Por Yesica Vera Zarza yesica.vera@gruponacion.com.py Fotos: Gentileza

Hoy se cumplen 37 años de su fallecimiento. Casaccia es considerado el fundador de la narrativa paraguaya contemporánea, quien vivió exiliado en Argentina más de 40 años, siempre recordando a su querida Areguá, ciudad en la que pasó parte de su niñez y adolescencia.

Al recurrir a archivos sobre Gabriel Casaccia, el punto en común que encontramos en todas partes, habla de que es considerado el fundador de la moderna narrativa paraguaya y que vivió la mayor parte de su vida en la Argentina, donde también escribió y publicó casi todas sus obras y donde falleció el 24 de noviembre de 1980. Es por eso que hoy lo recordamos con datos de su vida.

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De acuerdo a información encontrada en varios libros, pero sobre todo en el libro Padre de la Novela Paraguaya de Armando Almada Roche, la cronología de vida de Casaccia transcurre así:

Benigno Gabriel Casaccia Bibolini nació en Asunción el 20 de abril de 1907, fue abogado, periodista y literato. Hijo de Benigno Casaccia y Margarita Bibolini. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de la Capital. En 1919 siguió el primer año del bachillerato en el colegio San José de Asunción. En tanto que de 1920 a 1924, siguió el bachillerato en el Colegio Carmen Arrióla de Marín, en Buenos Aires, comenzando otra vez por el primer año, por falta de equivalencia de los programas. En ése colegio permaneció 4 años, siendo el ciclo completo 5 años.

Foto de Casaccia cuando joven.

Luego, en 1925 por dificultades y trastornos económicos de su familia, no volvió a Buenos Aires para seguir el 5º año, por lo que su padre decidió que continuase en el Colegio Nacional de Asunción. Este año de estudios se volvió muy difícil porque el bachillerato en Asunción era de 6 años, las equivalencias de materias eran muy irregulares, por ejemplo, tenía materias aprobadas de unos cursos y en otros no. Este fue un año perdido y como su familia vio que los estudios se alargaban y complicaban, resolvió mandarlo a Posadas con Pedro Bibolini, que era cónsul paraguayo en aquella ciudad argentina.

Ya en 1926 sigue el 5º año del bachillerato argentino en Posadas, en el Colegio Nacional de esa ciudad. Como Pedro Bibolini era soltero, Casaccia vivía en el consulado con él y comía en casa del abogado Higinio Arbo, tío político de Gabriel, quien estaba casado con una hermana de su mamá.

Por su parte, Arbo era un exiliado político de la revolución de 1908 y quien finalmente le incitó a seguir los estudios de abogacía y en cuyo estudio jurídico trabajó sus primeros 7 años de profesión en Posadas. El año de estudios en el San José de Asunción y el del Colegio Nacional los hizo inútilmente pero a pesar de eso, terminó su bachillerato a los 19 años, porque comenzó a los 12 años.

Entre 1927 y 1930 comenzó la carrera de derecho en la Facultad de Asunción. Si bien eran 6 años de estudio más la tesis, su propósito era terminar la carrera en 4 años. En el primer año de estudios dio en noviembre todo el primer curso y en marzo el segundo, pasando al tercero. Su plan era dar parte del cuarto con el tercero y parte del cuarto con el quinto, restándole el sexto y la tesis para el cuarto año de estudios.

En 1930 el abogado Higinio Arbo fue designado embajador en el Uruguay, como conservaba su estudio en Posadas con un socio y quería mantener su control, le ofreció trabajar y practicar con su socio a Casaccia, siguiendo libre sus estudios universitarios, yendo a dar sus exámenes a Asunción.

Como Pedro Bibolini ya no estaba en Posadas, la familia que él tenía en ése entonces allí (donde comía y cenaba casi todos los días) era la del médico Juan Parola, casado con Sofía Bibolini, hermana de la mamá de Casaccia y de la esposa de Arbo. Eran los padres de Carmen Dora, quien resultó ser su prima hermana y con quien se casaría en 1940.

Gabriel Casaccia, considerado el fundador de la narrativa paraguaya contemporánea.

