Para la edición 35ª del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, la pandemia de COVID-19 tampoco pasó desapercibida, debiendo trasladar buena parte de su programación y actividades especiales a las plataformas digitales, entre el 21 al 29 de noviembre pasados.
Pese a ese marco, hubo participación paraguaya en esta entrega. Por una parte, la crítica, guionista y docente Alexandra Vázquez fue seleccionada para el 3° Taller de Crítica y Jurado Joven, que entregó el Premio de la Crítica Joven a la Mejor Ópera Prima Latinoamericana para “Historia de lo oculto” de Cristian Ponce (Argentina), así como una mención para “Como el cielo después de llover” de Mercedes Gaviria (Colombia, Argentina).
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Paraguaya, de 32 años, Alexandra Vázquez tiene un Máster en Crítica Cinematográfica, es egresada de Aula Crítica (Barcelona) y licenciada en Cinematografía de la Universidad Columbia del Paraguay. Escribe para “El espectador imaginario” de España y para “La pistola de Chéjov”. Es guionista y docente en la carrera de Cinematografía de la Universidad Columbia.
Vázquez fue elegida para esta tercera convocatoria junto a: Karina Solórzano (México), Pablo Roldán (Colombia), Federico Galindo (México), José Manuel Parra Zeltzer (Chile), Florencia Romano (Argentina) y Andrés Suárez (Colombia). En la segunda edición ya había acudido otro paraguayo, Emmanuel Báez, autor de “Cinéfiloz”.
Corto de Rodrigo Gastiaburo
Por otra parte, dentro de la programación del festival hubo un cortometraje paraguayo. En la selección del 34° Premio Georges Méliès Concurso de Cortometrajes participó “Pasadas por agua”, de Rodrigo Gastiaburo. Además, vale recordar que el jurado de este premio tuvo a la cineasta paraguaya Paz Encina (“Hamaca paraguaya”) como presidenta, acompañada por Mercedes Morán, Benjamín Ávila, Ariel Winograd, Micaela Domínguez Prost, Rémi Guittet y Hélène Métailié.
Luego de su corto de terror “Ex Clínicas”, Rodrigo Gastiaburo se presentó al concurso con una obra de 7 minutos. La sinopsis anticipa: Se fue la luz, el calor es agobiante. En plena pandemia, Ana, embarazada por primera vez, está llena de miedo pero las historias pasadas de su abuela y su mamá, le ayudan a enfrentar sus propias inseguridades. La abuela, la hija y la nieta se preparan para limpiar la casa antes de que se corte el agua.
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Los ganadores
La inusual edición entregó sus galardones el último fin de semana. En la competencia internacional, “El año del descubrimiento” de Luis López Carrasco ganó el Premio Astor Piazzolla al Mejor Largometraje. Mientras que “Isabella” de Matías Piñeiro ganó dos trofeos, el Premio Astor Piazzolla a la Mejor Dirección, y a la Mejor Interpretación, para María Villar. Nicolás Prividera fue distinguido por el guión de “Adiós a la memoria”; y el Premio Especial del Jurado fue para “Moving on” de Yoon Dan-bi.
En la competencia latinoamericana destacaron “Los Conductos” de Camilo Restrepo como mejor largometraje; con dos menciones, para “Mascarados” de Marcela Borela y Henrique Borela, y para “Fauna” de Nicolás Pereda. En el apartado argentino se destacó “El tiempo perdido” de María Álvarez, con mención para “Las ranas” de Edgardo Castro; así mismo, el Premio “José Martínez Suárez” a la Mejor Dirección fue a manos de “Esquirlas” de Natalia Garayalde.
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Paraguay lleva a Málaga el potencial de su industria del cine
Por primera vez en las 27 ediciones del Festival de Málaga, Paraguay es el país invitado de honor de este año, en el marco de Latinamerican Focus, sección de Málaga Festival Industry Zone (Mafiz), cuyo objetivo principal es dar a conocer el sector audiovisual y ampliar la red de contactos profesionales del país latinoamericano homenajeado.
