Una de las mejores noticias de la semana es la que se conoció el miércoles último cuando se supo que continuarán las obras en Yacyretá para maquinizar el brazo Aña Cua. La decisión ya se había tomado en julio pasado, pero solo ahora se llegó a un acuerdo con las empresas constructoras para efectivizarla. La paralización de los trabajos se produjo a fines de 2023 por lo que son dos años de inactividad que se deberán recuperar en las tareas encaminadas para posibilitar la mayor producción energética de la binacional
Los especialistas indicaron que los componentes electromecánicos presentan un grado de avance muy significativo, lo que permitirá que la primera de las tres turbinas Kaplan entre en funcionamiento a mediados de 2028.
La decisión la tomó el comité ejecutivo de la entidad binacional tras la presentación de las garantías de continuidad entregadas por el consorcio de empresas constructoras.
La determinación del ente binacional es de suma importancia, porque se trata de un proyecto que, en el futuro, aumentará la disponibilidad de energía para los requerimientos de Paraguay y Argentina y, en lo inmediato, será un fuerte empujón para la actividad económica de su zona de influencia. La obra está en territorio paraguayo y tiene una gran importancia para la población de las zonas cercanas de ambos países, ya que volverá a dar trabajo a 900 obreros que habían quedado cesantes, que son de Ayolas, Paraguay e Ituzaingó, Argentina.
La continuidad de las obras implicará no solo más trabajo y más ingresos para la gente cercana, sino que influirá también en el mayor movimiento comercial de la región que no cuenta con mayores elementos para su dinamismo económico.
Como Yacyretá ha tropezado con el problema de financiación de las obras, existe la preocupación de que en algún momento se paralicen los trabajos por falta de dinero, como ya ha ocurrido. Esa dificultad parece estar debidamente solucionada con las nuevas medidas adoptadas por las autoridades competentes.
Según explicaron algunos voceros, el nuevo acuerdo operativo de la Central Hidroeléctrica Yacyretá, que establece una tarifa de 28 dólares por megawatt/hora (MWh), “garantiza la ejecución sostenida de las obras y posibilita su financiamiento externo a través de la banca privada u organismos multilaterales”. Lo que significa que, si se necesitan recursos financieros, se recurrirá al sistema bancario privado o a entidades especializadas en la materia. Lo que queda claro es que ya no se volverá al recurso de suspender las obras, cosa que implicará retrasar la puesta en marcha de la generación de más energía eléctrica, con todo lo que ello implica. Suspenderlo de nuevo ya no es una alternativa que se maneja.
Algunos técnicos de la binacional refirieron que la obra de Aña Cua tiene un avance físico del 37 %, que ahora aumentará con los nuevos trabajos previstos. Indicaron que, aunque las obras civiles de la casa de máquinas tienen demoras, en el tiempo que ha transcurrido se llegó a efectivizar un progreso importante en la presa de empalme, el sector que se considera de gran importancia para llenar el recinto y así posibilitar la puesta en marcha de la hidroeléctrica.
El proyecto de Aña Cua prevé instalar tres nuevas turbinas en el lado paraguayo de la hidroeléctrica, fuera de la isla de Yacyretá, con el propósito de aprovechar las aguas del Paraná que transcurren por el brazo del río que pasa entre la isla y el territorio que está frente a ella. Con la maquinización de ese sector fluvial, donde actualmente hay un vertedero de menor tamaño que el principal, se podrán generar 270 megavatios adicionales, lo que hará que aumente en casi un 10 % la potencia actual de la usina.
Ya en julio último se había tomado la decisión política de continuar la obra de Aña Cua, que recién ahora podrá concretarse mediante el acuerdo a que se arribó con las empresas constructoras. Este hecho es de suma importancia por todo lo que implica y hay que celebrarlo como un triunfo contra los problemas existentes. Las autoridades de ambos países socios tienen que velar porque el proyecto ya no sufra ningún tipo de retraso.
Una vez que se instalen en la zona las tres nuevas turbinas previstas, la generación de mayor cantidad de energía eléctrica traerá más provechos económicos para paraguayos y argentinos.

