Por Roque Martínez

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Juan Ramírez Biedermann es escritor, es músico y abogado. En su vertiente literaria lleva editados tres libros. Su primera obra Nobis, se trata de una selección de relatos breves que data del 2007, única obra suya publicada por una editorial nacional, que al cumplir 10 años fue reeditada por Ediciones Altazor, desde Perú, país donde el escritor mantiene una buena relación con sus escritores y lectores.

La editorial peruana además publicó sus novelas "El fondo de nadie", en 2010 y "Plegaria de penumbras", en 2011. En charla con La Nación, Ramírez Biedermann cuenta que sus próximos planes son presentar el libro en ferias y eventos en el extranjero e igualmente trabajar en la terminación de una nueva novela.

Además, bajo el pseudónimo de Zethyaz, desde 1992 lideró como vocalista y guitarrista, a la banda más representativa de la música pesada de nuestro país: Sabaoth, emblema del black metal sudamericano. La agrupación publicó tres discos: "Sabaoth", en 1995; "Windjourney", en 1999 y "Les Iluminations", en 2008, obra que este año cumple 10 años de su edición.

De música, arte y desesperación

Nobis, la primera obra de Juan Ramírez Biedermann reeditada por Altazor.

¿Cuál fue la recepción de los lectores en Perú?

Muy buena. En el 2010, Ediciones Altazor organizó una gira de escritores latinoamericanos, que incluyó autores de Argentina, Cuba, Uruguay, Ecuador, Chile y Perú. Recorrimos por tierra cerca de 5000 kms del Perú en 25 días: la región Andina, la capital y el norte. Esa aventura me llevó a conocer un montón de personas, de culturas, de realidades, de costumbres. Gracias a ese viaje tuve la fortuna de hacer llegar mi trabajo a muchos peruanos.

¿Cómo describirías Nobis?

Es un libro que tiene como personaje central al barrio Las Mercedes, lugar donde nací, crecí y al que las circunstancias de la vida me devuelven una y otra vez, por trabajo, por cuestiones artísticas, familiares, etc. Los 15 relatos de Nobis se cruzan, se entrelazan, se responden, se yuxtaponen para dejar testimonio de esa década tan particular, la del 90, en donde se dio la colisión del final de la dictadura con el inicio de una democracia que daba acceso a un montón de cosas hasta ese momento vedadas para la gente: música, arte, comida, manera de vestir, manera de explorar la ciudad, descontrol, abusos, excesos, angustia, desesperación. De eso trata Nobis.

¿Te basaste en personas de tu barrio para crear personajes?

Me basé en algunos personajes reales, y en figuras que viven mediante los mitos barriales. Por ejemplo, Los inquilinos, cuento que narra la presencia de Joseph Mengele en el barrio Las Mercedes, está basado en los dichos del dueño de un inquilinato que vivía sobre la calle Valois Rivarola. Este señor afirmaba que su testimonio era real, que el galeno alemán habitó la pieza número 08 del Inquilinato. A partir de ello, la historia toma vuelo. De esta manera, un plantel de personajes se desarrolla y toma vida en el libro, contextuados todos en ese barrio tan particular de Asunción: Las Mercedes.

¿Cómo resultó la nueva edición de Nobis?

La reedición es reciente. No obstante, la recepción ha sido muy buena. En la Feria del Libro de Lima tuvo una repercusión interesante gracias a la gestión de mi editorial, Ediciones Altazor del Perú, y ciertamente la reedición fue muy importante para acercar este libro publicado hace 10 años a nuevos lectores.

¿Cómo observás tu propia obra a la distancia tras 10 años?

El proceso de revisión del libro fue emocionante, porque no leía el material de Nobis hacía muchísimos años. De alguna forma se dió eso de sentir que es un libro escrito por otro. Y en cierta forma lo es. La mayoría de los relatos fueron creados hace más de una década, en otro contexto, en otra realidad, tanto estética como vivencial.

¿Tenés un cuento favorito dentro de Nobis?

Con el libro de relatos me pasa un poco lo de los discos. Al concebir un álbum, uno espera que todas las piezas del disco conformen una unidad, incluso un concepto. Que cada tema tenga su función y su propio perfil, y que el conjunto sea lo importante. Algo similar ocurre con Nobis. Es un libro que, a pesar de ser de relatos, también concebido como una novela, una serie de narraciones corales. Mi cuento preferido es Los pasares, título con el que se abre el libro. A su vez, Los latidos, cuento nuevo agregado a la reedición, relato en que se explora la concepción del mal entre los hombres, es una pieza muy bien lograda.

Escritor itinerante

¿Qué podés relatarnos sobre la experiencia de ir a Maldonado, Uruguay, junto a otros escritores compatriotas, entre ellos el fallecido Ramiro Domínguez?

Fue una gran experiencia. Pasamos unas jornadas notables con Bernardo Neri Fariña, Javier Viveros, Mónica Buscos, Irigina Rafols y, por supuesto, con el gran Ramiro Domínguez. En el año 2012 ya habíamos coincidido en una Feria Literaria en los Estados Unidos. Tanto en aquella ocasión, como en este viaje, me pareció una persona excelente, culta, sensible, y de un trato fabuloso. La pérdida de don Ramiro es una pérdida enorme para la cultura paraguaya.

¿Qué podés contarnos de la reciente reunión con tus compañeros de Sabaoth?

Es una reunión que pasa por rescatar y trabajar con materiales inéditos, y que no tiene que ver con conciertos ni con la creación de nueva música. Es un encuentro de amigos después de muchísimos años, no mucho más que eso. Sí debo aceptar que estoy volviendo a trabajar con Eyesight, el proyecto que tuve a mediados de los 90 y con el que publiqué un álbum.

Sobre tu próximo libro, ¿qué podrías adelantar?

Será mi libro más ambicioso. Una suerte de novela río en donde pretendo testimoniar el Paraguay complejo que estamos viviendo.

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