La representación del audiovisual paraguayo recibirá la Biznaga de Plata de la mano del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el miércoles 6 de marzo. La delegación está encabezada por la ministra de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), Adriana Ortiz, y el director ejecutivo del Instituto Nacional del Audiovisual Paraguayo (INAP), Christian Gayoso.
Representantes de entidades del audiovisual y el turismo de Paraguay, como INAP, Dirección Nacional de Propiedad Intelectual (Dinapi) y Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) impartirán el 6 de marzo una conferencia en el auditorio Cajamar titulada “Hola Málaga, soy Paraguay” para dar a conocer las posibilidades del país y las características más relevantes de un sector que se abre con firmeza a los mercados internacionales.
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Mafiz será el espacio en el que cineastas paraguayos podrán presentar sus proyectos a la industria internacional, para el que fueron seleccionados en el Málaga Festival Fund & Co Production Event (MAFF): “Blanca”, de Sady Barrios y Dora María Gómez Paiva, y “Aurelia”, de Diego Manuel Mauro Morínigo. Asimismo, “Bajo las banderas, el sol”, de Juanjo Pereira e Ivana Gisela Urizar, e “Yren”, de Tania Cattebeke Laconich y Mariana Pineda estarán en Málaga Work in Progress.
También se exhibirán “La última obra” de Héctor Duarte y “Una sola primavera” de Joaquín Pedretti en el marco de MAFIZ Specials. Como es habitual, Málaga Talent contará con la participación de un joven cineasta del país invitado y en esta edición acudirá Mathías Maciel con el proyecto “Terror 1926″.
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Durante su estancia en Málaga, productoras paraguayas compartirán su experiencia y conocimiento del sector con sus compañeras andaluzas, en un renovado Warmi Lab. Las participantes paraguayas en este espacio serán Fátima Fernández Mercado, Cris Arana, Victoria Ramírez y Luján Riquelme, quienes podrán enriquecer, gracias a formaciones a cargo de expertos, sus procesos creativos y adquirir las herramientas necesarias para mover sus proyectos con futuros socios que apuesten por el desarrollo de los mismos.
Finalmente, el Festival de Málaga ha programado el ciclo Paraguay en el cine Albéniz del 6 al 8 de marzo. Las tres películas que conforman el ciclo son “El apartamento” (2023) de Michael Kovich Jr.; “El tiempo nublado” (2014) de Arami Ullón, que participó en el Festival de Karlovy Vary; y “7 cajas” (2012) de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, que ganó el Premio de la Juventud en el Festival de San Sebastián y fue nominada al Goya a la Mejor película iberoamericana.
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Culminó la Berlinale con una polémica por antisemitismo
El festival de cine de Berlín fue acusado este domingo de haber servido de plataforma para varios cineastas que, la víspera, hicieron declaraciones sobre la guerra de Israel contra Hamás en Gaza que el alcalde de la capital alemana consideró “antisemitas”. “El antisemitismo no tiene cabida en Berlín y eso también se aplica a los artistas”, denunció el alcalde de la capital alemana, Kai Wegner, en X.
“Lo que ocurrió ayer en la Berlinale constituyó una relativización insoportable”, añadió, pidiendo cuentas a la dirección del festival. El primer edil se refería, sobre todo, a las opiniones expresadas durante la entrega de premios del certamen, el sábado por la noche, por cineastas que acusaron a Israel de “genocidio” en relación con sus bombardeos en la Franja de Gaza, que han dejado casi 30.000 muertos -sobre todo civiles-, según el Ministerio de Salud gobernado por Hamás.
En cambio, esos directores omitieron que la ofensiva israelí se desencadenó por un ataque de milicianos de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, que acarreó la muerte de al menos 1.160 personas, civiles en su mayoría. Uno de ellos fue el director de cine estadounidense Ben Russel, que lució un pañuelo palestino y acusó a Israel de genocidio.
