El virtuoso guitarrista vuelve con una propuesta que tiene como eje inspiracional el ferrocarril y que estará a disposición del público en las diversas plataformas virtuales.

Con su estilo característico y un sello propio madurado tras los años que transcurrieron de“Panambi raity” (2015) y “La guitarra en Paraguay” (2011), el intérprete y compositor paraguayo Juan Duarte presenta “Estaciones”, esta vez en formato exclusivamente digital disponible en las plataformas Spotify, iTunes, Deezer, entre otras.

En su tercer disco ofrece obras que fusionan el 6/8 tradicional de la música paraguaya con matices armónicos y momentos musicales contemporáneos con un repertorio que incluye un vals venezolano y otros ritmos populares latinoamericanos.

El autor explica sobre “Estaciones” que es la metáfora de un anhelo que tiene como inspiración y fuente el ferrocarril, ese lugar común del techaga’u paraguayo que resume las remembranzas del pasado y la búsqueda constante de nuevos confines donde recomenzar todo de nuevo. A lo largo de este viaje, agrega, se narran múltiples vivencias y se ofrecen paisajes variopintos.

El primer track, “El último tren”, fue compuesto originalmente para un documental sobre la vida y obra de Roa Bastos, producida por la Fundación Eco cultura, de la que el mismo Roa Bastos fue miembro fundador en 1990. Así, se basa en pasajes de “Hijo de hombre”, obra en la que el ferrocarril ocupa un lugar central. “Así se inició este viaje”, dice.

Luego se ofrece “Más allá de tus ojos”, una música con aires brasileños que fue compuesta tras una travesía que terminó en Florianópolis, donde el compositor pasó varias semanas ofreciendo su música en la playa y los bares con un destello de romance que dejó una impronta finalmente puesta en sonido.

Luego transcurrieron “12 días” en Suiza, que hace referencia al tiempo transcurrido allí. Además, como producto de la estadía en Europa también nos trae “Lago Lemán”, un imponente escenario natural donde muchos paraguayos ilustres llevaron la música de nuestro suelo. Posteriormente, una senda con infinitas bifurcaciones nos invita al extravío en un claro del monte donde “Laila” hace su aparición onírica al más puro estilo de “Las mil y una noches”.

Entre tanto, fue en mayo que transcurrió aquel amor helvético, “May’s love”, un cuadro románticos shakespeariano inspirado en el “Sueño de una noche de verano”. Pero de pronto el cielo adquiere un tono gris y las húmedas nubes se disipan a través de los cristal es de “Las tardes de mi soledad”. Y en ese espiral que siempre vuelve al mismo punto, pero que a la vez nunca es el mismo, emprendemos el viaje de retorno a nuestro eterno estivo con “Summercharm” a través del cual suena como una letanía “El cantar de los grillos”.


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