A finales de 1391, el socio de Arbo dijo que Casaccia no le era útil, que la profesión no le gustaba, sino la literatura (pretextos para quedarse solo). Arbo sin disgustarse prescindió del joven Casaccia en su estudio jurídico.

Fue en 1932 cuando Arbo fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores, durante la presidencia de José P. Guggiari (primo hermano de la madre de Casaccia y también de la esposa de Arbo) y al final del gobierno de Guggiari, la situación internacional con Bolivia se agravó y ya se hablaba de una guerra. Arbo designó a Casaccia Jefe de Gabinete en el Ministerio como una compensación por haber prescindido de su trabajo en el estudio de Posadas. Para ése entonces, Gabriel ya había terminado su carrera y le faltaba la tesis nada más.

Ya en el gobierno de Eusebio Ayala, Arbo no tuvo ningún cargo ni dentro del gobierno ni en el exterior, entonces se marchó a Buenos Aires, donde abrió otro estudio al mismo tiempo que atendía el de Posadas (que marchaba mal), hasta que tuvo que buscar otro socio.

En el período de 1932 y 1933, Justo Pastor Benítez, quien era amigo de Casaccia y lo apreciaba mucho, fue designado ministro de Relaciones Exteriores y mantuvo a Gabriel en el cargo. En 1933, Casaccia pidió permiso para alistarse como auditor de guerra en la contienda con Bolivia y estuvo alrededor de 6 meses, para luego volver.

En 1934 Casaccia presentó su tesis y el 15 de octubre le dieron el título. Se especula que ese mismo año, Justo Pastor Benítez fue designado embajador paraguayo en Brasil y le ofreció a Casaccia llevarlo como secretario. En la misma época, Arbo también lo invitó a hacerse cargo de su estudio, ya que las cosas no iban bien con su segundo socio.

Luego de muchas cavilaciones, Casaccia optó por trabajar de abogado en el estudio de Arbo y en 1935 se fue a Posadas, donde permaneció, alternando su profesión con la literatura. Durante sus años en la ciudad fronteriza escribió El Guajhú, El Pozo, Mario Pareda y La Babosa. En su periodo de Posadas 1930-1931 escribió y publicó El Bandolero (teatro).

Imagen del acta de casamiento que data de 1940, en Buenos Aires.

Al finalizar 1940, en diciembre se casó con Carmen Dora en Buenos Aires y en 1952 dejan Posadas para ir a vivir a Buenos Aires, donde el cambio y las complicaciones de la vida en la ciudad grande le distrajeron a Gabriel de sus tareas literarias hasta el punto que transcurrieron 10 años sin que publicase nada. En 1963 publicó La Llaga.

“Yo dejé Asunción y me sumergí entre el polvo y la mediocridad de Posadas, porque vi allí la posibilidad de labrarme una independencia económica más rápido y con más facilidad que en mi país. No podía ni soñar con ir a Buenos Aires, porque si bien hubiese estado en una capital importante, me hubiera sido muy difícil y duro el comienzo. Siempre tuve la impresión de que solo podría escribir libre de urgencias económicas y sin los apremios y problemas del diario vivir” dijo el escritor en una entrevista recogida por Almada Roche en su libro.

El matrimonio Casaccia Bibolini tuvo 2 hijos: Jorge Raúl, quien nació en 1946 y es ingeniero. En tanto que Gabriel Alejandro nació en 1955 y es abogado.

En 1960 viajó con Carmen Dora a París, invitado por el Pen Club, en donde se quedó 7 meses y aprovechó para viajar por Italia, España y Suiza. Luego en 1973, viajaron a Estados Unidos visitando Nueva York y Miami, aprovechando además para visitar a amigos.

Gabriel Casaccia y su esposa Carmen Dora, en un evento.

En 1980, viajaron nuevamente a Europa por 2 meses. El 24 de noviembre, cerca de las 18 horas, Gabriel Casaccia muere de una trombosis cerebral en el Sanatorio Anchorena de Buenos Aires, ciudad en la que pasó los últimos 30 años de su vida, escribiendo y publicando. Según su última voluntad, sus restos fueron sepultados en el cementerio de su mítica Areguá.