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Por su parte, el documentalista palestino Basel Adra, que recibió un premio por una cinta sobre las expulsiones de palestinos en Cisjordania ocupada, acusó a Israel de “masacrar” a la población palestina y criticó las ventas de armas de Alemania a Israel. Sus declaraciones fueron aplaudidas por el público en la sala.
Una responsable del Partido Socialdemócrata, del jefe de gobierno Olaf Scholz, Helge Lindh, calificó de “chocante” el aplauso del público. “Me avergüenza ver en mi país a gente que hoy aplaude unas acusaciones de genocidio contra Israel”, declaró al diario Die Welt. La Berlinale está financiada principalmente por el Estado alemán.
De momento, la dirección del festival no reaccionó oficialemente a la polémica, pero indicó al diario Die Welt que las declaraciones de los cineastas durante la ceremonia eran “opiniones individuales e independientes” del certamen. La Berlinale está “explícitamente en contra de la discriminación y de todas las formas de odio”, pero considera importante que exista “la expresión libre de opiniones” dentro de “los límites de la ley”, señaló el festival.
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Oso de Oro para documental
La 74ª edición de la Berlinale otorgó ayer sábado el Oso de Oro al documental “Dahomey”, de la directora francosenegalesa Mati Diop, que narra la restitución a Benín de 26 obras saqueadas por las tropas coloniales francesas en 1892. El jurado, presidido por la actriz mexicanokeniana Lupita Nyongo’o, la primera persona negra en ocupar el prestigioso puesto, se mantuvo fiel a la tradición política de este festival.
“Podemos olvidar el pasado, una carga desagradable que nos impide evolucionar, o podemos asumir la responsabilidad, utilizarlo para avanzar”, declaró Diop al recibir el galardón. “Como francosenegalesa, cineasta afrodescendiente, elegí estar con quienes se niegan a olvidar, con quienes rechazan la amnesia como método”, añadió.
“Dahomey” cuenta la restitución en noviembre de 2021 a Benín de 26 obras saqueadas por las tropas coloniales francesas. Diop ya había recibido el Gran Premio en Cannes en 2019 por su película “Atlantics: A Ghost Love Story”, que narra el destino de los migrantes que escapan de África por el mar.
A la directora le gustaría que su película sea “vista en un máximo de países africanos”, así como “en las escuelas y las universidades”, dijo a la AFP. Se trata de la segunda película africana en recibir el Oso de Oro, después de la sudafricana “U-Carmen e-Khayelitsha”, de Mark Dornford-May, en 2005. El año pasado, el preciado galardón fue atribuido al francés Nicolas Philibert por su documental “Sur l’Adamant” (“En el Adamant”), un relato del día a día en un psiquiátrico.
Por otro lado, el jurado recompensó este sábado al cineasta dominicano Nelson Carlo de Los Santos Arias con el Oso de Plata al mejor director por “Pepe”, su enigmático docudrama que invoca al fantasma de un hipopótamo que perteneció al capo colombiano de la droga Pablo Escobar. El rumanoestadounidense Sebastian Stan recibió el premio a la mejor actuación principal por su interpretación en “A Different Man”.
El gran galardón del jurado recayó en un asiduo al certamen, el director surcoreano Hong Sang-soo, por la cinta “A Traveller’s Needs”, en la que participa la francesa Isabelle Huppert, que cuenta la historia de Iris, una mujer mayor que improvisa como profesora de francés en Corea del Sur y se aficiona al alcohol. Por otro lado, la película “L’Empire”, del francés Bruno Dumont, obtuvo el premio del jurado.
De París a Cotonú
Para relatar la historia de 26 obras saqueadas en 1892 por las tropas coloniales francesas en el reino de Dahomey, en el centro-sur del actual Benín, compuesto en aquel entonces por diferentes reinos, la directora Diop dio voz (en off) a la estatua del rey Ghezo.
En la lengua de Benín, el fon, el rey se queja de haber perdido su nombre, pasando a ser denominado únicamente por un número, “el 26″, en las reservas del museo etnológico francés del Quai Branly, situado en París. El monarca describe cómo lo arrancaron de su tierra, su vida en el exilio y su reciente repatriación a un museo de Cotonú, capital de Benín.
