Con el lema “Leer sana”, la 17ª Libroferia Encarnación iniciará el miércoles 1 y se extenderá al domingo 5 de septiembre, en las instalaciones del Campus Urbano de la Universidad Autónoma de Encarnación (UNAE), ubicadas en Padre Kreusser e Independencia Nacional), de la ciudad capital de Itapúa.
Esta edición rendirá homenaje a la escritora y propulsora de la Libroferia Encarnación, Nila López, fallecida el 19 de abril pasado. La conocida autora ha sido una gran colaboradora en la iniciación y consolidación de este evento desde su rol como directora de Fomento del Libro y la Lectura del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC).
Desde el año 2000, López realizó talleres de formación para promover la lectura en futuros maestros del Instituto Divina Esperanza y otros. Organizó año a año la venida de escritores, libreros y editores y acompañó activamente la realización de las primeras ediciones de la Libroferia Encarnación.
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Libros paraguayos
El programa ofrecerá una feria de libros paraguayos en el acceso al campus, en horario de 8.00 a 20.00. La agenda cultural contempla actividades presenciales: presentaciones de libros, teatro, música, talleres, para todas las edades. También se podrá participar desde casa ya que todas las actividades de la agenda cultural serán transmitidas por Conecta UNAE, en su canal de YouTube y Facebook Live.
Participarán escritores desde Suiza, México, Ecuador, Argentina y Paraguay. Se destaca en el programa la inauguración de espacios públicos de lectura propiciados por la Municipalidad de Encarnación, en la Plaza Augusto Roa Bastos y Paseo de los Teros, donde se podrán descargar materiales de lectura a través de códigos QR. Asimismo, se ofrece una plataforma de ventas online con una inmensa variedad de libros y las mejores librerías asociadas a las 3 cámaras del libro de Paraguay.
Bajo pandemia
La Libroferia Encarnación, realizada ininterrumpidamente en la Plaza de Armas de Encarnación desde 2005 hasta el 2019, y en el 2020 y 2021 en modalidad virtual-híbrida, es la culminación de una serie de actividades de promoción de la lectura que inician el 23 abril de cada año, en ocasión el Día Internacional del Libro y los Derechos de Autor.
Entre las acciones se encuentran el concurso de animadores de la lectura “Conectate a la Libroferia Encarnación” (nominación adoptada en tiempos de pandemia), anteriormente llamado “Vamos a la Libroferia Encarnación” y el Concurso de Cuentos Cortos “Jóvenes que cuentan”. Ambos concursos tendrán su cierre y premiación durante la 17ª Libroferia.
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De interés educativo y cultural
La feria es organizada por la Universidad Autónoma de Encarnación y el Instituto Superior de Educación y Colegio Divina Esperanza desde el año 2005. Se describe como proyecto de extensión universitaria, enmarcado en la responsabilidad social que tiene por objetivo principal promover el libro, la lectura y a los escritores. Busca ampliar los espacios de acceso a la educación y la cultura como derechos humanos universales.
La 17ª Libroferia Encarnación cuenta con declaración de interés educativo por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), de interés cultural por la Secretaría Nacional de Cultura, de interés educativo departamental por la Dirección Departamental de Educación de Itapúa, de interés departamental por la Gobernación de Itapúa y de interés municipal por la Municipalidad de Encarnación.
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Encuentran escopeta con la que dispararon a un sexagenario para robarle G. 7 mil
La Policía Nacional encontró el arma de fuego con el que un delincuente disparó a un hombre de 69 años para robarle 7.000 guaraníes en el departamento de Itapúa. La víctima recibió el proyectil en una de sus piernas y ya se encuentra fuera de peligro.
Según el reporte policial el asalto se reportó el pasado domingo 12 de mayo, cuando el hombre iba camino a su casa ubicada en el barrio San Pedro de la ciudad de Encarnación, pero ayer miércoles lograron encontrar el arma que fue abandonada en una zona boscosa en inmediaciones de donde ocurrió el hecho.
La víctima identificada como Martín Alonso Aquino, de 69 años, indicó que el hombre salió desde la zona boscosa y que le intimó para que entregase el dinero, pero él solo llevaba G. 7 mil. Esto enfadó al asaltante que percutió un disparo que dio en la pierna de la víctima, que cayó al suelo, mientras el delincuente huía.
