El actor y director estadounidense Sean Penn fue aplaudido el sábado pasado durante varios minutos al final de la proyección de “Flag day”, película en la que actúa junto a sus hijos, cinco años después de los sonados abucheos que recibió. La estrella de Hollywood asistió al estreno oficial del filme, en liza por la Palma de Oro, con su hija Dylan, protagonista de la historia, y su hijo Hopper Jack, que tiene un papel más secundario.

“Confiamos en el guión, con una historia que podía sorprendernos y que esperemos sorprenda al público”, había declarado el cineasta, de 60 años, a su llegada a la alfombra roja. Basada en una historia real, “Flag day” cuenta la vida de un padre, John Vogel (Sean Penn), que vive de pequeños robos y que no consigue ocuparse de sus hijos.

En 2016, la película de Penn “The last face”, con Javier Bardem y Charlize Theron, fue tan criticada que ni siquiera se estrenó en los cines en Estados Unidos. Penn, ganador de dos Óscar como actor, estuvo presente por primera vez en la competición de Cannes hace un cuarto de siglo con “She’s so lovely”, de Nick Cassavetes, con la que ganó el premio a la interpretación. Con “Flag day” compite por tercera vez como director por la Palma de Oro (“The last face” y “El juramento” en 2001).

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Los “chalecos amarillos” y la fractura social en Francia

“Flag Day” compite junto a otras 23 películas por el máximo galardón, que otorgará el 17 de julio el jurado presidido por el cineasta estadounidense Spike Lee. Hasta ahora, se estrenaron ocho y la crítica ya empezó a posicionarse. “Annette”, el musical con Adam Driver y Marion Cotillard que abrió el martes el certamen, es por el momento la favorita.

Pero “The worst person in the world”, el sutil retrato de una treintañera acechada por las dudas --¿qué estudiar? ¿a quién amar? ¿qué hacer con tanta libertad?--, se plantó como un fiel espejo de los milenials, ganándose la aprobación general. Se trata de la última cinta de una trilogía del noruego Joachim Trier, interpretada por una actriz hasta ahora poco conocida, Renate Reisnve.

El viernes se proyectaron además dos películas basadas en hechos reales y protagonizadas por lesbianas. Aunque aquí acaban las similitudes. La primera, “Benedetta”, el esperado filme del holandés Paul Verhoeven, es un retrato de una monja lesbiana en la Italia del siglo XVII.

Como las protagonistas femeninas de sus películas anteriores “Instinto básico” (Sharon Stone) y “Elle” (Isabelle Huppert), Benedetta, interpretada por la francesa Virginie Efira, desarrolla una capacidad manipuladora que pone patas arriba la congregación en la que habita desde niña.

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“La fractura”, por su parte, rescata el fenómeno de los “chalecos amarillos” en Francia, un movimiento de protesta social que en 2018 puso entre las cuerdas al gobierno. La cinta, dirigida por la francesa Catherine Corsini, recrea un país al rojo vivo: la ira de las clases populares, su divorcio con las autoridades, y rinde a la vez homenaje a las enfermeras, que se dejan la piel en los servicios de urgencias a cambio de mucha precariedad. Todo ello con una buena dosis de humor para hacerlo más digerible.

Por otro lado, la actriz francesa Léa Seydoux, que protagonizó “La vida de Adèle” y aparecerá en el próximo James Bond, podría perderse el festival, donde actúa en cuatro películas, puesto que dio positivo al COVID-19, indicó el sábado un responsable de prensa.

El certamen, anulado en 2020 por la pandemia, se lleva a cabo bajo estrictas medidas sanitarias y todos los asistentes --excepto los europeos vacunados-- deben realizarse un test PCR cada 48 horas. Los organizadores informaron que apenas se han detectado casos positivos. “No hay un foco en Cannes”, aseguró el delegado general, Thierry Frémaux.

Fuente: AFP.

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