La restitución tuvo lugar el 10 de noviembre de 2021 y se hizo a iniciativa del presidente francés, Emmanuel Macron, y su homólogo beninés, Patrice Talon, pero estos no aparecen en el filme. La directora insiste en que solo se devolvieron 26 obras, de “las 7.000 que siguen cautivas en el museo del Quai Branly”.
Fuente: AFP.
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El Vaticano declaró “milagro” la sanación de un niño en Mar del Plata en 2006
Juan Manuel está vivo por un milagro. Literal. En otras palabras, así lo decretó el papa Francisco el pasado miércoles 8 de noviembre en El Vaticano, cuando autorizó para que se hiciera público el milagro atribuido al cardenal Eduardo Francesco Pironio.
- Por Ricardo Rivas
- Periodista Twitter:
- @RtrivasRivas
“No recuerdo nada de aquel momento. Nada. Ningún dolor. No vi estrellitas. No escuché voces. Nada, nada. Solo sé lo que me contaron mi vieja, mi viejo; lo que cuentan en casa; y los comentarios de otros familiares”, dice Juan Manuel Franco (16) con una sonrisa más grande que su cara. Le encanta la música. Estudia violoncello. “Pero también toco el piano y la guitarra”, agrega mientras abraza una de las que están en su casa.
En ese hogar se respira música. Laura Carozza, su mamá, es profe de esa especialidad en escuelas secundarias. Mariano, su papá, es violinista. “Mi vida es como la de cualquier chico de mi edad. Estudio, juego al fútbol y hago música. Soy de Boca”. ¿Hubiese sido bueno un milagro en el Maracaná, verdad? “¡Síííííí!”, responde. Nos reímos con ganas. “Yo juego atrás. Con dureza. Meto la pierna con ganas para que no me pasen. Si podemos salimos jugando”, cuenta.
¿Qué dicen de este tema tus compañeros en el colegio, en el equipo? “Nada. Nos conocemos desde chicos. Crecemos juntos. Nos juntamos para tomar mate. A veces, en la cancha, cuando no nos está yendo bien, cuando ganar se pone muy difícil, alguno se me acerca y, en voz baja, me dice ‘¡hacete un milagrito, Juanma!’”. Vuelve la risa. Bordeamos la carcajada.
VIVO POR UN MILAGRO
Juan Manuel está vivo por un milagro. Literal. En otras palabras, así lo decretó el papa Francisco el pasado miércoles 8 de noviembre en El Vaticano, cuando autorizó para que se hiciera público “(...) il miracolo attribuito all’intercessione del Venerabile Servo di Dio Edoardo Francesco Pironio, Cardinale di Santa Romana Chiesa; nato a Nueve de Julio (Argentina) il 3 dicembre 1920 e morto a Roma (Italia) il 5 febbraio 1998″.
La novedad sobre cómo y por qué el entonces bebé de 15 meses, Juan Manuel, salvó su vida 17 años atrás, el miércoles pasado sacudió el despertar de Mar del Plata, 400 km al sudeste de Buenos Aires y unos 1.760 km al sur de mi querida Asunción.
“Siempre supe que fue un milagro…”, respondió Laura cuando la primera llamada telefónica. “La comunicación oficial –formal– del papa Francisco para mí es solo una confirmación”. Acordamos vernos. Desde Roma, oficialmente, reportan que “el milagro atribuido” a la intercesión del cardenal Pironio, que un año atrás fue declarado “venerable”, se trata de “la curación milagrosa de un niño de un año y medio, Juan Manuel, intoxicado por la inhalación del polvo de porporina utilizado por su madre para trabajos de restauración”.
El accidente sucedió el viernes 1 de diciembre de 2006. Laura y Mariano, desde ese momento, oraban intensamente por el pequeño en la puerta de la UTI (unidad de terapia intensiva) donde los médicos lo indujeron al estado de coma. Las horas pasaban. Las novedades eran desalentadoras.