El hombre fue auxiliado y llevado hasta el Hospital de Encarnación donde fue atendido y se encuentra estable. Se presume que el supuesto autor sería un hombre que acaba de salir del penal de la zona y que es muy peligroso. Sin embargo, hasta el momento sigue prófugo y estaría oculto en el monte.
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“Se encontró un arma de fuego tipo escopeta de fabricación casera con la que se produjo el robo agravado. El arma fue encontrada a unos cinco metros de un camino vecinal que conduce hacia la zona de Cuatro Potrero”, dijo el oficial Víctor Rodas, en entrevista con la corresponsal de Nación Media.
Explicó que en el lugar también se encontraron tres cartuchos sin percutir y que el presunto autor aparentemente elige a sus víctimas al azar ya que ese mismo día otra persona también fue víctima del asalto. “La zona es usada como posible aguantadero por los malvivientes teniendo en cuenta la zona boscosa”, detalló.
Resaltó que ese día la otra persona fue despojada de G. 80 mil, pero no se utilizó el arma de fuego. “Seguimos con las investigaciones y esperamos dar con el paradero del supuesto autor del cual ya tenemos la descripción, sería una persona de la zona y que fue puesta en libertad hace unos dos meses”, apuntó.
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Falleció Alice Munro, Premio Nobel de Literatura en 2013
La escritora canadiense Alice Munro, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2013 y fallecida a los 92 años, se volvió célebre por sus relatos cortos sobre mujeres y basados en la vida rural en Ontario, lo que le valió ser comparada con Chéjov. La Academia de Estocolmo la calificó de “maestra de la narración breve contemporánea” y elogió “su sutil narración, que se caracteriza por la claridad y el realismo psicológico”.
A pesar del éxito y de una cosecha impresionante de premios literarios, la autora de “Lejos de ella” (llevada al cine en 2007 por Sarah Polley con Julie Christie y Michael Murphy) y “Demasiada felicidad” (2009) mantuvo un bajo perfil, a imagen de sus personajes, esencialmente mujeres, en los que jamás puso de relieve la belleza física. Probablemente un reflejo de las influencias puritanas que marcaron su infancia.
Candidata al máximo galardón literario durante mucho tiempo, la historia cuenta que aquel año Munro se quedó dormida, olvidando que el premio Nobel iba a ser otorgado al día siguiente. Y la Academia sueca se encontró con la grabación de su contestador telefónico antes de lograr hablar con ella.
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Los temas y el estilo de la autora de “El Progreso del amor” (1986) y “Secretos a voces” (1994), marcado por silencios y por la presencia de un narrador que explica el sentido de los acontecimientos, le valieron ser conocida como la “Chéjov de Canadá”, en referencia al escritor ruso Antón Chéjov.
“No es una escritora mundana, se la ve raramente en público, no asiste a los lanzamientos” de libros, comentó en su momento David Homel, escritor, traductor y crítico literario estadounidense que reside en Montreal. Nacida el 10 de julio de 1931 en Wingham, en el oeste de la provincia de Ontario, conoció de cerca a la sociedad rural. Su padre, Robert Eric Laidlaw, era un criador de zorros y aves de corral y su madre fue maestra de escuela.
Ya en su adolescencia, decidió transformarse en escritora, un camino del que no se desviaría en toda su vida. “No tengo ningún otro talento, no soy una intelectual y me desempeño mal como ama de casa. Nada podría venir a perturbar lo que yo hago”, dijo Munro hace años. Su primera historia, “The Dimensions of Shadow”, se publicó en 1950 mientras estudiaba en la Universidad Western Ontario.
Sin demonizar a los hombres
Fue durante sus estudios cuando conoció a James Munro, con quien se casó en 1951 y se trasladó junto a él a Vancouver (oeste de Canadá). La pareja tuvo cuatro hijos. En 1963, se instalaron no lejos de allí, en Victoria, y abrieron la librería ‘Munro’s Books’, un establecimiento que alcanzó fama en Canadá y Estados Unidos.
Recibió el Premio del Gobernador general por su primera recopilación de cuentos, “Dance of the Happy Shades” (La danza de las sombras), publicada en 1968. Le siguieron otros galardones nacionales, sin contar varias recompensas en el extranjero. Sus cuentos, a menudo basados en la vida simple del condado de Huron, en Ontario, se publicaron en exitosas revistas como The New Yorker y The Atlantic Monthly.
