Por Roque Martínez
Obituary, un emblema del género death metal, se presentó en la sala García Lorca de la Manzana de la Rivera, un sitio que de un tiempo a esta parte se convirtió en un local frecuente para disfrutar de leyendas del metal. La convocatoria fue para casi 400 personas, entre nuevos seguidores y cultores de la vieja escuela.
Antes To Akrham y Ablaze fueron quienes abrieron el evento para el número principal, cuyo show inició exactamente a las 21:01 con “Redneck Stomp”, un instrumental que serviría de intro para una seguidilla de canciones brutales que emocionarían hasta lo más profundo del alma a aquellos que sabían que sobre el escenario se encontraba una banda con más de 30 años de carrera.
La banda de Florida, Estados Unidos, llegó a Paraguay para presentar "Obituary", disco homónimo editado este 2017, donde no solo demuestran las razones por las que la banda continúa vigente girando alrededor del mundo, sino que también los muestra en un excelente estado compositivo.
Al contrario de muchos grupos que basan sus setlist con clásicos, Obituary se da el lujo de tocar canciones que grabaron durante los últimos 12 años antes que los himnos de los 90. Una muestra fueron “Sentence day” y “A lesson in vengeance”, temas del último álbum, que lograron una gran respuesta del público que sacudía las cabezas.
Sobre el escenario, el guitarrista Trevor Peres no solo grita y arenga, además, se reconoce como un guitarrista atípico ya que sus demoledores riffs los ejecuta desde una Fender Stratocaster, una marca de guitarra poco utilizada dentro del estilo. El músico forma parte del trío compositivo y fundacional de la banda junto a los hermanos Tardy.
Por su parte, el bajista Terry Butler sostiene los machaques de sus guitarristas con una sólida base. Un reconocido músico que supo tocar en otros emblemas del género como Death y Six Feet Under. Mientras que guitarrista Kenny Andrews no se cansaba de despellejar solos veloces y feroces desde el costado izquierdo del escenario.
Llegó el turno de “Chopped in half”, del clásico álbum "Cause of death", que sonó antes de recientes canciones del último disco como “Straight to hell”, “Turned Stone” y “Brave”, canciones que saben mantener la brutalidad con el gancho necesario que la banda imprime mediante el groove de sus guitarristas. El público estaba tan enfocado en la música salida del escenario que se observaba a varios mover las cabezas al mismo tiempo. Resultaba simpático cuando Butler pedía mosh haciendo un círculo con un dedo entre canción y canción.
Mención aparte para los hermanos que lideran la agrupación desde su fundación en 1985. Nadie canta como John Tardy, distintivo principal de Obituary y una de las voces más características del death metal. Toda la música que está detrás se basa en las voces y gritos de uno de los frontman más reconocidos del género. Los presentes sabían que estaban en presencia de uno de los mejores cantantes del estilo.
Mientras que Donald Tardy mantiene la base desde detrás de su kit de batería. Literalmente parecía que destrozaba los bombos y platillos con cada canción. Una de las postales de la noche fue ver a Donald descalzo, en bermuda, sin remera y con una lata de Pilsen en la mano. El menor de los hermanos demostró que no solo compone sino también arenga al público cuando decide pasear sobre el escenario.
El final se avecinaba con “Don’t care”, aquella canción que habla sobre los problemas de la contaminación, algo que resultó un tanto atípico para la temática de una banda death metal que inició su carrera rindiendo culto a la podredumbre lírica y musical. Lo cierto es que tal vez esta sea la canción más popular del quinteto, e invitó a los presentes a hacer headbanging, al pogo y al mosh.
El final llegó con aquella canción lenta que rinde culto a la podredumbre del estilo llamada “Slowly we rot”, una de los tantos distintivos de una banda cuya marca registrada y popularidad se mantiene a través del tiempo, entre tantas agrupaciones que suenan similares dentro un estilo. Obituary demostró que atraviesa un gran momento como uno de los mejores representantes de uno de los géneros musicales más intensos de la historia, el death metal.