Desde el amanecer del día siguiente –sábado 2– un grupo de creyentes rezaban por la recuperación del niño en la parroquia de la Asunción de la Santísima Virgen incrustada en el complejo hospitalario público que aquí se conoce como Hospital Interzonal Materno-Infantil Ana Goitía de Cafiero.
ORACIÓN
Algunas personas de ese grupo buscaron a los atribulados padres que aceptaron la invitación para “rezar juntos” cuando faltaban apenas minutos para que “llegue (hasta ese templo) la imagen de la virgen”, que siempre encabeza la que aquí se conoce como Marcha de la Esperanza, que se realiza anualmente desde hace 50 años y fuera creada, justamente, por el cardenal Pironio cuando fue obispo de esta ciudad.
“Ese fue el momento en que nos encontramos con el padre Silvano (de Sarro), hablamos con él, rezamos para implorar por la recuperación de Juan y, a su lado, acompañamos la procesión durante unas cuadras. Se largó a llover fuerte. Nos entregó una estampa, nos habló de Pironio, a quien no conocíamos, y nos dijo ‘pídanle a él’”, relató Laura.
“Con mi marido, sentados en el suelo en el acceso a la terapia intensiva, la leímos juntos. Creo que era la mañana del lunes. Y en ese texto leímos y repetimos una frase que era la que necesitábamos en aquel momento. ‘A veces, los médicos se equivocan’. Yo estaba convencida de que Juan Manuel sobreviviría y que los médicos estaban equivocados pese a que, en la mañana, el pediatra nos dijo: ‘No hay nada más para hacer’. Fue muy duro. Pero otro doctor, Marcelo Segismondi, ya fallecido, se acercó y nos dijo que él se haría cargo de cuidar a Juan, pero agregó: ‘Si ustedes saben rezar, recen’. Lo hicimos”. Dramático.
MISTERIO
Como lo consigna la información papal, sabían que “para los médicos estaba a punto de morir”. Laura y el propio Juan lo saben. Claramente, piensan mucho en la sanación de Juan. “Es un misterio. Como todo milagro. No tiene explicación”, dice Laura. Percibo todavía algo de asombro en cada uno de sus gestos y palabras. Algunas situaciones son increíbles para siempre. Aunque el creyente crea en ellas. Sin embargo, no deja de sonreír. Trasunta felicidad.
El padre Silvano de Sarro es párroco de San Carlos Borromeo. En 2006, conversó con Laura y Mariano. Fue quien les entregó una estampa del cardenal Pironio, el testamento espiritual del prelado, y les sugirió que le pidieran a él por la recuperación del bebé accidentado. “Todo esto me mueve mucho. Particularmente por haber sido instrumento de la gracia de Dios. Uno vive siempre emociones. Pero por supuesto que esto es algo extraordinario. Fuera de lo común. A mí no se me hubiera ocurrido nunca entregar una estampita porque no soy del tipo de curas que andan repartiendo estampitas todo el tiempo. No es mi estilo de vida pastoral. No sabía qué decir a un matrimonio que después de mucho esfuerzo, de mucha ilusión, había tenido un hijito y se les estaba muriendo. ¿Qué se puede decir? (siento que, tal vez, sus ojos buscan alguna respuesta en este cronista que tampoco sabe qué decir. Me tiento de responder, como Santo Tomás en el siglo I de nuestra era, “ver para creer”, pero no lo hago. Estoy aquí para escuchar, me digo).
No tenía palabras mías, ni humanas, para ellos –continúa el sacerdote– y añade que en aquellos documentos que les di está la frase que le sirvió a Laura para ese momento –'los médicos a veces se equivocan’– y a ella se aferró para entregarse a la oración”. En 2007, recuerda Silvano, “vino a Mar del Plata el monje benedictino Giuseppe Tamburrino en busca de pruebas sobre el ahora declarado milagro intercedido por Pironio. Estuvo poco tiempo aquí. Habló con los médicos que atendieron a Juan Manuel, llevó consigo varios documentos y análisis clínicos, estudios y volvió a Roma”.