“Ella escribe sobre mujeres y para mujeres, pero no demoniza a los hombres”, precisó David Homel. Tras su divorcio en 1972 se instaló como “escritora residente” en la universidad de Western Ontario. En 1976 se casó nuevamente con Gerald Fremlin, un geógrafo fallecido en abril de 2013 y con quien vivió en su provincia de origen.
Una de sus novelas, que fue adaptada para cine por Sarah Polley en 2007 y tuvo como protagonista a Julie Christie, obtuvo dos nominaciones para los premios Óscar, y fue reeditada con el mismo título que la película: “Away from Her” (Lejos de ella).
En 2009, recibió el prestigioso galardón Man Brooker Internacional Prize antes de revelar que había vencido un cáncer, una enfermedad que afectó a una de sus heroínas en un relato publicado en febrero de 2008 en The New Yorker. Munro sufrió de demencia en los últimos años de su vida y falleció el lunes por la noche en una residencia de cuidados para personas mayores en Ontario, según la prensa canadiense.
Fuente: AFP.
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Mujer y sus hijos pequeños viven en un auto abandonado tras ser echados por la suegra
Esta semana se dio a conocer el caso de una joven madre que vive en un automóvil abandonado junto con sus dos hijos pequeños en el departamento de Itapúa. La mujer asegura que tomó esa decisión luego de que fue echada de la casa por su suegra y que no tiene familiares o conocidos para refugiarse.
La mujer con ayuda de los vecinos consiguió ropas y mantas para proteger a sus hijos, además, todos los días recibe ayuda con alimentos, pero no es la mejor forma de vivir para dos niños pequeños. Lamentablemente no tiene trabajo y tampoco la forma de pagar por un lugar donde quedarse.
“Una mujer y sus hijos menores viven en un auto en el barrio San Isidro de Encarnación”, expresó el comunicador Fabián Sánchez Trinidad, quien compartió en sus redes sociales un video mostrando la situación. Apeló a la solidaridad de los pobladores encarnacenos para poder ayudar a la mujer.
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Afirmó que la joven le indicó que vivía en la casa de su suegra, pero que esta la sacó de ahí por diferencias entre ambas y se quedó en la calle. “La mujer explicó que vivía en la casa de su suegra, pero sin compasión les quitó de la vivienda dejándolos en la calle”, refirió.
Agregó que la mujer tiene ganas de trabajar, pero que no tiene donde dejar a sus hijos, que tienen entre 1 a 3 años. Al quedar en la calle, vio que el automóvil estaba bajo un árbol desde hace tiempo y decidió convertirlo en su casa. “Son de muy escasos recursos, no tiene para pagar alquiler”, detalló.
En el video se puede ver que los niños duermen en la parte trasera del auto, que fue limpiado y acondicionado por su madre para que sea más acogedor. En tanto que, en frente es usado para guardar algunas pertenencias. Las personas interesadas en ayudar pueden contactar al número 0984 035-128.
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“Hay poco entendimiento sobre la importancia de la cultura para construir tejido social e identidad propia”
En esta edición del programa “Expresso”, emitido por GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe a Marcelo Tolces, director, guionista y gerente general de contenidos de Nación Media. En este diálogo analizan los actuales formatos de contar historias y reflexionan sobre la actualidad del cine paraguayo. Tolces afirma que, a pesar de los avances, hay una deuda pendiente no solo con el cine paraguayo, sino en reconocer la importancia de fomentar todas las expresiones artísticas para el desarrollo cultural de una nación.
- Fotos: Emilio Bazán
–Admiro mucho lo que hacés, “18 cigarrillos y medio”. Todo lo que estás haciendo en la tele con “Noche de furia”, “Papucho reporter”.
–”Papucho reporter” es uno de los contenidos que más orgullosos nos pone realmente. Cuando encontrás la figura correcta para el contenido exacto.
–¿Por qué no escribís literatura?
–De hecho que es mi área de entrenamiento, hacer una diplomatura de literatura creativa, supongo que una de mis áreas de conocimiento o de influencia. Creo que en el día a día es imposible ahora mismo. Intenté hacer artículos en La Nación de cine más light, pero el tiempo no daba para escribir semana a semana. Creo que hay poco espacio en el mundo moderno, que está cambiando rápidamente. Creo que la novela como tal, que para mí fue el género narrativo más influyente en la historia de la humanidad, que fue gigantesco en el siglo XIX, de muchísima experimentación, cambio e influencias en el siglo XX, difícilmente encuentra un lugar en el siglo XXI, son otros tiempos, otra concentración, otra tensión de la que los tiempos cambiaron. Entonces creo que hay una realidad de por qué la novela nació en el momento que nació, acompañó todo este proceso de iluminismo, de democracia, intelectualidad y también como en 1980 la mayoría de los filólogos y los mismos novelistas decían que la novela estaba muerta y aquí ya no había un lugar para experimentar, a dónde llevarle después de todos los lugares a los que se les llevó en el siglo XX, flujo de conciencia, primera persona, segunda persona, etc.