Obras

El total de su producción literaria consta de 10 títulos que incluyen 7 novelas, 2 colecciones de cuentos y una obra de teatro en un lapso de 50 años: en 1930 apareció Hombres, mujeres y fantoches, su primera novela, luego Mario Pareda (1940) su segunda novela, y en 1980 pocos días antes de su muerte, terminó el manuscrito de Los Huertas (novela publicada póstumamente en 1981), su último libro. Sus obras más importantes son 3 novelas: La Babosa, La llaga, Los Exiliados (1952),(1963) y(1966), dos de los cuales (La llaga y Los Exiliados) han sido premiadas en concursos internacionales. Su única obra no publicada en Buenos Aires, Los Herederos, apareció en España en 1975.

Gabriel Casaccia desde la mirada de dos referentes

Miguel Ángel Fernández, poeta, crítico literario y de arte, ensayista y docente, quien fue amigo de Casaccia, comentó que la relación con el escritor era muy cercana, eran muy amigos y las veces que venía a Paraguay, iban siempre a Areguá.

“Las veces que venía que no era solamente en vacaciones, venía en algún momento para visitar a su hermana, a otros familiares, siempre nos íbamos a Areguá. Y con relación a la casa de ahí, sé que una persona extranjera compró esa casa y la refaccionó. Ya no tiene el aspecto que tenía en tiempos de los Casaccia. En su niñez y adolescencia, Casaccia pasaba las vacaciones en Areguá. Trabajó como profesional en Posadas hasta que se fue a Buenos Aires y se convirtió en un importante abogado, tenía un estudio prestigioso” comentó.

“Cuando Casaccia murió, inmediatamente se lo trajo acá a Asunción y luego fue enterrado en el cementerio de Areguá, ahí está el monumento, la escultura que hizo Guggiari” señaló.

Una de las tantas cartas que Casaccia envió a Josefina Plá, a quien apreciaba mucho y eran amigos.

Por su parte, Bernardo Neri Farina, presidente de la Sociedad de Escritores del Paraguay (SEP), dijo que Gabriel Casaccia significa la entrada del Paraguay en el mundo de la literatura con categoría universal.

“Antes de él había aquí una narrativa de carácter aldeano, costumbrista, de planteamientos ingenuos, lleno de pintoresquismos. Él rompió con todo eso. Y lo hizo con tanta fuerza que logró que la prestigiosa editorial Gallimard editara en París, en 1959, la versión francesa de ‘La babosa’, traducida como ‘La limace’. El maestro Burel Block presentó en la Universidad de Texas una tesis titulada ‘La vida paraguaya en las obas de Gabriel Casaccia’. Y en 1977, Daniel Lynch tradujo ‘La llaga’ al inglés. Su obra fue estudiada en la Universidad de San Diego, California. Es decir, Casaccia puso al Paraguay en el mundo desde la literatura” empezó diciendo.

En cuanto al paradero final del exitoso escritor, quien está en el cementerio de Areguá, lamentó que esté olvidado en dicho lugar, de la ciudad que tanto quiso Casaccia.

Casaccia y Vargas Llosa con sus respectivas esposas, en Buenos Aires 1966, foto del libro "Gabriel Casaccia, el padre de la novela en el Paraguay", de Armando Almada Roche.

“Fue un pedido expreso de Casaccia, quien vivió en el exterior desde 1936 hasta su muerte en 1980, pero que siempre llevó al Paraguay, y específicamente a Areguá, en él. En el libro biográfico que escribió sobre él, Armando Almada Roche recuerda que Casaccia afirmó en una entrevista: ‘Cuando me muera quiero ser enterrado bajo el cauce del arroyo de Areguá, para sentir sobre mi pecho el frescor de su corriente’. Lastimosamente el gran Gabriel Casaccia está olvidado en el cementerio de Areguá. El suyo debería ser un mausoleo que fuera lugar de peregrinación cultural permanente de la juventud paraguaya” refirió.

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