DICTAMEN
¿Desde cuándo sabes que fue una cura milagrosa? “El pasado 4 de mayo, la Comisión de Peritos Médicos en El Vaticano dictaminó que la curación de Juan Manuel no tiene explicación científica”. ¿Es común que a los curas les pasen cosas como esta, Silvano? “No, claramente. Pero no me la creo. He sido solamente un instrumento. Todo lo que hice entonces fue inconsciente. Ahora, casi 20 años después, digo que fui inspirado por el espíritu santo. Pero, la verdad, es que en aquel momento pensé mucho qué decirles a estos papás desesperados. El diagnóstico médico era de muerte o si sobrevivía –muy difícil– sin dudas quedaría con secuelas graves en el desarrollo neuronal por tener en el corazón y en los pulmones estos metales tan tóxicos que el niño había aspirado. Pero, bueno, luego de entregarles a Laura y Martín la estampa del cardenal Pironio, de que pasara el tiempo de las oraciones, una semana después Juan Manuel volvió a su casa como si nada hubiera pasado”.
El joven JM ríe. “Todo lo que pasó, con las historias que me cuentan, con lo que me dicen, lo tengo normalizado. Desde mucho tiempo vivo con esto”.
¿Cómo es la relación que ustedes, la familia, tiene con la religión? “Después de lo de Juan, de la alegría porque recibió el milagro, pasamos a un momento de angustia porque no quedaba embarazada. Nuestro deseo era tener más hijos. No sabíamos qué hacer. Desde el milagro, todos los años, viajamos a la basílica de Luján para agradecer. Allí descansan los restos del cardenal Pironio. Vamos todos. Habían pasado cinco años desde la sanación milagrosa de Juan Manuel. En uno de esos viajes, me acerqué a Pironio y muy en voz baja le rogué embarazarme. Pero no solo le pedí a él por el milagro que salvó a Juan. En el testamento espiritual el cardenal cuenta que, a su mamá, cuando nació el primero de sus hijos, los médicos le dijeron que no tuviera ningún otro parto porque su vida o la del bebé correrían peligro. Sin embargo, insistió porque un obispo al que vio preocupada por aquel diagnóstico le dijo ‘señora, los médicos a veces se equivocan’. Pironio –hijo de Giuseppe Pironio y Enrica Rosa Buttazzoni, emigrados a la Argentina casados desde la región de Friuli, Italia, en 1898– era el menor de 22 hermanos. Por eso le rogué desde lo más profundo de mi corazón que me diera un hermanito para Juan. Volvimos a casa. Poco tiempo después de estar orando en Luján, el médico nos dijo que estaba embarazada de mellizos”.
Dejé de preguntar. Ya era mucho para mí. Recordé que tiempo atrás un prelado me contó que cuando el monje Giuseppe Tamburrino estuvo en Mar del Plata para recolectar datos sobre la sanación de JM, relató que “cuando el cardenal Pironio vivía en Roma, tenía una gran y buena amistad con un ginecólogo notable que también tenía un hijo médico con la misma especialidad. Aquel joven casado y su esposa estaban muy angustiados. La señora no podía tener hijos. No conseguía quedar embarazada. Tanto el suegro como su esposo ratificaban aquella imposibilidad desde una perspectiva científica. Entristecida, fue a ver al cardenal a su casa. La recibió en confesión. Le contó sobre la situación. Después de un breve silencio, Pironio le pidió que rezaran juntos. Lo hicieron. Cuando las oraciones concluyeron, el cardenal impuso sus manos sobre la cabeza de la joven señora y, con profunda serenidad, le dijo: ‘Señora, usted va a tener un hijo’. Don Giuseppe precisó que aquello sucedió en el transcurso del mes de junio. Menos de dos meses más tarde, en setiembre, la mujer quedó embarazada. Cuando aquel niño nació, como no podía ser de otra forma, fue bautizado Eduardo”. Historias y misterios.