LIBERTAD DE CREACIÓN
–A mí no me jode que las cosas desaparezcan, lo que me jode es que las cosas no se reemplacen.
–Yo en muchas cosas soy más pesimista, en ese lado sí soy más optimista. Para mí la necesidad de compartir experiencias, conocimientos, relatos, historia, todo eso podía ser la novela, que para mí es el mayor género de la literatura, el más libre, el más experimental, podés hacer lo que quieras. Podés contar una historia, podés cortar un capítulo y hacer un ensayo. Tenés completa libertad para crear lo que quieras. Yo creo que de alguna manera esa información se sigue distribuyendo que si buscás en redes sociales hay creadores de contenido digital y especialmente la línea de los estandaperos y comediantes. Creo que el novelista moderno es el estandapero. O sea, el novelista te mostraba la ironía y la falta de sentido en cosas de la vida, desarrollaba ideas contándote una historia. Y yo creo que el estandapero sigue haciendo eso de una manera muy autobiográfica. Sí está reemplazado en el hábito, pero quizás la novela te dejaba algo más. Creo que el motivo real de por qué cualquier régimen totalitario quemaba libros es porque los libros tienen la capacidad de cambiar a la gente. No sé si ver un clip de cinco minutos se te queda de la misma manera.
–No veo otra literatura más allá de los géneros clásicos como la novela, el guion. Si va a ser del nicho, deja de ser cultura en términos de cultura como un fenómeno...
–Formador de mirada y opinión y de influir, correcto. Si pensás hoy quiénes son las superestrellas de la literatura porque en el siglo XX sí hubo y mucho de (Ernest) Hemingway, (William) Faulkner, (Milan) Kundera, (Jean-Paul) Sartre era una estrella pop, o sea en el nivel de celebridad estoy hablando, no quiero decir que sea superficial. A lo que me refiero con eso es que somos una especie de civilización exitista que siempre tuvo la necesidad de tener héroes y figuras. Si pensaba en los primeros 1.500-1.800 años siempre esas figuras fueron militares o casi siempre, un par de filósofos en Grecia, un par de matemáticos, etcétera. Y en el siglo XIX Víctor Hugo, Dumas, los rusos (León) Tolstói, (Fiódor) Dostoyevski eran estrellas, eran celebridades en la capacidad de atención que generaban en la gente y de influencia que tenían en la manera de ver el mundo específicamente en esos momentos.
–¿Qué cosas contaban las historias de antes y qué cuentan las de hoy?
–Me acuerdo en una clase que decían que había cuatro historias nomás. Una ciudad sitiada, un amor imposible, una guerra, no me acuerdo cuál era la cuarta. Yo creo que el tipo de historia sigue siendo el mismo, pero el tono y la mirada con las que contamos esa historia cambió fundamentalmente mucho más en el audiovisual, pero también en la literatura, que todo se volvió mucho más meta. Estaba estudiando cine en la época de las películas de Charlie Kaufman, de John Gavin Malkovich, “Adaptation”, como una de las voces más fuertes de esa línea. Lo que digo es que somos una cultura, una civilización tan influenciada por sus propias historias, especialmente en el arte pop, audiovisual, cine y televisión, especialmente influenciando en cine y televisión, que las historias de hoy ya no pueden obviar eso. Ya necesitan ser metas. Ya no hay una historia de amor moderno creíble en la que no vaya a haber referencias a películas o a series, o donde ya no estés asumiendo que ciertos personajes te influyan de alguna manera. Y eso sí creo que es muy poderoso, ¿verdad? Creo que nunca hubo una sociedad tan autoconciente de eso como la de ahora, tan referencial, digo en la misma vida.
RELATOS
–¿Qué es lo que se resguarda con las historias de hoy?, ¿cuál es la hostilidad del mundo al que se enfrenta la literatura o la construcción de historias de hoy?
