Dos leyendas del Bossa Nova se encontraron la noche del sábado, 1 de diciembre, en Asunción con una guitarrista excepcional. Un encuentro titánico en acordes y melodías. El Teatro Lírico del Banco Central se llenó con más de mil personas que ansiaban adentrarse en “la atmósfera musical”, como el mismo Toquinho describe con amor al Bossa. Por Jazmín Gómez Fleitas (jazmin.gomez@gruponacion.com.py)

Una atmósfera que despierta los sentidos. Que los hace vibrar. Que los alegra. Que envuelve y apasiona a quienes se dejan cautivar. El Bossa nace para reformular la samba carioca sumando fuertes influencias del jazz a finales de los 50. Y con el paso de los años, se convirtió en un género de lo más influyente dentro de la música popular brasileña.

Luego de que Toquinho diera inicio, Berta fue recibida con furor en el escenario y se salió del programa para ofrecer un homenaje a Mauricio Cardozo Ocampo con Renacer, y a Paz Encina, quien lo seleccionó en su película Hamaca Paraguaya. Y fue aun más emotivo cuando un tema después, Toquinho cantó junto a ella Recuerdos del Ypacarai. Un momento para atesorar en la memoria. Uno de los claves de la noche.

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En todo momento el carisma de Toquinho estuvo presente en el escenario. Al realizar bromas a Creuza y al público, o al elogiar con cariño a Berta. Una característica que lo definió a lo largo de su carrera, su capacidad lúdica de vivir cada momento como único y disfrutarlo. Y de nunca aburrirse de la guitarra, sino vivirla cada vez como la primera.

Berta Rojas, Toquinho y María Creuza, despidiendo un agradecido y deleitado público. Foto: Rocío Gómez

El programa lo reescribían juntos. En las entradas y salidas del escenario que hacía cada uno de ellos, sin seguir el orden del programa, sino de manera orgánica y divertida.

Creuza sedujo al público con su voz en Tomara cuando Toquinho invitó a Victor Velez, esposo de Creuza, a acompañarla en el piano. O cuando Toquinho y Creuza dieron rienda suelta a Berimbau.

El Arte del Encuentro tuvo tantos momentos memorables, uno de los cuales sin duda fue cuando Berta y Maria Creuza tuvieron su dúo con Dindi y Samba em Prelúdio. Dos mujeres excepcionales unidas por la melodía y el ritmo en unos minutos eternos.

Marcaban los segundos finales A felicidade por Toquinho junto a Creuza y Voce abuso. El público se puso eufórico y cantó las letras. Al finalizar y retirarse del escenario, el público pidió otra y volvieron a ingresar, luego de la cual sí fue una despedida definitiva. El gesto final de Berta que todos recordarán, ella y Creuza recibieron ramos de flores, sin embargo, Toquinho no, así que Berta sacó una de su ramo para dársela.

Se cerraba el telón, pero no sin que antes todos agradecieran de pie y con potentes aplausos. Incluso, de salida, tarareando aún de regreso a casa.

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