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Actriz paraguaya presenta en España serie con Robert de Niro
La hilarante serie gastronómica “Nada”, de la dupla de directores Mariano Cohn y Gastón Duprat, con Robert de Niro explicando cosas de Buenos Aires y los argentinos, provocó carcajadas este lunes pasado en el Festival de cine de San Sebastián. Cohn y Duprat (“Ciudadano ilustre”, “Competencia oficial”), dirigen esta serie de cinco capítulos sobre un crítico gastronómico interpretado por Luis Brandoni, un hombre elegante, mordaz y cínico.
Su ama de llaves y cocinera, que vive con él desde hace décadas y se ocupa de todo, muere, obligándole a tomar las riendas de su vida y dándose cuenta de que no sabe hacer nada. Decide entonces contratar a una muchacha de Paraguay (interpretada por la actriz paraguaya Majo Cabrera) a la que tendrá que instruir en todo lo referente a su vida, dando pie a un choque de culturas y personalidades.
Diferencias entre “pelotudo” y “boludo”
En la serie interviene Robert de Niro, amigo en la vida real de Brandoni, que va explicando particularidades de Buenos Aires y los porteños, con momentos memorables, como su enumeración de las diferencias entre un “boludo” y un “pelotudo”.
“Hay una ausencia que muchos de nosotros lamentamos, que es la de Robert de Niro”, dijo Brandoni en el estreno en el Teatro Victoria Eugenia, explicando que “la conducta sindical ejemplar” del ganador de dos Óscar, en alusión a la huelga de actores de Hollywood, le impidió venir a San Sebastián, “a pesar de lo mucho que le gustaría estar acá”.
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“Para nosotros fue un lujo hacer la serie, porque contamos nada menos con dos chicos actores que están empezando, como Brandoni y Robert de Niro”, bromeó Cohn en la sesión. Duprat narró antes al diario del festival como se dio la participación del actor estadounidense en esta serie que se estrenará en octubre en plataformas. “Le explicamos que la serie iba a homenajear a Buenos Aires y, como amante de la ciudad, se mostró entusiasmado”, contó Duprat al diario del festival.
“Estuvo diez días grabando con nosotros, de los que guardamos un excelente recuerdo”, narró Cohn en la misma entrevista. El festival de la ciudad vasca del norte de España cuenta con una sección de cine culinario -nada más natural en un lugar conocido por su excelente cocina- en la que compite “Nada”.
Yoga y crisis matrimonial
En la sección oficial, y compitiendo por la Concha de Oro, este lunes se exhibió la argentina “La Práctica”, de Martín Rejtman; “Un silencio” (Un silence), del belga Joachim Lafosse -que ganó en 2015 la Concha de Plata a la mejor dirección por “Les chevaliers blancs” (Los caballeros blancos), y “MMXX”, del rumano Cristi Puiu.
“La práctica”, una cinta con destellos de comedia, cuenta la historia de Gustavo, un profesor de yoga argentino afincado en Chile durante años, que se encuentra en pleno proceso de separación de su esposa, también instructora. “Por lo general, hago películas con humor, creo que esta es la comedia más comedia, la que entra más dentro del género comedia, a pesar de que también es un poquito rara”, explicó Rejtman en conferencia de prensa.
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Con una veintena de proyectos en el programa, y dos cintas optando a la Concha de Oro, el cine argentino es uno de los grandes protagonistas de esta edición del Festival de San Sebastián, donde también copa prácticamente la mitad de la sección Horizontes Latinos, dedicada al cine de la región. Los filmes de la jornada en esta sección latinoamericana son “Estranho camino”, del brasileño Guto Parente, y “El castillo”, del argentino Martín Benchimol.
La primera narra la visita de un joven cineasta a su ciudad natal en Brasil en plena pandemia de coronavirus, y la segunda cuenta la extraña herencia que recibe una humilde asistenta de su empleadora recién fallecida: un castillo en las pampas argentinas. La cinta de Parente fue premiada en el festival neoyorquino de Tribeca y la de Benchimol se estrenó en la sección Panorama del Festival de Berlín.
Fuente: AFP.