–Yo quiero separar más cosas porque sí creo que nunca una época con las herramientas de control masivo, marketing, publicidad, narrativa periodística, nunca el relato estuvo tan presente, nunca el relato estuvo tan intelectualizado, teorizado como una manera ya sea instalar una mirada, la guerra de relatos en la política.
–¿Cuáles son las cinco películas que llevarías a una isla?
–Películas que sean fáciles de que puedes ver una y otra vez, que son películas que no necesariamente se sostienen en su historia, se sostienen en otros elementos estéticos que hacen que puedas ver una y otra vez. Te diría número uno “Dazed and Confused” (1993) de Richard Linklater. Llevaría a “Annie Hall” (1977) de Woody Allen, “8 y medio” (1963) de (Federico) Fellini, algo de (Steven) Spielberg por lo espectacular y que es fácil de ver una otra vez, creo que “Rescatando al soldado Ryan” (1998). Y la quinta tiene que ser algo que realmente me haga reír una y otra vez, “This Is Spinal Tap” (1984, de Rob Reiner).
–¿La dirección de cine cambió en todo este derrotero, su rol, su protagonismo, su impronta?
–Una industria en el mundo que genera demasiado dinero siempre tiene mucha innovación. La revolución tecnológica y técnica de los últimos 20 años fue impresionante. Y atrae mucho talento de gente que todo el tiempo está innovando, cambiando maneras de contar.
CINE PARAGUAYO
–¿Hay cine paraguayo?
–Hay cine paraguayo, hay grandes directores de cine paraguayo.
–Contame qué es lo primero que viste con el sello de cine paraguayo.
–”Hamaca paraguaya”, que es un peliculón.
–¿Es lo primero que viste? ¿No viste “Cerro Corá”, por ejemplo?
–Vi “Cerro Corá” un 1 de marzo cuando transmitimos en GEN. Es muy rudimentario. No le pondré al mismo nivel que “Hamaca paraguaya” o “Las herederas” o “7 cajas”. O grandes documentales que se hicieron en los últimos 15, 20 años.
–La desventura del cine paraguayo es el problema del mercado, supongo, ¿no? A pesar de que hoy ese mercado se ensanchó.
–Es una industria muy cara, hacer una película requiere mucha inversión, aunque ahora hay una ley de cine.
–Probablemente ese sea el problema principal, de financiamiento.
–Obvio. Yo creo que hay cuatro o cinco países en el mundo, EE. UU., Nigeria, India, China que pueden sostener su industria con el dinero directo del mercado. Absolutamente en todos los otros países está subvencionado. Argentina, Brasil, Inglaterra, Francia, países grandes con mucha tradición y cultura de cine, igual necesitan esa subvención para mantener su cine vivo. Creo que una falta no en específico con el cine, sino en general de nuestro país, es el poco entendimiento de la importancia de la cultura a la hora de construir tanto tejido social como una identidad propia.
–¿El amor sigue siendo un asunto importante para las historias?
–Sí, creo que es clave. Creo que es clave para la vida también.
–¿Cambió la forma de presentar una historia de amor desde “Lo que el viento se llevó”?
–Muchísimo, porque cambió el relacionamiento del mundo. Yo creo que si vas a los 90, la era que a mí me tocó crecer y formarme, creo que fue el punto máximo del amor romántico como religión. Que si pensabas hacia el pasado o históricamente, en la Edad Media había una religión muy clara que movía las acciones. Creo que el relato religioso que durante todo el proceso de la segunda mitad del siglo XX le fue reemplazando la religión fue el relato del amor romántico. Pero creo que eso llegó a su punto máximo en los 90. Yo creo que por cada película que se hacía, cinco eran comedias románticas de alguien que esperaba a esa persona que iba a llegar, que iba a completar tu vida, que iba a hacer que todo funcione, que todo sea excelente.
–Que te va a rescatar antes de tomar el vuelo...
–Era una metáfora exacta de lo que esperan todas las religiones, la vuelta del Mesías o la llegada de Jesús. Es como un pensamiento mágico de que esto va a hacer que todo funcione. Los templos eran las salas de cine que llamaban a esa cantidad de gente, era todo ritualístico, era una experiencia compartida cuando te ibas a una sala.
ÉPOCA RADICALIZADA
–¿Cómo estamos anímicamente hoy? ¿Estamos pesimistas, somos realistas, somos serios?
