre hermanos. Además de la violencia cruda, Gavras aborda un argumento explosivo, que genera polémica, al denunciar no sólo los abusos de la policía, pero también la infiltración de la ultraderecha y pide que de alguna manera se encuentre una salida de fondo.

“Athena” resulta el emblema de una Francia dividida, racista, al borde de la guerra civil, incapaz de convivir con sus contradicciones. “La ambición de la película es mostrar que hay fuerzas en la sombra que quieren la guerra. Hoy la extrema derecha es la fuerza que más instiga”, aseguró el director en rueda de prensa. “Son imágenes, no tengo una solución, no soy un político”, explica Gavras, quien compite con su tercer largometraje. Conocido por sus videoclips, el realizador forma parte de un colectivo informal de cineastas que trabaja desde 1990 en esos barrios populares.

Fuente: AFP.

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