–Yo creo que es cíclico y voy a aprovechar para meter de vuelta a mi novelista preferido de todas las épocas y posiblemente la persona que no conozco que más influyó en mi mirada, que es Milan Kundera. Su primera novela se llama “La broma”. Él habla del movimiento de la revolución comunista en Checoslovaquia en los 60 y hace una broma y ese era un mundo muy serio como para tomar una broma en chiste, muy radical, muy radicalizado y termina siendo expulsado del partido, expulsado de su trabajo, todo a partir de un chiste, de hacer un chiste en un momento que el mundo perdió el sentido del humor. Yo reconozco esa época en la actualidad, reconozco una época en la que todo está muy radicalizado, ideologizado, pero desde las emociones, no de la razón.
–Ideologizado desde la desideologización, es muy raro. En otro libro habla de que perdimos el debate y nos sometimos a las creencias, que vivimos en una etapa de imposición de creencias. ¿Por qué tanta paradoja entre avanzar y volver?
–Yo creo que son más herramientas de control y cómo se está manejando el mundo. Yo creo que hoy en ningún lado se salva, que de hecho uno se siente sin lado si intenta ubicarse en algún lugar del espectro ideológico. Lo político ya es secundario porque ya vendría como algo posterior, alguien que representa mis ideales o mi manera de ver el mundo. Creo que eso cambió demasiado rápido y creo que responde a otra cosa de la sociedad moderna. Vos más, yo menos, nacimos o crecimos en un mundo de Guerra Fría o de dos miradas opositoras a la vida y hoy se puede ver el mundo como mucho más conectado y no tan segmentado de un lugar al otro, y a la vez está más segmentado que nunca. Y yo creo que eso responde a que una sociedad tan egoísta, pero no estoy siendo crítico, estoy siendo descriptivo. El sistema capitalista empuja eso como algo positivo a la hora de crecimiento, porque llegamos a un punto demasiado extremo. Entonces, esto exige tomar medidas, decisiones o acciones que de alguna u otra manera van a ser nocivas para otra persona, no importa cuál sea. Entonces creo que todos necesitamos más que nunca creer que representamos el lado correcto, entonces no importa lo que hagamos porque estamos en el lado correcto. Entonces la gente se termina radicalizando en un lado para poder cometer acciones negativas y no sentir que es negativo sumado a que en las redes sociales la segmentación te llega solamente las lecturas de tu lado, demonizás el otro lado cualquiera sea.
–Hay una crisis de representación y hay un universo muy grande de personas que descreen de las formas de la democracia.
–Yo creo que es un momento crítico para todas las democracias en el mundo. El activista es el que más cae en el autoengaño. Hoy va a defender una bandera pensando que es parte de su identidad y que es lo único que está bien. Y después, investigás un poco y sabés que si hoy la izquierda defiende a ultranza los derechos de todas las minorías, eso está relacionado a un estudio semiológico en los 90 en Estados Unidos, donde estaban cerrando las industrias y la izquierda se daba cuenta de que su votante, el sindicalista, dejaba de existir porque dejaba de haber fábricas y tenían que generar una nueva estrategia, hicieron estudios de mercado para saber a qué electorados podían atraer primero y les hicieron una estrategia de aglutinar minorías que les termina explotando en las propias diferencias que hay dentro de esas minorías o lo incoherente que termina siendo el defender un sistema que en su necesidad de no discriminar va discriminando de manera positiva.
–Este fenómeno antisistémico se basa en el descreimiento de la fórmula y vale entenderlo también como una herramienta que sirvió para cambios en toda la historia del universo, que es la decepción.
–Yo creo que las decepciones son gran parte de las que forman nuestra personalidad y nuestra mirada. Cualquier área de la experiencia humana que analices son las mismas emociones las que nos mueven, porque estás apuntando a algo político, ideológico. Me decepcionó tal líder, me cambió el partido, cambió mi mirada, ahora quiero ser más activo. Pero realmente a la gran cantidad de personas les mueven mucho menos esas guerras de poder que su día a día, en un espectro de edad sus relaciones amorosas, en otro espectro de edad sus relaciones profesionales. Y la decepción forma una parte muy importante a la hora de formar tu mirada, de aprender qué buscar, qué no buscar, de cerrarte a un tipo de experiencia porque te sentiste muy lastimado o decepcionado cuando tuviste ese tipo de experiencia.
LA TELEVISIÓN
–¿Qué describen los medios, las expresiones culturales de ahora? Ya no existe ver televisión en vivo, ¿no?
–Ya no existe ver en vivo. Yo creo que 18, 25 años para abajo no existe ver televisión luego y quizás sí hay algún tipo de vivo que sigue funcionando como el streaming, pero no a través del aparato televisivo. Yo creo que los cambios son grandes que tienen que ver con demasiadas cosas. O sea, hasta el hecho de tener en tu mano la pantalla es distinto a cómo te sentís con la pantalla. Yo creo que por cada espectador televisivo, hay 1.000 o 10.000 espectadores digitales que solamente consumen a través de las redes sociales.
–Es prodigioso el aprovechamiento no percibido quizás por la propia producción que puede tener cada uno de los programas. Para mí “Noche de furia” es un programa pedagógico al respecto de cómo están funcionando las nuevas generaciones.
–Un programa periodístico que te informa de la actualidad, un programa periodístico que tenemos mucho en GEN, que ironiza sobre la actualidad,o que busca una mirada más lúdica sobre las noticias. Son muy elevados en su búsqueda y en su capacidad de influencia, pero a la larga siento que algo como “Noche de furia”, un programa que te muestra “Aquí estamos y esto somos”, “así vivimos”, “así nos enamoramos”, “así nos relacionamos”, “así nos reímos en esta era específica”. Te gustaría más ver en un archivo, enterarte cuál fue la tormenta política de una semana o entender cómo era la gente en un momento específico en Paraguay donde todo empezaba a cambiar en el comienzo de la inteligencia artificial, en el mundo hiperconectado de los celulares, etc. Creo que tiene mucho valor más allá de si su búsqueda es periodística, investigativa, informativa o cultural.
–Históricamente las radios informaban, la tele confirmaba y el diario generaba el inicio de un nuevo ciclo al día siguiente. ¿La tele es tu elemento de confirmación hasta hoy?
–Sigue siendo la fuente principal de muchos contenidos que se ven en redes y hay mucho contenido que se hace específico para redes.
–En estos días vi en una charla de Jorge (Lanata) y (Mario) Pergolini que hablaban de la berretización de los contenidos periodísticos, de derrocar los informativos y poner paneles, o sea, derrocar la información y poner opinión.
–Muchos de esos programas son producibles con la realidad de hoy en la que hay menos plata para invertir en la producción y en tener gente dedicada a armar un programa. Nosotros tenemos un programa guionado, que es “Silvero”, donde hay a tiempo completo una persona creativa en eso, pero no podemos plantear muchos programas así. La mayoría de los conductores periodistas en la economía actual hacen programas de televisión, radio a la tarde, otro programa y después tienen que grabar videos de influencer. Tampoco tenés ese tiempo para dedicar a la preparación. Entonces, es generar programas con un conductor donde se traen temas y hay un panel de debate que te ayuda a cubrir esa falta de inversión en producción. Hace poco Freddy Villarreal contaba que en algún momento se fue a Mónaco a hacer Figureti en una carrera de Fórmula 1 y había plata en la televisión para poder auspiciar eso. Hoy no se puede ir al pueblo al lado de Buenos Aires. Está fuera de los cánones de producción actual. La gente crece y se conecta de manera distinta con el público amplio. El público amplio de televisión tenía históricamente entre 18 y 35 años. Creo que hoy el promedio de edad del espectador televisivo está arriba de los 50.
“Creo que el novelista moderno es el estandapero. O sea, el novelista te mostraba la ironía y la falta de sentido en cosas de la vida, desarrollaba ideas contándote una historia. Y yo creo que el estandapero sigue haciendo eso de una manera muy autobiográfica. Sí está reemplazado en el hábito, pero quizás la novela te dejaba algo más. Creo que el motivo real de por qué cualquier régimen totalitario quemaba libros es porque los libros tienen la capacidad de cambiar a la gente. No sé si ver un clip de cinco minutos se te queda de la misma manera” .
“Yo creo que hay cuatro o cinco países en el mundo, EE. UU., Nigeria, India, China que pueden sostener su industria con el dinero directo del mercado. Absolutamente en todos los otros países está subvencionado. Argentina, Brasil, Inglaterra, Francia, países grandes con mucha tradición y cultura de cine, igual necesitan esa subvención para mantener su cine vivo. Creo que una falta no en específico con el cine, sino en general de nuestro país, es el poco entendimiento de la importancia de la cultura a la hora de construir tanto tejido social como una identidad propia”.